04 Dic

La Dimensión Normativa del Desarrollo

¿Qué es la dimensión normativa del desarrollo?

La dimensión normativa se refiere a los componentes éticos implícitos en el concepto de desarrollo. Estos supuestos se enraízan en determinadas concepciones de justicia; es la convicción de que determinadas situaciones resultan injustas lo que las convierte en problemas del desarrollo. No siempre resulta claro cuál es la solución más justa a un determinado problema, y la respuesta puede variar según la concepción de justicia que defendamos.

El Enfoque de las Capacidades y las Teorías de la Justicia

La Teoría de la Justicia de John Rawls

Rawls plantea que, para que los seres humanos puedan vivir una buena vida, necesitan lo que él denomina bienes primarios, que son los que les permiten alcanzarla. Éstos se dividen en:

  • Bienes primarios naturales: talentos particulares, la imaginación y otras cualidades intrínsecas a las personas.
  • Bienes primarios sociales: libertades individuales básicas, los derechos y las oportunidades (por ejemplo, el acceso a una educación, al voto, a la propiedad, a la expresión), los ingresos y la riqueza.

Una situación de justicia supondría que los «bienes primarios» debieran distribuirse igualitariamente, salvo que alguna otra forma de distribuirlos resulte en ventajas para los menos favorecidos; en ese caso, es propio de una sociedad justa aceptar dicha desigualdad.

Crítica de Nozick a Rawls

Según Robert Nozick, los principios de justicia de Rawls conducen, en realidad, a la injusticia, porque afectan los derechos de algunas personas en beneficio de otras. Además, atentan contra la dignidad humana al considerar a las personas como medios para satisfacer un fin.

Crítica de Sen a Rawls

Mientras que Rawls sostiene que hay que favorecer a quienes cuentan con menor cantidad de bienes primarios, Amartya Sen argumenta que, si lo que nos importa es la vida real que las personas pueden construir, no debemos centrarnos en los bienes que poseen, sino en lo que pueden hacer con ellos.

La Perspectiva Libertaria de Robert Nozick

Nozick desarrolla una noción de justicia basada en determinados derechos inviolables y en la idea de que las personas son fines en sí mismas. Solo las personas tienen derecho a decidir sobre sí mismas y, por extensión, sobre sus posesiones. Nadie más puede decidir sobre su persona y sus bienes, y quien lo hace viola un derecho humano fundamental.

Crítica de Sen a Nozick

Según Sen, Nozick ve los derechos humanos no como algo a promover, sino como límites o restricciones a lo que otros pueden hacer. De esta forma, luchar por los derechos humanos significaría solamente tratar de evitar que se violen derechos, y no, como defiende Sen, propugnar además por que la gente disfrute del ejercicio efectivo de sus derechos.

El Enfoque de las Capacidades de Amartya Sen

Sen plantea la «evaluación global de los derechos», que se compone de dos partes: por un lado, el valor ético intrínseco y moral de un derecho y, por otro, las consecuencias prácticas de su ejercicio. Aunque un derecho sea intrínsecamente valioso, debe ser dejado de lado, al menos temporalmente, si de su aplicación surgen consecuencias prácticas moralmente más inaceptables.

Los funcionamientos de una persona son lo que esta es o hace a lo largo de su vida. Si se analiza lo que podría hacer con ella, hablamos de capacidades. Las capacidades serían, entonces, el conjunto de funcionamientos u opciones reales que tienen las personas para definir su vida en todos los aspectos. La ampliación de las libertades no solo supone remover obstáculos, sino también promover la «agencia razonada» de los individuos. Ser agentes supone ser constructores de nuestro propio destino, tomar las riendas de nuestra vida y hacer con ella aquello que valoramos y deseamos. Así, los logros de una persona deben evaluarse no en términos de un éxito abstracto definido universalmente —como el ingreso o la riqueza—, sino en función de las metas que dicha persona se pone a sí misma.

En este enfoque, la lucha por la justicia y el desarrollo supone ampliar las capacidades de las personas, es decir, ampliar las opciones reales que la gente tiene a la hora de construir su proyecto vital; en resumen, ser más libres.

Hay dos tipos de trabas: las vinculadas a lo institucional y las asociadas a las capacidades que tienen los individuos de hacer efectivas las decisiones que desean, es decir, el ejercicio de la agencia razonada. Por lo tanto, ambas deben atenderse en el proceso del desarrollo.

Definición de Desarrollo según Sen

Según Sen, el desarrollo consiste fundamentalmente en ampliar las opciones de los individuos, haciendo que estos sean más libres para construir sus vidas según sus propios criterios y principios. Así, a la hora de evaluar los problemas del desarrollo que enfrenta una sociedad, es en la libertad de sus individuos donde debemos fijar la mirada, tanto para realizar un diagnóstico como para tomar decisiones —tanto individuales como colectivas— que hagan de nosotros mismos y de nuestros semejantes personas más libres.

