26 Abr

TRATADO DE PAZ ENTRE ESPAÑA Y ESTADOS UNIDOS (1898)Clasificación del texto


Se trata de un texto histórico de naturaleza en forma de tratado, su tema es político y a la vez, jurídico. De carácter público, porque se dirige al ámbito internacional pero más concretamente a españoles y americanos. Fue redactado en el año 1898 por los representantes del Gobierno Español y estadounidense, y reproducido durante el 1978 por Mª Victoria López-Cordón y por José Urbano Martínez. Este tratado pertenece a la época del fin de la restauración, tras acabar la guerra de España frente a EE.UU.

Análisis y explicación del documento

En el texto,  vemos redactados cuatro artículos sobre el Tratado de Paz entre España y Estados Unidos de 1898. El primer artículo trata de que Estados Unidos se apropia de Cuba, una vez que España, hasta entonces propietaria, se haya visto obligada a renunciar a los territorios. En el segundo artículo, España “cede” de nuevo Puerto Rico, las islas de las Indias Occidentales y la isla de Guam. En el tercero, Estados Unidos por el valor de 20.000.000 dólares, compra las Filipinas a España. Y finalmente, en el sexto y último artículo, España firma el tratado de París junto a los Estados Unidos, renunciando a las islas y ambos países, poniendo en libertad a todos los prisioneros.

Comentario

EL FIN DEL IMPERIO COLONIAL


En febrero de 1895 se produjo un movimiento independentista en Cuba, que se convirtió rápidamente en insurrección de toda la isla contra la metrópoli y en 1896 sucedía lo mismo en Filipinas. En diciembre de 1898 España tras una completa derrota militar perdía Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Como consecuencia de la pérdida de los restos del Imperio colonial se desencadenó una crisis nacional ante la desmoralización, el escándalo y la debilidad militar y política demostrada por el gobierno de la Restauración. Al conjunto de estos acontecimientos se le ha dado el nombre de “Desastre del 98”.Conflictos coloniales: Cuba y FilipinasEl conflicto cubano

Causas


El conflicto cubano se originó entre otras causas por:  
La maduración del movimiento independentista indígena, ya muy avanzado y bajo el liderazgo de Antonio Maceo y José Martí.
A los errores cometidos por el gobierno español que fue retrasando la concesión de autonomía prometida en la Paz de Zanjón y eludió un control real sobre los abusos que padecían los trabajadores indígenas. Los distintos gobiernos se dejaron presionar por los grupos con intereses coloniales, que se oponían a cualquier cambio que pudiera reducir sus ganancias. 
Al respaldo norteamericano a los insurgentes. Los políticos estadounidenses eran partidarios de la independencia cubana, porque significaba el abandono por los europeos de la última colonia y la posibilidad de explotar la riqueza de la isla. Las compañías azucareras y la opinión pública respaldaban ese punto de vista. El apoyo fue primero diplomático, y a partir de 1891, cuando la Ley de aranceles prohibió a los cubanos el comercio libre, se convirtió en apoyo y en presión a favor de la insurrección.

Desarrollo

La respuesta independentista se inició en febrero de 1895 (El grito de Baire) liderada por José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez, en la parte oriental de la isla, extendiéndose de forma rápida al resto. El gobierno liberal intentó una política de negociación y envió a Martínez Campos, pero tras el fracaso de la negociación y su negativa a aplicar medidas represivas sobre la población se le sustituyó por Valeriano Weyler, que llegó a la isla con la voluntad de emplear métodos más contundentes. La ofensiva fue acompañada de la “concentración“ de los campesinos en aldeas cerradas para evitar que ayudaran a las tropas insurrectas. Pero la dificultad de proveer de alimentos y de facilitar asistencia médica, tanto al ejército como a los campesinos, trajo consigo una elevada mortalidad entre la población civil y los soldados. Tras el asesinato de Cánovas, el nuevo gobierno liberal decidió probar la estrategia de la conciliación. Relevó a Weyler del mando y concedió a Cuba un proyecto de autonomía, con gobierno propio, parlamento y los mismos derechos que los peninsulares. Es en este momento cuando los Estados Unidos decidieron intervenir. La opinión pública, influida por los ideólogos del imperialismo americano a través de las campañas en la prensa, presionaba a favor de la guerra. El incidente que propició el estallido de la misma fue la explosión del acorazado estadounidense Maine, anclado en el puerto de La Habana, el 15 de febrero de 1898, que causo 245 muertos. Pese a la propuesta española de una comisión de investigación internacional, los Estados Unidos, tras una rápida y particular investigación, atribuyeron toda responsabilidad a España, a quien correspondía garantizar la seguridad en el puerto.
Seguidamente el gobierno americano propuso la compra de la isla y, ante la previsible negativa española, lanzó un ultimátum que amenazaba con la guerra si en tres días España no renunciaba a la soberanía. Desde la óptica de los dirigentes políticos y militares españoles del momento, el enfrentamiento era inevitable al tratarse de una cuestión de prestigio. El desarrollo de las operaciones fue rápido y contundente. La superioridad material y técnica norteamericana era enorme, y sus bases estaban mucho más próximas a los objetivos. La flota española, tras permanecer sitiada en Santiago, acabó siendo derrotada.

