25 Nov
Percepción de Tamaño y Profundidad
¿En qué información se basa el cerebro para computar el tamaño?
El cerebro utiliza múltiples factores para interpretar el tamaño de los objetos que nos rodean. Los principales son:
- La distancia percibida al objeto.
- El tamaño retiniano (el tamaño de la imagen que se proyecta en la retina).
- El contexto visual en el que se encuentra el objeto.
- El conocimiento previo que tenemos sobre los objetos.
- El tamaño familiar o conocido de ciertos objetos, que sirve como referencia.
El Mecanismo de Escalamiento Tamaño-Distancia
La relación entre la constancia del tamaño y la percepción de la profundidad se puede explicar a través del mecanismo de escalamiento tamaño-distancia que utiliza el cerebro. Este mecanismo tiene en cuenta la distancia a la que se encuentra un objeto para calcular su tamaño real.
Su fórmula correspondiente es:
T = K (R x D)
Donde:
- T: es el tamaño percibido del objeto.
- K: es una constante.
- R: es el tamaño de la imagen en la retina.
- D: es la distancia percibida al objeto.
Según esta ecuación, cuando una persona u objeto se aleja, el tamaño de su imagen en la retina (R) se reduce, pero la distancia percibida (D) aumenta. De esta manera, se produce un equilibrio entre ambos cambios, lo que nos permite percibir el tamaño del objeto como constante. Nuestra percepción del tamaño de los objetos permanece relativamente estable incluso si los vemos desde diferentes distancias, aunque el tamaño en la retina sí cambie. Si un objeto se acerca, su imagen en la retina aumenta y la distancia percibida disminuye; si se aleja, la imagen retiniana se reduce y la distancia percibida aumenta, manteniendo así la constancia del tamaño.
La ilusión de las vías del tren según un fallo en el escalamiento
Sí, esta ilusión se puede explicar como un fallo en el algoritmo de la ecuación del escalamiento tamaño-distancia. En la clásica imagen de las vías del tren (también conocida como ilusión de Ponzo), dos objetos o figuras de idéntico tamaño se colocan sobre las vías que convergen en la distancia.
Explicado desde dicho fallo, el tamaño retiniano (R) de ambas figuras es el mismo. Sin embargo, la distancia percibida (D) de la figura superior es mayor, puesto que está más cerca del punto de fuga creado por la perspectiva lineal. La ilusión de profundidad que genera la perspectiva lineal engaña al cerebro, haciéndole creer que la figura superior está más lejos. Como resultado, al aplicar la fórmula, el cerebro concluye que su tamaño percibido (T) es mayor.
Percepción sin claves de profundidad
Imaginemos dos objetos rectangulares idénticos (por ejemplo, dos mandos a distancia) al alcance de la mano, pero uno más alejado que el otro. Si se nos pide que agarremos uno de ellos en una situación donde no podemos computar la profundidad de forma adecuada, ocurriría lo siguiente:
Al no poder procesar la profundidad, percibiríamos que los dos objetos se encuentran a la misma distancia. En consecuencia, nuestro cerebro, basándose únicamente en el diferente tamaño de la imagen retiniana, entendería erróneamente que los dos objetos son de distinto tamaño. Por lo tanto, la apertura y posición de la mano para agarrar cada objeto sería diferente, ajustándose al tamaño percibido y no al real.
La ilusión lunar: ¿por qué la Luna parece más grande en el horizonte?
Este fenómeno se produce por un fallo en el mecanismo de escalamiento. La fórmula sigue siendo T = R x D.
El tamaño de la imagen retiniana de la Luna (R) es prácticamente el mismo tanto si está en el horizonte como en lo alto del firmamento (el ángulo visual es el mismo). Sin embargo, cuando la Luna está cerca del horizonte, el cerebro dispone de claves de profundidad que no tiene cuando está en el cénit, como la altura relativa y la presencia de objetos terrestres (árboles, edificios, montañas). Al usar estas claves, el cerebro interpreta erróneamente que la distancia percibida (D) hasta la Luna en el horizonte es mucho mayor. Al aplicar la fórmula, si R es constante pero D aumenta, el tamaño percibido (T) también aumenta, creando la potente ilusión de una Luna gigante.
¿El algoritmo siempre nos lleva a la respuesta correcta?
Un algoritmo, si se aplica correctamente, es un procedimiento que garantiza una solución a un problema. Sin embargo, en el campo de la percepción visual, el cerebro no siempre utiliza algoritmos estrictos. En su lugar, recurre con más frecuencia a heurísticos.
Los heurísticos son atajos mentales o reglas generales basadas en la experiencia que ofrecen una solución probable y rápida a un problema. Son eficientes, pero no infalibles, y son la causa de muchas de las ilusiones ópticas que experimentamos.
Conceptos clave en la percepción del tamaño
Constancia de tamaño
Es el fenómeno por el cual nuestra percepción del tamaño de un objeto permanece invariable, aun cuando lo vemos a distintas distancias. Lo único que cambia es el tamaño de la imagen que dicho objeto proyecta en nuestra retina.
Ángulo visual
Es el ángulo que forma un objeto con respecto al ojo del observador. Su valor depende tanto del tamaño real del estímulo como de su distancia. El ángulo visual determina el tamaño que tendrá la imagen del objeto en la parte posterior del ojo (la retina). Una propiedad importante es que un objeto pequeño y cercano puede tener el mismo ángulo visual que un objeto grande y lejano. Cuando la información de profundidad es buena, la estimación del tamaño se basa en los tamaños reales. Sin embargo, cuando se eliminan las claves de profundidad, nuestra estimación del tamaño recibe una gran influencia del ángulo visual del objeto.

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