28 Abr
Civilización Romana
Ninguna otra cultura de la Antigüedad ejerció un dominio tan duradero y tan extenso en términos geográficos como la romana.
Orígenes y Monarquía
La carencia de fuentes fidedignas acerca de los orígenes de Roma se suple mediante el análisis de los mitos y leyendas que se originaron en torno a su fundación. Según la leyenda, los hermanos Rómulo y Remo, salvados de las aguas y amamantados por una loba en la gruta del Lupercal, fueron finalmente recogidos por unos pastores. Rómulo fundó Roma, según el rito etrusco, en el año 753 a.C. Actualmente se cree que Roma fue el resultado de un proceso de unificación de colonias, y no la acción de un único fundador.
La monarquía fue la primera forma de organización política en Roma. Este periodo se extiende cronológicamente entre el 754/753 a.C. y el 509 a.C. y fue gobernado por siete reyes: cuatro de origen latino-sabino (Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio) y tres de origen etrusco (Tarquinio el Antiguo, Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio).
La República (510-27 a.C.)
El proceso político que llevó a Roma a constituirse en una ciudad-Estado republicana es el resultado de una evolución lenta, que se extiende desde el siglo VI hasta el IV a.C. En sustitución del rey, el conjunto de la ciudadanía elegía anualmente a dos magistrados.
El carácter del Senado, órgano asesor ya existente durante la monarquía, fue modificado al permitirse el ingreso de los plebeyos, conocidos como conscripti, por lo que la denominación oficial de los senadores pasó a ser patres conscripti (padres conscriptos).
En el 494 a.C., la secesión al Aventino de los plebeyos obligó a las clases patricias a conceder la institución de los tribuni plebis (tribunos de la plebe). La constitución de un decenvirato (comisión de diez hombres) en el 471 a.C. resultó en la redacción de un código legal veinte años después. En el 455 a.C. la Ley Canuleya declaró legalmente válidos los matrimonios entre patricios y plebeyos. En virtud de las Leyes Licinias-Sextias (367 a.C.), uno de los dos cónsules debía ser plebeyo. El resto de las magistraturas se abrieron gradualmente a los plebeyos.
Estos cambios políticos dieron paso a una nueva aristocracia compuesta por patricios y plebeyos enriquecidos, propiciando que el ingreso en el Senado fuera casi un privilegio hereditario de estas familias. El Senado se convirtió en un órgano fundamental de poder; aunque el ascenso de esta nobilitas puso fin a las disputas entre los dos grupos sociales, la posición de las familias plebeyas más pobres no mejoró, y el agudo contraste entre las condiciones de los ricos y las de los pobres originó a finales de la República las luchas entre el partido aristocrático y el popular.
Roma aplicó durante este periodo una política exterior expansionista. En el 264 a.C. Roma comenzó su lucha con Cartago por el control del mar Mediterráneo. Tras las Guerras Púnicas, en las que Roma venció, ocuparon el vacío dejado por los cartagineses y dominaron numerosos territorios extraitalianos. Durante los siglos III y II a.C., Roma hubo de enfrentarse a Macedonia por el dominio del mar Egeo en las denominadas Guerras Macedónicas. Tras estas, el Mediterráneo oriental también cayó bajo el mando romano. Roma había creado, en 131 años, un imperio que dominaba el Mediterráneo desde Siria hasta Hispania.
Como resultado de esas conquistas, los romanos entraron en contacto con el mundo griego, adoptando gran parte de su cultura, arte, literatura, filosofía y religión. Con la adquisición de tan vastos territorios comenzaron los problemas internos de Roma, como la llamada Guerra Social y las Guerras Civiles, que fueron minando el sistema republicano hasta que Octavio impusiera el sistema imperial romano.
La Roma Imperial (27 a.C.-476 d.C.)
El Imperio es el periodo de la historia de Roma caracterizado por un régimen político dominado por un emperador, y comprende desde el momento en que Octavio recibió el título de Augusto (27 a.C.) hasta la disolución del Imperio romano occidental (476 d.C.).
El Imperio sucedió a la República de Roma, y Augusto, como princeps (primer ciudadano), mantuvo la constitución republicana hasta el año 23 a.C. El Senado conservó el control de Roma, la península Itálica y las provincias más romanizadas y pacíficas. Las provincias fronterizas, donde fue preciso el acuartelamiento estable de legiones, estaban gobernadas por legados nombrados y controlados directamente por Augusto. La corrupción y extorsión que habían caracterizado a la administración provincial romana durante el último siglo de la República no fue tolerada, beneficiando especialmente a las provincias. Augusto introdujo numerosas reformas sociales. Embelleció Roma con templos.
