20 May

Rousseau: Pensamiento Político

Introducción

Jean-Jacques Rousseau nació en Ginebra en 1712 y murió en 1778. A pesar de haber formado parte del círculo de los ilustrados franceses, su relación con ellos fue conflictiva, ya que sus ideas difieren profundamente de las del resto de los pensadores de la Ilustración. A diferencia de ellos, Rousseau destacaba la importancia del sentimiento y la naturaleza. Por ello, se le considera también precursor del Romanticismo. Una de sus obras más destacadas es El contrato social.

Desarrollo

El pensamiento de Rousseau se basa en dos puntos clave: la crítica al progreso científico y técnico, que era fundamental para la Ilustración, y la crítica a la sociedad y política del siglo XVIII. Su objetivo era descubrir cómo era el ser humano en su estado natural y entender las razones por las cuales se unió a la sociedad, lo que lo llevó a la situación actual. Rousseau analizaba los aspectos sociales que habían hecho al ser humano infeliz, buscando las causas de su corrupción. Su fin era reformar la sociedad para restaurar la libertad y la igualdad que existían en el estado natural.

En su Discurso sobre las artes y las ciencias, afirma que las ciencias y las artes han sido instrumentos de decadencia, ya que consolidaron el derecho de propiedad, origen de la desigualdad e injusticia. Rousseau critica la idea ilustrada de que el progreso científico y técnico conduce a la felicidad y libertad, argumentando que en realidad lleva a la esclavitud bajo un orden social y político despótico. Propone cultivar una «ignorancia razonable», que implica el amor a la virtud y limitar la curiosidad a las facultades humanas. Aunque más tarde suavizó su rechazo a la civilización, siempre sostuvo que la sociedad y la cultura habían corrompido la naturaleza humana.

Rousseau, después de criticar el progreso y la corrupción de los hombres por la sociedad, diferencia entre el estado civil y el estado de naturaleza. El hombre natural se caracteriza por:

  • Vivir aislado, con la única comunidad natural siendo la familia.
  • Ser fuerte, sano y autosuficiente.

Además, Rousseau destaca dos rasgos únicos en los seres humanos:

  • La libertad natural, la capacidad de elegir sin reglas externas.
  • La perfectibilidad, la capacidad de auto-perfeccionarse y transformar su vida.

Rousseau contrasta su visión con la de Hobbes, que ve al hombre como malo por naturaleza, y con la interpretación bíblica del pecado original. Según Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza, y es la sociedad la que lo corrompe. En el estado de naturaleza, solo existía desigualdad natural, relacionada con las diferencias de capacidades; pero en la sociedad civil surge la «desigualdad moral o política», originada por la propiedad privada y las leyes, que está en contradicción con el derecho natural. Así, la sociedad regresa, en cierto modo, al estado de naturaleza, pero este nuevo estado está marcado por la corrupción, a diferencia del original, que era más inocente y sencillo. Según él, la razón es el único medio para retornar a la bondad del estado de naturaleza dentro de una sociedad transformada.

En su obra El contrato social, Rousseau justifica un nuevo orden social para superar los males de la civilización, inspirado en la teoría contractual propuesta por Hobbes y Locke. Para él, el poder político debe basarse en un acuerdo entre los individuos, no en la fuerza. La organización política ideal se basa en un pacto entre iguales, donde cada miembro obedece voluntariamente la «voluntad general«, renunciando a sus intereses particulares para ser parte de la comunidad.

Rousseau afirma que, al obedecer la voluntad general, los individuos no pierden su libertad, sino que se obedecen a sí mismos, pues la voluntad general refleja el interés común. La soberanía es indivisible e inalienable, por lo que no puede ser delegada a representantes, aunque se pueden elegir diputados como administradores. El «cuerpo moral y colectivo» formado por la sociedad es el soberano, y sus miembros son ciudadanos. La voluntad general crea las leyes, pero necesita un gobierno para ejecutarlas. Este gobierno tiene una función administrativa y no está bajo un contrato con el pueblo, sino por un encargo, lo que significa que el pueblo puede modificar o recuperar el poder ejecutivo. El gobierno está representado por el «príncipe» (el cuerpo del gobierno) y los «magistrados» (los miembros del gobierno).

Rousseau no considera que haya un gobierno ideal para todas las sociedades. Prefiere gobiernos democráticos para estados pequeños, aristocráticos para estados medianos, y monárquicos para estados grandes. Sin embargo, todas las formas de gobierno pueden degenerar, aunque la separación de poderes puede frenar este proceso.

Marx: Materialismo Histórico y Crítica del Capitalismo

Introducción

Karl Marx (1818-1883) es considerado, junto con Freud y Nietzsche, uno de los «filósofos de la sospecha» según Paul Ricoeur, ya que sostiene que la sociedad y el ser humano están determinados por fuerzas ocultas. Su pensamiento se nutre de tres fuentes principales:

  • La economía política clásica de Smith y Ricardo.
  • El socialismo utópico de Saint-Simon y Proudhon.
  • La filosofía alemana de Hegel, en especial la vertiente materialista de Feuerbach.

