30 Oct
Dimensiones del Duelo
El duelo es un proceso complejo que afecta a la persona en múltiples niveles. Comprender sus dimensiones nos permite tener una visión más completa de su impacto.
Dimensión Emocional
Los sentimientos juegan un papel fundamental durante el duelo. El bajo estado de ánimo que se mantiene en este período suele ser la plataforma para una amplia gama de emociones, como tristeza, culpa, miedo, ira, soledad, impotencia, desesperanza, abatimiento, melancolía, angustia y amargura. Dependiendo de las circunstancias de la pérdida, también pueden surgir sentimientos de venganza, liberación o alivio.
Dimensión Física
Las manifestaciones físicas a menudo van en concordancia con las emociones y sensaciones del momento. Las más comunes incluyen:
- Somatización (síntomas físicos sin causa médica aparente).
- Náuseas.
- Sensación de vacío u opresión en el pecho.
- Fatiga y agotamiento.
- Trastornos alimenticios (comer en exceso o falta de apetito).
- Alteraciones del sueño (insomnio o hipersomnia).
- Disnea (dificultad para respirar).
- Tensión muscular.
- Mareos.
- Sequedad de la boca.
- Inquietud psicomotora.
Dimensión Cognitiva
Esta dimensión incluye los procesos mentales que atraviesa la persona afectada. Es común experimentar:
- Falta de concentración e interés en las labores diarias.
- Olvidos frecuentes.
- Sensaciones de presencia o alucinaciones breves relacionadas con el fallecido.
- Confusión y desorientación.
- Estrés y preocupación constantes.
- Pensamientos repetitivos o ideas recurrentes, que suelen tener conexión con la causa del duelo.
Dimensión Conductual
El comportamiento de las personas suele cambiar durante el proceso de duelo. Entre las conductas que pueden adoptar se encuentran:
- Aislamiento social.
- Hiperactividad o, por el contrario, inactividad y apatía.
- Llanto frecuente e incontrolable.
- Aumento en el consumo de sustancias como alcohol, tabaco, drogas o fármacos antidepresivos.
- Cambios en patrones de creencias religiosas y espirituales.
Etapas del Duelo según el Tratado de Psiquiatría de Kaplan y Sadock
El modelo de Kaplan y Sadock describe el duelo en tres fases principales que, aunque se presentan de forma secuencial, pueden solaparse o variar en duración e intensidad.
Fase de Shock y Negación
En esta etapa inicial, predominan la negación y el aturdimiento como mecanismos de defensa. El entorno social y las actividades vinculadas al proceso del luto (como los rituales funerarios) ayudan al deudo a empezar a procesar la realidad de la pérdida. Se producen intensos sentimientos de separación y una amplia variedad de comportamientos, como añoranza, protesta y labilidad emocional.
Fase de Angustia Aguda y Aislamiento
Comienza cuando el doliente constata la inutilidad de los sentimientos y comportamientos anteriores para revertir la pérdida. Sus componentes principales son:
- Sufrimiento somático agudo: Manifestaciones físicas intensas del dolor emocional.
- Pensamientos recurrentes: Preocupación constante y pensamientos intrusivos relacionados con la persona fallecida.
- Sentimientos de culpa: Reproches sobre lo que se hizo o se dejó de hacer.
- Angustia y enfado: Ira dirigida hacia sí mismos, hacia otros o incluso hacia el fallecido.
- Dificultad funcional: Problemas para descansar, inquietud y una profunda falta de motivación.
- Identificación con el fallecido: Adopción de comportamientos, actitudes o incluso síntomas físicos del ser querido perdido.
Fase de Reorganización
El deudo asume el verdadero significado de la pérdida y su extensión, marcando el comienzo de esta nueva etapa. En ella, la persona recupera progresivamente su vida previa: vuelve al trabajo, asume sus roles anteriores y adquiere nuevos si es necesario, y vuelve a establecer relaciones sociales, integrando la pérdida como parte de su historia vital.
Tipos de Duelo
No todos los duelos son iguales. Su naturaleza puede variar según las circunstancias de la pérdida y la respuesta individual de la persona.
