05 Jun

La Pedagogía Waldorf: Un Enfoque Educativo Integral

La pedagogía Waldorf, también conocida como pedagogía Steiner, es un movimiento educativo internacional que destaca por su enfoque en el desarrollo personal y la individualidad del niño. Aunque goza de gran prestigio en países como Alemania, en otros, como Francia, es criticada por su componente espiritual y esotérico. Surge en contraposición a la educación tradicional, promoviendo la creatividad, la estética y una nueva visión del niño.

En las escuelas Waldorf, el educador actúa como guía y acompañante, y el ambiente escolar se asemeja más a un hogar que a una institución disciplinaria. Se da gran importancia a la educación artística y manual, incluyendo actividades como teatro, canto y danza, fomentando la conexión entre cuerpo y mente, especialmente a través de la euritmia.

1. Los Septenios de Desarrollo en la Educación Waldorf

Para Rudolf Steiner, la función de la escuela es educar para la vida, basándose en los principios de libertad, igualdad y fraternidad. Estos principios se centran en la individualidad del niño y la conciencia de su desarrollo personal, lo que deriva en tres periodos evolutivos, conocidos como septenios.

1.1. El Primer Septenio (0-7 años): El Desarrollo de la Voluntad

  • Se basa en promover el movimiento y la fantasía; no se busca evaluar el desarrollo intelectual como tal.
  • La lectura y la escritura se trabajan para reforzar la motricidad fina, a través del modelado y el dibujo, para que posteriormente el niño adquiera las habilidades motrices necesarias para su dominio.
  • Los materiales no estructurados y el juego libre son fundamentales para que los niños desarrollen una mejor imaginación y creatividad, contribuyendo a su desarrollo físico y psíquico. Esto critica la escuela tradicional centrada en el trabajo individual en mesa.
  • Los niños aprenden a través de actividades lúdicas y por imitación de las personas que les rodean.
  • Durante esta etapa es importante un ambiente hogareño; es fundamental no separar a los niños por edades.
  • Se busca promover ante todo un ambiente de seguridad, afecto y confort, ya que los niños en este septenio no están preparados para la complejidad de la sociedad.

1.2. El Segundo Septenio (7-14 años): El Desarrollo del Sentimiento

  • Se denomina también la etapa del sentimiento.
  • Los niños empiezan a desarrollar admiración hacia los docentes; esta admiración es la base del aprendizaje y de su motivación.
  • Los maestros deben cuidar el ambiente de aprendizaje y promover actividades centradas en la belleza y el aspecto emocional.
  • Cambios en el aula: aparecen los pupitres.
  • No hay libros de texto ni cuadernos preestablecidos.
  • Se busca el equilibrio entre lo oral y lo escrito, y se considera que los libros de texto no son más que un instrumento, no la única fuente de conocimiento.
  • Los cuadernos son como “bitácoras”, donde el niño escribe sobre sus ideales, registra y recopila información.
  • El modo de enseñanza se basa en proyectos; se aprende mejor sobre un tema cuanto más tiempo se dedica a él.
  • El maestro es clave: no es solo un acompañante, sino que expone el conocimiento al alumnado.
  • Los ritmos de expansión-concentración: los periodos de mayor capacidad de atención se dedican a la asignatura central, y cuando esta decae, se pasa a otras propuestas.
  • El ritmo, el movimiento y los sentidos son importantes y se mantienen igual que en el septenio anterior, aunque con mayor dificultad.
  • Se considera inapropiado el uso de la tecnología, buscando un conocimiento físico y activo.

1.3. El Tercer Septenio (14-21 años): El Desarrollo del Pensamiento

  • Es cuando surge el pensamiento abstracto.
  • Los jóvenes están preparados para el conocimiento abstracto, interesándose por la búsqueda de un conocimiento racional y veraz.
  • Se introduce la arquitectura, el arte, la filosofía, fomentando un conocimiento personal sobre su desarrollo como individuo y ser social.
  • Se rompe la homogeneidad del maestro: cada materia tiene un especialista.
  • La educación debe ser el medio para el desarrollo del autocontrol y la motivación intrínseca, elementos en ocasiones difíciles de fomentar entre adolescentes.
  • Se fomentan actividades como el huerto, trabajos manuales con madera o la experimentación.

