22 Jul
Rubén Darío: Pionero del Modernismo Hispanoamericano
Nació en 1856 en Metapa y murió en León en 1916, ambas localidades de Nicaragua. Vivió en varios países latinoamericanos, en España y en Francia, y ejerció como corresponsal, embajador y director de varias publicaciones, entre otros oficios.
Obra Poética de Rubén Darío
La formación literaria de Darío abarca un amplio abanico de autores que van desde su admirado Víctor Hugo y sus inmediatos predecesores hispanoamericanos, hasta los clásicos españoles y poetas del siglo XIX.
Estas influencias se perciben en sus primeras obras, pero poco a poco va surgiendo en sus versos el personal estilo del autor. Sus principales obras poéticas incluyen:
- Epístolas y poemas (1885): Obra juvenil en la que predominan el tono romántico y la métrica clásica. Se hace evidente la influencia de escritores como Campoamor, Víctor Hugo y Bécquer.
- Abrojos (1887): Poemario que representa un equilibrio entre el clasicismo y el Romanticismo, en el que adquieren protagonismo la intuición y el sentimiento. Son poemas breves que expresan el sufrimiento del poeta incomprendido.
- Prosas profanas (1896): Libro que encarna la plenitud del Modernismo formal. En las composiciones finales se intuye ya un cambio hacia motivos poéticos más íntimos, en los que se adivina algo de la melancolía reflexiva de Cantos de vida y esperanza.
- Cantos de vida y esperanza (1905): Este poemario es más reflexivo y contiene un simbolismo más profundo. Darío trató nuevos temas, como la defensa de los valores culturales, la nostalgia por la niñez y la juventud perdidas, y la naturaleza y el destino del ser humano.
- Poema del otoño (1910): Escrito en un tono meditabundo y sencillo de forma, el autor reflexiona sobre el erotismo y la muerte.
Prosa de Rubén Darío: Azul…
Además de su poesía, Darío creó una abundante obra prosística.
Azul… (1888): Obra que se considera un paradigma de la estética modernista.
En efecto, el color azul aparece reiteradamente en este libro, que consta de dos partes escritas en prosa y una tercera escrita en verso.
Juan Ramón Jiménez: La Búsqueda de la Poesía Pura
Nació en Moguer (Huelva) en 1881 y murió en San Juan de Puerto Rico en 1958, dos años después de recibir el Premio Nobel de Literatura. Entabló amistad con escritores como Valle-Inclán, Rubén Darío o Francisco Villaespesa. La aparición de su gran amor, Zenobia Camprubí, fue esencial en su vida y su obra.
Su poesía se caracterizó por el anhelo de desnudez y de totalidad poética, y sobre todo por la existencia de un pensamiento estético, ético y filosófico sobre el que erigir la escritura.
Para él, la poesía no representaba solo una forma de vencer la imperfección del mundo, sino un camino de conocimiento de uno mismo y de la realidad.
A pesar de la clara influencia del Modernismo, cabe destacar que el propio Juan Ramón revisó esta etiqueta de poeta modernista.
Etapas de la Obra de Juan Ramón Jiménez
Los estudios sobre el poeta suelen dividir su obra en tres etapas, admitidas en algunas ocasiones por el propio escritor:
- Entrega sensitiva: Incluye sus primeros títulos, Ninfeas y Almas de violeta, que revelan ciertos excesos modernistas. Insinúan, por otro lado, rasgos de su poesía posterior, como inquietud y desasosiego, búsqueda del ideal y una concepción de la poesía como suma de instinto y conciencia.
- Afán de conocimiento de la realidad: Comienza con Estío, en el que se percibe una expresión más desnuda y pura de temas como el amor. En este período escribe su mejor título según él mismo, Diario de un poeta recién casado, al hilo de su boda con Zenobia. En él aparece una triple visión de la idea de viaje: físico, sentimental y a la literatura.
- Necesidad de conciencia interior: Alcanza su idea de poesía esencial en obras escritas en el exilio como La estación total, Espacio y Animal de fondo. No se desprende de lo vital, sino que fusiona lo real con lo trascendental, según sus palabras, a través del simbolismo intimista. Se trata de una poesía construida con imágenes irracionales y formalmente desnuda de toda carga de rima o estrofa.
Prosa Poética de Juan Ramón Jiménez
Su prosa poética aparece en obras tan conocidas como Platero y yo, en la que el poeta tiene como peculiar interlocutor a un pequeño asno.
Su visión como libro meramente infantil ha sido ya superada y actualmente tiende a verse como una crítica a la idea de progreso basada exclusivamente en lo material, sin tener en cuenta la educación del espíritu. Según esta interpretación, el libro sugeriría la necesidad de cultivar la sensibilidad del pueblo, ampliando su ámbito de comprensión, pero sin perder lo que tiene de espontáneo y auténtico.
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