10 Abr
Fundación del Partido Socialista
Juan B. Justo fundó el Partido Socialista (PS), partido defensor de los intereses de los proletarios. Justo decía que la UCR, al igual que la oligarquía, no tenía otra preocupación que llegar al poder. Sostenía que el PS tenía la capacidad de afrontar los problemas económicos y sociales.
El PS estaba integrado por obreros, aunque sus dirigentes provenían de los sectores medios urbanos. Apoyó la consolidación y expansión del modelo agroexportador vigente, pero sus dirigentes propusieron luchar para cambiar la distribución de la riqueza a favor de los sectores populares urbanos. Entre sus propuestas se encontraban:
- Jornada de trabajo de ocho horas.
- Aumento de salarios.
- Reconocimiento del derecho a la huelga.
- Régimen especial de trabajo para mujeres y niños.
Sostuvo que las reformas debían obtenerse a través de la lucha parlamentaria.
Organizaciones Obreras
En 1890 surgieron las primeras organizaciones obreras. Hubo varios intentos para crear una federación obrera que agrupara a los diferentes gremios por actividad que se habían ido formando, pero todos fracasaron rápidamente.
En 1901 se fundó la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), de tendencia anarquista.
En 1902, los gremios de tendencia socialista se retiraron de la FORA y fundaron la Unión General de Trabajadores (UGT).
Los anarquistas se enfrentaron con el PS, denunciando que las reformas graduales eran una traición a los intereses de la clase obrera. Proponían la acción directa y la revolución para lograr mejoras y beneficios en forma inmediata.
Los anarquistas tuvieron mayor adhesión entre los obreros de los pequeños talleres y servicios urbanos, y menor presencia en las grandes empresas.
Alrededor de 1906, surgió un movimiento obrero con posturas menos extremas que las de los anarquistas: el sindicalismo. Frente a las huelgas generales y los atentados, el sindicalismo concentró sus esfuerzos en lograr objetivos específicamente económicos mediante la coordinación, planificación y oportunidad. Tuvieron un importante apoyo entre los gremios más numerosos y concentrados, logrando un poder de negociación mayor que los anarquistas.
Respuesta a la Oposición Política: La Reforma Electoral de 1902
El presidente Roca impulsó una reforma electoral en 1902. Su objetivo era incorporar a la oposición al Congreso Nacional, permitiendo la representación de una minoría política. Esto buscaba ampliar la participación política (para incluir sectores que estaban fuera del sistema), sin poner en riesgo el sistema de gobierno oligárquico. Esta ley fijó la edad mínima para votar en 18 años, creó un padrón electoral cívico y permitió el control del acto electoral, pero no estableció el voto secreto ni permitió la participación de extranjeros. Se mantuvo el voto por circunscripción uninominal (sistema del diputado por distrito).
Frente a la Cuestión Social: Reformas Legislativas y Represión
Durante la última década del siglo XIX, los movimientos de protesta y las huelgas obreras aumentaron. Inicialmente, las huelgas buscaban obtener mejoras laborales, pero luego el objetivo se centró en el aumento de salarios y la legalización de las asociaciones obreras.
La primera respuesta del gobierno, en 1902, fue decretar el estado de sitio en Buenos Aires y Santa Fe, con el objetivo de asegurar los embarques de exportaciones. También se propuso al Congreso la sanción de la Ley de Residencia, que permitía expulsar del país a los militantes obreros extranjeros considerados responsables de organizar la protesta social.
Paralelamente, Roca propuso al Congreso una ley de reforma laboral. Aunque inicialmente no prosperó, desde 1904 se fueron aceptando proyectos de ley propuestos por la minoría de diputados socialistas. Las primeras de estas leyes fueron las que establecieron el descanso dominical y regularon el trabajo de las mujeres y los niños. Aun con estos avances, la violencia continuó y se generalizó.
Las Dos Caras de la Sociedad Argentina en 1910
El Centenario de la Revolución de Mayo coincidió con un período de auge económico y el convencimiento de la élite gobernante de un porvenir cada día más seguro y mejor. Se celebró el Centenario con grandes festejos, mientras que ese mismo año se registraron 298 huelgas que involucraron a casi 20,000 obreros, y se generalizó la represión violenta como respuesta del gobierno a las protestas de los trabajadores.
Los Debates sobre la Ampliación de la Participación Política
Frente a las amenazas que representaban los movimientos de la UCR y la creciente movilización y protesta de los sectores populares urbanos y rurales, la élite gobernante se dividió en dos grupos con posturas diferentes sobre la respuesta a esto:
- Un grupo, liderado por Roca, abogaba por mantener el orden vigente y continuar con la represión.
- Otro grupo, encabezado por el presidente Figueroa Alcorta y otros dirigentes, promovía una reforma política para lograr el establecimiento de un gobierno representativo.
Finalmente, triunfó la posición reformista y asumió la presidencia Roque Sáenz Peña, quien rápidamente envió al Congreso tres proyectos de ley que, en conjunto, significaban una profunda e inédita reforma electoral.
La Ley Sáenz Peña: Hacia la Democracia Ampliada
A principios de 1912 se sancionaron las leyes de la reforma electoral, conocidas como Ley Sáenz Peña. Establecieron un nuevo padrón electoral, el voto secreto y obligatorio para ciudadanos argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores de 18 años, y el sistema de lista incompleta (que aseguraba la representación de la segunda minoría). Como resultado, radicales y socialistas comenzaron a participar activamente en las elecciones. La fuerza anarquista se debilitó y dejaron de producirse huelgas generales importantes. Los conservadores no lograron consolidar un partido político con apoyo popular masivo. El radicalismo se convirtió en el partido más poderoso del país.
En 1916, la UCR ganó las elecciones e Hipólito Yrigoyen asumió como presidente del país.
La Construcción de la Ciudadanía
En las primeras décadas del siglo XX, entre el conjunto de la población del país todavía no se había conformado plenamente el concepto de ciudadanía. La mayoría de los habitantes en condiciones de votar manifestaban indiferencia por los asuntos del gobierno y la política. Por eso, el efecto más importante de la reforma electoral fue la obligatoriedad del voto, pensada como un mecanismo para constituir forzadamente la ciudadanía. La ampliación de la participación política se definió principalmente por las garantías existentes para una elección libre y responsable por parte de los votantes. Asimismo, el establecimiento del voto secreto fue un importante avance para terminar con el fraude electoral.
Democracia Política y Cuestión Social
Tanto los sectores reformistas del gobierno como los partidos de la oposición (radicales y socialistas) estaban de acuerdo en la necesidad de una reforma electoral como vía para canalizar institucionalmente las demandas sociales.
Todos estos dirigentes consideraban que con esta reforma política los ciudadanos tendrían más credibilidad en el sistema político y, de esa forma, disminuirían los conflictos sociales. Tanto los dirigentes conservadores como los radicales y socialistas coincidían en que debían aceptarse las reformas para que no se siguieran ignorando las demandas populares, pero no tenían claro cómo implementarlas sin perjudicar los intereses de la organización económica vigente. Este dilema se profundizó aún más a partir de 1916, cuando asumió el candidato radical Yrigoyen.
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