05 Jul
Fuentes de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI)
La Fe: Pilar de la Revelación
La Fe es necesaria para creer en la Revelación, que es fuente primordial de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI).
La Revelación es lo que Dios revela de sí mismo al hombre. Se encuentra principalmente en la Sagrada Escritura, compuesta por el Antiguo y el Nuevo Testamento.
- Antiguo Testamento (AT): Lo integra el Pentateuco (los cinco primeros libros de la Biblia).
- Nuevo Testamento (NT): Lo integran los Evangelios, que son cuatro: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
La Revelación se encuentra además en la Tradición. No solo se transmite por la Escritura; los apóstoles transmitieron oralmente sus enseñanzas, y estas enseñanzas son transmitidas hoy en día mediante los escritos y por la liturgia. La Tradición es fundamental para la Revelación, ya que la Tradición vive de la Iglesia.
El Magisterio de la Iglesia es el órgano de interpretación de la Revelación (de la Sagrada Escritura y la Tradición); está centrado alrededor del Papa.
La Razón: Complemento del Conocimiento
Juan Pablo II escribe en una de sus encíclicas que la fe y la razón son las dos alas por las que el hombre llega al conocimiento de la verdad, aunque la forma de estudiar la realidad tiene su medio de validar sus afirmaciones. Las ciencias sociales asisten al Magisterio de la Iglesia.
Síntesis de las Fuentes de la DSI
En resumen, las fuentes de la DSI son la fe (Revelación) y la razón, pero específicamente son la Sagrada Escritura y la Tradición interpretadas por el Magisterio de la Iglesia. Las ciencias sociales asisten al Magisterio para que pueda especializarse en cada campo.
Principios Originarios de la DSI
Los principios originarios de la DSI son principios de fe y de razón; solo hay uno de fe y el resto son de razón.
Principio Teológico: La Existencia y Acción Creadora de Dios
Este principio afirma la existencia de un Dios. No solo su existencia, sino también su acción creadora; es decir, que Dios es real, que no es solo una idea.
Este principio es de Razón y Fe. La evidencia de su existencia o no, no la tenemos. Pero la razón nos indica que debe haber.
¿Por qué es razonable decir que Dios existe?
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Prueba del Orden:
El punto de partida es el orden objetivo que existe en el mundo; es decir, los distintos elementos unidos de forma estable para realizar una función, de tal forma que, si se altera ese orden, esa función ya no se realizaría.
A través del orden objetivo deducimos la necesidad de la existencia de una inteligencia ordenadora. Para tener una idea previa es necesaria la existencia de un ser inteligente.
Frente a teorías que establecen que el surgimiento del universo es causa del azar. En un orden convencional (que NO cumple función) NO hay causa.
- Casualidad
- Imprevisibilidad
- Ausencia de causa / Incausalidad (NO existe la ausencia de causa)
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Prueba de la Contingencia:
El punto de partida está en la consideración de que los seres de este mundo NO tienen en sí mismos la explicación de su existencia y necesitan una causa.
Un ser contingente existe de hecho, pero NO de derecho; es decir, existe, pero podría no haber existido (ha recibido de otro la existencia).
Necesita de un ser necesario para existir, evidentemente, y a su vez, Dios es el creador de todos los seres contingentes.
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Prueba del Hombre:
El punto de partida es el propio ser humano. El ser humano tiene cuerpo (ser corpóreo) e inteligencia (ser racional). Para que un ser sea inteligente es necesario que algo de él sea inmaterial para ser capaz de elaborar ideas abstractas. Además de inteligencia, el ser humano tiene voluntad y libertad. Si existe el alma, deducimos la existencia de alguien espiritual con capacidad creadora. El alma del ser humano es invisible porque es espiritual.
Conclusión: Existen muchas cosas que no pueden ser demostradas por la ciencia. Por eso, Dios también puede ser conocido con certeza a través de la razón.
Principio Cristológico: Jesucristo y la Salvación
Afirma que Jesucristo es Dios, la Santísima Trinidad que se ha hecho presente en la historia del hombre para salvarlo. Además, es el único principio que solo tiene Fe, no Razón. Lo que nos alcanza de Cristo es la Resurrección, porque si Él resucitó, nos da esperanza de que nosotros también lo haremos.
Datos históricos de la vida de Jesucristo:
- Fuentes no cristianas: Escritos de la época que hablan de Jesucristo. No están escritos por gente que creía en Él. Asimismo, en algunas fuentes de origen romano también se deja constancia de que murió en la cruz bajo el poder de Poncio Pilato o que, tras unos días después de su sepultura, su cuerpo no estaba allí.
- Evangelios: Forman parte del Nuevo Testamento. Hay 4: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. No son una biografía de la vida de Jesucristo, sino un testimonio de personas que quieren comunicar la Fe. Dejan por escrito los datos más relevantes de su vida, muerte y Resurrección para que otras personas que no han tenido contacto con Él puedan tener fe.
Mensaje de Cristo:
- Nos quiere dar su vida para que nos convirtamos en hijos de Dios.
- Transformar para que seamos como Él.
- Si el hombre se arrepiente y se abre al don de Dios, puede ser salvado del pecado.
- Habla del peligro de estar aferrado a las cosas que tenemos (sean muchas o pocas).
- Anuncia el amor inmerecido de Dios Padre.
El seguimiento de Cristo exige que todo esté en un plano posterior a Él, y si estamos apegados a nuestras cosas, esto nos será más difícil.
