22 Sep

INTRODUCCIÓN

Durante el Siglo XVI, los reinados de Carlos I y Felipe II desempeñaron una política basada en la vasta extensión de sus dominios con un programa fundamentado en la defensa del catolicismo y en los intereses de la dinastía Habsburgo.

Carlos V era hijo de Felipe el Hermoso y de Juana, heredera de los Reyes Católicos. Por ello, va a asumir los territorios de la monarquía hispánica, además del título de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

DESARROLLO

Recién comenzado el reinado de Carlos I, se produjeron levantamientos con un carácter de revueltas políticas (Comunidades y Germánías). 

Las comunidades surgieron en Castilla donde las Cortes reclamaron a Carlos I más atención al reino, pero el monarca sólo las convocó para pedir dinero para su coronación como emperador. Una serie de ciudades se sublevaron contra la monarquía y ofrecieron la corona a la madre de Carlos I, la reina Juana. Finalmente, fueron derrotados en la batalla de Villalar (1521).

Las Germánías fueron revueltas de la burguésía artesana en las ciudades, a las que se unieron grupos de campesinos contra la oligarquía ciudadana, la nobleza y el alto clero. Pedían la democratización de los cargos municipales, la mejora de los arrendamientos agrarios y la protección frente a los abusos. Carlos I se alió con la nobleza y los agermanados fueron derrotados. 

Carlos I heredó posiciones de sus cuatro abuelos además del título de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Su objetivo era una monarquía universal y cristiana bajo su autoridad y la del Papa. Todo esto lo llevará a: 

   – La lucha contra los protestantes: Martín Lutero había expandido el protestantismo por Alemania y los Países Bajos. El rey convocó la Dieta de Worms por la que los luteranos fueron declarados herejes. Al poco tiempo fue adaptado por diversos príncipes alemanes, y Flandes e Inglaterra se separaron de la obediencia de Roma. Carlos I se enfrentó al protestantismo y derrotó a los príncipes protestantes en la batalla de Mühlberg. Se llegó a la Paz de Augsburgo, donde los protestantes consiguieron que cada príncipe eligiera la religión de sus Estados.

    – Los enfrentamientos con Francia e Inglaterra: Carlos I se enfrentó con Francia por el dominio de Italia y por los territorios de Flandes y Borgoña. Derrota de Francia en la batalla de Pavía (1525), donde cayó prisionero el rey francés, Francisco I. Más tarde el conflicto continuó gracias a la actitud profrancesa del Papa que llevó al saqueo de Roma. La Paz de Crépy (1544), entre Francia y España, supuso la salida de Carlos I de la guerra italiana.

   – La piratería de los turcos: instalados en Constantinopla, amenazaban Hungría y Viena, el Mediterráneo occidental y el Norte de África. Además, su uníón con los piratas berberiscos se convirtió en un problema para el comercio y la navegación. Carlos I derrota a Barbarroja y conquista Túnez (1535), pero fracasa en Argel.


El reinado de Felipe II, estuvo basado en la defensa del catolicismo. Para impedir la expansión de las ideas protestantes, se promulgó una ley pragmática donde era obligatorio aceptar todos los principios establecidos en el Concilio de Trento. La Inquisición perseguía a cualquier sospechoso de herejía.

   – La primera rebelión fue la de los moriscos que se habían convertido al cristianismo para permanecer en España, pero manténían su lengua y costumbres islámicas. La opresión a la que estaban expuestos (prohibición del uso de su lengua, su forma de vestir y sus tradiciones) terminó con el levantamiento en las Alpujarras en 1568.

   – La represión por el desacuerdo religioso se utilizó como castigo a cualquier forma de oposición a la autoridad real. Este fue el caso del secretario de Felipe II, Antonio Pérez, que, acusado de asesinar al secretario de don Juan de Austria, reclamó la protección del Justicia de Aragón y este se negó a entregarlo, alegando que los ciudadanos de Aragón tenían el derecho a ser juzgados por esos tribunales. Felipe II acusó de herejía a Antonio Pérez ante la Inquisición y, violando los fueros de Aragón envió un ejército que restauró su poder y el Justicia Mayor fue ejecutado.

El título de Emperador queda en manos de Fernando I, tío de Felipe II, así que este solo hereda la monarquía hispánica y Portugal, y los conflictos de su padre:

    – Los turcos en el Mediterráneo: ocuparon Chipre y Túnez. Para detenerlos, la Armada española, Venecia y el papado en la Liga Santa, aplastaron a los turcos en la batalla de Lepanto (1571).

    – Guerra contra Francia: Su victoria ante los franceses en San Quintín (1557) y la firma de la paz de Cateau-Cambresis dio paso a un largo periodo de paz. También se acordó que Felipe contraería matrimonio con la hija del rey francés, Isabel de Valois, que llevaría a Felipe a apoyar a los católicos franceses frente a los calvinistas en las guerras de religión.

     – Sublevación de los Países Bajos: Felipe tiene que hacer frente a un problema de disidencia religiosa en el sur católico y en el norte calvinista. Esto dió lugar a la rebelión en 1566 donde Felipe II luchó contra el norte pero sin poder evitar la separación entre el norte calvinista y el sur católico.

    – Conflicto con Inglaterra: el apoyo de la reina Isabel I a los protestantes de los Países Bajos y los constantes ataques de los piratas a nuestros barcos que venían de América, llevaron al monarca a la derrota de la Armada Invencible (1588).

