08 Jun
El Arte Español en la Posguerra y el Franquismo (1939-1975)
La posguerra de la Guerra Civil española coincidió con la Segunda Guerra Mundial, un periodo marcado por el aislamiento internacional y la autarquía. España tuvo que enfrentarse a la reconstrucción de sus infraestructuras, muchas de las cuales habían quedado en ruinas, como los bombardeos de Gernika.
El Arte Durante el Franquismo
El régimen franquista, en su afán por establecer una nueva identidad nacional, promovió un arte que, aunque a menudo tradicionalista y conservador, también supo aprovechar figuras y estilos diversos.
Artistas Afines al Régimen y Obras Emblemáticas
Algunos de los artistas más destacados de este periodo fueron José Aguiar, Pedro Laín, Juan de Ávalos, Ignacio Zuloaga, José María Sert y Carlos Sáenz de Tejada.
- José Aguiar: Su obra marcó la vuelta al realismo y al clasicismo, abandonando las vanguardias. Es conocido por uno de los mejores retratos de Franco.
- Ignacio Zuloaga: Su Retrato de Franco (1940) muestra al dictador con el uniforme de la Falange, un partido que Franco finalmente quiso erradicar.
- José Gutiérrez Solana: Cabezas y Caretas (1943).
El Aprovechamiento del Arte Tradicionalista
Hubo artistas que no fueron puramente franquistas, como Julio Romero de Torres, quien falleció en 1930, antes de la guerra. Sin embargo, dado que su arte era tradicionalista y conservador, fue del agrado del franquismo, que lo «parasitó» o utilizó para sus propios fines. El arte franquista no se limitó a la pintura, abarcando también la arquitectura y la escultura. La obra por excelencia de este periodo es el Valle de los Caídos. Otros ejemplos de monumentos franquistas incluyen el Arco de la Victoria en Moncloa y el Mausoleo de Franco.
- Juan de Ávalos: Su Piedad es una obra de grandes dimensiones elaborada durante la dictadura franquista. Con el paso del tiempo, las piedras han empezado a deteriorarse, dando a la obra un aspecto de puzle.
Monumentos y Figuras Apropiadas por el Franquismo
Otro monumento erigido durante la dictadura es el dedicado a Calvo Sotelo. Aunque Calvo Sotelo no era franquista y murió antes de la Guerra Civil, el régimen se apropió de su figura.
Artistas Innovadores dentro del Franquismo
Algunos artistas afines al franquismo, pero a la vez muy innovadores y modernos, fueron José Caballero, Carlos Sáenz de Tejada, José María Sert y Eugenio D’Ors.
- Eugenio D’Ors: Este catalán universalista, uno de los padres del Novecentismo, vivió en Madrid y París. Al llegar a Madrid, aborreció el modernismo, criticando a los modernistas por ser demasiado individualistas y por respetar poco los cánones de belleza. Odiaba el pluralismo y lo folclórico, considerando el modernismo demasiado sentimental. Propuso la vanguardia y el Novecentismo. Fue un crítico y ensayista de arte por excelencia, amigo personal de republicanos, franquistas y falangistas.
La Pintura de Paisaje en la Posguerra
Algunos artistas destacaron por retratar paisajes, como Benjamín Palencia, quien, aunque comenzó con los surrealistas, no tuvo una carrera internacional. Fue un tipo peculiar que vivió aislado en el campo, dedicándose a pintar temas rurales, especialmente a partir de la Guerra Civil. Otros autores que destacaron en la pintura de paisaje durante esta época fueron Godofredo Ortega Muñoz y Juan Manuel Díaz Caneja. Otro autor relevante en este ámbito fue Pancho Cossío.
- Benjamín Palencia: Su obra El Cazador es un cuadro de temática rural y paisajística. Estos artistas se aislaron de la ciudad para vivir en el campo, buscando renovar el arte desde dentro del franquismo. Cossío, por ejemplo, mantuvo un lenguaje innovador con temática tradicional.
El Exilio Artístico Español
Con la guerra, muchos artistas tuvieron que huir al exilio. Podemos hablar de tres grandes grupos o colonias:
- Gallegos de Ultramar: Destacan figuras como Alfonso Rodríguez de Castelao, Manuel Colmeiro, Luis Seoane, Maruja Mallo y Eugenio Fernández Granell.
- Exilio en México: Incluye a Miguel Prieto, Ramón Gaya, Roberto Fernández Balbuena y Remedios Varo. Estos artistas fueron silenciados, poco estudiados, y sobre ellos no se publicaba ni escribía nada, ya que estaban vetados. El régimen franquista tenía prohibidas las exposiciones, crónicas y noticias sobre ellos. Es cierto que hubo un franquismo más duro (hasta los años sesenta) y otro más flexible (a partir de esa década). Tras la muerte de Franco, muchos regresaron a España. El gran reconocimiento de todos estos artistas llegó en los años 80 con la Transición, y la incorporación de estos intelectuales a la historia y cultura oficial.
