La Pintura Metafísica
Nombre dado por Giorgio de Chirico y Carlo Carrà a su corriente artística. Con sus pinturas, se refieren a los sueños y a las ciudades italianas. Son paisajes y espacios llenos de soledad en los que flota una vaga inquietud; son espacios que se entrelazan casi inmediatamente con la mente inconsciente, más allá de la realidad física.
Giorgio de Chirico
En la obra de De Chirico podemos encontrar elementos clásicos italianos. Sus cuadros suelen ir provistos de exageradas perspectivas y casi siempre muestran plazas italianas y ciudades sombrías. Vienen digeridos por extrañas estatuas sin rostro sobre pedestales de las que, en ocasiones, solo vemos su sombra. Una realidad ilógica que parece creíble.
Tanto Carrà como De Chirico yuxtaponían varios temas ordinarios como edificios renacentistas, estatuas clásicas o trenes y maniquíes, temas que no casan entre sí porque ni siquiera corresponden a la misma época histórica.
La pintura metafísica ofreció un lenguaje poético fuerte. El propio De Chirico decía: «Hay más misterio en la sombra de un hombre caminando en un día soleado que en todas las religiones del mundo». Y, de hecho, las sombras están presentes en casi todas sus obras:
El arte surrealista es inconsciente, como venido del mundo de los sueños. Bretón lo definía como una forma libre de expresión de la mente humana sin pasar por el filtro de lo consciente. Para lograr buenos resultados y que la razón no les jugara malas pasadas a la hora de crear, recurrían a juegos y, en ocasiones, al automatismo o a estados alterados de conciencia. De esta forma exploraban lo inexplorado y lo plasmaban en sus obras: lo impactante, lo alucinante, lo extraño…
En 1938 se celebró la Exposición Internacional del Surrealismo en París, que marcó el punto álgido de este movimiento. Participaron en ella Duchamp, Dalí, Miró, Man Ray, Meret Oppenheim, entre otros. Esta exposición mostró los avances que los surrealistas habían producido en la fabricación de objetos. Casi todos los surrealistas se preocuparon por la fabricación de objetos; uno a destacar sería Meret Oppenheim, con su Taza de piel (1936), un objeto no funcional donde la noción de arte está presente.
Salvador Dalí
Dalí también diseñó objetos, en algunos de los cuales sí se reflejan funciones prácticas, como el sofá Mae West. Este sofá aparecía en una obra suya mostrando el rostro de la actriz. Dalí también realizó diseño de moda, joyería y escenografía, e incluso participó en la película Recuerda de Hitchcock. Pero las grandes obras de Dalí son pictóricas. Algunas de las obras más importantes de Dalí son:
- Aparato y mano (1927)
- El momento sublime (1938)
- España (1938)
- La tentación de San Antonio (1946)
- Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar (1944)
- El gran masturbador (1929)
- Galatea de las esferas (1952)
- Huevos fritos en un plato sin el plato (1932)
- La persistencia de la memoria (1931)
Joan Miró
Joan Miró, también catalán, es el otro gran pintor surrealista español. Fue escultor, grabador y ceramista. Las obras de su primera etapa presentaban influencia fauvista porque utilizaba colores fuertes y contrastados, y cubista porque presentaban cierta descomposición en planos.
Sus mejores ejemplos son:
- Autorretrato (1919)
- El huerto (1918)
- La masía (1921-1922)
- El bello pájaro descifrando lo desconocido a una pareja de enamorados (1941)
- El canto del ruiseñor a medianoche y la lluvia matinal (1940)
- Desnudo con espejo (1919)
- Casa con palmera (1918)
Sin embargo, después de estas obras, supo crear un universo personal de color y de símbolos en el que lo figurativo perdió protagonismo. A partir de entonces, sus temas aludían al inconsciente y sus cuadros se llenaban de estrellas, cruces, constelaciones y extraños símbolos, algunos de los cuales aluden a Cataluña. Un ejemplo es Signos y constelaciones enamorados de una mujer (1941).
René Magritte
René Magritte dotó al Surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas cuyo significado se denotaba a través de palabras que cuestionaban la relación entre el objeto pintado y el real. Era un magnífico dibujante y su pintura es también hiperrealista. El mejor ejemplo es:
La traición de las imágenes (1928-1929)
Etiquetas: André Breton, Carlo Carrà, Giorgio de Chirico, Joan Miró, Pintura metafísica, René Magritte, Salvador Dalí, Surrealismo
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