02 Ago

El Renacimiento: la poesía


Garcilaso de la Vega

Poeta español del Siglo XV, prototipo del caballero renacentista: soldado y hombre de letras. Tras la poesía cancioneril siguió tendencias petrarquistas (a imitación de Petraca, describía sus sentimientos amorosos y empleaba la naturaleza como marco de reflexión y medio para retratar a su amada) para llegar a la sobriedad formal y expresiva. Sus temas predominantes fueron el amor y la naturaleza, y sus composiciones carácterísticas, los sonetos y las églogas. Algunas de sus obras destacadas son: En tanto que de rosa y azucena, Leandro el animoso, Égloga I y Égloga III.

Lírica de Cancionero

Recopilación de poemas en la que conviven la poesía popular y la poesía culta.

Poesía renacentista

Representa la simultaneidad de la corriente tradicional (de carácter oral) y la corriente culta (incorporación de los logros italianos: el amor petrarquista, la idealización de la naturaleza, los mitos clásicos, el endecasílabo y el soneto). Los motivos poéticos de influencia clásica son: el carpe diem; el collige, virgo, rosas; el locus amoenus; el Áurea mediocritas; y el beatus ille. Los grandes temas son el amor, la naturaleza y la mitología. El amor está influido por la filosofía neoplatónica (defensa de los seres naturales como reflejo de la divinidad) y tiene una concepción petrarquista (está desligado de los apetitos carnales).

La naturaleza es apacible y armoniosa y aparece idealizada. La mitología está muy presente en las obras renacentistas y se concreta en  la huida del mundo, la uníón mística y el ideal patriótico.

El lenguaje poético se caracteriza por el seguimiento de cuatro ideales clásicos: sobriedad, naturalidad, selección y elegancia.

Renacimiento español

El Renacimiento es un movimiento cultural que abarca todos los aspectos de la actividad humana. Se desarrolla, primero en Italia (Siglo XIV) y luego en España (XVI). Sus dos pilares básicos son la imitación de los modelos clásicos y la aplicación de los principios del humanismo (profundo conocimiento de la antigüedad grecolatina; anhelo de restauración de los ideales clásicos; defensa del estudio, lectura y uso de las lenguas clásicas; valoración entusiasta del mundo y de la dignidad del ser humano). Se revitalizan ideas filosóficas anteriores (el escepticismo, el epicureísmo, el estoicismo, el neoplatonismo y el erasmismo) y la persona se sitúa como centro del universo (antropocentrismo).

El Renacimiento español se desarrolla en España en el Siglo XVI. Se divide en dos etapas:

– Primer Renacimiento o época de Carlos I: aparecen el neoplatonismo y el erasmismo y se introduce la poesía italianizante, de influencia petrarquista. Su máximo representante es Garcilaso de la Vega.

– Segundo Renacimiento o época de Felipe II: (se acentúa lo religioso y lo nacional.). Su máximo representante es fray Luis de León.

San Juan de la Cruz

Poeta español del Siglo XV. Exprésó literariamente la uníón del alma con Dios como una forma de relación amorosa (tema místico). Uníó rasgos de poesía popular y de los Cancioneros con la influencia italiana y la poesía bíblica. Sus obras esenciales son: Cántico espiritual, Noche oscura del alma y Llama de amor viva.


El Renacimiento:
La prosa y el teatro.

El Quijote

Novela que narra la historia de un hidalgo que pierde la cabeza por leer muchos libros de caballerías. Le suceden diversas aventuras, encuentra incomprensión y ha de enfrentarse a una sociedad injusta y burlona. Presenta elementos de confluencia con la narrativa anterior, sobre todo con los libros de caballerías, pero también ofrece contradicciones con géneros anteriores. Está dividida en dos partes de similar planteamiento. Ambas tienen dedicatoria, prólogo y capítulos. Los personajes son seres individualizados y en cada uno de ellos se produce una evolución psicológica. La técnica estilística se caracteriza por la utilización de diversos niveles de habla y el empleo de múltiples recursos literarios. Usa técnicas narrativas como el contrapunto, el perspectivismo, la metanarración y la intertextualidad.

Juan de la Cueva

Escritor sevillano que incorpora por primera vez los temas de la tradición épica nacional valíéndose para ello de crónicas y romances. Estas obras, aunque no están dotadas de valores dramáticos, tienen el mérito de haber preparado el camino a Lope de Vega al llevar a escena a los héroes de tradición nacional.

Lope de Rueda

Autor teatral que escribíó obras de clara influencia italiana que se representaban en iglesias, palacios, patios y corrales. Tuvo una compañía teatral que recorría todo el país. Fue el primer autor que utilizó el género del entremés.

