05 May

PREG. EBAU: ANALIZA LAS CAUSAS, PRINCIPALES HECHOS Y CONSECUENCIAS DE LA Intervención DE España EN Marruecos ENTRE 1904 Y 1927.

 Cronológicamente, el ámbito de la pregunta (1904-1927) está dentro del reinado de Alfonso XIII (rey desde 1902) y primeros compases de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930);contexto de la crisis del sistema de la Restauración. La política africanista española de principios de Siglo XX se enmarca en torno a: el peso del Desastre del 98; la tradición histórica española en el norte de África y la rivalidad colonial anglo-francesa. Marruecos y su protectorado (la “cuestión de Marruecos”)  se convirtió en el eje de la política exterior del primer tercio del Siglo XX. Ya en el Siglo XIX España había participado en acciones bélicas en África: la “guerra de África” de 1859-60 giró en torno a Ceuta, y la de 1893 en torno a Melilla. Cuando el colonialismo francés se fijó en Marruecos para completar el dominio sobre Túnez y Argelia, tuvo que tener en cuenta la realidad de que España estaba ya asentada en aquella zona. Inglaterra y Alemania también estaban interesadas por estos territorios, por lo que Francia optó por llegar a un acuerdo con España y tratar solo con ella el “reparto marroquí”. Así, una de las principales causas de las campañas de Marruecos fue la presencia francesa y la amenaza de expansión alemana. También hay que tener en cuenta, como ya se ha apuntado arriba, el Desastre del 98, tras el cual España intenta recuperar prestigio y poner fin a su aislamiento exterior.

Desde 1904, la incursión española en Marruecos había sido más o menos pacífica, sustentada con pactos individuales con las cabilas (tribus) bereberes. La Conferencia de Algeciras (1906), marcó el reparto de las zonas de influencia modificada posteriormente por el Tratado Hispano-francés de 1912, en el que quedaba definitivamente establecido marcado el protectorado español y francés sobre Marruecos. A España se le concedió una franja en el norte, el Rif (territorios comprendidos entre Ceuta y Melilla) y enclaves en la costa atlántica (Ifni y Río de Oro). Esto obligó a aumentar el contingente de tropas y a acometer campañas para asegurar un territorio rico en hierro, protegiendo la construcción del ferrocarril hasta Melilla. Sin embargo, la presencia española fue contestada, desde 1906, por las tribus bereberes organizadas en cabilas.

 En Julio de 1909 se produjeron graves enfrentamientos entre tropas españolas y los rifeños, que habían atacado a los obreros del ferrocarril entre las minas del Rif y Melilla. El gobierno (Maura) movilizó entonces a un importante número de reservistas de Cataluña, lo cual provocó un movimiento de protesta contra la intervención en Marruecos, de por sí ya muy impopular desde la guerra de Cuba. Los sectores más contrarios al sistema (socialismo, anarquismo y republicanismo radical) promovieron una huelga general para protestar contra la guerra. En estas circunstancias se produce la emboscada a tropas españolas en el Barranco del Lobo, causando numerosísimas bajas en el ejército español, lo cual no hizo sino incendiar la convocatoria de la huelga, que a partir de entonces degeneró en una revuelta conocida como la Semana Trágica de Barcelona (Agosto 1909), dada la dura represión ejercida por el gobierno (70 muertos y 2000 detenciones), que llegó a  declarar el estado de guerra. Hubo varias condenas a muerte que, dado el escándalo internacional, forzaron la destitución de Maura.

Durante la Primera Guerra Mundial, el protectorado estuvo en calma. Terminado el conflicto y con una Francia que vuelve a intensificar su intervención sobre la zona, el gobierno español decide intensificar también las acciones militares. Esta nueva intervención se vio contrarrestada por una gran resistencia de las cabilas orientales. Además, la guerra cada vez era más impopular entre la sociedad española

En 1921, una nueva campaña intentó extender el control español alrededor de Melilla. La reacción no se hizo esperar: las cabilas del caudillo rifeño Abd-el-Krim atacaron por sorpresa el puesto español de Annual, inflingiendo una gran derrota al ejército español, que sufrió unas 14.000 bajas. España perdió el control sobre ese territorio y el episodio pasaría a la historia como el Desastre de Annual (1921), cuyas consecuencias fueron dilatadas y muy profundas. La impopularidad de esta campaña crispó a la opinión pública, que culpó al gobierno y al ejército de la derrota. El gobierno dimite y se inicia un proceso parlamentario para indagar sobre las responsabilidades del Desastre. Una comisión en el Congreso elaboró el llamado “Expediente Picasso” (1922), que no contentó a prácticamente nadie y no hizo sino acentuar el distanciamiento entre los militares y la clase política.Así, la cuestión de Marruecos se convirtió en un factor básico de la crisis política y el debate parlamentario sobre las responsabilidades llevó a algunos militares a optar por una decisión de fuerza. Días antes de la discusión del expediente en las Cortes, Primo de Rivera dio el Golpe de Estado (13 de Septiembre) que conduciría a la Dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) En 1925, año del paso del directorio Militar al Civil, el conflicto de Marruecos todavía no estaba resuelto. El ejército estaba dividido entre los partidarios de continuar la guerra, africanistas (entre los que empezaba a destacar Francisco Franco) y aquellos que querían abandonarla.Sin embargo, el ataque de Abd el-Krim contra el protectorado francés había propiciado el acercamiento de los gobiernos francés (Petain) y español, que organizaron un ataque conjunto. En 1925, el ejército español desembarcó en la bahía de Alhucemas mientras los franceses atacaban desde el sur a los rifeños, que acorralados se rindieron. Esta victoria colocó a Primo de Rivera en la cumbre de su prestigio

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