19 Ago

Tendencias narrativas a partir de los 70


Tras la muerte de Franco, la vida cultural y literaria experimenta una considerable transformación: ya que desaparece la censura y eso permite que se publiquen más obras y se recupere la narrativa de los autores exiliados; se produce una apertura hacia la literatura extranjera; y se consolidan importantes grupos editoriales y de comunicación, lo que propicia la promoción de autores y obras. Además, se incorporan muchas mujeres al mercado editorial, que aportan nuevos enfoques a la literatura. Hay distintas generaciones de autores (Delibes, Cela, Carmen Martín Gaite… Del Realismo social), experimentalistas (Juan Marsé y Juan Benet) y las nuevas generaciones de escritores que se dan a conocer (Julio Llamazares, Antonio Muñoz Molina, Juan José Millás, Rosa Montero, Soledad Puértolas), así como las que van apareciendo a lo largo del Siglo XXI (Marta Sanz, Jesús Carrasco…). En general, los autores que publican entre las décadas de los setenta y los noventa, rechazan el experimentalismo último y vuelven los ojos a la tradición, recuperan muchos de sus procedimientos narrativos, evolucionan hacia formas tradicionales del relato, en las que la anécdota vuelve a cobrar gran importancia. Crean historias que conectan con los lectores. Este nuevo lector tiene una actitud de divertimento y reclama una historia bien escrita, con intriga y misterio. Además, hay un resurgimiento de los géneros considerados menores (novela policíaca, novela de aventuras). Por otra parte, la novela se desvincula del compromiso social y político, aunque se recrean situaciones reales o cotidianas. En cuanto a los temas, los autores vuelven al intimismo, distinto del Realismo de los años 50, donde ahora incluye la fantasía y la subjetividad en la configuración del relato. Conviven la novela ambientada en el pasado y en la visión del presente, la realidad, el relato fantástico, de aventuras, policíaco, el humor, el erotismo, la introspeccción psicológica, el enfoque existencial y el contenido social. Esta diversidad temática se reflejará en las diferentes tendencias narrativas. La novela que inaugura esta nueva etapa llamada Realismo renovado es La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza. Introduce recursos técnicos como la mezcla de materiales narrativos, el desorden cronológico, la parodia de otros géneros y la variedad de registros estilísticos. Tiene una compleja trama, situada en Barcelona de los años 1920, en la que se entretejen conflictos sociales con una historia amorosa: así, se combina lo público, íntimo, social y existencial; pero visto con un enfoque distanciado. Por otro lado, su estructura es sumamente significativa: los primeros capítulos son de gran complejidad; luego, va decreciendo tal complejidad para desembocar, en los últimos capítulos, en un relato lineal, con toques de novela policíaca o de aventuras. Otras obras de Mendoza son El misterio de la cripta embrujada (1979) y Sin noticias de Gurb (1990).

La narrativa que se desarrolla entre las décadas de los 70 y de los 90, se carateriza por la variedad y amplitud temática que resulta difícilmente clasificable ya q los escritores de este periodo no siguieron una tendencia determinada, sino que tendieron a saltar de una a otra en cada libro publicado, e incluso a mezclar carácterísticas de diferentes corrientes en una misma novela. De todas formas, pueden establecerse algunas tendencias narrativas más comunes, que siguen vigentes en la novela actual:

novela de ficción metanovelesca
. Se interesa por los problemas propios de la creación literaria y el proceso narrativo, el sentido de la vida y la escritura, y a la vez los protagonistas suelen ser escritores. En esta tendencia sobresalen obras como Gramática parda, de Juan García Hortelano, y buena parte de las narraciones de Enrique Vila-Matas.


Novela policíaca y de intriga

 Este género da importancia a la construcción del relato, al suspense y a la intriga y mezcla esquemas policíacos con aspectos políticos e históricos. Destacamos a Vázquez Montalbán como autor de una serie protagonizada por el detective privado Pepe Carvalho; Arturo Pérez-Reverté, con La tabla de Flandes (1990),  La Reina del Sur (
2002); La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón.


Novela histórica

Umberto Eco propicia el gusto por este género a lo largo de todo este periodo, con El nombre de la rosa para escapar de la propia realidad cotidiana. Se recrean distintos episodios de la historia española, situada en diferentes épocas: la Edad Media en Urraca de Lourdes Ortiz, el Siglo XVI en El hereje (1998), de Miguel Delibes, así como la saga protagonizada por el capitán Alatriste, de Pérez-Reverté, ambientada en el Siglo de Oro. Dentro de esta tendencia la Guerra Civil es importante y por eso salen las siguientes obres… Se trata de obras como Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, Soldados de Salamina, de Javier Cercas 


Novela de la reflexión íntima

Se centra en la búsqueda personal y la reflexión sobre la propia existencia.
Mortal y rosa (1975), de Francisco Umbral es de las obras más top


Novela testimonial

Tendencia de relatos realistas sobre problemas sociales, como la defensa de la condición femenina en Te trataré como a una reina (1981) de Rosa Montero.


Novela de pensamiento

Cercana al ensayo, se trata de un tipo de narrativa en la que se difuminan las fronteras entre la novela y el ensayo, se centra sobre las preocupaciones del autor, en un tono cercano a veces hasta autobiográfico. Un ejemplo es  Negra espalda del tiempo, de Javier Marías.

Esta predisposición a la heterogeneidad se acentúa con el comienzo del Siglo XXI y el aumento del mercado editorial. Los rasgos estilísticos y temáticos que se desarrollan entre las décadas de los 70 y los 90 siguen presentes en la novela actual, con algunas innovaciones, algunas de ellas relacionadas con la entrada de las nuevas tecnologías como tipos de discurso o formas de difusión. La nómina de autores de la novela actual es numerosa pero cabe mencionar a Jesús Carrasco, y Marta Sanz. Como conclusión, la narrativa contemporánea se caracteriza por la convivencia, por un lado de autores de generaciones distintas y, por otro lado, de novelas cuyas temáticas y técnicas son muy variadas.

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