01 Ago

Los orígenes de la ética occidental. Virtud y comunidad. La ética occidental nace en los poemas homéricos. La Ilíada y la Odisea aparece este mundo moral, que se basa en 3 elementos clave: -Lo bueno consiste en hacer algo que sirve, a la propia comunidad. -La virtud se entiende como término medio. -El hombre bueno es el que intenta sobresalir prestando los mejores servicios a su comunidad. La actitud socrática. A Sócrates le debemos un mundo de posibilidades para reflexionar, como las siguientes: -La moral es una cuestión de actitudes. -Buscar la verdad es oponerse al dogmatismo. -La verdad esta en el corazón de los hombres. Los métodos para descubrirla son la reflexión y el diálogo. -Sócrates llama a su método mayéutica, que era el arte de dar luz a la verdad. -los conceptos morales descubiertos a través de este método valen para aprender a hacerlo. En consecuencia, sabiduría, virtud y felicidad se identifican. – es imposible obrar mal a sabiendas. El que conoce la virtud, obra según ella, quien obra mal lo hace por la ignorancia. A esta posición se la denomina intelectualismo moral y es una constante en la historia de la ética. La felicidad se dice de muchas maneras. Tres modelos de felicidad. 3 respuestas se perfilan en esta época, que permanecen hasta nuestros días: -ser feliz es autorealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano (eudemonismo). -Ser feliz es ser autosuficiente, valerse por si mismo sin depender de nadie ni de nada. -ser feliz es experimentar placer y conseguir evitar el dolor (hedonismo). Entre el eudemonismo y el hedonismo existe un desacuerdo de fondo, del que son buen ejemplo Aristóteles y Epicuro. Aristóteles considera que ser feliz es ser hombre en el mas pleno sentido de la palabra. Por eso, si hay si hay una actividad que nos distingue como hombres, ser feliz consistirá en ejercerla. Epicuro se preguntará que es lo que mueve a los hombres a obrar, porque la felicidad consistirá en conseguirlo. El placer es, según él, lo que los mueve. Los hedonistas creen que la felicidad consiste en el placer y los eudemonistas, que consiste en la autorrealización. Eudemonismo. La felicidad es el fin último natural. Aristóteles insistía en que si todas las actividades humanas se realizan por un fin, los fines serán medios para un último fin, que da la razón de los demás. El fin último es la felicidad, la felicidad será, según lo que hemos dicho: -un bien perfecto. -un bien suficiente por sí mismo. -el bien que se consigue con el ejercicio de la actividad más propia del ser humano. Vida teorética y sabiduría práctica. Cada persona ejerce una función en su sociedad. Por otra parte, las acciones que tienen el fin en si mismas son más perfectas que aquellas cuyos fines son distintos a ellas, porque en este caso los efectos son más importantes que las acciones. Si existe una actividad propia del ser humano, que tiene que ser un bien perfecto y autosuficiente, será del tipo de acciones que tienen el fin en si mismas. Estos caracteres se encuentran en el ejercicio de la actividad teórica, de la actividad contemplativa. Pero es imposible mantener siempre una vida contemplativa, se realizará también moralmente quien viva según su intelecto práctico, es decir, dominando sus pasiones para lograr su felicidad. La virtud dianoética es la prudencia, que constituye la sabiduría práctica. Hedonismo. Los hedonistas consideran que hay moral porque los hombres buscan el placer y huyen del dolor. Piensan los hedonistas que la inteligencia nos sirve para calcular los medios más adecuados para lograr el mayor placer posible.



El epicureísmo. Lo hará consistir en un goce bien calculado. Es sabio quien sabe organizar su vida calculando que placeres son más intensos y duraderos. La sabiduría, así, tiene dos raíces: placer e intelecto calculador. Estas dos raíces son la consonante del hedonismo que, si en el caso del epicureísmo es individualista, en modernidad se convertirá en hedonismo social. El utilitarismo. Considera que los seres humanos tenemos unos sentimientos sociales, cuya satisfacción es fuente de placer. Entre ellos se encuentra la simpatía, que es la capacidad de ponerse en el lugar de cualquier otro, sufriendo con su sufrimiento, disfrutando con su alegría. La simpatía nos lleva a extender a los demás nuestro deseo de obtener la felicidad. La meta de la moral consiste en alcanzar la mayor felicidad para el mayor número posible de seres vivos. En los últimos tiempos ha prosperado una distinción importante en el utilitarismo: -utilitarismo del acto, exige valorar la corrección de cada acción por sus consecuencias. -Utilitarismo de la regla, que exige tener en cuenta si la acción ante la que nos encontramos se somete a alguna de las reglas que ya consideramos morales por la bondad de sus consecuencias. Este modo de proceder ahorra energías y aprovecha la experiencia que las personas ya hemos adquirido en la historia. El formalismo ético. Críticaa las éticas materiales y heterónomas. Kant denomina a las éticas anteriores a él éticas materiales de bienes. Porque indican cuál es la materia, el contenido de lo bueno, y también éticas heterónomas, porque identifican lo moralmente bueno con un fin que la voluntad humana no se da a si misma, sino que le viene dado por la naturaleza. Las crítica porque, si tuvieran razón: – la voluntad sería heterónoma y no autónoma: los seres humanos seríamos incapaces de darnos nuestros propios fines. -solo consideraríamos como deberes morales aquellos que nos ayudaran a alcanzar ese fin ya dado. Los deberes solo obligarían de forma condicionad al fin. La conciencia moral. El imperativo categórico. Llamamos imperativos a los mandatos que nos ordenan obrar de una manera u otra. Estos imperativos son de 2 tipos: hipotéticos; -obligan solo a las personas que quieren alcanzar un fin. -la acción expresada en el mandato es un medio para alcanzar el fin. -La forma del mandato es “si quieres x, tienes que hacer y”, y manda solo condicionalmente a los que estén interesados en x. -son consejos de una razón prudencial o calculadora, no mandatos morales. Categóricos; -obligan de forma universal e incondicional. -La forma del mandato es “ debes o no debes hacer x”. manda sin condiciones, sin prometer nada a cambio. -no se debe matar o no se debe mentir porque no es propio de personas de hacerlo. -Son mandatos morales. Si no matamos o no mentimos solo por miedo a la cárcel, estamos “rebajando la humanidad en nuestra persona” y actuando de forma inmoral: hay orientaciones que no deben seguirse sencillamente porque son inhumanas. La forma de los deberes morales. Son deberes morales los que tienen unos rasgos formales que proceden de la razón. Los siguientes rasgos: -es universal. -se refiere a seres que son fines en sí mismos. Será ley moral la que proteja a seres que tienen un valor absoluto. -forma parte de una legislación universal en un reino de los fines. Un diálogo con sentido. La ética del discurso intenta descubrir los presupuestos que hacen racional la argumentación, los que hacen de ella una actividad con sentido, y llega a la conclusión de que pretenda argumentar en serio sobre normas tiene que presuponer. -que todos los seres capaces de comunicarse son interlocutores válidos. -que no cualquier diálogo nos permite descubrir si una norma no es correcta, sino solo el que se atiene a unas reglas que permiten celebrarlo en condiciones de simetría entre los interlocutores. A este diálogo lo llamamos discurso. -El principio de universalización. Una norma será válida cuando todos los afectados por ella puedan aceptar libremente las consecuencias. -El principio de laética del discurso, solo pueden pretender validez las normas que encuentran aceptación por parte de todos los efectados.

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