20 Jul

La Cosmovisión: Definición y Tipos

Una cosmovisión es el conjunto de ideas sobre el universo que están vigentes durante una época determinada. Se pueden dividir en:

  • Cosmovisión mítica: Ideas acerca del universo basadas en creencias y especulaciones, sin ningún tipo de rigor racional.
  • Cosmovisión científica: Ideas que nos proporcionan una imagen del mundo basadas en la razón y que están sometidas a una revisión continua. Se caracteriza por ser coherente y por no ser narraciones imaginativas, sino evidencias procedentes de nuestra experiencia y contrastadas por la realidad.

Las Tres Cosmovisiones Científicas (Paradigmas)

Thomas Kuhn, en su influyente obra La estructura de las revoluciones científicas, define el paradigma como el conjunto de teorías, experimentos y métodos científicos que guardan relación entre sí y que ofrecen una imagen unitaria de la realidad. Sin embargo, también existen anomalías que la ciencia no puede explicar ni ajustar a este paradigma, por lo que se acaban dejando de lado y olvidándose.

El cambio de un paradigma a otro se explica cuando las anomalías se acumulan y forman un número importante, creando una crisis en el paradigma vigente y provocando una revolución y un cambio. El nuevo paradigma es diferente y ofrece distintas explicaciones de la realidad, pero con el tiempo también irá acumulando diferentes anomalías que le obliguen de nuevo a cambiar.

1. El Paradigma Antiguo (Cosmovisión Geocéntrica)

Los astrónomos de la antigüedad compartieron una serie de características y una visión uniforme acerca de la composición del universo. Sus principales características eran:

  • Todos los movimientos de los cuerpos celestes eran circulares y uniformes alrededor de un centro.
  • El universo era geocéntrico: la Tierra era el centro.
  • El cosmos era eterno, no había sido creado por nada.
  • Era pleno: no existía el vacío, ya que estaba compuesto por materia (visible o no).
  • Era finito: existía una pared esférica formada por las estrellas fijas.

2. El Universo Aristotélico: Un Cosmos Organizado

Aristóteles concibe el universo como un gran organismo donde todas sus partes están interrelacionadas entre sí. Sus características principales son:

  • Todas las partes del cosmos forman una unidad; los cuerpos celestes están interrelacionados y su movimiento afecta a los otros y viceversa.
  • El universo tiene una finalidad y una meta (telos) que persigue.
La composición del universo aristotélico:
  • El mundo supralunar: La Luna y los planetas están dentro del incorruptible éter. Las esferas están en continuo movimiento. Aristóteles pensaba que los planetas estaban atrapados dentro del éter que componía la esfera, y por tanto el movimiento de esta arrastraba al del planeta. Pero el movimiento se produce por algo exterior a las esferas; habla de una fuerza exterior (el Primer Motor Inmóvil) que rota la esfera que está más al exterior, que a su vez hace rotar a la esfera inmediatamente interior y así hasta llegar a la Tierra.
  • El mundo infralunar: Formado por tierra, aire, agua y fuego, cuyo movimiento de las esferas exteriores a la Tierra hace que esta empiece a rotar, mezclando los elementos, generando los fenómenos terrestres y explicando el nacimiento y la muerte de los seres vivos.

3. El Paradigma Moderno: Hacia una Visión Mecanicista

El paradigma moderno se caracteriza por los siguientes principios:

  • Principio de Economía (o Parsimonia): La explicación más simple es la correcta.
  • Regularidad: Los sucesos naturales ocurren bajo las mismas circunstancias.
  • Conservación: Ciertos elementos se conservan a pesar de los cambios a su alrededor.
  • Continuidad: En la naturaleza no existen saltos abruptos, sino cambios de estado graduales.
Figuras Clave en el Paradigma Moderno:
Nicolás Copérnico: El Giro Heliocéntrico

Aporta su concepción heliocéntrica del universo, que nos quita del centro del universo y de la idea de que todo gire a nuestro alrededor. En esta visión, formamos parte de un sistema de planetas que giran alrededor del Sol, pasando de ser lo más importante a ser uno más. El Sol ocupa el centro del cosmos y la Tierra es un planeta más que gira a su alrededor. Su obra, De revolutionibus orbium coelestium, fue publicada póstumamente.

Explicó que la Tierra tiene tres tipos de movimientos: Rotación (gira sobre su propio eje), Traslación (gira alrededor del Sol) y Precesión (ligeros cabeceos del eje terrestre que duran aproximadamente 25.000 años).

Sin embargo, esta visión siguió manteniendo aspectos del paradigma antiguo: las órbitas eran circulares y el universo finito.

Su obra pasó completamente inadvertida para la religión, ya que la Iglesia, al contradecir el geocentrismo aparecido en la Biblia, empleó su poder para que sus ideas no prosperasen. También fue ignorada por la ciencia de su tiempo, ya que no explicaba, por ejemplo, por qué un objeto lanzado verticalmente caía en la misma posición, a pesar de que la Tierra giraba sobre sí misma y alrededor del Sol.

