21 Abr

1. Antropología

El hombre está compuesto de alma y cuerpo, unidos accidentalmente. El alma, que ya existía en el mundo de las ideas, se une con el cuerpo, que permanece en el mundo sensible. La naturaleza del alma es espiritual e inmortal, sin embargo, la del cuerpo es material y corruptible. Platón defenderá que el cuerpo es la cárcel del alma. El alma siempre está luchando con el cuerpo. Éste siempre le está pidiendo satisfacer sus necesidades materiales, por lo que el alma no puede dedicarse de lleno a su actividad esencial, que es intentar recordar las ideas.

Platón distingue tres partes en el alma: el alma racional, localizada en la cabeza y que posee la facultad de pensar, su virtud es la prudencia; el alma irascible, situada en el pecho y que tiene la facultad de la ira y su virtud es la fortaleza y el alma concupiscible, situada en el vientre y que tiene la facultad del hambre, la sed y el amor, su virtud es la templanza. Esta teoría de las partes del alma, Platón la representa en el mito del carro alado.

El carro alado (alma) tirado por dos caballos (parte irascible y concupiscible) y guiado por un auriga (parte racional). Pero llega un momento en el que uno de los caballos ( el que representa la parte concupiscible) no es controlado por el auriga y el carro cae al mundo sensible, donde es aprisionado en el cuerpo y en él permanecerá durante un tiempo.
Al quedar encerrada el alma en un cuerpo ésta olvida todas las ideas y sólo mediante su esfuerzo, dominando los impulsos del cuerpo, logrará recordar todas las ideas, lo que le permitirá regresar al mundo al que pertenece. La parte racional tendrá que buscar el equilibrio entre las partes irascibles y concupiscibles


Exponga el problema de Dios


San Agustín defiende el Creacionismo: el mundo y el tiempo han sido creados por Dios desde la nada. Esta creación se explica a partir de la Teoría del Ejemplarismo: Dios ha realizado en la materia los seres concretos a partir de aquellas ideas eternas que están en su mente divina (los arquetipos). Además, Dios depositó en la materia los gérmenes de todos los seres futuros para que fueran apareciendo progresivamente en el tiempo. Todo ser creado se constituye pues de materia y forma.

Esta creación no es abandonada por Dios una vez creada, sino que Dios la cuida y gobierna y para ello ha concebido un plan para el mundo y éste plan se expresa en la ley eterna. Por ello, le surge a S. Agustín el problema del mal, pues si el mal existiera sería algo creado por Dios siendo así él mismo malo. La solución, para San Agustín, es considerar que todo lo creado por Dios es bueno, siendo el mal o la imperfección no algo real, sino carencia de ser o perfección. Si bien para S. Agustín la existencia de Dios está clara, intentará hacer una demostración de la misma. Admitirá varios argumentos como la propia grandeza de la creación (la realidad es demasiado compleja para no haber sido creada por una inteligencia) o el argumento del consenso (la mayoría de los hombres creen en Dios). Pero el argumento preferido por San Agustín es el derivado del carácter eterno e inmutable de ciertas ideas que tenemos en nuestra alma, que contrasta con la naturaleza humana, mutable y finita, y por lo tanto tienen que tener como causa un ser eterno e inmutable: Dios. A éste se le conoce imperfectamente a través de las huellas que ha dejado en las criaturas.


  1. ÉTICA Y ANTROPOLOGÍA

Descartes afirmará un dualismo según el cual alma (el cogito) y cuerpo (sustancia extensa) mantienen una lucha permanente siendo dos sustancias diferentes. La relación entre estas dos sustancias se da a través de la glándula pineal, haciendo posible al alma gobernar el cuerpo a través de dicha conexión. El ser humano es propiamente la sustancia pensante (el cogito), independiente de la sustancia extensa (que en este caso es su cuerpo físico). El cuerpo, como toda la realidad física, actúa como una máquina (tal y como defiende el Mecanicismo) y no puede comportarse de forma libre. Sin embargo, el alma (el cogito), que es inmortal, actúa de forma libre y debe gobernar a esa misma máquina. Con el desarrollo de la perfección del alma se consigue la felicidad. Descartes identifica el desarrollo de la perfección del alma con el desarrollo de la libertad. La libertad se consigue con el dominio y guía de los deseos y pasiones que surgen del cuerpo pues entonces es cuando el sujeto no se encuentra dominado por la sustancia extensa sino que gobierna en él su cogito siendo, por tanto, auténticamente libre. La libertad es así concebida como la realización por la voluntad de lo que propone el entendimiento como bueno y verdadero. Descartes no tendrá un sistema ético terminado sino que defenderá una moral provisional. Como resultado de la duda como método y mientras se construye una ética indudable y cierta, los seres humanos deberán actuar moralmente de forma moderada, de acuerdo a las costumbres y leyes de los distintos lugares. Así, con esta moderación el error no será nunca absoluto mientras se busca, de ahí que sea una moral provisional, esa ética cierta que producirá la Razón.


SOCIEDAD/POLÍTICA


Para Marx toda sociedad se compone de una estructura básica compuesta de dos elementos: la base económica, que es el modo en que se organiza la producción material, y la Superestructura, que es el conjunto de leyes, ideas y costumbres, la cultura, que surge de dicha forma de producción. La relación entre esta base económica y la superestructura es dialéctica influyéndose mutuamente. Por supuesto, la base económica puede cambiar y eso ocurre cuando surgen una serie de contradicciones que, alcanzado un determinado nivel, harán que la sociedad entre en crisis. Estas contradicciones son una negatividad surgida del sistema y se traducen en condiciones necesarias para su transformación, es decir, hacer una revolución. En cambio, la Superestructura ante esta desestabilidad social crea una ideología que los proteja Para Marx, por tanto, la tarea de la filosofía será analizar la realidad social concreta y por ello pasará a estudiar la forma social actual, el Capitalismo, afirmando que en él el ser humano no puede desarrollar libremente su praxis y por tanto llevar una vida digna y feliz. La sociedad capitalista se divide en clases sociales y Marx señala que surge una contradicción fundamental entre las dos principales: burguésía y proletariado. La burguésía tiene la propiedad privada de los medios de producción y el proletariado sólo posee su fuerza de trabajo, su praxis, que tiene que vender a la propia burguésía para sobrevivir. Surge así la explotación de una clase sobre otra y con ella la lucha de clases.  Así, la praxis del trabajador, y con ella su propia humanidad, es considerada como un “medio” para conseguir un beneficio para el capitalista, y no para crear un mundo más humano. Es, por tanto, necesaria la superación del capitalismo y el final de la sociedad de clases: es necesaria la Revolución. Efectivamente, la única forma para poder emanciparse es hacer la revolución y superar con ello el capitalismo, que impide el desarrollo de la humanidad. El interés del proletariado es, por tanto, universal porque si se libera él también libera a todos pues implica el final de la sociedad de clases y de la explotación del hombre por el hombre. Una vez socializados los medios de producción comenzará una nueva era, la historia de la humanidad, donde los sujetos podrán desarrollar su praxis y ser realmente libres.

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