24 Jun
2. Contexto histórico: La crisis de la razón ilustrada y el ascenso de los totalitarismos en el siglo XX
Tras la Segunda Guerra Mundial, diversos filósofos intentaron comprender cómo fue posible el Holocausto en una sociedad avanzada como Alemania. De esta reflexión nació la Escuela de Frankfurt, fundada por filósofos judíos exiliados, entre ellos Horkheimer y Adorno. Influenciados por Marx, Freud y Nietzsche, desarrollaron la Teoría Crítica, que combina filosofía, sociología, psicología y economía para analizar los fundamentos de la sociedad.
Uno de sus principales textos, Dialéctica de la Ilustración, critica la falta de ilustración, argumentando que, en lugar de una razón ilustrada que promovía la emancipación, el pensamiento autónomo y pasar del mito al logos (Sapere aude), se impuso una razón instrumental.
Esta razón tiene el fin de producir, como se probó en Auschwitz, donde la razón fue utilizada para llevar a cabo formas de matar a los judíos. Al contrario de la Ilustración, esta pretende pasar del logos al mito. Además de criticar el nazismo, la Escuela de Frankfurt señala que el capitalismo funciona bajo el mismo principio de razón instrumental, priorizando la producción sin considerar las condiciones laborales ni la dignidad humana. En lugar de la emancipación, se observa una dominación, similar a la ejercida en Auschwitz sobre los judíos o la del capitalismo sobre las personas. Así como los nazis manipularon la sociedad con propaganda, hoy el marketing y las fake news cumplen un papel similar en el control de la opinión pública.
3. Ideas principales de las filosofías existencialistas
El existencialismo es una corriente filosófica influenciada por Nietzsche que se centra en la existencia humana y sus implicaciones. Se opone a la idea de que la esencia precede a la existencia, como afirmaban Platón y Santo Tomás de Aquino, sosteniendo que primero existimos y luego construimos nuestra esencia a través de nuestras acciones. Esto nos hace libres, pero también nos genera angustia, ya que elegir implica renunciar a lo que no elegimos.
Sartre, su máximo representante, distingue entre el ‘ser en sí’, seres que simplemente existen sin cuestionarse su existencia, y el ‘ser para sí’, que reflexiona sobre su existencia y, por ello, es libre. Sin embargo, esta libertad conlleva responsabilidad y genera incertidumbre. Esto nos puede llevar a vivir una vida auténtica, asumiendo nuestras responsabilidades y no sometiéndonos a otros, o a una vida inauténtica, haciendo todo lo contrario.
Sartre aborda estos temas en obras como La náusea, donde dice que no hay ningún sentido para existir y que simplemente existimos. Esta falta de sentido genera náuseas. En El ser y la nada, habla sobre cómo las personas estamos condenadas a ser libres, y en El existencialismo es un humanismo, dice que tenemos responsabilidad de nuestra libertad, y que hay que respetar nuestra libertad y la de los demás.
Otro filósofo es Kierkegaard, quien habla sobre la angustia de la libertad y la dificultad de creer. Afirma que el ser humano tiende a evitar la responsabilidad, prefiriendo seguir a la masa para no ser responsable de sus actos.
Existen distintos tipos de existencialismo: ateo (Sartre, Simone de Beauvoir), cristiano (Unamuno) y agnóstico (Heidegger). En literatura, autores como Pío Baroja reflejan estas ideas en sus obras.
4. El origen de los totalitarismos: El mal absoluto
En los años 30 surge el totalitarismo como una nueva forma de hacer política, analizada por Hannah Arendt en tres aspectos: antisemitismo, imperialismo y totalitarismo. Ejemplos históricos son el nazismo de Hitler y el régimen de Stalin. A diferencia de una dictadura, que concentra los tres poderes sin modificar la sociedad, el totalitarismo busca transformar moral, estética y físicamente al individuo, utilizando el Estado como un instrumento para un fin, que es el cambio social.
Sus antecedentes incluyen el antisemitismo, el imperialismo y las condiciones impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles, que Hitler utilizó para justificar su gobierno.
Características del totalitarismo
Poder: El Estado controla todos los ámbitos de la vida, sin división de poderes ni oposición, eliminando la autonomía.
Metafísica de los regímenes totalitarios: Imponen una visión única de la historia. En el nazismo, la idea de una raza aria superior justifica la eliminación de enemigos. Se destruye la diferencia entre clases, convirtiendo a la sociedad en una masa homogénea.
Derecho: Los derechos individuales desaparecen y las leyes se transforman en herramientas del régimen, legalizando la represión.
Ley: No es un conjunto de normas fijas, sino que cambia según las necesidades del Estado.
Terror: Se mantiene un Estado de excepción, en el que todos los derechos quedan anulados y el gobierno toma las riendas del Estado, donde el miedo controla a la población mediante la represión y violencia.
Culpa: Los individuos no se sienten responsables de sus actos, creyendo cumplir un destino histórico.
Ideología: La propaganda moldea la sociedad, suprimiendo el pensamiento crítico.
Culto al jefe: El líder es visto como una figura suprema.
El totalitarismo anula la capacidad de pensar, suprimiendo el pensamiento crítico y promoviendo la obediencia absoluta.
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