04 Jun

San Agustín sigue un modelo dualista. La esencia del hombre es su alma, espiritual, mortal e inteligente y que se sirve del cuerpo mortal y terrestre. Debido al pecado original, el cuerpo domina el alma y el hombre debe recibir la gracia de Dios para salvarse.

Afirma que el mundo y el hombre han sido creado por Dios y que nosotros somos sus criaturas contingentes (podemos dejar de existir). El alma es una sustancia racional y el principio inmaterial que anima al cuerpo. Dado que es principio de vida y la vida es incompatible con la muerte, el alma no puede morir. 

En cuanto al origen del alma, San Agustín rechaza la teoría emanacionista (el alma emana directamente a la hora de nacer) y la traduccionista (el alma es transmitida de padres a hijos) 

El alma se divide de manera tripartita: racional, vegetativa y sensitiva; que se corresponden con el ser, el saber o inteligencia y el amor fruto de la Verdad. La voluntad (facultad de querer y, por tanto, origen del pecado) está dañada desde el pecado original, así que no puede imponer sus actos. 

Al contrario que Sócrates, San Agustín no considera que la maldad sea ignorancia, sino que cree que depende de la voluntad. La voluntad es la capacidad de elegir entre el bien y el mal (libre albedrío), y debido al pecado original nos acercamos antes al mal. Se necesita la gracia divina para que el libre albedrío se convierta en libertad y sea capaz de obrar bien. Esto hace posible que el hombre se trascienda a sí mismo, pues la gracia opera desde el interior y produce un conocimiento superior al propio de la naturaleza humana.


Hume – Conocimiento

Hume será un seguidor del Empirismo, corriente filosófica surgida en el s. Como empirista defiende que todo el conocimiento parte de la experiencia sensible y, además,cree que el método apropiado para obtener el conocimiento es el método inductivo frente al método deductivo de Descartes. Todo contenido de conciencia es llamado por Hume percepciones. Además, las percepciones se dividen en simples o complejas. 

Podemos tener impresiones simples, las cuales no se pueden descomponer, o complejas, formadas por la agrupación de impresiones simples. También podemos tener ideas simples, copias de una impresión simple o ideas complejas. Estas pueden ser generadas por el correlato de impresiones complejas o pueden haber sido generadas por la imaginación. Por otro lado, el ser humano a la hora de conocer genera afirmaciones a través de la razón combinando diferentes ideas. 

Son afirmaciones universales, serán ciertas en cualquier lugar y momento, son necesarias, es decir, su contrario es imposible y son juicios analíticos. Su verdad es independiente de la experiencia, son demostrativamente ciertas pero no afirman nada sobre el mundo. Las cuestiones de hecho son afirmaciones sobre hechos que comprobamos mediante la observación y experimentación. No son universales, no son necesarias, pues su contrario es posible, ya que siempre cabe que se dé algo contrario a lo que hasta ahora hemos experimentado, son meramente probables y son juicios sintéticos que dependen de la experiencia. 


Hume – Metafísica

Hume cree que toda afirmación sobre el pasado o el presente pueden ser cierta si se basa en impresiones actuales o recuerdos, pero que las afirmaciones sobre el futuro ,«El Sol saldrá mañana», son meras creencias de las que no tenemos impresión externa alguna, sino que están basadas en experiencias pasadas. La certeza de que hechos futuros van a suceder necesariamente se basa en la idea de que existe una conexión necesaria entre las causas y los efectos. La idea de conexión no es copia de ninguna impresión externa sino que ha sido generada por una impresión interna, el sentimiento de que las causas y los efectos están conectados. 

De esta forma, Hume realiza una crítica al principio de causalidad, el cual había sido la base de la filosofía y de la ciencia hasta ahora. Este principio es considerado por Hume una creencia muy útil para la vida pero no un principio racional y cierto. Según esta crítica, las leyes de la naturaleza obtenidas por la física moderna serán meramente probables y no necesarias ni universales como afirmaba Newton. Estas leyes son leyes generales causales obtenidas mediante el método inductivo. 

El paso que realiza toda inducción no es racional según Hume, sino que es un hecho psicológico que se explica por el hábito y la asociación de ideas. Hume apunta que toda ley de la naturaleza es provisionalmente verdadera mientras que no se observe un fenómeno que la desmienta.

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