14 Jul

Introducción: Convergencias y Divergencias en el Pensamiento Político

Las teorías políticas de Rousseau y Marx representan dos hitos fundamentales en la evolución del pensamiento político moderno. Ambos están unidos por una preocupación común por la libertad, la igualdad y la crítica a las estructuras de poder, aunque desde posiciones históricas, filosóficas y metodológicas distintas. Parten de una profunda insatisfacción con las sociedades de su tiempo, si bien sus diagnósticos y propuestas difieren en sus raíces y consecuencias.

Jean-Jacques Rousseau: El Contrato Social y la Voluntad General

Rousseau inaugura una nueva forma de pensar la política al romper con la tradición clásica grecorromana, que asociaba lo político con la virtud cívica en comunidades pequeñas y jerárquicas. Frente a ello, Rousseau propone una nueva legitimación del poder basada en el contrato social, que surge de la voluntad libre de los ciudadanos, no de la tradición ni del mandato divino. En este sentido, se inserta dentro del contractualismo moderno junto a Hobbes y Locke, pero con diferencias esenciales:

  • Mientras Hobbes parte de un estado de naturaleza violento y autoritario.
  • Locke lo concibe como pacífico y basado en la propiedad privada.
  • Rousseau imagina un estado de naturaleza original donde los seres humanos eran libres, iguales y felices, pero que se corrompe con la aparición de la propiedad privada, origen de la desigualdad y de la alienación del ser humano respecto a su esencia libre y autónoma.

Karl Marx: Materialismo Histórico y Lucha de Clases

Este concepto de alienación, que Rousseau ya intuía en términos de pérdida de libertad y sumisión a intereses ajenos en una sociedad desigual, será clave en Marx, quien lo desarrollará desde una perspectiva materialista y científica. Para Marx, la historia es el resultado del conflicto entre clases sociales en torno a los medios de producción, según el método del materialismo histórico. A diferencia del socialismo utópico, Marx plantea un socialismo científico, que no se basa en ideales abstractos, sino en el examen de las contradicciones internas del sistema capitalista. Contra el darwinismo social que naturaliza la desigualdad, Marx afirma que la sociedad es un producto histórico cambiante, no una realidad inmutable.

Soluciones Propuestas: Voluntad General vs. Revolución Proletaria

Así como Rousseau defiende que el contrato social debe fundarse en la voluntad general —una voluntad racional y colectiva que busca el bien común, diferente de la mera suma de intereses individuales o voluntad de todos—, Marx cree que solo mediante la conciencia de clase del proletariado será posible superar la alienación capitalista.

  • Para Rousseau, la voluntad general exige la participación activa de todos los ciudadanos en la soberanía, lo que prefigura las democracias modernas.
  • Para Marx, en cambio, el camino hacia una sociedad libre pasa por una revolución social, en la que el proletariado tome el control de los medios de producción, ejerza una dictadura transitoria del proletariado y, con ello, prepare el camino hacia una sociedad sin clases ni Estado, es decir, el comunismo.

La Raíz de la Desigualdad: Moral-Política vs. Económica

Ambos autores denuncian la desigualdad como raíz del mal social, aunque Rousseau la sitúa en el plano moral y político (la propiedad como fuente de privilegios y opresión), mientras que Marx la examina como una estructura económica, fruto de la acumulación originaria del capital y de la explotación sistemática de la clase trabajadora. Las crisis cíclicas del capitalismo (como las de superproducción y la caída tendencial de la tasa de ganancia) son, para Marx, síntomas de su propio agotamiento. La revolución no es solo deseable, sino inevitable, en un proceso que culminará en la desaparición de las clases sociales.

Influencia y Legado

En cuanto a su influencia, Rousseau fue decisivo en la Ilustración y las revoluciones liberales, como la francesa, al inspirar ideas de soberanía popular, ciudadanía activa e igualdad política. No obstante, su ideal de voluntad general también ha sido interpretado como germen de posibles formas de autoritarismo colectivo. Marx, por su parte, tuvo un impacto inmenso en los movimientos obreros, en la Primera Internacional, y en diversas revoluciones comunistas del siglo XX, aunque también ha sido objeto de crítica por los regímenes totalitarios que se inspiraron parcialmente en su pensamiento, traicionando muchas veces su ideal de emancipación.

Conclusión: Pilares del Pensamiento Político Contemporáneo

En definitiva, Rousseau y Marx comparten una crítica radical a la desigualdad, una apuesta por una transformación social profunda y la defensa de una forma de libertad que no se reduce a la simple no-interferencia, sino a la autonomía colectiva. Pero mientras Rousseau pone su esperanza en la política participativa y la voluntad general, Marx confía en la lucha de clases y en una revolución estructural que supere definitivamente la lógica del capital. Ambas visiones, aún con sus diferencias, siguen siendo pilares esenciales para pensar la política contemporánea.

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