Miguel de Cervantes

Novelista, poeta y dramaturgo. Poseedor de un profundo conocimiento de los autores clásicos y de una sólida formación humanística. Modificó y transformó los géneros y tendencias del Siglo XVI, adaptándolos a su propio criterio creador. Sus obras esenciales fueron El Quijote, la Primera parte de la Galatea, las Novelas Ejemplares y Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Sus obras -a excepción de los entremeses- no fueron muy apreciadas en su tiempo. Su teatro nace en un momento de cambio: se está produciendo una lucha entre el seguimiento de las reglas del teatro clásico y la adopción de la «nueva comedia», que defiende Lope de Vega, y que mezcla lo trágico y lo cómico, prefiere los versos octosílabos y no respeta las tres unidades.

Narración de caballerías Narración que exalta el espíritu caballeresco.

Narración de ficción que tiene forma autobiográfica. Ofrece una visión realista de la sociedad, con un lenguaje vivo y espontáneo. Se inicia en 1554 con La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades. Sus carácterísticas principales son: ficción autobiográfica relatada en primera persona, sucesión de memorias por episodios, narración itinerante, final predeterminado, evolución temporal y confluencias temporales. El Lazarillo narra en primera persona la historia de un personaje humilde que aprende a sobrevivir gracias a su ingenio. La obra se compone de un prólogo y siete tratados. El leguaje es sencillo y claro, y los diálogos se animan con frases coloquiales.

Prosa del Siglo XVI

Se desarrolla en cuatro direcciones:

– Didáctica: pretende el perfeccionamiento del ser humano y la reforma de la sociedad.

– Histórica: aparece impulsada por el sentido expansionista de la época y las perspectivas que se crean con la conquista de América.

– Religiosa: obras de carácter devoto.

– Narrativa: se mantienen y modifican diversas formas de relato del Siglo XV, pero nacen también diferentes géneros y obras de entretenimiento.

Teatro renacentista

En el Siglo XVI el teatro en España empieza a ser una profesión. Los actores recrean personajes fijos, suelen usar máscaras y recorre, sobre todo, a la expresión corporal y al mimo.

Existen distintos tipos de teatro:

– Teatro de tema nacional: aparecen héroes de la tradición épica nacional, utiliza diversas estrofas, mezcla lo trágico y lo cómico, y reduce a cuatro «jornadas» los cinco actos del teatro clásico.

– Teatro religioso, de tradición medieval.

– Teatro humanista.

– Teatro popular: con obras que se agrupan en tres géneros dramáticos: los pasos (breves composiciones burlescas con un argumento sencillo inspirado en los cuentos tradicionales), los entremeses (piezas cómicas que se representa en los entreactos de una obra de carácter serio) y las comedias.

– Teatro clásico: respetaba las tres unidades, la separación de géneros (comedia, drama y tragedia) y dividían las obras en cinco actos.

– La «nueva comedia»: renovación del teatro español llevada a cabo por Lope de Vega. Mezcla elementos trágicos y cómicos,  reducía los tres actos a tres y no respeta las unidades de espacio, tiempo y acción.


  1. El Barroco: la poesía-    Góngora

Creador y máximo representante de la poesía culterana. Su poesía se caracteriza por la perfección formal en los versos y estrofas, la idealización de la belleza y de la naturaleza, las transformaciones metafóricas de la realidad, el ritmo sonoro, el tratamiento cultista del lenguaje y la complejidad sintáctica. Sus obras más importantes son la Fábula de Polifemo y Galatea y Soledades.

Poesía barroca

Alcanza unas cimas difícilmente igualadas. Se mantiene entre la continuidad y la ruptura de los temas, las formas retóricas y los metros del Renacimiento. Los temas del Barroco son los grandes temas del Renacimiento (amor, naturaleza y mitología) y los temas moralizantes (brevedad de la  vida y fugacidad de las cosas terrenales). Se distinguen tres tendencias: culterana, conceptista y clasicista.

Poesía clasicista

Poesía culta que, al margen de las escuelas culterana y conceptista, intenta mantener los ideales formales y estéticos  del Renacimiento. Se caracteriza por el equilibrio y la serenidad, la contención emocional, la sobriedad estilística y la naturalidad que sirve de marco para temas barrocos como la brevedad de la vida, el paso del tiempo o la actitud de desengaño y desilusión. Algunos de sus principales representantes son: Francisco de Rioja, Rodrigo Caro, Ángel Fernández de Andrada, Esteban Manuel de Villegas, Lupercio Leonardo de Argensola y Bartolomé Leornardo de Argensola.

Poesía conceptista

Tendencia poética que persigue la belleza conceptual y potencia el contenido y las figuras de pensamiento. Su estilo se caracteriza por la utilización de figuras retóricas de pensamiento, los juegos de palabras, los juegos fonéticos, los artificios sintácticos y los procedimientos intensificadores o renovadores de las palabras. Su máximo representante es Francisco de Quevedo.

