26 Mar

CAPÍTULO 1: Perdido

Golfín sale para visitar a su hermano en las minas de Socartes. Mientras continua con su recorrido, Golfín musita para sí adelante, siempre adelante, son las palabras dichas por las últimas personas que encontró a su paso y que indicaban la ubicación de las minas. Después de mucho caminar, Golfín encuentra un campo de explotación minera, su asombro sobrevino al corroborar que estaba abandonado. Mientras se sobreponía de su asombro, Golfín se encuentra con un joven que le indica que efectivamente está en la mina
Socartes, pero muy lejos del establecimiento que es ahora la entrada principal. El joven ofrece servirle de guía hasta allá. La última sorpresa que guarda la noche para Golfín es que el amable joven que le serviría de lazarillo es ciego.

CAPÍTULO 2: Guiado

Ya una vez emprendida la marcha rumbo la entrada principal, Golfín sigue sorprendido de que un joven ciego sea su guía. Mientras recorren el dificultoso camino, el joven hace una detallada descripción de lo que a su paso encuentran. El joven parece poder prescindir por completo de la vista para conocer con enorme exactitud la ubicación y composición de las cosas que lo rodean. Una vez que hubieron recorrido una de las cuevas se encuentran con la muchacha que ya antes Golfín había escuchado mientras estaba perdido—es Marianela—repuso el joven ciego—ahora ella se encarga de llevarlo a las oficinas. Golfín y el se despiden con la promesa de volverse a encontrar y así comienza una amistad.

CAPÍTULO 3: Un diálogo que servirá de exposición

Golfín es guiado por Nela hacia las oficinas de la mina. La curiosidad que le despierta su nueva guía hace a Golfín preguntarle a Nela sobre su vida. Así es como Golfín se entera de que Nela es huérfana. Ella misma le relata las desventuras que pueblan su pasado y su presente. Golfín se sorprende al escuchar de la propia Nela la pobre opinión que de sí misma tiene. Nela explica a Golfín cuál es el origen de su nombre; le habla de Canela, su madre. Golfín descubre que es sólo el joven Pablo el que muestra afecto hacía Nela. Ya una vez cerca de la mina, las notas de un piano y el aviso de Nela anuncian a Golfín que está cerca de su ansiado encuentro con Carlos, su hermano.

CAPÍTULO 4: La familia de piedra

Un rincón de la casa de los Centeno es lo único que por morada tiene la Nela. El maltrato y la displicencia que de ellos recibe Nela, es solamente una consecuencia de la indiferencia y el maltrato que los propio hijos del matrimonio Centeno reciben. Los Centeno son un matrimonio ocupado en la acumulación del dinero producto del trabajo en la mina de todos los miembros de la familia. El hijo menor—Celipín—era el único con aspiraciones más allá del trabajo en la mina, y el único con quien Nela se relaciona. Su relación se estrecha cada vez más a partir de la complicidad de ella en los planes secretos de Celipín para estudiar. Nela es también la única que contribuye para llevarlos a cabo, cada que tiene ocasión la Nela le cede el dinero con que la gente obsequia los favores recibidos de ella.

CAPÍTULO 5: Trabajo, paisaje, figura

El amanecer llega a la mina de hierro y sus alrededores. El pueblo se despierta con la campana—los hombres salen de sus casas para entrar otro día al trabajo durísimo de la mina, las mujeres a lavar el mineral extraído, las mulas a cargar de nuevo su tarea sobre lomos. Con la salida del sol, Socartes y su población resplandecen purpúreas, el fino polvo que es subproducto de la siderurgia. La Nela también sale, a la casa de Pablo, el joven ciego que acompañaba a Golfín el día anterior. Nela, el lazarillo de Pablo, sale con él a caminar por los campos.

CAPÍTULO 6: Tonterías

Nela, Pablo y el perro Choto caminan hacia el bosque. Como todos los días que salen, Pablo trae a Nela unos regalitos: un dulce, un chocolate, unas nueces. Son las pequeñas riquezas que le faltan a Nela en su vida frugal con los Centeno.

Nela explica la dicotomía de su vida

De día anda feliz en sus salidas con Pablo pero de noche no encuentra la felicidad en casa. En el camino, ella describe los detalles del campo y le ofrece sus propias explicaciones supersticiosas de la naturaleza: como que las estrellas son almas salvas que bajan del cielo a revelar secretos a los humanos. Pablo le dice que le pedirá a su padre que la enseñe a leer, para que pueda usar sus dones intelectuales y creativos para mejorar con la educación y razón.

CAPÍTULO 7: Más tonterías

Nela y Pablo llegan a la entrada del bosque, de donde se puede ver un pedazo del mar a la distancia. Se sientan juntos para descansar entre unos nogales, y Pablo cuenta a Nela de los libros de historia y ciencia que su padre le leía por las noches. Pero la noche anterior su padre leyó de Las mil y una noches una descripción de la belleza. Pablo confiesa a Nela que no necesita usar sus ojos para saber que ella es el epítome de la belleza como en el libro… una mujer modesta, cariñosa, hermosa como los ángeles. Nela niega que sea una mujer así—en la realidad es una mujer sencilla y fea. Pablo lamenta que la vista haya robado a los hombres la capacidad de conocer la belleza verdadera y admite que está enamorado de ella. Después, la pareja regresa a casa, para encontrar el padre de Pablo con Golfín.

CAPÍTULO 8: Prosiguen las tonterías

Pablo comparte con Nela la esperanza que inunda su espíritu al escuchar de Golfín y de su padre que el destino guarda para él la esperanza de ver. Pablo traduce su esperanza en la concreción del anhelo por ver a su amada Nela. Por su parte, Nela comparte la dicha de Pablo por volver a ver, sin embargo en su corazón crece la zozobra de que una vez recuperada la vista de Pablo, la belleza que él atribuye a su espíritu no coincida con su exterior. La noche anterior Pablo no logró dormir por el arrebato de esperanzas que provocaron en él las buenas noticias, por lo que se quedó dormido en el regazo de la Nela durante su paseo, mientras tanto Nela creía escuchar la voz de su madre que provenía del fondo de la Trascava…

CAPÍTULO 9: Los Golfines

A poco tiempo de haber llegada a la mina, Golfín la conoce de punta a punta. Cuando hace buen día, la familia Golfín gusta de hacer caminatas por los alrededores de la mina, cuando no, la familia se reúne en torna al piano y se deleitan cantando. Sofía(su cuñada)era aficionada a la obras de caridad, en Madrid había organizado algunos eventos en beneficio de los pobres, a lo que Golfín le reprocha su falta de atención a los pobres de su alrededor, en particular de Nela. Al matrimonio Golfín no le sobrevivía ningún hijo, por lo que Golfín sugiere que podrían adoptar a Nela. Después de un incidente la Nela se espina un pie y Golfín la lleva en hombros de regreso a casa.

CAPÍTULO 10: Historia de dos hijos del pueblo

A Sofía y Carlos, Golfín relata la historia de él y su hermano, mientras Sofía bromea insinuando que está exagerando demasiado. Golfín les cuenta como aprendió a leer, como entró en el Escalapios, cómo estudiaba la medicina, y cómo los hermanos se cuidaban en sus dificultades financieras mientras. Sigue relatando como Carlos encontró trabajo y Golfín salió para América. Después del relato, Carlos admira a su hermano Teodoro por su determinación en devolverle la vista a Pablo, mientras Sofía sigue burlándose de él. Llegan los tres en compañía de Nela a la casa de Don Penáguilas. Atardece.

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