21 Dic

La Segunda Revolución industrial produjo un cambio en la mentalidad de la gente en este periodo.
En España, tras un periodo convulso que empeora en la segunda mitad del siglo (expulsión de Isabel II, Primera República, dictadura de Serrano), es proclamado rey Alfonso XII y se produce la Restauración borbónica, pero la situación sigue siendo inestable. A esto se une la guerra contra Estados Unidos (guerra de Cuba), en la que los americanos apoyaron a los independentistas, dónde Cuba se proclamó independiente mientras que Puerto Rico y Filipinas pasaron a ser colonias estadounidenses. Este periodo pasó a la historia de España con el nombre de desastre del 98.  
En esta época destacó el Modernismo, un movimiento literario basado en el esteticismo y el inconformismo que se desarrolló en la poesía y afectó al ámbito hispánico. Tuvo gran relevancia también en las artes plásticas y aplicadas. La base de esta nueva estética se encuentra en movimientos poéticos como en el Parnasianismo, una poesía equilibrada en la que la perfección formal era la aspiración básica. El Simbolismo, una poesía dónde se hacen presentes los estados de ánimo a través de los símbolos (destacan
Baudelaire y Paúl Verlaine), el Decadentismo que se basa en el gusto por recrear un mundo que desaparece y finalmente el Romanticismo tardío de Rosalía de Castro. Destacan varios temas del Modernismo.
El escapismo, dónde los modernistas huyen a sus paraísos, ya que están descontentos con el mundo que le ha tocado vivir. El cosmopolitanismo, la idea del modernista como ciudadano del mundo para los cuales París será el modelo necesario. Encontramos también la sensualidad y el erotismo, así como la tendencia a la melancolía y el hastío. En cuanto a los aspectos formales, destacan el esteticismo y la búsqueda de la belleza y la presencia de lo sensitivo.  En la obra de Rubén Darío destacan dos etapas. “Azul…”, donde mezcla la prosa y el verso y muestra el influjo del parnasianismo, y “Cantos de vida y esperanza”, caracterizada por una humanización de la poesía. Entre los modernistas españoles destacan Francisco Villaespesa y Manuel Machado.
En paralelo al Modernismo surge la generación del 98, en cuyas obras se presentaron preocupaciones comunes sobra la identidad española y la necesidad de una regeneración nacional. Hemos de citar también a los regeneracionistas, que buscan una forma de regenerar España a través del análisis de los males. Como temas, destaca el de España como una preocupación que había que regenerar, así como las preocupaciones existenciales. Además, Castilla y su paisaje se convierten en materia de reflexión. Podemos distinguir varias etapas en la evolución de estos autores: Una etapa de juventud marcada por el espíritu de rebeldía, “El Grupo de los Tres” formado por Azorín, Maeztu y Baroja, que pretendía contribuir a la creación de “un nuevo Estado social en España”. Finalmente encontramos la madurez del 98, que aparece asociada al abandono del radicalismo y a la toma de posturas individuales, acercándose a las corrientes filosóficas de Nietzshe y Schopenhauer. La obra de Unamuno acarca todos los géneros literarios donde destaca la honda preocupación por España y su obra, “La Vida de Don Quijote y Sancho”. El otro gran tema de Unamuno es el de la esencia del ser humano y la inmortalidad del alma. Destacan sus obras “San Manuel Bueno, mártir” y “Niebla”. Dado el gran contenido filosófico y la falta de acción, dijo que si no eran novelas, serían “nivolas.” 
La obra de Azorín oscila entre el ensayo y la novela. Como narrador, destaca la trilogía formada por La Voluntad, son novelas muy reflexivas, con poca acción. En el ensayo, destaca su profunda meditación sobre el paisaje de Castilla. Encontramos también a Pío Baroja, que reflexiona sobre los comportamientos humanos, denunciando a menudo la crueldad, influido por la filosofía de Schopenhauer y Nietzche. Destacan “El árbol de la ciencia” y “Zalacaín el aventurero.”  La trayectoria de Valle-Inclán se inicia en el terreno del Modernismo y se manifiesta una serie de obras narrativas en las que se percibe la influencia de los poetas franceses. Esta primera etapa se cerrará con las Sonatas. La etapa final se estructura en torno al esperpento y su base es la deformación. Destacan las obras “La hija del capitán” y “Tirano Banderas”.  La obra poética de Antonio Machado evoluciona desde un sueve Modernismo inicial, hacia una poesía comprometida con los ideales del 98. En su etapa modernista da lugar a “Soledades” procedente de su admiración por Rubén Darío. En la etapa noventayochista, se hace presente el paisaje, que se convertirá en el reflejo hondo de los estados de ánimo del poeta. Finalmente aparece el ciclo de Nuevas canciones y últimos poemas. Aquí los temas se repiten. Al margen del libro, en este periodo final tendrán relevancia las Canciones a Guiomar. 

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