09 Jul

Al fresco. 7’70 m en la base. Stanza della Signatura. Vaticano, Roma.En 1508 Rafael llega a Roma, llamado por Julio II a instancias del arquitecto Bramante, para realizar las pinturas al fresco de las Estancias Vaticanas. La decoración completa de la estancia representa un complejo programa iconográfico del que vamos a comentar una de sus pinturas más célebres: La Escuela de Atenas.
En La Escuela de Atenas aparecen representados una serie de personajes que están en el interior de un grandioso edificio cubierto con bóvedas de cañón artesonadas y un amplio espacio central sobre el cual percibimos parte del tambor de una gran cúpula. El marco arquitectónico es un ámbito grandioso de espacios amplios y luminosos que recuerda las grandes construcciones de la Roma imperial y el proyecto de San Pedro del Vaticano. En los nichos laterales aparecen dos representaciones escultóricas: a la izquierda, Apolo que personifica el conocimiento filosófico y el poder de la razón, y a la derecha
Atenea, encarnación de la sabiduría.En el centro de la composición se encuentran los dos grandes filósofos de la Antigüedad: Platóncon el Timeo bajo el brazo y elevando el dedo índice hacia el cielo (el idealismo) quiere expresar el valor de las ideas, mientras que Aristóteles, sosteniendo la Ética en una mano y con la palma de la otra vuelta hacia abajo (el Empirismo) quiere expresar el valor de la experiencia. Se representan así los dos caminos de aproximación al conocimiento. A su alrededor y dispuestos en varios grupos se encuentran célebres filósofos y sabios de laAntigüedad: a la izquierda de las figuras centrales, está Sócrates con un grupo de jóvenes; abajo, Epicuro coronado de pámpanos. Pitágoras, sentado, demuestra una de sus teorías a un grupo que lo escucha embelesado, uno de cuyos miembros sostiene una pizarra que contiene las normas de las proporciones musicales. Detrás, Averroes, mientras Heráclito escribe con el codo apoyado en un gran bloque cúbico de piedra. Sentado en las escaleras está Diógenes. A la derecha, en primer plano, Euclides se inclina sobre una pizarra exponiendo uno de sus postulados geométricos. Detrás, Zoroastro frente a Tolomeo.Los personajes aparecen en una gran variedad de posturas y expresiones. Podemos apreciar una cierta idealización, ya que todos rebosan dignidad en sus rostros y actitudes.El espacio se ha representado de acuerdo con las leyes de la perspectiva lineal. El punto defuga está situado entre las cabezas de las dos figuras centrales.El tema representado en La Escuela de Atenas . Se sitúa frente a La Disputa del Sacramento, que representa la búsqueda de la Verdad a través de la Revelación. Nos muestra también la nueva consideración social del artista del Renacimiento, ya que algunos de los personajes representados tienen los rostros de artistas de la época de Rafael.Podemos reconocer a Leonardo en la figura de Platón, a Miguel Ángel en Heráclito, a Bramante como Euclides, y el mismo Rafael se autorretrata discretamente a la derecha en la figura de un joven que nos mira directamente a los ojos para captar nuestra atención. Los artistas entran en la asamblea de los sabios y filósofos, y las artes figurativas alcanzan así la categoría de artes liberales.


Al fresco. 7’70 m en la base. Stanza della Signatura. Vaticano, Roma.

En 1508 Rafael llega a Roma, llamado por Julio II a instancias del arquitecto Bramante, para realizar las pinturas al fresco de las Estancias Vaticanas. La decoración completa de la estancia representa un complejo programa iconográfico del que vamos a comentar una de sus pinturas más célebres: La Escuela de Atenas.

En La Escuela de Atenas aparecen representados una serie de personajes que están en el interior de un grandioso edificio cubierto con bóvedas de cañón artesonadas y un amplio espacio central sobre el cual percibimos parte del tambor de una gran cúpula. El marco arquitectónico es un ámbito grandioso de espacios amplios y luminosos que recuerda las grandes construcciones de la Roma imperial y el proyecto de San Pedro del Vaticano. En los nichos laterales aparecen dos representaciones escultóricas: a la izquierda, Apolo que personifica el conocimiento filosófico y el poder de la razón, y a la derecha Atenea, encarnación de la sabiduría.

En el centro de la composición se encuentran los dos grandes filósofos de la Antigüedad: Platón

con el Timeo bajo el brazo y elevando el dedo índice hacia el cielo (el idealismo) quiere expresar el valor de las ideas, mientras que Aristóteles, sosteniendo la Ética en una mano y con la palma de la otra vuelta hacia abajo (el Empirismo) quiere expresar el valor de la experiencia. Se representan así los dos caminos de aproximación al conocimiento.

A su alrededor y dispuestos en varios grupos se encuentran célebres filósofos y sabios de la

Antigüedad: a la izquierda de las figuras centrales, está Sócrates con un grupo de jóvenes; abajo, Epicuro coronado de pámpanos. Pitágoras, sentado, demuestra una de sus teorías a un grupo que lo escucha embelesado, uno de cuyos miembros sostiene una pizarra que contiene las normas de las proporciones musicales. Detrás, Averroes, mientras Heráclito escribe con el codo apoyado en un gran bloque cúbico de piedra. Sentado en las escaleras está Diógenes. A la derecha, en primer plano, Euclides se inclina sobre una pizarra exponiendo uno de sus postulados geométricos. Detrás, Zoroastro frente a Tolomeo.

Los personajes aparecen en una gran variedad de posturas y expresiones. Podemos apreciar una cierta idealización, ya que todos rebosan dignidad en sus rostros y actitudes.

El espacio se ha representado de acuerdo con las leyes de la perspectiva lineal. El punto de

fuga está situado entre las cabezas de las dos figuras centrales.

El tema representado en La Escuela de Atenas . Se sitúa frente a La Disputa del Sacramento, que representa la búsqueda de la Verdad a través de la Revelación. Nos muestra también la nueva consideración social del artista del Renacimiento, ya que algunos de los personajes representados tienen los rostros de artistas de la época de Rafael.

Podemos reconocer a Leonardo en la figura de Platón, a Miguel Ángel en Heráclito, a Bramante como Euclides, y el mismo Rafael se autorretrata discretamente a la derecha en la figura de un joven que nos mira directamente a los ojos para captar nuestra atención. Los artistas entran en la asamblea de los sabios y filósofos, y las artes figurativas alcanzan así la categoría de artes liberales.

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