¿Por qué unas comunidades sufren mayores tasas de delincuencia que otras?

Existen diversos factores que influyen en la disparidad de las tasas de criminalidad entre comunidades:

• En determinadas comunidades es difícil alcanzar metas valoradas positivamente. Las comunidades con altos índices de delito se caracterizan, sobre todo, por un estatus socioeconómico bajo, lo cual dificulta que sus habitantes puedan ver satisfechas sus aspiraciones de éxito monetario por medios lícitos. Esto se produce porque en estos barrios tenderá a haber menos trabajo y mucho menos bien pagado; los negocios, las fábricas o el sector servicios prefieren ubicarse en otras zonas. Estas comunidades están algo aisladas y no están bien comunicadas mediante el transporte público. Carecen de contactos para encontrar trabajo y, a veces, de los conocimientos y habilidades necesarios. Naturalmente, se crean círculos viciosos en los que las malas condiciones económicas y el desempleo crean ambientes negativos. Todo esto contribuye a la frustración que experimentan los individuos.
• La frustración puede ser especialmente seria en lugares en los que la situación económica es mala en términos relativos más que absolutos. Esto se debe a que los individuos consideran sus aspiraciones y logros en relación con otros, de modo que en comunidades en las que es posible compararse con individuos que han tenido éxito, la frustración tenderá a ser mayor.
• Ciertas comunidades pueden favorecer la pérdida de estímulos positivos y confrontar a sus habitantes con estímulos negativos. Esto puede tener lugar cuando uno se ve expuesto a sufrir delitos o a la inseguridad, o bien a problemas sociales como rupturas familiares, desempleo, privaciones, superpoblación, vandalismo y bandas juveniles descontroladas. Situaciones como las descritas tenderán a elevar el grado de frustración que experimentan los residentes en dicha comunidad.
• En comunidades como las descritas también ocurre que es mucho más fácil que interaccionen entre sí individuos con un alto grado de frustración, lo cual contribuye no solo al potencial enfrentamiento entre ellos, sino a empeorar las condiciones generales del barrio.
• Estos barrios tienden a ser especialmente probables de responder a una situación de frustración con el delito. Esto puede deberse a que las metas alternativas son escasas, a que el control social informal tenderá a ser bajo y a las oportunidades para el delito abundantes.

3.4. Evaluación de la Teoría General de la Frustración

Algunos tests empíricos de la teoría general de la frustración han encontrado evidencia favorable a la misma:

Experimento de Agnew y colaboradores

• Las personas que experimentan una insatisfacción mayor respecto a otro grupo, desean ganar mucho dinero, tienen escasas expectativas de lograrlo y se sienten en un estado de privación en comparación con otros.
• La falta de satisfacción se encontraba relacionada con delitos capaces de generar dinero y con el consumo de drogas. También se encontró que la insatisfacción es mayor entre las personas que han recibido una educación pobre y tienen ingresos familiares bajos; en consecuencia, existe una relación entre clase y delito, aunque débil.

Experimento de Jang y Johnson (2003)

Este experimento evidenció las dos hipótesis previas formuladas:

• Que la frustración genera emociones negativas, y estas a su vez generan desviación; por lo que la frustración tiene una influencia indirecta, mediada por emociones negativas.
• Que la autoestima, la autoeficacia y la religiosidad amortiguan ambos efectos: el de la frustración en las emociones y el de estas en el delito.

Otro estudio empírico

Propuso en primer lugar que existen distintos tipos de frustración, de los cuales algunos estaban relacionados de manera significativa con la ira. La ira, eso sí, era un predictor de la delincuencia y uso de drogas; la ira, sin embargo, no mediaba todo el efecto de la frustración en el delito.

Críticas a la Teoría

• Esta teoría tiene un problema por la falta de especificidad; esto debe corregirse si es que quiere convertirse en una teoría admitida mayoritariamente.
• La teoría y algunos de sus componentes pueden ser muy prometedores para la explicación del fenómeno delictivo, pero la teoría general de la frustración es excesivamente imprecisa.
• Las fuentes de la frustración se antojan excesivas y al final da la impresión de que casi todo puede producir frustración.
• Deja otras preguntas como, por ejemplo: ¿Cuándo la frustración se convierte en ira? ¿Cuándo se recurre a la delincuencia? ¿Se puede dar un delito sin tener ira ni frustración?

LAS TEORÍAS DEL CONTROL Y DE LA DESORGANIZACIÓN

1. Las Teorías del Control Social

1.1. ¿Por qué no delinquimos?

El punto de partida de las teorías de control es que las personas tenemos una cierta tendencia a delinquir, que posiblemente se consumará a no ser que una razón lo impida. Dado que la tendencia de los individuos a la desviación y al delito no es problemática (es decir, no se da en la generalidad de los individuos), debemos preguntarnos por qué no delinquimos.

Pues bien, no delinquimos debido a los controles sociales, ya que las sociedades están organizadas para prevenir el delito, y, en especial, al autocontrol, que nos ayuda a controlar las tendencias delictivas. La criminología no puede fijarse solamente en quienes delinquen y sus causas, sino también en aquellos aspectos del proceso de socialización que permiten a las personas, incluso en áreas de mayor delincuencia, evitar el comportamiento desviado.

Etiquetas: Control social, Criminologia, Delincuencia, desorganización social, factores socioeconómicos, Teoría de la frustración