06 Dic

ANTONIO MACHADO (1875-1939): “FUE UNA CLARA TARDE, TRISTE Y SOÑOLIENTA” (SOLEDADES, 1907)

1. INTRODUCCIÓN

  1. “Fue una clara tarde, triste y soñolienta” pertenece a Soledades (1907), obra con influencias del Modernismo de Rubén Darío, las raíces románticas (Bécquer) y la poesía simbolista francesa. Su tema central es el alma del poeta, en soledad, en sus galerías interiores, y el sentimiento primordial es la melancolía.
  2. El poema presenta características temáticas y recursos propios de Soledades. El poeta, desde el presente amargo y estéril, se pregunta por la felicidad e indaga las causas desconocidas de su tristeza. Recurre al monólogo íntimo, y el paisaje es interior, reflejo de sí mismo, del yo poético.
  3. En este poema y etapa, el recurso expresivo básico son los símbolos (imágenes que evocan sentimientos e ideas). Se destacan:
    • Melancolía, intimidad, presentimiento de muerte: Otoño, parque sombrío, jardín, puesta de sol o tarde.
    • Ilusión: Alba, primavera.
    • Monotonía del vivir, anhelo: Fuente.
    • Discurrir hacia la muerte, fluir del tiempo: Agua que fluye.
    • Recuerdos, examen del alma: Espejo, galería, noria, sueño.
    • Deseo, tentación: Frutos.
    • Arraigo, consuelo: Árboles.
  4. Antonio Machado, en este poema, expresa su tristeza y melancolía. Mediante un fingido diálogo con la fuente, busca momentos de felicidad pasada, pero en su interior no halla sino la tristeza de siempre.

2. ESTRUCTURA EXTERNA

  1. El poema es una composición variada de base dodecasílaba (tres versos son hexasílabos: 4, 16 y 17).
  2. La rima es consonante pareada o abrazada.
  3. Destaca el continuo encabalgamiento en la primera parte del poema (versos 1-12, excepto el hexasílabo). Este recurso sugiere la fluidez del tránsito de la realidad presente a la intimidad del poeta.

3. ESTRUCTURA INTERNA

El poema consta de tres partes, que se pueden agrupar del siguiente modo:

3.1. PRESENTACIÓN DEL MOMENTO Y LUGAR (vv. 1-12)

  1. Nos sitúa en una tarde de verano en el umbral de un parque, que van a constituir el espacio y momento de intimidad del poeta.
  2. La fuente es protagonista: el incesante ruido del agua evoca el fluir del tiempo y la monotonía, y conduce los pasos del poeta.
  3. El yo poético accede al espacio privado del parque donde suena la fuente: entramos en la intimidad del poeta.
  4. La adjetivación subraya el valor simbólico de “tarde” (clara, triste, soñolienta, muerta) y de “parque” (hiedra negra, polvorienta, vieja cancela, agrio ruido, hierro mohoso, parque solitario) como la melancolía característica de la intimidad.

3.2. DIÁLOGO CON LA FUENTE (vv. 13-48)

  1. Se desarrolla un fingido diálogo con la fuente: monólogo íntimo en el que comprobará que su melancolía es antigua.
  2. En el diálogo, podemos establecer tres fases o momentos:
    1. Evocación del sueño lejano (vv. 13-18): El ruido del agua evoca un sueño lejano de otra tarde de verano que el poeta no consigue recordar. La repetición de adjetivos (sueño lejano, tarde lenta, lento verano, copla lejana) y la antítesis (un sueño lejano / canto presente; tu copla presente es lejana) sugieren la continuidad y repetición del recuerdo y del tiempo.
    2. Ruego y contraste (vv. 19-36): El poeta ruega a la fuente que le recuerde un sueño alegre olvidado, porque él solo halla su vieja amargura. El simbolismo de la fuente y del agua se intensifica mediante metáforas (mi cristal, claros cantares, copla riente, claro cristal, bellos espejos cantores). La evocación de un sueño alegre se perfila en el simbolismo de frutos y árboles reflejados en el agua (el fruto maduro pendía de una rama; ya supo del árbol de fruta bermeja). El contraste entre el deseado sueño pasado y la amarga monotonía del presente se establece mediante antítesis (tu claro cristal de alegría / la amargura mía).
    3. Despedida y confirmación de la pena (vv. 37-48): Como la fuente le responde que no le ha conocido sino penas y viejas historias de melancolía, el poeta se despide con amargura de la fuente, es decir, de la esperanza de hallar un recuerdo de pasado sueño feliz. Los recursos expresivos que concluyen el diálogo renuevan los valores simbólicos anteriores y destacan la melancolía como tema central del poema. Por ello, se emplean recursos de repetición: continuidad de adjetivos que ya habían aparecido (clara tarde; clara tarde del lento verano); antítesis que enfrenta el deseo de felicidad a la tristeza presente (alegría / melancolía); sinonimia en sustantivos de significado afín (tu pena; melancolía) y en adjetivos (antigua alegría, historias viejas de melancolía; fuente sonora, eterna cantora); y la repetición de estructuras y palabras en la anadiplosis que insiste en que la melancolía es antigua (dijeron tu pena) y en la anáfora (adiós-adiós) que despide a la esperanza.
  3. Son recursos estructurales propios del diálogo: la estructura dramática (diálogo); la modalidad oracional interrogativa; el vocativo y adjetivos y pronombres con función deíctica para señalar a la fuente y al yo poético (mi canto presente; tu copla; ¿Recuerdas, hermano?; No recuerdo, hermana.); y las repeticiones en forma de anáfora (fue; yo sé; no sé).

3.3. CIERRE DEL POEMA (vv. 49-52)

  1. El texto acaba con la repetición de los versos 5-8: de nuevo se abre y cierra la cancela de acceso al parque.
  2. Esta estructura circular insiste en el simbolismo del poema: habíamos entrado en el parque, en la intimidad del poeta, y ahora la abandonamos.
  3. Pero la repetición incluye un matiz, algo ha cambiado. El verbo del verso 8 “golpeó el silencio de la tarde muerta”, en el verso 52 se ha sustituido por otro: “sonó en el silencio de la tarde muerta”. El ruido inicial estridente de la puerta al cerrarse interrumpía la normalidad; ahora la melancolía del parque, del yo poético, se diluye e incorpora como un eco al momento presente.

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