  • La guerra en Filipinas

En Filipinas la rebelión se había iniciado en 1896, como consecuencia de la corrupción y la torpeza de la administración colonial, que no atendió los anhelos autonomistas de grupos moderados, lo que dio paso a la violencia de los independentistas. España optó por la solución dura, ejecutó al líder independentista José Rizal y dominó en parte la situación. Pero en la primavera de 1898, ante la inminencia de guerra entre Estados Unidos y España por Cuba, la flota americana anclada en Hong- Kong, se dirigió a las islas para apoyar a los insurrectos. Los barcos estadounidenses tomaron Cavite el 1 de mayo, destrozando la flota española. Ante las aplastantes derrotas en Cuba y Filipinas, España tuvo que pedir un armisticio y en diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, por el que España renunciaba a Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Al año siguiente, con la venta de las Marianas, Carolinas y Palaos a Alemania, se liquida el Imperio español, a excepción de los territorios africanos.

Consecuencias del desastre colonial de 1898

Humanas

Aproximadamente se considera que murieron unos 60.000 soldados españoles, la mayoría de ellos por enfermedades infecciosas. También fue elevado el número de heridos, mutilados o incapacitados por problemas psicológicos, quienes al llegar a España apenas recibieron ningún tipo de ayuda. A las clases populares apenas les importó la pérdida de las colonias y poco a poco fue surgiendo entre ellos una actitud de rechazo hacia la participación en las guerras, ya que mientras los ricos podían pagar la redención, las clases populares se veían obligadas a enviar a sus hijos o maridos a la guerra. Entre la élite intelectual o política si se produjo un sentimiento de desmoralización ante la pérdida colonial, percibiendo de forma clara que España no formaba parte de las grandes potencias y que era un país débil y atrasado en los aspectos económicos, políticos y sociales.

Económicas

España quedó privada de los impuestos de las colonias. Productos como el cacao, el café, el azúcar o el tabaco, tuvieron que pagarse a precios internacionales y los productos textiles catalanes dejaron de tener un mercado fácil donde venderse.

Políticas

Tanto el Partido Conservador como el Partido Liberal se vieron desgastados por los hechos, pero el desgaste fue mayor en el partido liberal de Sagasta, ya que es el que se encontraba en el poder cuando se produjo la pérdida de las colonias.

Militares

A nivel militar se produce también una crisis debido a la dureza de la derrota y a las críticas hacia los militares que se producen en algunos sectores sociales.

Ideológicas

En el clima de la derrota surgieron una serie de críticas tanto hacia el funcionamiento del sistema de la Restauración como a la propia mentalidad derrotista y conformista del país. Entre todas las críticas y análisis de aquellos meses destacan las de los llamados regeneracionistas, quienes criticaban los siguientes aspectos: el aislamiento del cuerpo electoral del país, la corrupción de los partidos políticos, el caciquismo y el atraso económico y social de España respecto a los países europeos más avanzados. Para solucionar los problemas proponían: la limpieza del sistema electoral, la dignificación de la vida parlamentaria, la reforma educativa y ayudas sociales. En definitiva, una acción encaminada al bien común y no en beneficio de los intereses políticos de la oligarquía. Entre los regeneracionistas destacó Joaquín Costa cuyas ideas más destacadas están recogidas en su obra “Oligarquía y caciquismo “donde se exponen, tanto los problemas de España como sus posibles soluciones. Proponía la construcción de carreteras y obras hidráulicas, la construcción de nuevas escuelas para fomentar la educación y la redistribución de tierras para terminar con el problema de gran parte del campesinado español. Su lema se recoge en la frase: “Escuela y despensa”. La crítica realizada por los regeneracionistas, dejó profunda huella en el pensamiento político nacional. Algunas de sus ideas serán recogidas por los políticos de la segunda generación de la Restauración como Maura y Canalejas.

