27 Abr

La Crisis del Sistema Político de la Restauración (1902-1923)

Regeneracionismo y Revisionismo Político

El periodo comprendido entre 1902, con el ascenso al trono de Alfonso XIII, y 1923, con la dictadura de Primo de Rivera, se caracterizó por una permanente crisis política. Los factores clave fueron:

  • El intervencionismo político de Alfonso XIII, sin respetar su papel de árbitro. Su apoyo a los sectores conservadores del ejército culminó con el respaldo a la Dictadura de Primo de Rivera, clave en el desprestigio de la monarquía.
  • La división de los partidos del «turno», acentuada por la desaparición de los líderes históricos (Cánovas y Sagasta) y las disensiones internas.
  • El debilitamiento del caciquismo, paralelo al desarrollo urbano.
  • El desarrollo de la oposición política y social al régimen de la Restauración: republicanos, nacionalistas, socialistas y anarcosindicalistas.

Desde 1917 se sucedieron los gobiernos de coalición. Ni liberales ni conservadores consiguieron mayorías suficientes para conformar gabinetes sólidos. En este contexto de inestabilidad, surgieron graves problemas:

  • La agudización de las luchas sociales entre patrones y trabajadores.
  • La «cuestión religiosa», con crecientes protestas contra el poder de la Iglesia, especialmente en la enseñanza. El anticlericalismo se extendió.
  • La «cuestión militar», que volvió a resurgir ante un ejército humillado en 1898 que recibía críticas de los sectores opositores (republicanos, socialistas, nacionalistas).
  • La consolidación del movimiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco, sin que los partidos del turno ofrecieran una vía de negociación.

El Problema de Marruecos

En la Conferencia de Algeciras (1906) se acordó el reparto de zonas de influencia en Marruecos entre Francia y España. Desde 1909 se inició un conflicto bélico, la Guerra de Marruecos, muy impopular, que ensanchó el foso que separaba al Ejército y las clases populares.

En 1905 estalló una grave crisis en Cataluña. La victoria de la Lliga Regionalista en 1906 alarmó al ejército, que veía en peligro la unidad del país. Comentarios satíricos antimilitaristas en alguna publicación llevaron a que trescientos oficiales asaltaran las imprentas. La reacción del gobierno fue ceder ante el Ejército: en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones, que identificaba las críticas al Ejército con críticas a la Patria y las sometía a la jurisdicción militar. Una nueva coalición, Solidaritat Catalana, consiguió una clara victoria en 1907, reduciendo la representación de los partidos dinásticos en Cataluña. Antonio Maura, líder conservador, llegó al poder en 1907 con un programa reformista: modificó la ley electoral e intentó sin éxito aprobar una tímida autonomía para Cataluña. Su gobierno se derrumbó en 1909.

La Semana Trágica de Barcelona (1909)

Barcelona, corazón de la industrialización española, había experimentado un gran auge de las movilizaciones obreras, que culminó en 1907 con la creación de Solidaridad Obrera, una organización anarcosindicalista como respuesta a la burguesa Solidaritat Catalana. Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también crecieron con un programa anticlerical. La Ley de Jurisdicciones exacerbó el anticlericalismo y el antimilitarismo en la ciudad. La política autoritaria de Maura tampoco ayudó. Fue la Guerra de Marruecos la que determinó el estallido de la Semana Trágica: los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores de una compañía minera llevaron a la movilización de reservistas. Las protestas obreras se intensificaron. Los primeros choques se saldaron con el Desastre del Barranco del Lobo. El 26 de julio estalló la huelga general en Barcelona. Durante tres días hubo protestas, quema de conventos y enfrentamientos con el ejército. La Semana Trágica tuvo un brutal coste humano: muertos, heridos, destrucciones… La represión fue muy dura y culminó con el juicio sin garantías y la ejecución de Francisco Ferrer y Guardia. Este evento se llevó por delante el programa reformista de Maura.

Mientras el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido diputado en 1910, José Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Su acción reformista (incluyendo el servicio militar obligatorio en tiempos de guerra) acabó con su asesinato por un anarquista en 1912. A partir de entonces, se puede hablar de una crisis permanente de los partidos del turno.

La Intervención en Marruecos, Repercusiones de la Primera Guerra Mundial y la Crisis de 1917

Repercusiones de la Primera Guerra Mundial en España

España se mantuvo neutral durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) debido a su debilidad económica y política, así como a su tradicional aislamiento. A pesar de la neutralidad oficial, la sociedad española se dividió entre germanófilos (clases altas, Iglesia, ejército) y aliadófilos (sectores progresistas y republicanos), mientras que el movimiento obrero se mantuvo neutral. La guerra tuvo efectos contradictorios en la economía española. Por un lado, aumentaron las exportaciones y los beneficios empresariales en sectores como la siderurgia y la minería. Por otro, subieron drásticamente los precios de los productos básicos, disminuyendo el poder adquisitivo de las clases bajas y aumentando las tensiones sociales.

La Crisis de 1917

La Crisis de 1917 fue el resultado del descontento de varios sectores: partidos políticos marginados, militares y obreros. Se manifestó en tres movimientos distintos:

  • Juntas de Defensa: Militares de media y baja graduación exigieron mejoras salariales, ascensos por antigüedad y modernización del ejército. Presionaron al gobierno hasta lograr sus demandas, demostrando la debilidad del sistema político.
  • Asamblea de Parlamentarios: Políticos catalanes liderados por Francesc Cambó convocaron una asamblea en Barcelona para exigir reformas políticas, incluyendo la autonomía de Cataluña. Sin embargo, el temor a una revolución proletaria los llevó a pactar con el gobierno.
  • Huelga General: UGT y CNT convocaron una huelga general para protestar por el aumento del coste de vida y exigir cambios políticos. La huelga fue duramente reprimida por el ejército, pero demostró la fuerza del movimiento sindical.

Trienio Bolchevique y Guerra Social

Tras la Crisis de 1917, la inestabilidad política aumentó y la participación del rey en la política se hizo más evidente. El triunfo de la Revolución Bolchevique en Rusia (1917) influyó en el movimiento obrero europeo, radicalizando los enfrentamientos en España. Aumentaron las huelgas y la afiliación sindical. En Cataluña, la «guerra social» (1919-1923) se caracterizó por la violencia entre empresarios y anarquistas, incluyendo el pistolerismo y la «ley de fugas». En Andalucía, el «trienio bolchevique» (1918-1920) fue un período de revueltas campesinas y ocupación de tierras, que fue reprimido con violencia. El PSOE se escindió debido a la influencia de la Internacional Comunista, lo que llevó a la formación del Partido Comunista de España (PCE) en 1921.

La Guerra de Marruecos y el Desastre de Annual

La Guerra de Marruecos, donde España obtuvo territorios como protectorado debido al Entente Cordial (1904) entre Francia y Gran Bretaña, fue un conflicto colonial impopular y costoso que contribuyó a la inestabilidad política y social de España. Tras el Desastre de Annual en 1921, donde el ejército español sufrió una grave derrota, se exigieron responsabilidades políticas y militares. El Expediente Picasso, una investigación sobre el desastre, implicó al rey Alfonso XIII. La Guerra de Marruecos fue un factor clave en el golpe militar de Miguel Primo de Rivera en 1923.

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