15 Dic

CRÍTICA A LA METAFÍSICA TRADICIONAL
Kant afirma en sus textos que la metafísica es la más antigua de todas las
disciplinas y que ella seguiría existiendo aunque todas las demás disciplinas desapareciesen. Ya Aristóteles, definió la metafísica como Filosofía Primera, como “la ciencia que estudia el ser en cuanto el ser”, es decir, frente al resto de ciencias particulares (Física, química, biología), que sólo estudian parcelas del ser, una parte del ser, la metafísica lo abarca todo. Ahora bien, Kant afirma que la metafísica como disciplina que ha querido siempre conocer el modo enteramente a priori ha resultado, un completo fracaso. Esto es así porque la metafísica especulativa, es un intento inútil de hacer ciencia de aquello que está más allá del espacio y del tiempo, de aquello que no se fenómeno, del noúmeno, de lo que es simplemente incognoscible porque no puede darse intuición empírica alguna de ello. Repitamos el grave error de la metafísica especulativa: pretende estudiar el noúmeno, como si fuese ciencia, como fenómeno. Expliquemos detalladamente cómo realiza Kant esta crítica a la metafísica tradicional. El análisis más detallado de la metafísica especulativa (la razón pura, es decir, la razón en su uso especulativo, razón teórica, no puede conocer fenoménicamente, empíricamente, el noúmeno) lo realiza Kant en la Dialéctica Trascendental. En esta parte de la obra Kant estudia la razón (capacidad humana de unir juicios para formar razonamientos), y las tres formas a priori de la razón: las ideas de dios, Alma y Mundo.
Kant afirma que las ideas del alma, mundo y dios son tres formas a priori de la razón, por eso podemos decir con cierto regusto platónico, que la razón, por su naturaleza dialéctica, también tiene una naturaleza metafísica. La metafísica es, así, algo más que una disciplina filosófica; es una disposición natural de la mente. Ésta, aunque sin posibilidad de respuesta alguna, siempre se está interrogando por cuestiones que no pueden ser resueltas científicamente:
“¿Qué sentido tiene mi vida?”. ¿Soy libre?… Son cuestiones que tampoco
pueden ser eliminadas. Por eso, en sus textos dice Kant que aunque la
metafísica no haya encontrado el camino seguro de la ciencia, la naturaleza ha dotado a nuestra razón con el afán incansable de perseguir este camino como una de sus cuestiones más importantes. No obstante, merece que repitamos la afirmación principal: La metafísica como ciencia de Dios, del alma y del mundo como un todo, en definitiva, la metafísica especulativa, nunca ha podido ni podrá convertirse en ciencia, y la razón es clara: usa las categorías y los conceptos del entendimiento para aplicarlas a lo que no puede ser intuido empíricamente, a lo que no es ni puede ser objeto de
experiencia. He aquí su error, halla por ejemplo de Dios como una sustancia o como causa del mundo. Aplica, por tanto, las categorías de “sustancia” y “causa” a algo que no es sino una idea de la razón, hace un uso ilegítimo de las categorías, ya que las categorías sólo tienen un ámbito legítimo de aplicación:
el ámbito del fenómeno, de la experiencia. La metafísica especulativa comete, así, el error de tratar las ideas del alma,
Mundo y Dios como si fuesen realidades empíricas y, por tanto, cognoscibles. Pero este uso de las ideas, que Kant llama constitutivo (ilegítimo) conduce a ilusiones o negaos de carácter trascendental. Estamos aplicando ilegítimamente tres categorías a realidades no fenoménicas (nouménicas, dice Kant), de las que jamás podremos tener experiencia alguna. Pero de las ideas de la razón puede hacerse, según Kant, otro uso: el uso regulativo. Si en el anterior, el constitutivo, las ideas eran tratadas como existentes, Kant propone que las tratemos como si existieran. Podemos dar una respuesta definitiva (científica) a preguntas tales como “¿Existe Dios?”, ¿Soy libre?, pero al mismo tiempo se encuentra necesario postularlas, tanto desde el punto de vista teórico como desde el punto de vista práctico. La metafísica crítica tendría, en definitiva, dos utilidades:
Negativa: Consiste en situar el límite de todo conocimiento objetivo posible en la experiencia y, por tanto, en negar todo valor científico de la metafísica especulativa.
Positiva: Consiste en señalar un conjunto de cuestiones que la ciencia nunca puede responder y, por tanto, en apuntar la posibilidad de un saber (no científico) que haga de lo práctico-moral objeto de sus investigaciones. Es la metafísica de las costumbres. La metafísica especulativa es, en este sentido, tal y como veremos en el próximo apartado, un intento inútil de hacer ciencia de aquello que está más allá del espacio y del tiempo, de aquello que no es fenómeno, del noúmeno, de lo que es simplemente incognoscible porque no puede darse intuición empírica alguna de ello.
La metafísica como disciplina que ha querido siempre conocer el mundo
enteramente a priori ha resultado, por eso, un completo fracaso. Sólo habría, en definitiva, dos clases de metafísica viables: la metafísica crítica, la que se encarga de estudiar la naturaleza y los límites de nuestra razón la que hace Kant en la Crítica de la razón pura; otra, la metafísica de las costumbres, cuyo campo de estudio, como veremos después, es el de la moralidad. 

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