Instituciones y Desarrollo

¿Qué son las Instituciones? La Perspectiva de North

Douglass North define las instituciones como «las reglas del juego» en una sociedad. En este sentido, las instituciones serían las limitaciones (reglas) ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana. Por la vía de incentivar determinadas acciones y desincentivar otras, buscan dar un marco de seguridad y confiabilidad en relación con las acciones y modos de operar de los individuos y grupos dentro de las estructuras sociales, reduciendo la incertidumbre.

  • Instituciones formales: Son explícitas, a menudo se encuentran «escritas» y son «oficiales». Entre ellas se encuentran las leyes, los reglamentos, los estatutos, etc.
  • Instituciones informales: Suelen ser implícitas, pero aun así moldean la conducta de las personas y, en ocasiones, pueden ser más fuertes que las formales. Son las reglas sociales compartidas, generalmente no escritas, que son creadas, comunicadas y reforzadas fuera de los canales oficiales de sanción.

Las organizaciones pueden ser definidas como grupos de individuos asociados en función de objetivos y/o valores comunes. Por lo tanto, si las instituciones son las reglas del juego, las organizaciones son los jugadores.

La Importancia de las Instituciones para el Desarrollo

La idea básica radica en que existen ciertas funciones que las instituciones deben cumplir para alcanzar un objetivo del desarrollo y que, para ello, existen determinadas formas institucionales que contribuyen a que dichas funciones se lleven a cabo. Las funciones refieren al rol que deben cumplir y al tipo de problemas que deben solucionar, siendo estos de carácter general, es decir, que afectan a todas —o casi todas— las sociedades en el proceso de desarrollo. Entre ellos se encuentra el crecimiento económico, la sustentabilidad ambiental, la desigualdad, etc. Las formas, en cambio, refieren al tipo concreto de instituciones que se crean para solucionar dichos problemas, es decir, para cumplir adecuadamente su función. Por ejemplo: la justicia imparcial sería la función del Estado, mientras que los jueces serían la forma de llevarla a cabo.

El Cambio Institucional: Imitación, Adaptación e Innovación

La historia de las instituciones condiciona fuertemente su evolución futura. En el cambio institucional, los protagonistas son tanto las instituciones como las organizaciones; el cambio es el resultado de la interacción entre ambos. Las reglas del juego son creadas y modificadas por los jugadores, al tiempo que las primeras influyen sobre el comportamiento y la forma en que a los segundos les es posible modificar el marco institucional. Si bien es necesario que las instituciones otorguen un marco de estabilidad a la interacción entre actores e individuos, también es imprescindible que posean determinados grados de flexibilidad para ajustarse a los cambios permanentes de las sociedades contemporáneas.

Ha-Joon Chang sintetiza tres formas de cambio institucional:

  • Imitación: Consiste en la «importación» de arreglos institucionales que hayan mostrado efectividad en otros países.
    • Ventaja: Al conocer una experiencia previa, el país imitador puede prevenir las dificultades que enfrentaron los países que instalaron inicialmente dicha forma institucional.
    • Desventaja: Existe el riesgo de «importar» una forma y unas funciones institucionales que no sean adecuadas a las especificidades locales.
  • Adaptación: Para que la imitación de las instituciones funcione, es necesario algún grado de adaptación a las realidades y reglas informales locales.
  • Innovación: Al igual que en el caso de la imitación, para que la innovación pueda ser exitosa debe tener en cuenta las especificidades locales, esto es, los patrones culturales de las sociedades y las reglas informales que los actores han establecido. Asimismo, para el efectivo funcionamiento de las nuevas instituciones se requiere de cierta legitimidad política entre los actores sociales, es decir, el reconocimiento no solo de su importancia, sino también la creencia de que dicha institucionalidad se adecua al marco existente y a las pautas culturales que se desean preservar.

El Entorno Institucional Ideal para la Libertad: La Democracia

Si partimos desde la perspectiva del desarrollo como libertad, entonces podemos comprender aquellas posturas que sostienen que la democracia representativa constituye el régimen político más favorable para alcanzar el desarrollo. Un punto fundamental por el cual la democracia es y ha sido valorada como institución macro se debe a que su existencia conlleva otras instituciones asociadas y constitutivas de la misma que promueven la ampliación de las libertades y dan garantías de procedimiento, es decir, de rendición de cuentas ante la ciudadanía.

En general, se considera que un gobierno es democrático cuando sus ciudadanos y ciudadanas pueden:

  1. Formular sus preferencias.
  2. Manifestar públicamente dichas preferencias.
  3. Recibir igualdad de trato por parte del gobierno.

Ello implica que todos los miembros de una sociedad deben ser tratados como si estuvieran igualmente cualificados para participar en el proceso de toma de decisiones; es decir, que son considerados políticamente iguales. Es en este sentido que los gobiernos democráticos se basan en el principio de la «igualdad intrínseca».

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