25 Dic
El toro y las cabras montesas
Un toro, siendo perseguido por un león, huyó a una cueva en la que se encontraban unas cabras montesas. Siendo golpeado por estas y corneado, dijo: «No lo aguanto por temor a vosotras, sino por aquel que está delante de la boca de la cueva».
De este modo, muchos, por miedo a los más fuertes, soportan incluso las injurias de los más débiles.
La cigarra y las hormigas
En la estación de invierno, las hormigas secaban el trigo que estaba mojado. Una cigarra que estaba hambrienta les pedía alimento. Las hormigas le dijeron: «¿Por qué durante el verano no recogías tú también alimento?». Ella respondió: «No estaba ociosa, sino que cantaba musicalmente». Ellas, habiéndose reído, dijeron: «Pues si cantabas en la estación del verano, en la del invierno baila».
Esta fábula muestra que es necesario que nadie se despreocupe en ningún asunto para no afligirse ni correr peligro.
La gallina que ponía huevos de oro
Un hombre tenía una gallina que ponía huevos de oro; habiendo pensado que dentro de esta misma había un montón de oro y habiéndola matado, la encontró igual que a las demás gallinas. Así, habiendo esperado encontrar una enorme riqueza, incluso se vio privado de aquella pequeña que poseía.
Esta fábula muestra que es necesario contentarse con lo que se tiene y evitar la insaciabilidad.
El pavo y el grajo
Queriendo las aves elegir un rey, el pavo real consideraba conveniente votarlo a él mismo por su belleza. Eligiendo todos a este, el grajo, habiendo respondido, decía: «Pero si siendo tú rey, un águila intentara perseguirnos, ¿cómo nos ayudarías?».
La fábula muestra que es necesario que los que mandan no sean elegidos solo por su belleza, sino también por su fuerza y sabiduría.
La cerda y la perra
Una cerda y una perra discutían acerca de la fertilidad. La perra decía que era la más fértil de todos los animales pedestres, y la cerda, habiéndole respondido, dijo: «Pero cuando digas esto, sabe que también das a luz a tus propios cachorros ciegos».
Esta fábula muestra que los asuntos no se juzgan por la rapidez, sino por la perfección.
Helios y las ranas
Las bodas de Helios se celebraban en verano; todos los animales se alegraban por esto, y también las ranas se regocijaban. Sin embargo, una de estas dijo: «¡Oh necias! ¿Para qué os alegráis? Pues si Helios, siendo uno solo, seca todo el pantano, si habiéndose casado engendra a un niño parecido a él, ¿qué mal no sufriremos?».
La fábula muestra que muchos de los que tienen la mente más ligera se alegran por asuntos que no tienen motivo de alegría.
La perdiz y el cazador
Un hombre, habiendo cazado una perdiz, quería sacrificarla. Esta le pedía ser soltada a cambio de atraer a muchas otras perdices para el cazador. Pero el cazador decía: «Por esto mismo te sacrificaré mejor a ti, porque quieres tender una emboscada a tus propios parientes».
La fábula muestra que los que traicionan a los amigos caen ellos mismos en sus propios engaños.
Las liebres y las ranas
Una vez, unas liebres que luchaban contra unas águilas llamaban a unas zorras para formar una alianza. Estas decían: «Os habríamos ayudado si no hubiéramos sabido quiénes sois y contra quiénes lucháis».
Esta fábula muestra que los que luchan contra los más fuertes desprecian su propia salvación.
El lobo y el cabrito
Un cabrito, estando de pie sobre un tejado, cuando vio acercarse a un lobo, le injuriaba y se burlaba de él. El lobo le dijo: «No me injurias tú, sino el lugar».
La fábula muestra que, muchas veces, el lugar y el momento oportuno dan valor frente a los más fuertes.
La mosca
Una mosca, habiendo caído en una olla de carne, estaba a punto de ahogarse en el caldo y se decía a sí misma: «Pero yo, al menos, he comido, he bebido y me he bañado; aunque muera, nada me importa».
Esta fábula muestra que los hombres soportan fácilmente la muerte cuando acontece sin sufrimiento.
El labrador y sus hijos
Un labrador, estando a punto de morir y deseando que sus hijos fueran conocedores de la agricultura, habiéndolos llamado, dijo: «Hijitos, un tesoro está escondido en uno de mis viñedos». Estos, después de la muerte de su padre, habiendo cogido las corvillas y azadones, cavaron toda su tierra. Por un lado, no encontraron el tesoro, pero por el otro, la vid les devolvió multiplicada la cosecha.
La fábula muestra que el esfuerzo es un tesoro para los hombres.
El anciano y la muerte
Una vez, un anciano, habiendo cortado leña y llevándola a cuestas, caminaba un largo trecho. Habiéndose quitado la carga por el cansancio del camino, invocaba a la Muerte. Habiéndose aparecido la Muerte y preguntado por qué motivo la llamaba, el anciano dijo: «Para que me ayudes a llevar la carga».
Esta fábula muestra que todo hombre ama la vida, aunque sea muy desgraciado.
El cuervo enfermo
Un cuervo, estando enfermo, decía a su madre: «Madre, suplica a la divinidad y no te lamentes». Ella, habiendo respondido, dijo: «¿Quién de entre los dioses se compadecerá de ti, hijo? Pues ciertamente, ¿qué carne no fue robada por ti?».
La fábula muestra que los que tienen muchos enemigos en la vida no encontrarán ningún amigo en la necesidad.

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