Entre sus obras más importantes se encuentran El Capital, El Manifiesto Comunista y La Ideología Alemana (escritos con Engels), así como Tesis sobre Feuerbach y El 18 de Brumario de Luis Bonaparte. También escribió una serie de artículos sobre la Vicalvarada bajo el título La España revolucionaria.

Desarrollo

Marx, influido por la dialéctica hegeliana (abstracción, negación y concreción, o tesis, antítesis y síntesis según Fichte), buscó transformar la sociedad mediante el análisis científico de la historia y la lucha de clases. Criticó la economía clásica por ignorar la explotación del trabajador y rechazó el socialismo utópico por su enfoque moralista. Invirtió el idealismo de Hegel, afirmando que las condiciones materiales determinan la conciencia, y radicalizó la crítica de Feuerbach a la religión, señalando que la economía es la base de toda alienación. Para Marx, la revolución no es una opción, sino una consecuencia inevitable de las contradicciones del capitalismo.

El marxismo sostiene una concepción materialista de la realidad, en el sentido de que considera la naturaleza como lo único real. Esta realidad es dialéctica. Este proceso de constante transformación de la materia se produce según unas determinadas leyes: tesis, antítesis y síntesis. Este materialismo dialéctico se opone al idealismo hegeliano y a su vez al materialismo mecanicista de Feuerbach.

Aplicado el materialismo dialéctico a la sociedad, esto supone que toda organización debe ser interpretada como el resultado de un proceso histórico. El materialismo histórico es la explicación marxista de la realidad social e histórica. Esta teoría defiende:

  • Una interpretación dialéctica de la historia, es decir, la sociedad se entiende como resultado de la intervención de las leyes de la dialéctica de la historia.
  • Una concepción materialista de la historia, entendiendo como materia las relaciones de producción de los bienes materiales.

Es el sistema de producción de una sociedad lo que determina el conjunto de creencias, valores y en general, la cultura misma.

Para explicar los cambios que se producen en la historia, Marx distingue dos elementos en la realidad social:

1. Infraestructura

Es la base material de la historia, elemento fundamental de la sociedad y está relacionada directamente con la economía y está integrada por dos elementos:

Fuerzas productivas

Son todos los elementos que actúan en el proceso de producción: fuerza de trabajo y medios de producción.

Las relaciones de producción

Son las relaciones que se establecen entre los trabajadores y los medios de producción. El conjunto de fuerzas productivas y las relaciones de producción en un momento histórico determinado es el modo de producción.

2. Superestructura

Es el conjunto de concepciones políticas, morales, jurídicas y filosóficas que existen en la sociedad. La superestructura constituye la ideología, que justifica o legitima las injusticias dadas en la infraestructura.

La historia avanza de manera dialéctica: un modo de producción (tesis), genera su oposición (antítesis), y de esta tensión surge un nuevo modo de producción (síntesis) y el proceso vuelve a empezar. A lo largo de la historia, la contradicción se manifiesta en una lucha entre dos clases sociales antagónicas. De este modo, la lucha de clases se convierte en motor de la historia. Esta teoría de la historia tiene en Marx la pretensión de ser una ciencia.

El análisis marxista descubre los diversos modos de producción históricos: la forma comunitaria de propiedad en la que se basan las sociedades primitivas, el sometimiento del esclavo al amo en las sociedades esclavistas o del siervo al señor en las sociedades feudales, y finalmente, el modo de producción en la sociedad capitalista, basado en la propiedad privada de los medios de producción en manos del burgués capitalista y la explotación del proletariado.

Marx critica la economía política burguesa en El Capital, donde analiza el funcionamiento del capitalismo. En este sistema, el capitalista posee los medios de producción y el trabajador, sin otra opción, vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario. El producto del trabajo es una mercancía con valor de uso y valor de cambio, determinado por el tiempo de trabajo invertido en su producción y por la ley de oferta y demanda. El capitalista paga al trabajador menos de lo que su trabajo genera en el mercado, apropiándose de la plusvalía, lo que perpetúa la explotación y la desigual distribución de la riqueza. Para Marx, esta injusticia solo terminará cuando los medios de producción sean colectivos y desaparezca la propiedad privada.

Marx sostiene que el capitalismo genera desigualdad y explotación del trabajador. Para acabar con esta injusticia, es necesario eliminar la plusvalía y sustituir la propiedad privada por la colectiva. Esto solo será posible mediante una revolución que ponga fin a la sociedad de clases. El proletariado, al emanciparse, liberará a toda la humanidad. Para ello, debe tomar conciencia de su papel y superar la ideología dominante. Con la socialización de los medios de producción, se abrirá una nueva era de libertad y desarrollo humano.

Conclusión

La filosofía de Marx ha tenido una gran influencia global, impulsando cambios sociales, políticos y culturales. Retoma la filosofía como un sistema para comprender la realidad y la basa en la dialéctica. Sostiene que el ser humano se transforma a través de su actividad productiva y que la verdadera tarea de la filosofía no es solo interpretar el mundo, sino cambiarlo para lograr la emancipación de la humanidad.

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