2. Principios Clave de la Metodología Waldorf

El objetivo principal de la pedagogía Waldorf es lograr el máximo desarrollo del niño, tanto a nivel personal como social. Los principios clave que guían esta metodología son:

  • La Creatividad: Es el eje transversal de toda la propuesta, considerada el centro del aprendizaje. Se favorece en el primer septenio y en el segundo se busca desarrollar el imaginario y el pensamiento simbólico (a través del arte, las técnicas manuales e incluso elementos naturales). La libertad es la base para el desarrollo creativo.
  • Respeto por la Infancia: Se busca respetar la infancia, sus propios ritmos, necesidades y posibilidades, sin forzar el desarrollo.
  • El Juego: El juego no está condicionado por los juguetes. Se evitan los juguetes de plástico porque se considera que limitan el desarrollo de la personalidad. Se prefieren materiales simples y con función delimitada. Los materiales no son concretos, sino sencillos y atemporales (piezas de madera, disfraces caseros, objetos de la vida cotidiana, cajas, etc.). Con estos elementos, se busca que los niños sean los propios creadores de sus juguetes, fomentando la creatividad y la libertad de expresión.
  • La Euritmia: Es la actividad clave de la metodología Waldorf. Supone una simbiosis entre el cuerpo y la música, conectando con el espíritu del niño. Es la unión de la música, la danza y el teatro, es decir, actividades sensoriales que permiten la conexión con el mundo y consigo mismo a través del propio cuerpo (por ejemplo, en canciones o poemas con movimiento).
  • La Naturaleza: La conciencia medioambiental, el cuidado y el contacto con el entorno son fundamentales (a través de salidas al entorno natural, al exterior). El amor por la naturaleza surge al conocerla y explorarla, de ahí la atención desde los inicios, favoreciendo el descubrimiento individual.
  • Distribución Espacial: Se juega con la iluminación, las alturas, el uso de los colores y una organización estructurada. El diseño del espacio está condicionado por la noción de la belleza.
  • Rituales: Están pensados para hacer consciente al niño y a la niña de sus ritmos vitales (ej. la mesa de la estación o el calendario anual/semanal).
  • Relación Familia-Escuela: Es clave para favorecer el desarrollo integral del alumnado.

En la pedagogía Waldorf, no se realizan exámenes, ya que se considera que rompen con principios clave como la alegría, las ganas de aprender y la creatividad. La evaluación se realiza a través de una observación continua y sistematizada.

3. La Escuela Waldorf como Comunidad Educativa

En las escuelas Waldorf, se busca propiciar la comunicación entre padres, madres y docentes, con reuniones trimestrales. Esta comunidad de aprendizaje tiene otro rasgo peculiar en comparación con una escuela común: no tienen director o directora.

La estructura administrativa de los centros permite la investigación y no existe una jerarquía rígida. La pedagogía de Steiner vela, por lo tanto, por una continua investigación e innovación, promoviendo la formación constante de los maestros.

4. Actividades y Materiales en la Pedagogía Waldorf

Los principios pedagógicos condicionan las actividades planteadas. El juego es la actividad clave en la infancia, y se promueven diversas formas de aprendizaje:

  • El Juego Creativo: Fomenta la imaginación y el desarrollo cognitivo del niño.
  • La Narración y el Teatro: El cuento, la narración de historias orales o escritas, el teatro y la dramatización con muñecos. Las habilidades mentales que se adquieren escuchando narraciones fomentan el pensamiento creativo, la resolución de problemas y las habilidades espacio-temporales.
  • Actividades Cotidianas: Como cuidar la casa, hacer pan, lavar la ropa, y cuando son mayores, bordar, coser o trabajar la madera.
  • Contacto con la Naturaleza: El niño toma conciencia del mundo a través del contacto con él y, en esta misma relación, se conoce a sí mismo.

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