Giordano Bruno: Un Universo Infinito

Defendió la teoría heliocéntrica y mostró las debilidades del paradigma aristotélico, adelantando ideas que contradecían tanto a Aristóteles como a Copérnico:

  • Las estrellas no son fijas; si lo parecen es debido a su inmensa distancia. Por lo tanto, tampoco existen esferas celestes, sino que están dispersas por el universo.
  • El universo es infinito, porque no tenía sentido un límite como el impuesto por Aristóteles.
  • Existen infinitos sistemas solares como el nuestro, muchos de los cuales podrían albergar vida.
Tycho Brahe: La Observación Empírica

Fue uno de los principales astrónomos de la época, destacando por ser el primero en contrastar de forma empírica (mediante la observación) hechos que entraban en conflicto con el paradigma aristotélico. Su observación más famosa fue la supernova de 1572, cuya aparición demostró que el universo supralunar no era eterno e inmutable, sino corruptible y cambiante, sujeto a fenómenos nuevos.

Confirmó una hipótesis de Bruno (la inexistencia de las esferas celestes) al observar los cometas de 1577 y 1583, que traspasaban lo que deberían ser las esferas aristotélicas. Rechazó tanto el heliocentrismo como el geocentrismo, optando por un modelo intermedio (el sistema tychónico) en el que la Tierra se mantenía en el centro, el Sol giraba a su alrededor, y el resto de planetas giraban a su vez alrededor del Sol.

Johannes Kepler: Órbitas Elípticas

Fue discípulo de Brahe y defendió la teoría heliocéntrica. Mediante la observación, pudo concluir y derribar la idea de que las órbitas eran circulares. Comprendió que las órbitas describen una elipse y que la velocidad de los planetas no era uniforme: si un planeta se acercaba al Sol, aceleraba su velocidad. Sin embargo, aún no comprendía la ley de la gravedad.

Galileo Galilei y la Nueva Física

En sus obras, como Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo, están expuestas las observaciones que pudo realizar gracias al telescopio. Sus principales conclusiones fueron:

  • El geocentrismo es erróneo; no todos los planetas giran alrededor de la Tierra, por lo que no somos el centro del universo.
  • El universo no es perfecto ni inmutable; basado en las manchas solares que observó, si estas existen, el Sol no es una esfera perfecta e inmutable, sino que está sujeto a cambios.
  • El universo no está hecho a medida del ser humano; esta idea, que podía molestar a la Iglesia, se basaba en la observación de que sería absurdo que Dios hiciera el universo para el hombre si este ignora la inmensa mayoría de las estrellas.

Además, estudió el movimiento de los cuerpos, llegando a las siguientes conclusiones:

  • Principio de Inercia: Un cuerpo permanece en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme a menos que una fuerza externa actúe sobre él. Gracias a este principio, algunos movimientos propuestos por Copérnico quedaron explicados.
  • Caída de los graves y movimiento parabólico: Un cuerpo en caída libre alcanza una determinada velocidad independientemente de su peso (en ausencia de resistencia del aire). Con el estudio del movimiento parabólico, sentó las bases de la física moderna.
El Mecanicismo: El Universo como Máquina

Desarrollado principalmente por René Descartes, esta visión del mundo se sostenía en la idea de que el universo funciona como una máquina, donde los fenómenos se explican por el contacto físico y el movimiento de sus elementos. Aunque parte de la idea aristotélica de que un movimiento causa otro, el mecanicismo lo concibe como un movimiento mecánico y predecible de las cosas.

Al estar el mundo configurado como una máquina, sus sucesos son altamente predecibles, puesto que los movimientos son repetitivos y gobernados por leyes fijas.

Tuvo un impacto significativo en la medicina, donde se abandonó la visión mágica de las enfermedades y curas, y se comenzó a contemplar el cuerpo como una máquina que debe ser mantenida para su correcto funcionamiento.

Isaac Newton y el Determinismo Universal

Considerado uno de los científicos más importantes, Isaac Newton destacó por el desarrollo del cálculo infinitesimal (en conflicto con Leibniz) y por establecer la Ley de la Gravitación Universal y las leyes fundamentales del movimiento de los cuerpos.

Según él, todos los fenómenos en el mundo y el universo ocurren en un espacio y un tiempo absolutos (es decir, son los mismos en todas partes e independientes de la velocidad del observador).

La Ley de la Gravitación Universal establece que la fuerza gravitatoria es directamente proporcional al producto de las masas de los cuerpos e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa. Esto implica un determinismo intrínseco, pues mediante leyes matemáticas podemos deducir lo que ocurrió y ocurrirá; estamos sometidos a un destino en la configuración del mundo, y este destino es descifrable mediante el lenguaje matemático. El problema, sin embargo, es que explicaba cómo actuaban los cuerpos, pero no el mecanismo por el cual sus fuerzas se transmitían a distancia.

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