18 May

La explotación agraria es una unidad económica que agrupa a todas las parcelas trabajadas por un mismo agricultor o ganadero, junto a las instalaciones complementarias (granjas, almacenes, silos,…), aunque no todas las tierras sean de su propiedad y estén dispersas.En España en 1962 había 2’9 millones de explotaciones, mientra que actualmente hay 1 millón. Aparte de las tierras abandonadas por la emigración, la reducción se debe a un proceso de concentración (mediante ventas o arrendamientos), que ha elevado el tamaño medio de la explotación en nuestro país a 24’8 Ha., aunque aún conviven dos situaciones diferenciadas:

Más de la mitad de las explotaciones en España tienen menos de 5Ha., y sólo el 5% supera las 100Ha

. Así, tenemos las explotaciones familiares, pequeñas y poco rentables; y las empresas agrarias, modernas y rentables, lo que permite mantener los empleos.Su distribución regional es la siguiente:Regiones dominadas por secano o dehesas: explotaciones de gran tamaño: Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha,Extremadura y Madrid.Regiones húmedas y de especialización ganadera, junto a los regadíos del litoral mediterráneo y las islas: explotaciones pequeñas, menores de 12 Ha. en Galicia, País Vasco o Murcia, y más pequeñas aún en la Comunidad Valenciana y Canarias.

Régimen de tenencia:Tenencia directa

: cuando la explotación es  trabajada por el propietario, con o sin asalariados. Supone el 70% de las tierras cultivadas.

Arrendamiento

: se explotan tierra ajenas a cambio del pago de una renta anual. Frecuente en tierra donde hubo mucha emigración en los 60 y 70. Supone el 28% de las tierras cultivadas.

Aparcería

: cuando se hace a cambio de un porcentaje de la cosecha obtenida, situación que tiende a desaparecer. Supone sólo el 2%.

Cooperativismo agrario

: se trata del modo más extendido para conseguir explotaciones agrarias rentables de dimensión suficiente, en ls que los propietarios son los socios o cooperativistas. En España hay unas 4000 cooperativas agrarias que generan nada más y nada menos que el 45% de la producción final agraria. Destacan en Andalucía, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana.

3.4.Principales paisajes agrarios españoles:

El resultado final de todo lo expuesto hasta ahora, forma un paisaje característico, que podemos diferenciar en:

Paisaje cerealista de secano

: el más extendido por las llanuras interiores castellanas o del valle del Ebro. Hábitat concentrado. Es un espacio monótono donde el cereal se alterna con el barbecho o en rotación con leguminosas o oleaginosas. Hasta hace décadas destacaba el trigo, pero actualmente la hegemonía es de la cebada (para pienso ganadero), avena (también para pienso y muy importante en Extremadura), maíz (al norte penínsular); de menor extensión son el centeno (humedales del noroeste) y el arroz (Valencia, delta del Ebro, marismas del Guadalquivir,…). Actualmente está destinándose el cereal a producir biocombustibles.

Paisaje de olivares y viñedos

: predomina en la mitad sur peninsular y Baleares, aunque el viñedo también se da por zonas de gran insolación al norte (la Rioja).El olivar ocupa 1 millón de Ha. en la cuenca del Guadalquivir, destacando la provincia de Jaén. También es abundante en Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y Comunidad Valenciana.España es el principal productor mundial de aceite de oliva, lo que motiva su mejora y su protección mediante denominacines de origen.El viñedo tiene su mayor extensión en La Mancha, aunque es un cultivo que, para ser rentable, exige una buena selección de los tipos de uva, el cultivo en espaldera y un proceso de elaboración a partir de los criterios definidos por los Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen.

Paisaje de dehesa

: consiste en pastos acompañados por bosques de encinas o alcornoques de poca densidad. Es típico de los territorios próximos a Portugal, desde Salamanca a Huelva. Tiene suelos de poca calidad. Suele tener explotaciones muy antiguas y de grandes dimensiones destinadas a una ganadería extensiva de bóvidos junto a rebaños de ovejas, antes trashumantes, así como a cerdos ibéricos o a cotos de caza. Es un buen ejemplo de equilibrio entre crecimiento económico y respeto al medio ambiente.

Paisaje de los regadíos hortofrutícolas mediterráneos

: se extiende por la llanura litoral y los deltas de los principales ríos mediterráneos. Dos tercios del total han surgido en los últimos 50 años, lo que ha exigido grandes obras de infraestructura: embalses, canales, trasvases, pozos y plantas desaladoras. Predomina la pequeña parcela con cultivos hortícolas junto a árboles frutales (cítricos e incluso algunos tropicales como la chirimoya en Andalucía o el plátano en Canarias). Se trata de una agricultura muy tecnificada, de grandes inversiones y que necesita buenas comunicaciones para el transporte, pero que da unos altos rendimientos. Una técnica muy especializada es la de cultivo bajo plástico (Almería y Murcia).

Paisaje ganadero de la España húmeda

: prados naturales para una ganadería especializada. Se da en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y valles pirenaicos.

4.- NECESIDAD DE UNA POLÍTICA AGRARIA

  Las áreas rurales con gran presencia agrícola llevan décadas enfrentándose a una serie de problemas que hacen necesaria la actuación de los poderes públicos. Estos problemas son los siguientes:-Escasa productividad de algunos productos, por lo que hay subvencionarlos y protegerlos con políticas de precios que evitan la entrada de productos similares más baratos de países no europeos.-Progresiva despoblación de las áreas rurales.-Progresivo envejecimiento de la mano de obra agrícola.-Reducción de empleos debido a la mecanización del campo.-Los ingresos medios de los agricultores son inferiores a los de los trabajadores de los sectores secundario y servicios.-Crecientes impactos ambientales.Ante esta situación los países desarrollados mantienen una política agraria común (PAC) que trata de asegurar la viabilidad del sector, y así mantener la presencia en el campo de un cierto número de agricultores y ganaderos; procurando, de ese modo, elevar sus rentas, tanto por razones económicas como sociales y ambientales. Para ello se creó en el FEOGA (Fondo Europeo de orientación y Garantía Agraria), instrumento financiero de la Unión Europea encargado de establecer los criterios de ayuda y de distribuir las subvenciones.

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