16 Sep


19. Durante los últimos años de Fernando VII se planteó el problema de la sucesión al trono español, que tras su muerte se desencadenará una guerra civil. En 1830 nació Isabel, pero la Ley Sálica la excluía del trono, ya que la corona sólo se transmitía entre varones. Meses antes Fernando VII, derogó mediante la Pragmática Sanción la Ley Sálica, ahora, en caso de faltar varones heredaría el trono la hija mayor. Así Carlos María Isidro, quedaba excluido del trono. Tras conocerse la muerte de Fernando VII, Don Carlos, reclamó sus derechos a la corona contra la princesa en el Manifiesto de Abrante.
Se produjeron levantamientos armados a favor de Don Carlos, otros seguían fieles a María Cristina y a su hija Isabel; comenzaba así una guerra civil.


Este pleito sucesorio ocultaba un conflicto de carácter ideológico que dividía a la sociedad en: el bando isabelino, burgueses, funcionarios, mandos del Ejército, alta nobleza entre otras, eligieron la defensa de los derechos dinásticos de Isabel contemplando así la posibilidad del triunfo de sus ideas y el bando carlista, formado por todos aquellos que se oponían a la revolución liberal, personas que asociaban el liberalismo con el aumento de impuestos.

El carlismo fue un movimiento contrarrevolucionario popular. Los caracteres principales del programa ideológico-político del carlismo eran la oposición a las reformas liberales, la defensa del Antiguo Régimen político de la monarquía absoluta, el tradicionalismo católico y defensa de los intereses de la Iglesia en su integridad y la defensa del foralismo vasco-navarro. Estos privilegios forales consistían en el mantenimiento de las instrucciones vasco-navarras de autogobierno y de administración de justicia y exenciones fiscales y de quintas

En el aspecto militar diferenciamos tres etapas:
de 1833 a 1835, fracasa el intento carlista de ocupar Bilbao.Entre 1835 y 1837, columnas armadas carlistas penetraron en territorio adversario y recorrieron con gran rapidez pero sin éxito casi toda la península. Los carlistas son derrotados por Espartero.De 1837 a 1840, el ejército carlista, sufrió continuas derrotas en el campo de la batalla. Se puso fin a la guerra en 1839 con el Convenio de Vergara firmado por Maroto  y Espartero.


El Convenio de Vergara, contenía una ambigua promesa de mantenimiento de los fueron vascos-navarros. Sin embargo, después, se promulgaron leyes según las cuales Navarra perdía sus aduanas y sus instituciones políticas, pero conservaba privilegios fiscales y militares.

La sublevación carlista forzó a María Cristina, a confiar en aquellos que habían sido adversarios de su esposo e introducir reformas políticas. Durante la guerra civil se reforzó el vínculo entre el movimiento liberal y la defensa de la princesa Isabel. María Cristina asumió en 1833 la Regencia

En 1834 se promulgo el Estatuto Real, que supuso la transición de la monarquía absoluta a la constitucional y contribuyó a estrechar la adhesión de los liberales a la causa isabelina. Su promulgación demostraba que María Cristina se vio presionada a transformar el sistema político para satisfacer a los liberales.

El Estatuto Real era una carta otorgada, una ley fundamental concedida por un monarca que renunciaba sus competencias. En realidad era un reglamento de reforma de las Cortes consideradas como un consejo asesor de la Corona; así se organizo un sistema bicameral: la Cámara Alta “de Próceres”, compuesta por los Grandes de España y la Cámara Baja “de Procuradores”, cuyos componentes se elegían por sufragio restringido. Estas cámaras poseían funciones limitadas, en el Estatuto Real, se reservaban al rey la potestad de convocar y suspender las reuniones de Cortes, y en el proceso de elaboración de una ley era necesaria la aprobación de las dos Cámaras y el consentimiento de rey. El Gobierno pasó a ser el órgano central político-administrativo.