Duelo Anticipado
Es aquel que se da antes de que la muerte o el evento haya ocurrido. Se tiene conciencia de que se sufrirá una pérdida inminente, aunque esta no se haya concretado todavía. Es habitual cuando se diagnostica una enfermedad terminal. Otros eventos, como la preparación de un divorcio o un cambio de residencia, también pueden generar este tipo de duelo, que suele ser más ambivalente e inestable.
Duelo Normal
El duelo normal o no complicado es una respuesta adaptativa ante una pérdida, con un carácter predecible en sus síntomas y desarrollo. Generalmente, se inicia inmediatamente después o en los meses subsiguientes al fallecimiento de un ser querido.
Duelo Desautorizado
Ocurre cuando la pérdida de la relación no es socialmente aceptada y no cuenta con el apoyo del entorno, lo que obliga a la persona a vivir su dolor en silencio. Este tipo de duelo puede ser muy doloroso, ya que al dolor de la pérdida se suman sentimientos de culpa, vergüenza y la frustración de ilusiones y fantasías que la relación albergaba.
Duelo Complicado
Se define como aquel cuya intensificación llega al nivel en el que “la persona está desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece interminablemente en este estado sin avanzar en el proceso de duelo hacia su resolución”.
Duelo Enmascarado
Es una respuesta ante una pérdida donde la persona experimenta síntomas físicos o emocionales (como ansiedad, somatizaciones o problemas de conducta) pero no los asocia o reconoce como relacionados con el dolor por la pérdida. La persona puede parecer funcional, pero internamente sufre sin conectar su malestar con el duelo.
Duelo Retrasado
También llamado inhibido, suprimido o pospuesto. La persona tiene una reacción emocional insuficiente en el momento de la pérdida. Esto puede deberse a la falta de apoyo social, a la necesidad de “ser fuerte” por alguien más, o a sentirse abrumado por múltiples pérdidas. En un momento futuro, a veces a raíz de una pérdida posterior, la persona puede experimentar los síntomas del duelo de forma desproporcionada.
Diagnóstico Diferencial entre Duelo Normal y Patológico
Distinguir entre una reacción de duelo normal y una que requiere intervención profesional es crucial.
Características del Duelo Normal
- Momento de aparición: A los pocos días del fallecimiento.
- Intensidad: Puede ser incapacitante durante días, pero gradualmente disminuye.
- Características: Es común idealizar aspectos del fallecido. Pueden ocurrir experiencias sensoriales breves como oír la voz, ver u oler al fallecido de forma efímera, reconociendo que no es real.
Indicadores de Duelo Patológico
- Momento de aparición: Semanas o meses después de la pérdida.
- Intensidad: Resulta incapacitante durante semanas o meses, sin mejoría.
- Características: Negación persistente de la muerte, creyendo que el fallecido sigue vivo. Identificación patológica con el fallecido, hasta el punto de creer ser esa persona. Presencia de alucinaciones complejas o estructuradas.
Factores de Riesgo para un Duelo Complicado
Ciertas variables personales y relacionales pueden aumentar la probabilidad de que un duelo se complique.
Factores Personales
- Baja autoestima y baja confianza en sí misma.
- Edades extremas del doliente (ancianidad o juventud).
- Trastorno psiquiátrico previo: ansiedad, depresión, intentos de suicidio, trastornos de personalidad.
- Duelos anteriores no resueltos.
- Autoconcepto y papel familiar de “persona fuerte”, que lleva a una actitud de negación de las propias necesidades afectivas.
Factores Relacionales
- Tipo de pérdida: fallecimiento de un hijo/a, cónyuge, padre o madre en edad temprana, o un hermano en la adolescencia.
- Relación conflictiva o ambivalente con el fallecido.
- Sentimientos encontrados de amor/odio no expresados.
- Relación de alta dependencia (física, psicológica, social, económica) del superviviente respecto del fallecido.
- Dificultad para adaptarse al cambio de rol tras la pérdida.

Deja un comentario