15 Nov

Descripción

Descripción: Óleo sobre lienzo que corresponde al periodo final de la pintura de Velázquez, cuando se llega al cenit de la vaporosidad con una pintura donde abundan los tonos rosados y marfil.

El pintor definía con escasa materia y unas pocas pinceladas lo que deseaba expresar. Las Meninas es el hito de lo que algunos han llamado «pintura tonal»: al colocar los colores sujetos a una tonalidad general, estos liberan momentáneamente al pintor y le permiten abordar un problema más complejo: la luz dentro del cuadro.

La escena tiene lugar en una estancia del palacio iluminada por la derecha. Al fondo se abre una puerta por donde entra la luz. Velázquez realiza un sublime tratamiento de la luz que inunda la gran altura de la sala.

El autor domina la perspectiva aérea, de manera que con la pincelada suelta y con el tratamiento abocetado de las figuras proporciona una mayor sensación de captación de la atmósfera y el ambiente. Esta pincelada abocetada acentúa la sensación de realidad, de modo que las figuras parecen tener vida.

En el centro aparece la infanta Margarita, hija de Felipe IV y Mariana de Austria, reflejados en el espejo del fondo. Las 2 Meninas atienden a la infanta, mientras una de ellas hace una reverencia a los reyes. Marcela de Ulloa (encargada de las damas de la reina) aparece en segundo plano, y al fondo, el Mayordomo. A la derecha del lienzo encontramos al pintor, mientras los personajes más cercanos a nosotros son 2 bufones y un mastín.

Esta obra nos da una nueva interpretación de la pintura, al presentar lo acontecido al otro lado del cuadro, haciendo al espectador partícipe de la escena.

Las composiciones de Velázquez no poseen movimiento, pero las figuras se hallan hábilmente dispuestas para generar tensión en su observación.

Lenguaje estilístico: La pintura barroca española parte del naturalismo y el tenebrismo, y funde el estudio de tipos concretos con altos grados de misticismo. Cabe destacar la temática religiosa, el retrato (ámbito real y nobiliario) y el tema mitológico.

La pintura barroca española fue un arte de gran estatismo y serenidad, lo que no excluye un dinamismo compositivo por la tensión de su estructura o de los contrastes, bien lumínicos o temáticos. Entre los pintores barrocos españoles (Ribera, Zurbarán, Murillo, Valdés Leal) organizados en escuelas (valenciana, madrileña y andaluza) destacamos a Velázquez.

Diego Velázquez (1599-1660) nació en Sevilla y se formó en el taller de Francisco Pacheco. Siendo pintor real (Felipe IV) estudió las colecciones reales, viajó a Italia y conoció a grandes artistas, elaborando un estilo cambiante y evolutivo en el que se iba superando a sí mismo. Su estilo varía desde el tenebrismo (primeras obras) a la perspectiva aérea. Asimismo, produce un dinamismo que sustituye al movimiento físico.

Velázquez no es un naturalista obsesionado con la representación de lo real, sino que reflexiona sobre la realidad y la interpreta, poniéndola al servicio de un ideal espiritual. La pintura de Velázquez superó a sus contemporáneos. Así lo vio Manet al visitar el Prado en 1865: «Es el pintor de pintores».


Función y significado: Inicialmente constaba como «El cuadro de la familia», y estaba colgado en el despacho de verano de Felipe IV, lo que indica el cariz familiar y privado que tuvo esta obra para él.

La lucha artística de Velázquez consistió en hacer del retrato un método pictórico que no encontrara límites, dándoles la apariencia de realidad, de verdad, de vida natural que podía faltarle. Por ello tuvo que reflexionar sobre lo que era la realidad y la ficción pictórica, dejándonos en muchas ocasiones desconcertados.

Es esa «nueva vida» de la pintura, de la realidad pintada «al vivo», «del natural», la que hace que sus figuras no solo hayan poblado sus lienzos, sino vivan en nuestra imaginación.

Antecedentes y consecuentes: La posición en primer plano del perro y el recurso del espejo en el fondo se han comparado con «El matrimonio Arnolfini» de Van Eyck.

A partir del siglo XIX, su pintura fue la fuente de inspiración para los impresionistas, concretamente Manet. Goya se inspiró en «Las Meninas» para pintar «La familia de Carlos IV». En el siglo XX su obra ha sido motivo de reflexión y reinterpretación por artistas como Bacon, Picasso y el Equipo Crónica.

Localización y contexto histórico: Durante el siglo XVI, las tesis protestantes fueron extendiéndose por diversos lugares de Europa, perdiendo Roma su hegemonía. Esta inestabilidad general requería una reafirmación del Catolicismo sobre la Reforma: la Contrarreforma, que pretendía 2 objetivos: una remodelación de la propia institución y una respuesta dogmática al nuevo pensamiento protestante. Esto llevó al Concilio de Trento, cuyas conclusiones fueron determinantes en la formación del arte barroco, ya que en gran medida se constituirá este en el medio propagandístico de la Iglesia católica. Las recomendaciones iconográfico-formales dadas en el concilio se resumían en: claridad, sencillez y comprensibilidad, interpretación realista y estímulo sensible a la piedad.

En el siglo XVII español es patente el predominio de la pintura y la escultura sobre la arquitectura. La pobreza de medios, en un país en crisis, influyó sobre los materiales, dimensiones y programas (madera-escultura/oleo-pintura). Esta situación unida al escaso peso de la burguesía hizo que las obras fueran encargadas por conventos, iglesias o cofradías determinadas. Solo la Corte, con sus pintores reales, ejerció un notable mecenazgo.

No obstante se llegó a unos modos pictóricos sumamente originales, a la plasmación de una pintura que sobresale en el panorama europeo y rompe con los moldes de lo español.

Cronología: La obra de Velázquez evolucionó en varias etapas:

· Etapa Sevillana: Obras de intenso plasticismo ejecutadas con pincelada fina de potentes volúmenes («la vieja friendo huevos» 1618)

· 1ª Etapa madrileña: Es nombrado pintor real («El triunfo de Baco» 1628)

· 1 viaje a Italia: Intensifica la fluidez de su pintura, abandona el tenebrismo, estudia el desnudo y la perspectiva aérea («La fragua de Vulcano» 1630)

· 2ª E. madrileña: «Las lanzas» 1635

· 2º viaje a Italia: «Retrato al Papa Inocencio X» de profunda captación psicológica y «Villa de Medicis», de técnica impresionista. Destaca la «Venus del espejo».

· Periodo final: «Las Meninas» 1656″, fue la más importante y famosa obra de Velázquez. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado en Madrid.

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