Las dinastías que siguieron a la instaurada por Augusto fueron la de los Flavios y la de los Antoninos, que comprendieron una cronología entre los años 69 y 192 d.C., y durante las cuales se mostró la prosperidad económica y la grandeza del Imperio, así como su máxima expansión territorial. Tras estas dos dinastías, se puede decir que comenzó el ocaso de Roma.
A finales del siglo II, la prosperidad económica y la paz que habían caracterizado al Imperio empezaron a resquebrajarse. Se inició, así, la crisis del siglo III, que sería el principio del fin del Imperio romano de Occidente. Entre los factores que incidieron en esta crisis podemos citar:
- La subida de los precios de los productos;
- La subida de los impuestos;
- Las invasiones de pueblos bárbaros;
- Los conflictos internos entre emperadores; etc.
Aunque en el siglo IV d.C. hubo intentos de restaurar la grandeza del Imperio, como la política llevada a cabo por emperadores como Diocleciano (284-305), que estableció la tetrarquía; Constantino (306-337), que estableció la libertad religiosa en el 313 y una monarquía de tipo oriental; o Teodosio, que dividió el Imperio en dos mitades, la caída del Imperio romano estaba ya cerca.
A lo largo del siglo V, el doble proceso de empobrecimiento del estado y ruralización de la economía fue especialmente grave en la mitad occidental, que desapareció cuando un jefe militar germano depuso al último emperador, Rómulo Augústulo (476 d.C.). El Imperio de Oriente, también llamado Imperio bizantino, perduró hasta 1453.
El Legado de Roma
La Helenización de Roma
La helenización de Roma se produjo entre los siglos III y I a.C. Se inició con las acciones de la política imperialista romana. Los contactos empezaron ya en el sur de Italia (Magna Grecia), pero se robustecieron después de las guerras contra Macedonia y la conquista definitiva de Grecia. Las nuevas riquezas procedentes de las campañas bélicas permitieron financiar la imitación de los edificios griegos y la adquisición de obras de arte, mientras que la religión recibió aportes del mismo origen. En todo esto hubo un deseo de asimilar una civilización que se admiraba profundamente.
La educación romana, a partir del siglo III, se confió en muchos casos a esclavos griegos (pedagogos). Más tarde se abrieron escuelas donde se impartía una enseñanza bilingüe, etc.
La Religión Romana
Decir que la religión romana es, sin más, una copia de la griega es algo que ocurre muy a menudo. Sin embargo, aunque el peso de la religión griega es fundamental en la configuración de las creencias romanas, existen varias diferencias importantes:
- La religión romana es fundamentalmente sacerdotal;
- La religión romana no solo no es iniciática ni mística como la griega, sino que incluso rechaza estos elementos dentro de la religión, considerándolos propios de la superstición;
- La religión romana carece del carácter mántico propio de la griega;
- La religión romana carece del carácter agonístico de la religión griega. Los Juegos Romanos –en su mayoría de procedencia etrusca– difieren de los Juegos helénicos;
- La religión romana carece de mitología;
- En Roma existió el culto imperial; etc.
La religión romana, como coinciden todos los autores, tiene estas características:
- Ausencia de dogmas de fe;
- Su carácter político y cultural.
Los romanos, así, fueron politeístas. Adoptaron dioses, ritos y creencias de los pueblos que conquistaron, pero hicieron sus propias aportaciones en la configuración de su religión.
La Literatura y el Latín
El supremo logro artístico de Roma fue la poesía, y Virgilio fue el poeta más importante, con obras como la Eneida, las Geórgicas o las Bucólicas. También destacó Ovidio y sus Metamorfosis. También la historiografía romana cuenta con autores importantes: Tito Livio, Tácito, etc. Cicerón es el prosista más completo de las letras romanas.
La mayoría de las lenguas europeas, en su origen, evolucionaron del latín, una lengua que ha perdurado en la cultura occidental hasta nuestros días.
El Derecho Romano
Derecho y política marcharon paralelos en Roma, y sus creaciones son la base del pensamiento jurídico europeo.
El Derecho romano es un conjunto formado por las disposiciones jurídicas y el sistema legal desarrollado en Roma desde la primera compilación de leyes, conocida como la Ley de las Doce Tablas, en el año 450 a.C., hasta la muerte de Justiniano I, soberano del Imperio bizantino, en el año 565 d.C.
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