09 May

La Miniatura en el Siglo XIII: Inglaterra y España

Inglaterra: Apertura al Gótico y Continuidad Tradicional

Durante el siglo XIII, Inglaterra experimentó una apertura hacia el arte gótico que se tradujo al ámbito de la miniatura. Sobre una arraigada tradición bizantina, pronto se observa la asimilación de la experiencia francesa en la composición y el modelado de las figuras. Mientras en Francia destaca un único taller laico, el parisino, en Inglaterra asistimos a la confluencia de numerosos centros, religiosos y laicos (St. Albans, Winchester, Westminster, Oxford, etc.) que nos impiden hablar de una unidad formal tan acusada como en Francia. Por otra parte, junto al desarrollo del salterio devocional, Inglaterra se caracteriza por la continuidad en la ilustración de tipos de libros ya abandonados en el continente, tales como los bestiarios y los apocalipsis.

Matthieu Paris: Figura Destacada en Saint-Albans

De gran interés es la obra de Matthieu Paris, consejero del rey, historiador y artista adscrito al scriptorium del monasterio de Saint-Albans. En su original estilo encontramos reminiscencias del Estilo 1200. A él se le atribuye la Virgen con el Niño de la Catedral de Chichester, fechada hacia 1250, la Historia Anglorum y la Chronica Majora, en el Corpus Christi de Cambridge. El estilo de Matthieu Paris se aprecia también en uno de los códices más preciados de St. Albans, el Apocalipsis del Trinity College.

España: Conservadurismo y la Transformación Alfonsí

En España, la mayor parte del siglo XIII se caracteriza por una producción conservadora, ligada a monasterios ya en decadencia. Solo con la llegada al trono de Castilla de Alfonso X se puso en marcha una transformación hacia los modelos góticos. Fruto de una empresa sin precedentes en Europa, se redactan e ilustran obras como la Grande e General Estoria, el Libro del Saber de Astronomía o las Cantigas de Santa María.

El Desarrollo de la Pintura Durante el Siglo XIV: Hacia el Gótico Internacional

Francia: Innovación y Evolución

El Legado del Maestro Honoré y la Irrupción de Jean Pucelle

La línea inaugurada por el Maestro Honoré se impuso durante los años posteriores gracias a la actividad de maestros como su yerno, Richard de Verdún, tal y como observamos en La Biblia de Jean de Papeleu y en la Vida de Saint Denis, fechadas en torno a 1317. Sin embargo, el gran protagonista de la renovación fue Jean Pucelle. La fecha de su muerte, 1336, nos revela una vida corta o una producción artística demasiado tardía. Son varios textos ilustrados que se le atribuyen con seguridad: el Breviario de Belleville, la Biblia de Robert de Billyng y el Libro de Horas de Jeanne d’Evreux. Este último constituye quizá la obra que mejor permite apreciar los avances producidos. Con un tamaño que sorprende por lo minúsculo (94×64 milímetros), fue realizado entre 1325 y 1328 por encargo de Carlos IV como regalo para su mujer. Formalmente, el estilo de Pucelle recoge la sensibilidad parisina y se vincula al Maestro Honoré. Los intentos por otorgar una espacialidad tridimensional a las escenas nos remiten al conocimiento de la pintura de Giotto y Duccio; mientras que su opción monocromática se relaciona con la incorporación de la grisalla al arte de la vidriera.

La Influencia Duradera de Pucelle

Hasta mediados del siglo fueron muchos los artistas que imitaron y prolongaron el estilo de Pucelle. El Breviario de Blanca de Francia, las Horas de Juana de Saboya, el Breviario de Carlos V, e incluso una parte de las Pequeñas Horas del Duque de Berry, son ejemplos que muestran esta influencia.

París en la Segunda Mitad del Siglo XIV: Realismo y Nuevos Impulsos

Durante la segunda mitad del siglo XIV, París afianzó su posición como gran foco creador bajo el impulso de los monarcas Juan el Bueno y Carlos V. Estilísticamente, se trata de un momento en el que se observa una primera reacción contra el arte amable representado por Pucelle. Favorecido por la presencia de artistas llegados del Norte, fundamentalmente de Flandes, este nuevo impulso se interesó por reproducir de una manera mucho más sincera la realidad del mundo contemporáneo. De la misma forma, se observa un intento por dotar de perspectiva las escenas, con personajes y volúmenes que se mueven libremente dentro de ellas.