- Españoles en París: Los más famosos son Pablo Picasso y Julio González. Otros artistas menos conocidos incluyen a Francisco Bores, Hernando Viñes, Joaquín Peinado, José María Ucelay y Luis Fernández. La República española intentó mantenerse en el exilio, pero fue imposible. El único país que siguió apoyando a la República española tras la victoria de Franco fue la URSS. De hecho, la Unión Soviética organizó una exposición en Praga de artistas republicanos en 1946; incluso, algunos artistas se trasladaron a la Unión Soviética, como Alberto Sánchez (1895-1982).
Nota: La Escuela de Vallecas fue formada por Benjamín Palencia, Maruja Mallo y Alberto Sánchez.
Joan Miró (1893-1983): Un Universo Propio
Joan Miró es uno de los artistas clave de las primeras vanguardias del primer tercio del siglo XX. Se le asocia tradicionalmente a dos tendencias: el surrealismo y la abstracción. Sin embargo, no se le debe encasillar puramente como un artista surrealista o abstracto; Miró desarrolló su propio estilo inconfundible.
Vivió muchos años y fue coetáneo de Picasso, de hecho, fue amigo personal suyo. Procedía de una buena familia dedicada al comercio en Barcelona, y el propio Miró estudió comercio. Comenzó pintando como ocio durante su juventud; su familia, al igual que la de Dalí, tenía una propiedad en el campo donde Miró terminó pintando.
Miró tuvo una peculiaridad: desde el primer momento, fue reconocido internacionalmente. El primer crítico de arte que le rindió pleitesía fue un japonés, ya que Miró era muy puntilloso y detallista, algo que fascinaba a los japoneses. De hecho, los japoneses escribieron un libro sobre Miró cuando aún era joven.
Evolución Artística y Temática
Comenzó pintando paisajes catalanes: el pueblo, el río, el huerto. Son paisajes a caballo entre la figuración y la abstracción, donde mezcla los surcos y los arbustos con colores fucsias y violetas, notándose la influencia fovista en su pintura. La Masía de Miró es una de las obras que pintó el artista catalán, centrándose en temas rurales y agrarios al principio, ya que la pintura formaba parte de su ocio (con una influencia holandesa, flamenca y belga en el detalle).
Desde muy joven se caracterizó por pertenecer al movimiento de las vanguardias. Buscando profundizar en el arte, se marchó a París, donde conoció a Picasso. Picasso le compró un autorretrato (entre ellos se ayudaban económicamente) y se convirtió, en cierta manera, en el protector y líder de Miró y del resto de artistas vanguardistas que estaban en Francia en ese momento. En estos momentos pintó La bailarina española, uno de los temas que más abordó Miró en su versión figurativa y realista (posteriormente pintaría el mismo tema en una versión abstracta, ya que Miró reinterpretó su obra durante la etapa de la abstracción).
Miró y su Compromiso Político
Joan Miró fue un artista de izquierdas que se posicionó del lado republicano durante la Guerra Civil. Participó en el Pabellón Español de 1937. Paradójicamente, no fue uno de los artistas que se vio totalmente obligado a abandonar España.
Hacia la Abstracción y el Lenguaje de Signos
Poco a poco fue evolucionando hacia ideas más abstractas. Esto se puede observar en la obra Caballo, Árbol, Masía, una versión de la obra de 1921 que marca su tendencia abstracta. La distorsión de las figuras lo llevó a crear un mundo propio de signos: mujeres que son círculos, pájaros que son rayas o personas que son estrellas (como en el logo de La Caixa).
- El Carnaval del Arlequín: Miró desarrolló un estilo propio e individual, en el que es muy fácil identificar sus figuras. Usó colores primarios, básicos y planos para evocar la infancia y la pureza. En el cuadro se observa una fiesta con figuras propias de Miró, que recuerda a la pintura de El Bosco.
Las Reinterpretaciones de Miró: Interiores Holandeses
Debido a la pasión que Miró sentía por el arte holandés, pintó Interior holandés 1. Es una versión libre donde aparece una figura masculina tocando el laúd, reinterpretando una obra realista. Es fácil identificar la ventana, el perro, el gato, al autor o a la amada. Es otra reinterpretación de la pintura por parte de Miró (para él, la pintura holandesa era la más clásica).
- Posteriormente pintó Interior holandés 2. Recuerda a las formas orgánicas de riñones y vísceras que pintaba Dalí. Son unos niños haciendo bailar a un gato, mientras el perro le ladra. Es otra interpretación de Miró, una escena onírica que solo puede ocurrir en los sueños.
- Interior holandés 3 es otra reinterpretación de Miró donde retrata a una señora holandesa quitándose el calcetín. Es una pintura que de repente se convierte en abstracción.
- Bodegón con Zapato es una obra ligada a la experiencia de la guerra de Miró. Un bodegón suele ser una escena doméstica con abundancia de manjares; sin embargo, en este caso, solo hay un bodegón pobre a causa de la guerra.
Miró: Más Allá de la Pintura
Miró destacó también por los murales, a caballo entre la cerámica y la pintura; también realizó ilustraciones y esculturas. Miró quería que el arte estuviera en la calle, por eso también realizó murales y esculturas. Miró también se involucró en la creación artística en el campo de la escultura, caracterizada por ser abstracta. Fue el arte del momento, llevando la abstracción a sus máximas consecuencias en el mundo de la escultura.
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