09 Mar

Instinto

Exigencias somáticas planteadas en la vida psíquica, es decir, fuerzas innatas originadas en la organización biológica y que son por lo tanto consecuencias mentales de los procesos biológicos. Se trata, por lo tanto, de un concepto fronterizo entre lo mental y físico, y que representa la demanda hecha a la mente como consecuencia de su unión con el cuerpo. Por eso se le ha definido como la representación en el plano mental congénita de una fuente de excitación somática.

Todo el suceder anímico se funda en el dinamismo de los instintos que son, pues, las fuerzas o factores propulsores de la personalidad como dinamismo de fuerzas al cual se contrarrestan, se reprime. Esas fuerzas son los instintos.

Preconsciente

Su contenido, aun que de hecho no se encuentra actualmente en el campo de la conciencia, puede estarlo en cualquier momento sin dificultad alguna. Se trata de contenidos accesibles a la conciencia para formar parte de ella tegan que superar ninguna resistencia o censura represiva.

Inconsciente

Es la parte más originaria, es decir, la más próxima a la biológica, corporal y las fuentes instintivas y pulsiones, que son las necesidades originales biológicas. Y contienen lo reprimido cuyo acceso al consciente le ha sido negado por la acción de la represión.

Represión

Operación por medio de la cual el sujeto rechaza, expulsa de la conciencia y borra de la memoria, tratando de mantenerlas en el inconsciente, representaciones ligadas a una pulsión.

¿Por qué y cuándo se activa?

Este mecanismo se pone en marcha cuando la satisfacción de una pulsión o deseo susceptible de provocar placer, plantearía el peligro de provocar un displacer mayor, en virtud de otras exigencias ya sean morales, sociales, culturales…

Existencia de la mente inconsciente

El inconsciente posee una vida propia suya. Esta hecho de motivos psicobiológicos básicos que se oponen a motivos conscientes.

El Definitivo Esquema Freudiano “ID” “EGO” “SUPEREGO”

Toda la dinámica está destinada a los instintos y a las operaciones mentales de “ella”, “yo” y “superyo”.

Los términos “consciente”, “preconsciente” e “inconsciente” no indican ninguna fuerza dinámica de la personalidad, si no que indican la profundidad de los procesos mentales.

Aquello que el individuo conoce es el consciente, lo que no conoce pero puede conocer fácilmente es el preconsciente y lo que no puede conocer si un esfuerzo definido o no puede conocer es el inconsciente.

El ello es el fondo pulsional de la personalidad. Es la fuente de energía psíquica que se rige por el “principio del placer”, donde solo busca la satisfacción inmediata.

El mundo para el “ello” se divide en 2:

-Lo agradable o placentero

-Lo desagradable o displacentero.

Ello “ID”

El ello expresa la verdadera intención de la vida del organismo individual, la inmediata satisfacción de las necesidades instintivas innatas. Solo le impulsa una consideración: obtener satisfacción, mediante el principio del placer.

Cuando se altera el organismo de forma interior o exterior haciendo que aumente la tensión, el “ello” funciona automáticamente haciendo que se descargue esta tensión. Este principio reductor de la tensión es el principio del placer. Este principio dice que la motivación mas básica del individuo es la búsqueda del placer, mediante la reducción de tensiones.

Según Freud:
Los estímulos instintivos no proceden del mundo exterior, sino del interior, El instinto actúa siempre como una fuerza constante, y con un carácter apremiante. El instinto es un concepto límite entre lo anímico y lo somático, y es una demanda hecha a la mente como consecuencia de su conexión con el cuerpo.

El ello solo desea y actúa, y como consecuencia de su frustración desarrolla el proceso primario, que es un pesar mágico, satisfactor de deseaos que esta inducido por motivos insatisfechos del “ello”, donde no sigue las normas de la lógica y la realidad y es una clara expresión en la actividad de el mundo y lenguaje de los sueños.

El sueño procura la descarga de la tensión mediante la formación de una imagen del objeto capaz de eliminarla, aun que ay veces que no lo consigue. Debido a eso se desarrolla un segundo proceso psicológico, el secundario, donde el “yo” comienza a tomar forma.

Debido a la influencia del mundo exterior, parte del material inconsciente del “ello se transforma y surge el “yo”.

Yo “EGO”

El “yo” es una instancia responsable del mantenimiento del equilibro del organismo con el exterior.

La principal tarea es la autoconservación, con lo que ha de tener en cuenta el mundo exterior. No renuncia al principio de placer, pero busca métodos de obtención del placer que no pongan en peligro al organismo en el mundo real. A esto se le denomina principio de realidad.

Freud dice: “Sabemos que el principio del placer corresponde a un funcionamiento primario del aparato anímico y que es inútil y peligroso para la autoafirmación del organismo frente a las dificultades del mundo exterior. Bajo el influjo del instinto de conservación del “yo”, queda substituido el principio del placer por el principio de realidad, que sin abandonar el propósito de una final consecución del placer, exige y logra el aplazamiento de la satisfacción y la renuncia a algunas de las posibilidades de alcanzarla, y nos fuerza a aceptar pacientemente el displacer durante el largo rodeo necesario para llegar al placer”.

El “ello empuja siempre en el sentido de la satisfacción pero el “yo” ha de enfrentarse a las consecuencias de una satisfacción ilimitada y sin atenuación.

El “yo” preserva el mantenimiento y equilibrio del sistema, controla las demandas de los instintos y pospone tal satisfacción para tiempos y circunstancias favorables en el mundo exterior.

El “yo” se rige también por el principio del placer, solo que a diferencia del “ello” que es ciego y busca la gratificación inmediata, el “yo” razona lógicamente, y considera las relaciones de causa y efecto y lo aprendido por la experiencia.

En definitiva, el “yo” surge debido a que las necesidades del organismo requieren adecuadas relaciones con el mundo objetivo de la realidad. El “yo” tiene el papel de mediador entre los requerimientos instintivos del organismo y los condicionamientos ambientales.

El “yo” es una compleja organización de procesos psicológicos que ha de integran las demandas frecuentemente conflictivas del “ello”, el “superyó” y el “mundo exterior”.

Para llevar a cabo la autoconservación, el “yo” se hace cargo de la realidad y controla todas las actividades cognitivas e intelectuales propias del pensamiento realista, donde el “yo” es la instancia racional y lógica de la personalidad que distingue entre lo subjetivo y lo objetivo.

Superyo “SUPEREGO”

Es el código moral de la persona, que representa la conciencia y las pautas morales. Es el representante interno de los valores tradicionales y de las normas sociales, el producto de la socialización y el vehículo de la tradición cultural.

Representa la internalización de los esquemas culturales-sociales de valores, tomando algo y convertirlo en parte integrante de la personalidad.

El “yo” tiene muchas funciones:

-Ha de adoptar medidas racionales para satisfacer las demandas irracionales del “ello”.

-Enfrentarse a las exigencias del mundo exterior.

-Seguir las preinscripciones y exigencias del “superyó”

A través del “superyó” es como se transmite la normatividad cultural y se interioriza en los individuos, asegurándose el mantenimiento y la pervivencia de una sociedad.

El “superyó” consta de 2 sistemas:

-El ideal del yo, alusivo a las preinscripciones positivas, metas, objetivos y actitudes.

-La conciencia moral, alusiva a las preinscripciones negativas, aquello que se rechaza.

El “superyó” es inconsciente, aun que puede producir efectos conscientes en el “yo”, tales como sentimientos de culpabilidad, remordimiento y angustia. Actúa imponiendo al “yo” determinadas preinscripciones.

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