CONCLUSIÓN

Al abdicar, Carlos reconocíó el fracaso de una política que sólo aspiró a continuas guerras. Durante el reinado de Felipe II se produjo una completa hispanización de la monarquía y los conflictos no disminuyeron debido a su política por conservar los intereses de los Habsburgo y defender el catolicismo en Europa. La imposibilidad de mantener tantos frentes abiertos y afrontar los elevados gastos provocó que la Monarquía hispánica entrase en una profunda crisis durante el Siglo XVII.


INTRODUCCIÓN

El reinado de los Reyes Católicos (1479-1516) supone una de las etapas más decisivas de la historia de España. Se ponen los cimientos para la creación de un futuro Estado español, se crea la monarquía autoritaria reforzando la autoridad del monarca frente a la nobleza y el clero, se produce una gran extensión territorial e imperialista, se pretende lograr la unificación religiosa con el cristianismo y se crea un estado moderno con nuevas instituciones.

DESARROLLO

La guerra de sucesión vencida por Isabel de Castilla y su matrimonio con Fernando de Aragón (herederos de las coronas con mayor peso e importancia de la península), dieron lugar a una nueva entidad política: la monarquía hispánica entendida como una uníón dinástica entre dos Coronas, en la que en cada reino permanecieron diferenciadas las leyes, las cortes, las instituciones, los fueros y la moneda. El gran peso territorial, demográfico y económico de Castilla originó una creciente castellanización de la propia monarquía y un descenso del peso político de Aragón. 

Para imponer la autoridad a la nobleza y el clero, les vencieron por las armas. Después, aceptaron garantizar a la aristocracia y a la Iglesia su poder e influencia a cambio de la sumisión política. Las Leyes del Toro (1505) generalizaron la institución del mayorazgo, que vinculaba las tierras a grandes títulos nobiliarios. Una vez dominados la nobleza y el clero, los monarcas organizaron una serie de instituciones: crearon un ejército permanente, un cuerpo de embajadores que atendían los asuntos diplomáticos para reforzar su política exterior y la figura de los corregidores, que presidían los ayuntamientos y tenían funciones judiciales. También reorganizaron el Consejo Real, apartando a la nobleza e incluyendo letrados y secretarios procedentes de la baja nobleza y burguésía; las Cortes solo se reunían cuando los monarcas necesitaban recursos financieros y la Audiencia de Valladolid para la administración de justicia. En la corona de Aragón se mantuvieron instituciones tradicionales, se formó el cargo de lugarteniente, representante de los monarcas, y continuó vigente la figura del Justicia Mayor. A pesar de las reformas, controlar los territorios de la Corona, imponer las leyes y controlar los excesos de la nobleza y el clero no fue tarea fácil. Por ello, los Reyes Católicos se desplazaban de manera contínua por todo el territorio sin establecer una capital fija para impartir justicia y reforzar su autoridad.

La sociedad era mayoritariamente rural y dominada por las creencias religiosas y el poder de la Iglesia. Los nuevos monarcas, que querían poner paz en sus reinos y cohesionar a la población, encontraron en la imposición del catolicismo el mecanismo para la unificación. Esto se pudo llevar a cabo con el mayorazgo, la protección de la Mesta, la Santa Hermandad, el tribunal de la Inquisición, la expulsión de los judíos y la conversión forzosa de los moriscos. 


Para consolidar un Estado fuerte, Castilla, junto con Aragón, abríó de nuevo enemistad contra el Reino Nazarí de Granada; Fernando de Aragón (regente de Castilla tras la muerte de Isabel) anexiónó Navarra a Castilla; también prepararon la anexión de Portugal mediante una hábil política matrimonial. 

Como todos los monarcas autoritarios, los Reyes Católicos dedicaron muchos esfuerzos a la política exterior:

   – Política matrimonial: con el Imperio Alemán, casamiento de su hija y heredera Juana con Felipe (hijo del emperador Maximiliano I); con Inglaterra, casamiento de su hija Catalina con el futuro monarca Enrique VIII; con Portugal, matrimonio de sus hijas (Isabel y después María) con el rey Manuel el Afortunado.

   – Enfrentamientos con Francia e Italia: Fernando recuperó los territorios del Rosellón y la Cerdaña. Más tarde, derrotó a los franceses y permitíó consolidar el dominio de la Corona de Aragón sobre Nápoles, Sicilia y Cerdeña. 

   – Expulsiones en el Norte de África y el Atlántico: para frenar el avance musulmán en el Mediterráneo se llevó a cabo una intensa actividad de conquistas que aseguró el dominio de la costa africana, el apoyo de los comerciantes andaluces permitíó la ocupación definitiva de las Islas Canarias y la financiación de los viajes de Colón dio lugar al descubrimiento de América.

   – Descubrimiento de América: Cristóbal Colón ofrecíó a los Reyes Católicos una ruta alternativa por el Átlántico para llegar a las indias tras la interrupción de las rutas tradicionales por los turcos. Las Capitulaciones de Santa Fe (1492) recogen los acuerdos de Cristóbal Colón con Castilla donde él será almirante, virrey y gobernador de las tierras conquistadas, y Castilla tendrá la soberanía.

   – Relaciones con Portugal: la pacificación con Portugal se da gracias a la firma de diversos tratados como el Tratado de Alcácovas (1479), donde los portugueses consiguieron el control de la costa africana a cambio de renunciar a sus derechos sobre la Corona de Castilla y el Tratado de Tordesillas (1494), que les dio el control del actual Brasil.

CONCLUSIÓN

La uníón personal de Isabel y Fernando no supónía la creación de un solo Estado, sino que siguieron como dos reinos independientes. Sin embargo, Castilla era el estado más extenso, rico y poblado, lo que dio lugar a que la futura creación del Estado español se hiciera sobre la base del reino castellano.

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