Poesía culterana

Tendencia poética que recoge la herencia renacentista y su idealización de la belleza. Se caracteriza por la musicalidad en la utilización de los versos y las estrofas, el magistral tratamiento de la metáfora, el uso  de cultismos y la complicación sintáctica. Su máximo representante es Luis de Góngora y Argote.

Quevedo

Máximo representante de la poesía conceptista. Su poesía se caracteriza por la condensación lingüística y la tendencia a la elipsis, la recurrencia a toda la variedad de conceptos y de figuras retóricas, la variedad de juegos fonéticos y sintácticos y la utilización de todo tipo de artificios morfológicos y sintácticos. Puede agruparse en cuatro apartados: metafísica-moral, amorosa, satírica-burlesca, política.



  1. El Barroco: la prosa y el teatro.

La «comedia nueva»

Renovación del teatro español llevada a cabo por Lope de Vega que adopta el nombre de «comedia nueva» para distinguirse de la obra teatral clásica. Los cambios técnicos son: reducción a tres actos, concepción de la comedia como una intriga, transgresión de las tres unidades (lugar, tiempo y acción), mezcla de lo trágico y lo cómico, reacción contra la unidad métrica, variedad de estrofas, decoro expresivo, estructura fija de personajes y convergencia de la acción dramática en el sentimiento amoroso y en el tema de la honra. La «comedia nueva» se agrupa en dos ciclos o escuelas en torno a sus dos máximos representantes: Lope de Vega y Calderón de la Barca.

Lope de Vega

Poeta y dramaturgo del Barroco. Su obra poética se caracteriza por la armonización entre el conceptismo y el culteranismo, y por la variedad de géneros: poesía lírica, épica, satírica y burlesca y de tipo popular. Como dramaturgo, es conocidísimo y admirado. Escribe sus obras siguiendo un esquema fijo, elaborado por él, que después imitarán otros autores. Su modelo teatral está descrito en El arte nuevo de hacer comedias y se caracteriza por la novedad en los asuntos, temas y personajes, el espectáculo y el movimiento dramático, la naturalidad y la espontaneidad, y la complejidad de acciones y personajes. El tema del honor y de la honra es fundamental en su teatro.

Novela filosófico-alegórica

Relato de reflexión filosófica sobre la existencia humana. La obra más representativa es El Criticón, de Baltasar Gracián.

Novela satírico-costumbrista

Narración que satiriza las costumbres de la época. Visión crítica de la sociedad. La obra más representativa es El diablo cojuelo, de Luis Vélez de Guevara.

Prosa barroca narrativa

Incluye la novela picaresca, la novela satírico-costumbrista y la novela filosófico-alegórica.

Prosa barroca no narrativa

Prosa que surge como reacción ante el sentimiento de decadencia y pesimismo barrocos. Se concreta en dos tendencias: la intención satírica y burlesca y la intención didáctica y moralizadora. Incluye la prosa satírica, la prosa moral y didáctica, la prosa política y la prosa de crítica literaria.

Prosa de crítica literaria

Obras y tratados de crítica literaria. Los escritores más destacados son Quevedo (La culta latiniparla, Aguja de navegar cultos, El cuento de cuentos), Baltasar Gracián (Agudeza y arte de ingenio) y Diego de Saavedra Fajardo (República literaria).

Prosa del Barroco

Durante el Siglo XVII desaparecen las novelas de caballerías, las pastoriles y las moriscas; la novela picaresca llega a su máximo esplendor y surge la novela alegórica. Se pueden distinguir dos grandes apartados en la prosa barroca: la prosa narrativa y la prosa no narrativa.

Prosa moral y didáctica

Prosa que responde con pesimismo y desengaño a la realidad, mostrándola como ilusión, engaño, nada. El escritor más destacado es Baltasar Gracián (El Héroe, El Discreto, Oráculo manual y arte de prudencia).

Prosa política

Prosa de reflexión política. Los escritores más destacados son Quevedo (Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satánás), Baltasar Gracián (El político don Fernando el Católico) y Diego de Saavedra Fajardo (Empresas políticas).

Prosa satírica

Prosa que con espíritu crítico y burlón arremete contra la sociedad de la época y denuncia sus defectos. El escritor más destacado es Quevedo (Premáticas y aranceles, El siglo del cuerno, Cartas del Caballero de la Tenaza).

Teatro del Barroco

Teatro que destaca por su calidad y cantidad y presenta cambios radicales, tanto en contenidos como en formas, respecto al Renacimiento.

Tirso de Molina

Autor teatral de la escuela de Lope de Vega. Su teatro destaca por la caracterización de los personajes (sobre todo los femeninos), sus rasgos de humor y su fina ironía.

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