09 Nov
Morfología y Sintaxis
La palabra y su estructura
Palabras y morfemas
La definición de «palabra» puede abordarse desde distintos criterios:
- Criterio semántico: Es la menor unidad provista de significado, según S. Ullmann (1991 [1962]).
- Criterio fonológico: Uno de los rasgos que pueden indicar los límites de la palabra es el acento. Otros recursos fónicos pueden ser las combinaciones de fonemas que, en algunas lenguas, son privativos del principio o el final de la palabra. En español, por ejemplo, no se puede usar la vibrante simple [ɾ] en inicio de palabra.
- Criterio gramatical: La palabra es la forma libre mínima, según L. Bloomfield (1933). Esto significa que, frente a las formas ligadas, las formas libres pueden aparecer solas como expresiones completas. Otro criterio morfológico es el de la separabilidad, que opone la palabra a sus partes constituyentes: libro = libr- (raíz) + -o (morfema).
- Criterio ecléctico: Una palabra puede definirse como «la unión de un determinado significado con un determinado complejo de sonidos capaz de un empleo gramatical dado», según A. Meillet (1921). Así, la palabra es una unidad semántica, gramatical y fonológica.
- Gramáticas estructuralistas: La palabra se concibe como una unidad de descripción gramatical compuesta por unidades significativas menores: los morfemas (lexemas y morfemas) o los monemas, siguiendo a A. Martinet (1970 [1960]).
Estructura de la palabra
- Lexemas (o pleremas, en la glosemática): Elementos lingüísticos o gramaticales que expresan una idea o representación léxica.
- Morfemas: Elementos portadores de una significación más general y abstracta, lo que tradicionalmente se ha llamado «accidentes gramaticales del nombre y del verbo», y toda clase de derivativos como los afijos (prefijos, sufijos, infijos).
Características esenciales de lexemas y morfemas
- Son elementos mínimos, indivisibles en formas menores con significado.
- Son formas con significado.
El morfema puede entenderse como la unidad mínima del análisis morfológico, ya que no puede ser descompuesto en signos morfológicos menores (aunque sí en fonológicos). En español, un ejemplo es el morfema de número en el nombre: -s o -es.
Clasificación de morfemas
Siguiendo a Pottier (1974), podemos clasificar los morfemas en:
- Independientes: No van unidos al lexema (ej. preposiciones, conjunciones, artículos).
- Dependientes: Deben ir unidos al lexema. Se subdividen en:
- Constitutivos o flexivos: Son nominales (género y número) o verbales (tiempo, modo, aspecto, número, persona, etc.).
- Facultativos o derivativos: Pueden aparecer o no según la voluntad del hablante. Son los prefijos, sufijos e infijos. Los infijos son incrementos lexemáticos necesarios para la significación, aunque carecen de valor significativo propio.
Los morfemas flexivos poseen significado gramatical. Los morfemas derivativos o facultativos gramaticalizan significados léxicos (agente, lugar, instrumento, cualidad, modo, capacidad, etc.), como -ción, -ificar, -ble, entre otros.
Relaciones Lingüísticas y Formación de Palabras
Relaciones Paradigmáticas y Sintagmáticas
Las unidades lingüísticas están ligadas a la estructura y, al mismo tiempo, la forman. También están interrelacionadas íntimamente por dos tipos de relación.
Se llama relación paradigmática a la que se establece entre un elemento y otros que son mutuamente sustituibles. En el plano morfosintáctico, un ejemplo es el verbo, donde todas las desinencias que un radical verbal puede tomar están en relación paradigmática. Donde aparece una, puede aparecer, sustituyéndola, cualquiera de las demás del paradigma verbal: amo, amas, ama, etc.
Paradigma
Un paradigma es una serie de elementos que pueden ocupar una misma posición, siendo mutuamente sustituibles. El empleo de uno de ellos excluye el uso de todos los demás del paradigma. Por lo tanto, están en oposición.
Se llama relación sintagmática a la que se establece entre un elemento y los otros elementos simultáneamente presentes en la cadena hablada. Por ejemplo, en la oración vinieron pronto los amigos, existe una relación sintagmática entre los y amigos. Estas relaciones pueden designarse como contraste.
Las relaciones sintagmáticas son directamente observables (están in praesentia), mientras que las relaciones paradigmáticas deben intuirse (están in absentia). Toda unidad lingüística está simultáneamente dotada de valor contrastivo por relación sintagmática y de valor oposicional por relación paradigmática.
La Distribución
La distribución se refiere a los condicionamientos combinatorios que exigen las unidades lingüísticas. Se pueden distinguir tres tipos de combinaciones:
- Combinaciones realizadas: Son aceptables porque sus elementos respetan la distribución que les corresponde como unidades de un nivel concreto y porque ofrecen una funcionalidad lingüística.
- Combinaciones posibles: Son aceptables distribucionalmente, ya que respetan sus normas, pero no han llegado a dotarse de funcionalidad lingüística.
- Combinaciones imposibles: No responden a las normas distribucionales y, por lo tanto, no pueden darse.