Conclusión

Tuvo una enorme repercusión, ya que la pérdida de las últimas colonias generó un sentimiento de derrota muy profundo en el tema político y militar dando la sensación de que España era un país de tercer orden.


lanzó un ultimátum que amenazaba con la guerra si en tres días España no renunciaba a la soberanía. Desde la óptica de los dirigentes políticos y militares españoles del momento, el enfrentamiento era inevitable al tratarse de una cuestión de prestigio. El desarrollo de las operaciones fue rápido y contundente. La superioridad material y técnica norteamericana era enorme, y sus bases estaban mucho más próximas a los objetivos. La flota española, tras permanecer sitiada en Santiago, acabó siendo derrotada.

La guerra en Filipinas

En Filipinas la rebelión se había iniciado en 1896, como consecuencia de la corrupción y la torpeza de la administración colonial, que no atendió los anhelos autonomistas de grupos moderados, lo que dio paso a la violencia de los independentistas. España optó por la solución dura, ejecutó al líder independentista José Rizal y dominó en parte la situación. Pero en la primavera de 1898, ante la inminencia de guerra entre Estados Unidos y España por Cuba, la flota americana anclada en Hong- Kong, se dirigió a las islas para apoyar a los insurrectos. Los barcos estadounidenses tomaron Cavite el 1 de mayo, destrozando la flota española. Ante las aplastantes derrotas en Cuba y Filipinas, España tuvo que pedir un armisticio y en diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, por el que España renunciaba a Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Al año siguiente, con la venta de las Marianas, Carolinas y Palaos a Alemania, se liquida el Imperio español, a excepción de los territorios africanos.

Consecuencias del desastre colonial de 1898

Humanas


Aproximadamente se considera que murieron unos 60.000 soldados españoles, la mayoría de ellos por enfermedades infecciosas. También fue elevado el número de heridos, mutilados o incapacitados por problemas psicológicos, quienes al llegar a España apenas recibieron ningún tipo de ayuda. A las clases populares apenas les importó la pérdida de las colonias y poco a poco fue surgiendo entre ellos una actitud de rechazo hacia la participación en las guerras, ya que mientras los ricos podían pagar la redención, las clases populares se veían obligadas a enviar a sus hijos o maridos a la guerra. Entre la élite intelectual o política si se produjo un sentimiento de desmoralización ante la pérdida colonial, percibiendo de forma clara que España no formaba parte de las grandes potencias y que era un país débil y atrasado en los aspectos económicos, políticos y sociales.

Económicas

España quedó privada de los impuestos de las colonias. Productos como el cacao, el café, el azúcar o el tabaco, tuvieron que pagarse a precios internacionales y los productos textiles catalanes dejaron de tener un mercado fácil donde venderse.

Políticas

Tanto el Partido Conservador como el Partido Liberal se vieron desgastados por los hechos, pero el desgaste fue mayor en el partido liberal de Sagasta, ya que es el que se encontraba en el poder cuando se produjo la pérdida de las colonias.

Militares

A nivel militar se produce también una crisis debido a la dureza de la derrota y a las críticas hacia los militares que se producen en algunos sectores sociales.

Ideológicas

En el clima de la derrota surgieron una serie de críticas tanto hacia el funcionamiento del sistema de la Restauración como a la propia mentalidad derrotista y conformista del país. Entre todas las críticas y análisis de aquellos meses destacan las de los llamados regeneracionistas, quienes criticaban los siguientes aspectos: el aislamiento del cuerpo electoral del país, la corrupción de los partidos políticos, el caciquismo y el atraso económico y social de España respecto a los países europeos más avanzados. Para solucionar los problemas proponían: la limpieza del sistema electoral, la dignificación de la vida parlamentaria, la reforma educativa y ayudas sociales. En definitiva, una acción encaminada al bien común y no en beneficio de los intereses políticos de la oligarquía. Entre los regeneracionistas destacó Joaquín Costa cuyas ideas más destacadas están recogidas en su obra “Oligarquía y caciquismo “donde se exponen, tanto los problemas de España como sus posibles soluciones. Proponía la construcción de carreteras y obras hidráulicas, la construcción de nuevas escuelas para fomentar la educación y la redistribución de tierras para terminar con el problema de gran parte del campesinado español. Su lema se recoge en la frase: “Escuela y despensa”. La crítica realizada por los regeneracionistas, dejó profunda huella en el pensamiento político nacional. Algunas de sus ideas serán recogidas por los políticos de la segunda generación de la Restauración como Maura y Canalejas.

Conclusión

Tuvo una enorme repercusión, ya que la pérdida de las últimas colonias generó un sentimiento de derrota muy profundo en el tema político y militar dando la sensación de que España era un país de tercer orden.

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