El Surgimiento del Retrato

En la iluminación de libros, destaca el maestro Guillermo de Machaut, autor de una parte del Remedio de la Fortuna; y el Maestro del Paramento de Narbona, a quien el Duque de Berry encargó las Muy Bellas Horas (París, Biblioteca Nacional). El interés por captar la realidad lo más fielmente posible condujo obviamente a la representación de la individualidad, dando origen al retrato. El retrato sobre madera de Juan el Bueno (1349) constituyó durante mucho tiempo la primera obra conocida de este género.

El Arte en Aviñón: Crisol de Influencias Italianas

Durante el siglo XIV, la ciudad francesa de Aviñón se convirtió en el más claro exponente de la apertura del Norte hacia Italia. Desde 1303 fue sede de la corte papal y representó el más importante foco de recepción de la corriente italiana. Fueron llamados a la corte papal artistas italianos de la talla de Simone Martini o Matteo Giovannetti. Estos artistas, a diferencia de la corte parisina, trabajaron fundamentalmente en la decoración pintada de las distintas estancias palatinas y de los edificios religiosos.

Simone Martini y Matteo Giovannetti en la Corte Papal

Sabemos del primero que, aunque muchas de sus obras se han perdido, conservamos las sinopias de la portada de Notre-Dame-des-Doms (1340-1344), compendio de la estética trecentista de fuerte tradición bizantina, y una pequeña tablita con la Sagrada Familia (Museo de Liverpool). En esta última, el carácter anecdótico y amable de la escena contiene el germen del gótico internacional. Matteo Giovannetti fue el elegido en 1343 para acometer la decoración del Palacio Papal. En la actualidad se conserva la decoración de la Gran Sala de Audiencias (1352-1353) y de la Capilla de San Marcial (1346-1348).

Imperio e Inglaterra: Nuevas Vías Pictóricas

Inglaterra y la Pintura de Caballete

Durante el siglo XIV, Inglaterra se comprometió con una nueva vía: la de la pintura de caballete. El ejemplo mejor conservado es el Retablo de la Vida de la Virgen del Museo de Cluny, una tabla que formaría parte de un conjunto mayor.

El Imperio: Diversidad de Corrientes

En el Imperio, la pintura gótica adoptó corrientes diferentes en dos de sus regiones. La zona de Colonia se caracterizó por la influencia inglesa, mientras que la zona austriaca evidenció el conocimiento de la pintura italiana, en especial de Giotto. La Muerte de la Virgen del Retablo de Klosterneuburg constituye un buen ejemplo de esta segunda línea.

Características de la Pintura Gótica Lineal o Franco-Gótica

Conocemos como gótico lineal o franco-gótico al estilo pictórico que se desarrolló desde los inicios del siglo XIII hasta bien entrado el siglo XIV. Este estilo se caracteriza por la primacía que se otorga a la línea, frente al color, como elemento constitutivo de la forma. En las líneas del dibujo se hace uso de precisos y marcados tonos negros, que limitan superficies que se colorean con un vivo cromatismo. La luminosidad de los pigmentos deriva de su aplicación plana, lo que por otra parte limita las variaciones tonales producidas por la luz. El movimiento se busca a través de una gesticulación elegante, en ocasiones exagerada, que responde a un ambiente y gusto cortesano. Respecto a la interpretación de los temas, la pintura se impregna de un naturalismo ingenuo, cuyo resultado es un arte accesible, amable e idealizado. En cuanto a la representación del espacio, se observa la pervivencia de fondos neutros, incluso dorados, si bien pronto se generaliza el uso de encuadramientos arquitectónicos.

La Miniatura Gótica y los Libros de Devoción en el Siglo XIII

Nueva Clientela y Tipos de Libros

Durante el siglo XIII se consolidó una nueva clientela, de carácter urbano, que repercutió tanto en la empresa de edición como en el tamaño de los libros. En este sentido, la demanda de textos miniados giró en torno a dos ámbitos, uno intelectual (el de las escuelas catedralicias y de las universidades, que requerían ejemplares tanto para profesores como para estudiantes) y otro cortesano (el de las clases altas con reyes y príncipes a la cabeza). El salterio no litúrgico se convirtió en el ejemplar de mayor éxito.

