18 Jun

3. La evolución demográfica 
La historia demográfica de España en los últimos siglos sigue una evolución, llamada revolución demográfica que puede dividirse en varias fases, a cada una de las cuales corresponde un régimen demográfico concreto. 
En el caso de España, existe un cierto retraso a las fases respecto a otros países europeos más desarrollados. Las fases demográficas son:
-Fase demográfica tradicional. Las tasas de natalidad y de mortalidad eran muy altas (entre el 30 y el 50 por mil).
 La mortalidad era muy elevada en épocas de malas cosechas o epidemias. Esta fase corresponde a una sociedad agrícola o preindustrial, en la que el crecimiento de la población era muy lento.
-Fase de descenso gradual de la mortalidad. Desciende la mortalidad, pero la natalidad se mantiene igual; de ahí que la población experimente un crecimiento progresivo.
Las causas del descenso de la mortalidad fueron la introducción de avances higiénicos y sanitarios y las mejoras en la alimentación. Además, las pestes endémicas dejaron de azotar periódicamente a la población. Las parejas se casaban antes y tenían hijos más pronto. Regiones como Cataluña donde la prosperidad económica era más evidente, casi doblaron sus habitantes, mientras que en otras regiones españolas el crecimiento poblacional fue menos palpable.

Fase de reajuste de la natalidad

El ritmo de crecimiento de la población, aunque sigue siendo alto, tienda disminuir. 
Debido a razones de orden económico y social, las familias empezaron a planificar su natalidad, y por eso se redujo su tasa. Por una parte, las mejoras médicas favorecieron que sobrevivieran más niños. Por otra parte, la progresiva incorporación de la mujer al mundo laboral, la urbanización y la crisis económica de principios de los años treinta, retrasaron la nupcialidad. Aunque muchos países europeos habían entrado antes en esta tapa de descenso de la natalidad, España no lo hizo hasta principios del Siglo XX. El descenso de la tasa de natalidad empezó a hacerse patente como consecuencia del éxodo rural y el aumento de la urbanización. 
-Fase demográfica moderna. Tanto la natalidad como la mortalidad son bajas o muy bajas. El crecimiento natural es moderado o se estanca, tendiendo a un crecimiento cero. La esperanza de vida aumenta. 
A partir de 1950 se inició un progresivo descenso de la mortalidad y de la natalidad (a excepción del aumento de la natalidad experimentando en la década de los sesenta). Desde los años noventa del Siglo XX, el envejecimiento de la población, a causa de la mayor esperanza de vida y del descenso de la natalidad, supuso un ligero aumento de la tasa de mortalidad. El fenómeno de la inmigración cambio ligeramente la tendencia, y se produjo un incremento demográfico.
4. Los movimientos migratorios.
Por movimiento migratorio se entiende a cualquier tipo de desplazamiento de la población desde su lugar de residencia a otro lugar. 
Cuando el movimiento es de salida, se denomina emigración; y si es de entrada, inmigración. Tipos de movimientos:
-Los interiores se producen dentro del territorio de un mismo Estado. Principalmente se producen por causas sociolaborales.
– Los exteriores tienen lugar de un estado a otro, y pueden ser continentales (de España a otro estado europeo) o intercontinentales (por ejemplo, de España América, y viceversa).              Las causas de las migraciones pueden ser: 
-Naturales. Están relacionadas con cambios climáticos o desastres naturales. 
-Políticas o religiosas. Las guerras y las persecuciones políticas o religiosas obligan a las personas a cambiar de país.
– Económicas. Tienen que ver con la búsqueda de mejoras laborales o de mayores posibilidades para subsistir.
-Socioculturales. La cultura y las posibilidades educativas son factores importantes a la hora de decidir a qué país o lugar se va a emigrar.                                                                                                       Las consecuencias de las de las migraciones pueden ser:
-Demográficas. Para los países de destino, la migración significa un incremento de población, normalmente de personas jóvenes en edad de procrear; para los países de origen, un descenso de la población y un incremento relativo de ancianos.
-Económicas. Los emigrados se incorporan como mano de obra en las actividades laborales de los países destino, pero los países de origen pierden esa mano de obra. El dinero enviado por los inmigrantes a sus países de origen puede provocar un aumento de capital 

Sociales

Algunas consecuencias sociales son las faltas de vivienda o de servicios sanitarios, sociales, escolares… en el país de destino de los inmigrantes. Otras consecuencias sociales son las dificultades de integración en el nuevo país de acogida, a causa de las diferencias culturales y lingüísticas, de las posibles actitudes racistas y xenófobas.
-Culturales. El contacto entre distintas tradiciones culturales enriquece a los emigrados 
-Personales. El cambio de residencia conlleva una adaptación a nuevos hábitos. 
-Ecológicas. Para el espacio agrario, el éxodo rural significa el abandono de tierras de cultivo y de cabañas ganaderas. Para las ciudades, el incremento súbito de población debido a las migraciones puede provocar un hacinamiento en algunas zonas urbanas.

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