Procesos de Formación de Palabras: Flexión, Derivación y Composición
Cuestión previa
Morfología: Es un nivel de descripción de la gramática que estudia la estructura y la forma de las palabras, tanto en su flexión como en los procesos de formación de nuevas palabras.
Flexión
Se entiende por flexión las modificaciones que sufren las palabras por la adjunción de morfemas gramaticales, dando lugar a los paradigmas. La morfología flexiva estudia la variación de las formas de las palabras al combinarse un lexema con diferentes morfemas, como el número, el tiempo, la persona, etc. Ejemplo: amo, amas, ama son formas flexivas del verbo amar. El conjunto de estas formas constituye su paradigma.
Morfemas Flexivos Nominales
El género no siempre aporta información semántica, salvo en aquellos casos en que su variación comporta:
- Una variación de sexo (ej. niñ-o / niñ-a).
- Una variación de tamaño (ej. barc-o / barc-a).
- Otros tipos de variación:
- De forma (ej. cest-o / cest-a).
- Metonímica (ej. el trompeta / la trompeta).
El número, en cambio, sí aporta información semántica, ya que el plural, además de establecer concordancias como el género, informa sobre la cantidad de objetos.
Nota: En algunas lenguas, junto al plural, existen el dual y el trial (por ejemplo, en sánscrito, lenguas zapotecas o lenguas austronésicas).
El morfema de caso (en las lenguas donde existe) se corresponde con funciones semánticas (agente, objeto, destinatario, instrumento, etc.). Establece una correspondencia entre función sintáctica y categoría semántica. Por ejemplo: la función de sujeto (nominativo) es desempeñada por el sustantivo.
Nota: En español solo existe cierta flexión de caso en los pronombres personales (yo, mí, conmigo, etc.).
Morfemas Flexivos Verbales
Los más específicos son el tiempo y el aspecto, que además se pueden expresar por otros medios, como las perífrasis verbales.
Tiempo y Aspecto
Morfológicamente, es difícil separar ambos morfemas, ya que normalmente aparecen unidos. Semánticamente, en el morfema de tiempo se distinguen dos valores: el tiempo explícito (presente, pasado y futuro).
Aspecto Léxico (Aktionsart) y Aspecto Sintáctico
El aspecto léxico o Aktionsart es independiente, en principio, del aspecto sintáctico (perfectivo o imperfectivo) de la oración; es decir, la manera en la que se concibe la acción verbal (como terminada o no).
Derivación
Se entiende por derivación el procedimiento de formación de palabras mediante la adición de afijos o morfemas derivativos (prefijos y sufijos) a una palabra primitiva o a un lexema. Los afijos utilizados en la derivación incluyen prefijos, infijos y sufijos.
- En español, la prefijación y la infijación no modifican nunca la categoría léxica de la base. Ejemplos: unir/desunir, aviso/preaviso, estatal/paraestatal, picar/picotear.
- La sufijación significativa puede modificar la categoría gramatical de la base léxica, aunque no siempre lo haga. Ejemplos: comparar → comparable → comparabilidad vs. toro → torero.
- La derivación apreciativa, debido a la identidad de designaciones entre el primitivo y el derivado, no modifica nunca la categoría de la base.
La derivación puede aplicarse a palabras previamente derivadas: culpa → culpar → culpable → culpabilizar → culpabilización.
Prefijación
Consiste en anteponer un prefijo al lexema. Ejemplo: vicepresidente es un ‘presidente en segundo lugar’. Se pueden distinguir diferentes tipos de prefijos:
- Prefijos con significados como oposición o inversión (deforme), iteración (rehacer) o negación (inhumano).
- Prefijos antiguos que adquieren un carácter neológico en el uso moderno, presentando un sentido distinto al patrimonial y con gran libertad combinatoria (ej. promaoísta). Estos pueden tener formas evolucionadas como a-, en-, pro-, ante-, pre-, pos/post-, sobre-.
- Algunos prefijos alternan en sus variantes populares y cultas (ej. con-/co-, entre-/inter-, es-/ex-, so-/sub-, sobre-/super-, tras-/trans-).
Interfijación
En algunas palabras, los sufijos aparecen precedidos de elementos que no forman parte ni de ellos ni de la base de derivación. Tales elementos se suelen denominar tradicionalmente interfijos (o, según otras terminologías, infijos o afijos residuales).
Composición
Se entiende por composición el procedimiento de creación de nuevas palabras mediante la concatenación de dos o más lexemas. Ejemplos: limpiacristales, rojiblanco, hojalata, barbilampiño, malasombra.
Las combinaciones categoriales más productivas en el español actual son: verbo + nombre, adjetivo + adjetivo, nombre + nombre, nombre + adjetivo y adjetivo + nombre.
Existen otras combinaciones (ej. malvivir, vaivén) de menor entidad, especialmente en el lenguaje publicitario (ej. abrefácil).
Junto a los compuestos morfológicos, existen en español múltiples sintagmas de significado unitario que son considerados por muchos autores también como compuestos (compuestos sintagmáticos): diente de león, ojo de buey, cabello de ángel, escalera de caracol, llave inglesa, montaña rusa.

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