22 Jun

TEMAS Y FUNCIÓN DE LA ESCULTURA EN LA PORTADA DEL TEMPLO ROMÁNICO.En el estilo prerrománico se había cultivado poco la escultura monumental, por lo que se había olvidado la tradición escultórica grecorromana, se prefería la escultura de pequeñas dimensiones como marfiles u orfebrería.La escultura románica aparece en el s. XI, siendo al principio copia de esas pequeñas obras de marfil, de orfebrería, etc. Irá evolucionando de ese momento inicial, hasta la segunda mitad del siglo XII, donde habrá más riqueza en la representación de los ropajes, del movimiento, expresiones más naturales, y la escultura irá independizándose del marco arquitectónico, pero esto ya será en los inicios del Gótico.Durante el Románico, lo que interesa a los escultores es el aspecto intelectual, el mensaje y no el naturalismo, es decir, no se está buscando una representación fiel de la realidad. Por eso las figuras son sencillas, de relieve muy plano, con los ropajes ajustados al cuerpo y con los pliegues sencillos y paralelos, desproporcionadas, generalmente alargadas artificiosamente, sin volumen, sin perspectiva, sin paisaje, sin expresión, hieráticas, sin movimiento y sin relación entre sí cuando se trata de composiciones grupales. La FUNCIÓN de la escultura románica es decorar los templos, por este motivo está supeditada a la arquitectura y no se concibe como estatua exenta. Por eso se dice que cumple “la ley del marco”: las figuras se tienen que adaptar a la estructura arquitectónica. Por otra parte, su intención es comunicar un mensaje, por eso los programas iconográficos son ilustraciones de textos religiosos, teniendo cada escena su lugar  predeterminado, por lo que hay que distinguir entre la escultura orientada a aleccionar al pueblo, inculto y analfabeto,  y entre la escultura de los claustros de los monasterios, para los monjes iniciados en teología, capaces de interpretar el simbolismo. Por ello, podemos dividir el relieve románico en dos espacios diferentes: La portada de las Iglesias y los capiteles de los claustros y del interior de las iglesias.La PORTADA EN EL EXTERIOR DEL TEMPLO (Gran público): donde los temas aluden generalmente al pecado, adquieren un mayor desarrollo en el tímpano, aunque también puede existir decoración escultórica en las arquivoltas, adosada a las columnas de las jambas, en los capiteles de éstas y en el parteluz.La composición del espacio es la siguiente: en el centro del tímpano suele aparecer destacada en mayor tamaño la imagen de Jesús, aureolado por una mandorla, símbolo del poder divino. El resto del espacio del tímpano se fragmenta en frisos horizontales y superpuestos donde aparecen los personajes que secundan a Cristo.TEMAS: La mayoría de los asuntos representados se inspiran directamente en el Apocalipsis. (Descripción del fin de los tiempos  y del Juicio Final) En las descripciones que en este libro se dan:La Maiestas Domini: es decir, el Hijo de Dios sentado en un trono, con el Evangelio en la mano izquierda y bendiciendo con la derecha. Lo rodean los cuatro animales que representan a  los cuatro evangelistas: los tetramorfos. S. Marcos el león; S. Juan el águila; S. Mateo el ángel y S. Lucas el toro. A su alrededor pueden situarse una legión de serafines y la presencia de los 24 ancianos nombrados en el Apocalipsis, (Es lo que aparece representado en el tímpano de San Pedro de Moissac) tocando instrumentos musicales y cantando las alabanzas del Todopoderoso o los 12 apóstoles. Se trata de un Cristo despótico, vengador, a punto de estallar en cólera, que paraliza de temor al espectador cuando lo contempla en la escena del Juicio Final.El Juicio Final: cuando la representación es más completa además del Pantocrátor, lo tetramorfos y el grupo de los 24 ancianos o de los 12 apóstoles, aparecen los ángeles tocando las trompetas para anuncia el Juicio Final. A su derecha Cristo coloca a los justos y a su izquierda a los condenados, con representaciones del infierno. Es ahora cuando se inicia la representación antropomórfica del demonio, aunque a veces también aparece como un animal o un monstruo. Por último, en ocasiones puede aparecer el pesaje de las almas, el Arcángel San Miguel sostiene la balanza en donde se pesan las almas.Maiestas Mariae: en este contexto bíblico la Virgen ocupa un lugar secundario, cuando se la representa es a modo de Trono de Dios, con el Niño sentado sobre sus rodillas en actitud de bendecir, sin conexión entre ambos. LOS CAPITELES DE LOS CLAUSTROS:En ellos encontramos temas vegetales, animales, tanto reales como fantásticos. Se pueden distinguir varias tipologías de capiteles: los de decoración alegórica: aluden al pecado de forma simbólica; los capiteles historiados, en los que se narran escenas de carácter religioso: vidas de santos, de mártires y relatos bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento; y en ocasiones escenas de vida cotidiana.LA ESCULTURA EXENTA:Salvo excepciones como el Descendimiento de San Juan de las Abadesas, que sería un grupo escultórico, la escultura de bulto redondo se reduce en sus temas a las imágenes del Cristo Crucificado y de la Virgen con el Niño.El Crucificado se representa con cuatro clavos, los pies separados, impasible al dolor, hierático, con expresión solemne, un Cristo vivo, vencedor de la muerte. Adopta dos tipologías: Cristo en  Majestad: vestido con una larga túnica con mangas y corona. Cristo desnudo: cubierto sólo desde la cintura hasta las rodillas con una faldilla. Se encuentran realizados en marfil y madera sobre todo.La virgen y el Niño: al igual que en los relieves, aparece como trono de Cristo. Sentada, con punto de vista frontal, hierática, el Niño sentado sobre sus rodillas también de frente y estático en actitud de bendecir, con un libro o la bola del mundo en la mano y sin relación alguna entre ambas figuras.

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