22 Ago

Federico GARCÍA Lorca

Es el ejemplo de Poeta nato, lo que no excluye que haya en él mucho de aprendido. Su poesía es, Tanto o más lírica, dramática, en los dos sentidos de esta palabra: en el de Trágica y en el de encarnada en personaje que no son mera proyección del yo del Autor. Su instinto de lo popular y lo español (no sólo de lo andaluz) era comparable Al de Lope. Lo popular y lo culto, lo antiguo y lo nuevo, lo espontáneo y lo Reflexivo, lo español y lo universal se funden en su obra, si no mejor, más Famosa: el Romancero gitano. Sin ser El único que resucita el romance tradicional, lo cultiva con popularidad Absoluta. Este libro ha logrado entusiasmar tanto al gran público como al Lector entendido. El Poema del cante Jondo, basado en el folklore andaluz es de ambiente similar al del Romancero gitano. Ambos libros hacen de Lorca el intérprete impar de la “Andalucía del llanto”. Canciones  nos ofrece otra faceta de Lorca: la del sabio Recreador de nuestra poesía de cancionero, la ternura y la gracia líricas del Juglar del mundo infantil, de la miniatura refinada. El andalucismo es Subsidiario; lo primordial es el acento popular, la estilización del folklore. Su obra maestra es quizás el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, libro en el que su autor dio la plena medida de sí Mismo y que si se compara con Verte y no Verte, elegía de Alberti al mismo citado torero, permite fallar sin la Menor duda la superioridad de Lorca sobre quien durante algún tiempo fue su Presunto rival. Las cuatro partes del Llanto, Con sus diferentes metros, componen una sinfonía funeral de riqueza y hondura Admirables. Lo de menos es la ocasión para la que se escribíó. Su alcance es Universal. En el Llanto se deja ver La influencia del Surrealismo. Pero donde este influjo es más claro, sin ser Abrumador, pues Lorca tenía el sentido de la medida, es en Poeta en Nueva York, airada protesta contra la civilización Materialista y mecánica de nuestro tiempo, con ecos de denuncia social: los Negros, la violencia de los suburbios,… Lorca es el autor español de su Generación que ha alcanzado mayor resonancia internacional. No es extraño este Triunfo de un poeta que reuníó en síntesis única tan varios y acusados dones.

RAFAEL ALBERTI

Más que Lorca, Con quien suele comparársele por fáciles motivos -andalucismo, vena popular-, Alberti recuerda a Gerardo Diego por el dominio de la técnica, la variedad de Facetas, la fecundidad. En la poesía de Alberti hay que distinguir las Siguientes etapas:

La neopopulista: Marinero en tierra, La Amante, El alba del alhelí; inspirada en Nuestro cancionero tradicional y en el folklore andaluz. Breves canciones donde Se conjuntan tradición y modernidad, son quizás el máximo acierto de Alberti. La neogongorina y vanguardista: Cal y Canto; propia del entusiasmo de su generación por el autor de las

Soledades, de quien hace una paráfrasis. La obra incluye, además, sonetos, tercetos, romances, cuartetos y algunos Poemas que preludian el humor de Yo era Un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos.

Cal y canto es un libro sin unidad Temática ni formal, un ejercicio de virtuosismo Barroco, sin mayores méritos Que los técnicos. La surrealista: Sobre Los ángeles; el Surrealismo de Alberti para más fruto de una deliberada Actitud mimética que de una honda convicción interior. Los ángeles y demonios De Alberti resultan “literarios”. El verso libre es indeciso, como producto de Una nueva experimentación del poeta.

Sobre los ángeles incluye un homenaje el soñador y angélico Bécquer, a quien los poetas De 1927 salvaron, por su pureza estética, del descrédito en que envolvieron al Romanticismo. A partir de este momento y a través de Elegía cívica  -“crisis Anarquista y tránsito de mi pensamiento poético”-, Alberti desemboca en la Poesía política, que cultivará hasta la fecha, aunque con frecuentes retornos a La “poesía burguesa”. Es lugar común afirmar que la lírica revolucionaria de Alberti no está al nivel de su producción anterior. Pero también lo es que en Esta dirección Alberti ha escrito bastantes de los mejores poemas que salieron Jamás de su pluma.

Juan JOSÉ DOMENCHINA

Su punto de Partida está en el posmodernismo, con influencias de J. Ramón Jiménez. Pero Domechina se parece más a Ramón Pérez de Ayala con quien comparte la sutileza, El rigor conceptual, la sequedad, la inspiración “literaria”. La tendencia a la Ironía amarga y la sátira, el Barroco rebuscamiento verbal, que llega al colmo En la críptica, enrevesada expresión de Dédalo, Libro con el que su autor se incorpora a la boga Surrealismo. El talento de Domenchina encuentra su mejor cauce en las formas clásicas del barroquismo Español: la décima, el soneto. Al tema sexual y al de la muerte se une el de la Nostalgia de expatriado:

Exul umbra,

La sombra Desterrada,

El extrañado.

Este Sentimiento, y una mayor tersura formal, dan a los citados libros un acento de Sinceridad, dignidad moral, grave estoicismo, por los que Domechina se hace Acreedor, en definitiva, al título de poeta.

DÁMASO ALONSO

Su contribución Más importante en el momento formativo del grupo de 1927 fue la revaloración de Góngora. Descubre a sus compañeros de generación el significado artístico del Autor de las Soledades. También quien Pone a algunos (Alberti, por ejemplo) sobre la pista de nuestro cancionero Tradicional. Como poeta se le deben los

Poemas puros, poemillas de la ciudad (1921). El mayor Interés de este libro consiste en ofrecernos en embrión los principales rasgos De la obra madura de su autor. La madurez poética de D. Alonso es tardía: no Llega hasta Hijos de la ira (1944), Libro de poesía “desarraigada”, que ha ejercido, por la forma y el contenido, Amplio influjo en las últimas generaciones.

Hijos de la ira es un diálogo del hombre Con Dios, o quizás “sin  Dios” en el Sentido pascaliano o agustiniano: el hombre, sin Dios, se siente “miserable”; El hombre no buscaría a Dios si no lo hubiese ya encontrado. El diálogo discurre Entre patéticas, desgarradas imprecaciones y ramalazos de humor grotesco. Sin Dios, este mundo es un contrasentido, un absurdo, una verdadera alucinación.

Deja un comentario