Transformación de los Scriptoria

Un segundo aspecto fundamental en el desarrollo de la miniatura gótica concierne a los scriptoria. En el siglo XIII la ilustración de libros pasó de ser competencia exclusiva de clérigos y monjes a ser elaborados por talleres de profesionales laicos. Fueron estos talleres los responsables de la renovación que tuvo lugar durante esta centuria.

Orígenes Estilísticos: El Estilo 1200 y el Protagonismo Inglés

Estilísticamente, la pintura y la miniatura gótica parten del Estilo 1200; y en su formación, Inglaterra tuvo un papel protagonista. Fue a finales del siglo XII cuando una nueva generación de artistas protagonizó la consolidación de un estilo propio que añadía, a las tradiciones propias, un acusado bizantinismo. Este estilo, desarrollado en una amplia zona que incluía Inglaterra, el norte de Francia y los futuros Países Bajos, permitió alejar la pintura de los esquemas abstractos románicos y crear imágenes de un mayor naturalismo y corporeidad.

Figuras y Obras Clave en Inglaterra

En Inglaterra, donde destacaron las escuelas de Canterbury y de Winchester, uno de los autores más importantes fue el “Maestro de la Hoja Morgan”. La miniatura, fragmento de una obra mayor, se vincula directamente con la Biblia de Winchester. Este maestro ha sido identificado también como autor de la decoración de la sala capitular del Monasterio de Sigena. La influencia de estas escuelas inglesas pronto se hizo evidente en obras del norte de Francia. Una de las más representativas es el Salterio de Ingeburge.

El Esplendor de la Miniatura Francesa en el Siglo XIII: Obras y Maestros

Consolidación de un Estilo Propio: Influencia Arquitectónica y de la Vidriera

Durante los primeros años del siglo XIII la miniatura francesa siguió claramente vinculada a los modelos ingleses. Sin embargo, pronto se consolidó un estilo propio que tuvo su mayor apogeo durante la regencia de Blanca de Castilla y el reinado de San Luis. Un estilo que se caracteriza por su vinculación a la arquitectura, entendida como la primera de las artes, y que toma de la vidriera muchos de sus elementos más distintivos. Siguiendo este modelo, las escenas se encierran en medallones. En la paleta priman los verdes, azules y rosas y el movimiento de los personajes se aleja del hieratismo precedente.

Ejemplos Destacados: El Salterio de Blanca de Castilla y el Salterio de San Luis

Entre los libros no litúrgicos, el Salterio de Blanca de Castilla destaca como el más valioso ejemplo de este estilo. En las escenas de la Crucifixión y el Descendimiento de la Cruz, la composición deriva directamente de la vidriera. Círculos y semicírculos enlazan ambas escenas con figuras de la sinagoga y de la iglesia, sobre un fondo compuesto a partir de la combinación de colores planos. El famoso Salterio de San Luis, realizado entre 1235 y 1270, se sitúa en el punto culminante de este estilo, fijando la forma casi definitiva del libro medieval. Sus sesenta y ocho miniaturas ilustran pasajes del Antiguo Testamento, desde Caín y Abel hasta la coronación de Saúl. Las escenas incorporan una decoración marginal caprichosa, de elementos vegetales y animales, mientras que las figuras, de canon alargado, aparecen inscritas en un marco arquitectónico. El conjunto se caracteriza por un vivo encanto y por la animación de las actitudes.

El Maestro Honoré: Pionero del Cambio Pictórico

A finales de siglo, trabajó en París un miniaturista que abrió el camino al cambio en la práctica pictórica de su tiempo: el Maestro Honoré. Entre sus obras destacan el Breviario de Felipe el Hermoso y la Somme le Roy. En ambas obras asistimos a la sustitución de los colores planos por una paleta más amplia y sutil. El Maestro Honoré utiliza un dibujo que en ningún caso pierde la capacidad expresiva de la curva, tal como se observa en las cabezas y rostros. Sin embargo, en los ropajes se hace patente una progresiva sustitución de la línea por el color, cuya modulación cromática permite crear efectos de volumen.

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