22 Jun
Medidas de fomento de empleo en el ámbito local
El conocimiento cercano del comportamiento del mercado laboral y la inserción de los jóvenes en el mismo requieren una participación cada vez mayor de las administraciones locales y entidades no gubernamentales. Diversos programas, promovidos desde el ámbito europeo, nacional o regional, tienen su desarrollo en el ámbito local.
La iniciativa comunitaria Empleo y Recursos Humanos (RRHH) se enmarca entre sus líneas de acción los programas Youthstart e Integra. El primero de ellos se dirige de forma específica a los jóvenes menores de 20 años. El segundo da especial cabida a las actuaciones dirigidas a jóvenes en situación de desventaja personal, económica o social. De hecho, gran parte de los proyectos para la generación de empleo juvenil ha contado con el apoyo del Fondo Social Europeo a través de esta iniciativa.
Desde la administración central, el programa de Escuelas Taller y Casas de Oficios ha desempeñado un papel más importante como alternativa formativa y ocupacional. Estos centros de trabajo y formación permiten que jóvenes desempleados reciban formación profesional ocupacional en alternancia con la práctica profesional, con el fin de que, a su finalización, estén capacitados para el desempeño adecuado del oficio aprendido y sea más fácil su acceso al mundo del trabajo. Ambas iniciativas buscan vincular la formación profesional con la restauración del patrimonio histórico, cultural y natural. Además, la formación asociada a los servicios de proximidad, los servicios culturales y de ocio, y las nuevas tecnologías está adquiriendo una importancia creciente.
Tras un periodo formativo de 6 meses, durante el cual los alumnos reciben una beca de formación, se inicia una etapa de formación y trabajo en la que son contratados por la entidad promotora. En las Escuelas de Oficios, esta etapa dura 6 meses, mientras que en las Escuelas Taller puede extenderse de 6 a 18 meses, dependiendo de la duración total del proyecto.
También se han desarrollado servicios para la orientación laboral y la creación de empleo, destacando las Unidades de Promoción y Desarrollo y los Sistemas Integrados para el Empleo. Con el traspaso de competencias, han aparecido los Servicios Autonómicos de Empleo.
El fomento de la participación de los jóvenes en el bienestar social
El trabajo de los voluntarios contribuye a la construcción de una sociedad más democrática y tolerante, al propio desarrollo de los jóvenes y también al de otros grupos de población, especialmente aquellos más desfavorecidos. De ahí que, desde las distintas administraciones públicas, se fomente y apoye la labor de las asociaciones juveniles o que trabajan con la juventud a través de diversas medidas.
La Ley Estatal sobre Voluntariado 6/1996, de 15 de enero, consolidó el marco normativo en la materia. Su exposición de motivos reconoce la tarea de garantizar la libertad de los ciudadanos para expresar su compromiso solidario a través de los cauces que se adecúen a sus más íntimas convicciones, así como de promover e impulsar eficazmente la acción voluntaria en sus distintas modalidades.
El I Plan de Voluntariado se aprobó para el periodo 1997-2000 con el fin de contribuir a la coordinación y mutua orientación de las políticas de voluntariado. Un nuevo Plan para 2001-2004 profundiza en determinados aspectos y ámbitos (mediático, personas mayores, etc.).
El Plan de Voluntariado recoge medidas destinadas a la sensibilización. En esta área se plantea como objetivo proporcionar información a la sociedad acerca del valor, las oportunidades y la necesidad de participación voluntaria. Esto se logra tanto a través de la difusión de las actividades voluntarias como del reconocimiento de la labor de los voluntarios, sus derechos y deberes, contando para ello con todos los agentes sociales, especialmente con los medios de comunicación.
Las medidas del área de apoyo al voluntariado comprometen al sector público, al privado con ánimo de lucro y al propio Tercer Sector en la modernización de las ONG, fortaleciendo sus medios humanos, económicos y materiales, y promoviendo una ordenación jurídica adaptada al desarrollo de su actividad.
El área de coordinación establece medidas para fortalecer la colaboración e implicación de estos actores en las estructuras nacionales e internacionales de cooperación. Estas medidas incluyen el intercambio de experiencias y conocimientos, la edición de documentos comunes y la integración en redes.
Igualdad de género y protección social de la mujer
La construcción social del género
Las diferencias entre hombres y mujeres no obedecen tan solo a razones biológicas. Los valores, expectativas y roles que la sociedad ofrece, proponen papeles distintos para mujeres y hombres.
A las mujeres se las ha socializado tradicionalmente para permanecer en el ámbito privado (doméstico, afectivo); se les orienta hacia la intimidad, hacia lo interior, hacia lo microsocial, hacia la dependencia económica, afectiva, de acción y de criterio. A los hombres, por el contrario, se los socializa para progresar en el ámbito público (laboral/profesional, político, tecnológico); se les reprime la esfera afectiva y se potencian sus talentos y ambiciones para la autopromoción; se les orienta hacia la acción, hacia lo exterior, hacia la independencia económica, afectiva, de acción y de criterio.
Las políticas destinadas a procurar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres deben considerar, en primer lugar, la valoración del papel de la mujer en el ámbito privado, reconociendo la importante labor que desempeña dentro de la familia como agente de bienestar. Posee diversos roles y en cada uno de ellos desempeña una serie de tareas que aseguran tanto el bienestar físico como emocional no solo del compañero y los hijos, sino también el cuidado de los padres mayores o de los nietos cuando son pequeños. Se han creado perfiles profesionales para muchas de estas tareas, a través de servicios de proximidad como guarderías o ayuda a domicilio, entre otros.
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