Durante la guerra civil se produjo la división del liberalismo en los liberales progresistas,  cuya ideología es el liberalismo radical, formados por los liberales más radicales del Trienio, mantenían un proyecto ideológico caracterizado por la realización de reformas profundas y radicales, soberanía nacional representada en las Cortes, limitación al máximo del poder de la corona, defensa del liberalismo económico y reducción de los aranceles aduaneros, entre otras. Sus apoyos sociales eran las pequeñas clases medias urbanas.
 Espartero, Mendizábal, Madoz, Olózaga y Prim fueron de sus principales dirigentes. En 1849, surge el partido demócrata,  para defender el sufragio universal, reclamar la asistencia social estatal y unas amplias libertades individuales y sociales. Los otros eran los liberales moderados, se basaban en el liberalismo doctrinario formado por los liberales más moderados, la nobleza y el clero que rechazan el carlismo, defenderán el reinado de Isabel II, se caracterizaban porque sostenían la necesidad del orden y de una autoridad fuerte, rechazaban cambios que pusieran en peligro sus propiedades, derechos individuales reducidos y derechos colectivos inexistentes, defendían el proteccionismo económico, entre otras. Se materializo en la Constitución de 1845. Los soportes sociales eran los terratenientes, los grandes industriales, hombres de negocios y los banqueros. Sus líderes son Martínez de la Rosa, Narváez y Alejandro

Mon


Progresistas y moderados, eran “partidos de notables”, agrupaciones poco numerosas formadas por personas con prestigio y fortuna para atraer votos y cubrir gastos.

El final del Estatuto Real tuvo lugar en 1836, tras la sublevación de los sargentos en la Granja de San Ildefonso invadieron el Palacio Real, forzando a la reina regente a suspender el Estatuto y a restablecer la Constitución de 1812. Con los liberales progresistas en el gobierno, se emprendió la elaboración en Cortes de la Constitución de 1837, que establece la monarquía constitucional en España. El  contenido de esta Constitución, se resumen en, soberanía Nacional, división de Poderes, el poder legislativo recae en las dos Cámaras, Congreso de Diputados y Senado, el rey posee el poder ejecutivo. La Constitución definía el resto de las atribuciones regias, reconocimientos de los derechos individuales y de la libertad de imprenta como garantía de la libertad de expresión y no prohibía otras religiones.

Las diferencias que presentaba con respecto a la de 1812 eran cortes bicamerales frente a las Cortes unicamerales, en la nueva Constitución la figura del rey es más fuerte, acumula más poder y funciones. En cuanto a la cuestión religiosa, la Constitución 1812 prohibía otras religiones que no fuesen la católica, el nuevo no, también se abandonó el sufragio universal indirecto reconocido en 1812 y se contempló con la Ley Electoral de 1837, que establecía el voto directo y el sufragio restringido masculino.

María Cristina fue obligada a renunciar a la regencia en 1840 por enfrentarse a los liberales progresistas. La reina defendía, su designación regia, lo que convertía a los alcaldes y concejales en delegados del gobierno central. Mª Cristina marchó al destierro. Entre 1841 y 1843 Espartero, resultó elegido por las Cortes para asumir la regencia. Las victorias militares contra los carlistas le convirtieron en el ídolo de los progresistas. Durante su regencia se aceleró la desamortización eclesiástica y se recortaron los fueros vasco-navarros, gobernó de manera autoritaria. En diciembre de 1842 tras el acuerdo comercial librecambista con Gran Bretaña, estalló un levantamiento en Barcelona que unió a patrones burgueses y obreros. Espartero perdió el prestigio personal y la regencia tras una sublevación impulsada por los moderados dirigidos por Narváez. Espartero pasó al exilio a Londres y después, volverá a ser jefe de gobierno.  

En conclusión, triunfan las ideas liberales frente a las ideas absolutistas defendidas por los carlistas y durante el inicio del reinado de  II hasta 1843, con la mayoría de edad de la reina, se suceden en el gobierno dos regencias: la de María Cristina con el triunfo de las ideas moderadas y la de Espartero con el triunfo de las ideas progresistas.

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