Principio Iusnaturalista o de Ley Natural: El Orden en la Creación y Conciencia
Afirma que hay un orden en la creación y un orden en la conciencia del hombre, una Ley Natural, que es un conjunto de principios universales fundados en la naturaleza del hombre. Por otro lado, también es lo que dicta nuestra conciencia: haz el bien y evita el mal.
Los derechos humanos son un ejemplo de Ley Natural. Los derechos humanos son universales, inviolables e inalienables; y su fuente última no se encuentra en la voluntad del ser humano o de los poderes públicos, sino en el hombre y en Dios, su Creador.
Principio Antropológico: La Dignidad Suprema del Hombre
Afirma que el hombre es el ser supremo de la creación y el universo ha sido creado para que lo cuide. Es un principio de Razón; nosotros nos creemos el animal superior de la creación. Además, por el mero hecho de ser hombre, imagen y semejanza de Dios, tiene una máxima dignidad, que se conoce como dignidad ontológica.
Este principio también se llama principio de la dignidad del hombre. Este principio tiene una gran importancia porque, si no se tiene como fundamento, todo cambia: el hombre deja de ser el más importante y podría ser usado como medio.
Profundización en el Principio Antropológico
El hombre, como animal, conoce por los sentidos, pero su peculiar modo de conocer es el entendimiento. A través de él puede elevarse desde lo concreto al conocimiento de lo universal y abstracto. Este tipo de conocimiento (universal y abstracto) es el que permite al hombre entender, y de ahí, juzgar y razonar. Es lo que nos separa de los animales.
Además del entendimiento, el hombre tiene la voluntad. El objetivo del entendimiento es el ser verdadero, mientras que el objetivo de la voluntad es el ser bueno. En todo acto de la voluntad se dan los siguientes pasos: la concepción del fin, la deliberación, la decisión y la ejecución de lo decidido.
La libertad es un atributo de la voluntad; el sujeto que la posee es dueño y responsable del acto que escoge.
- La libertad de arbitrio es tener tanto libertad física como interior, y permite elegir en una situación entre dos posibilidades que se le ofrecen.
- La distinguimos de lo que es esencial, que sería la libertad moral: elegir el bien para alcanzar la plenitud. Al ser el hombre imagen y semejanza de Dios, la libertad moral es la entrega a Dios, a sí mismo y a los demás (es el orden adecuado); por lo tanto, la forma plena de la libertad se encuentra en el amor.
- La autonomía moral es la que elige conforme al bien y al mal que uno mismo ha elegido por sí mismo.
Atributos del Hombre: Alma y Cuerpo
- Alma: Es el principio espiritual del hombre, por lo que particularmente es imagen de Dios. El alma es creada directamente por Dios y es inmortal; no perece cuando muere el cuerpo y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final. Después del juicio particular hay un juicio universal: en el particular, uno es juzgado conforme ha actuado en vida; después, hay un juicio universal, en el cual se juzga a todos los vivos del momento y resucitarán todos los cuerpos en la resurrección final.
- Cuerpo: Es la parte material del hombre; no es menos digna que el alma, porque el cuerpo es templo del Espíritu Santo. Alma y cuerpo constituyen la persona humana de forma constitutiva; es decir, una persona no existe sin alma y cuerpo. Según Aristóteles, “el alma es la que da forma al cuerpo; sin esta unión no hay persona”.
Valor de la Persona
Por haber sido creado por Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente, y de entrar en comunión con otras personas; y es llamado a una alianza con su Creador para ofrecerle una respuesta de fe y de amor.
Principios Derivados de la DSI
- Principios derivados o de segundo grado: Se manifiestan en toda la realidad social, pero su grado de aplicación depende del momento social.
Principio de Solidaridad: Cohesión Social y Fraternidad
Consiste en la homogeneidad e igualdad de todos los hombres en todos los aspectos, lo que obliga moralmente a todos a la práctica de la cohesión social como servicio mutuo, ya que la obligación es moral. Es la expresión social de la fraternidad.
Es un concepto cristiano que surge para tratar de homogeneizar a los pobres con la gente más adinerada.
Características de la Solidaridad:
- Es uno de los principios básicos de la concepción cristiana.
- Constituye el motivo primario del valor de la organización social.
- Se fundamenta en la estructura ontológica del ser.
- Este concepto no existe ni en latín clásico ni en el léxico jurídico romano.
La solidaridad se divide en dos aspectos: virtud moral y principio social. Como virtud moral, es la búsqueda del bien común para que todos seamos responsables de todos. Como principio social, es aquel principio que busca el cambio de las estructuras de pecado en estructuras de solidaridad (así lo dice Juan Pablo II). Es decir, la solidaridad tiene dos dimensiones, igual que el hombre.
Por otro lado, la solidaridad contradice los fundamentos del mundo moderno por factores como el capitalismo, que se basan en el egoísmo y en la maximización de utilidades como poder y placer, es decir, centrándose en el hedonismo.
Por ejemplo, Juan Pablo II, en una de sus cartas, dice que en una época en que se dan muchas organizaciones solidarias (ONG), a veces no hay del todo solidaridad debido al individualismo existente.
Dentro del Magisterio de la Iglesia, con San Juan XXIII, el concepto de solidaridad se fue ampliando a nivel nacional y entre naciones. Más tarde, esta solidaridad entre naciones es la que se contempla con el Papa Pablo VI en la encíclica Populorum Progressio; en ella dice que debemos ser conscientes de que la solidaridad ha tomado una dimensión mundial y que la solidaridad universal es un derecho, pero también un deber. En esta encíclica también habla de la injusticia que hay entre países demasiado desiguales, por lo que también hay falta de humanidad.
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