04 Jun

La narrativa desde 1940 a los años 70-El conflicto bélico civil que vive España entre 1936 y 1939 condiciona completamente la actividad cultural subsiguiente. La literatura se convierte en una vía de escape para unos, o en un instrumento de denuncia para otros. Durante los años cuarenta, autores como Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte (1942), Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada (1947) abren nuestra literatura a una actitud de compromiso con la realidad, de realismo.. Durante los años sesenta comienza a agotarse esta fórmula, y a los contenidos sociales se les añaden algunas innovaciones estructurales y argumentales, que vienen a enriquecer las técnicas narrativas. Hoy la novela es el género literario más demandado y más cultivado por los propios autores. De hecho, tanto la poesía como el teatro están en claro retroceso frente al empuje de la novela.

Cela y DelibesCamilo José Cela (1916-2002)

Camilo José Cela comienza su producción con La familia de Pascual Duarte. Con ella, se da a conocer y comienza a publicar regularmente. Sus novelas no son propiamente de denuncia social, sino más bien documentales, es decir, el autor se limita a presentar situaciones más o menos duras, como la difícil vida de los españoles durante los años cuarenta, o la violencia imperante, aunque el autor se mantiene al margen de la narración, con lo que puede ser calificado como narrador omnisciente o narrador observador. Su gran novela es La colmena Otras novelas son San Camilo 1936 (1969), y Madera de boj (1999Es muy interesante la producción de Cela dedicada a los viajes, bellas narraciones sobre distintos lugares de España, como Viaje a la Alcarria (1948). En 1989 fue galardonado con el premio Nobel de literatura.

Miguel Delibes (1920-2010)

A partir de la publicación de La sombra del ciprés es alargada (1948), ha continuado una trayectoria literaria bastante coherente y uniforme. El camino (1950) es la primera de sus novelas rurales. Daniel el Mochuelo hace una conmovedora evocación de su infancia la noche anterior a su partida a la ciudad para estudiar.. Esta tendencia crítica y social de Delibes culmina en 1981 con la publicación de una de sus mejores novelas: Los santos inocentes. Otras novelas de Delibes son El príncipe destronado (1973.

La novela social de los años cincuenta

El camino a la narración realista estaba abierto: Cela, Delibes o Laforet habían abierto una veta que daría mucho de sí. No podemos olvidar los primeros atisbos de la novela social surgidos a finales de los años veinte con autores como José Díaz Fernández (1898-1940), que publica El blocao (1928) y El nuevo romanticismo (1930), o Ramón J. Sender (1902-1982) con su novela Imán (1930). Siguiendo el modelo de todos estos precedentes, durante los años cincuenta surgen bastantes autores que comienzan a publicar novelas con una clara finalidad crítica y con voluntad social. Utilizan la técnica objetivista, es decir, se limitan a contar lo que ven sin intervenir en la narración. Esta tendencia, de todos modos, no será general, y por ello se distinguen dos grupos: realismo objetivista y realismo social.

Realismo objetivista

Los autores pertenecientes a esta tendencia reflejan la realidad cotidiana tal y como la perciben. Escriben sobre la pobreza, la miseria, la injusticia social o la soledad, llevados por una solidaridad humanitaria exenta de partidismos políticos. La mayor parte de estos autores mantuvieron estrechos contactos personales:

Rafael Sánchez Ferlosio (1927)

Publica la obra más importante de esta tendencia caracterizada por la presentación objetiva de los hechos: El Jarama (1956). El autor refleja admirablemente la forma de hablar de los jóvenes de los cincuenta, así como su falta de miras a causa de la difícil situación del país.

Realismo social

El compromiso social de los autores que forman este grupo es bastante más profundo que los anteriores, ya que conciben la literatura como un instrumento de denuncia. Continuamente se ven limitados por la censura y por la falta de libertad de expresión. Escriben del lado de los obreros y de los habitantes de los suburbios y critican a la clase burguesa, acomodada e ineficaz. Estos autores, surgidos a finales de los cincuenta o principios de los sesenta, están comprometidos políticamente y dejan a un lado la imaginación para centrarse en el objetivismo:

Juan Goytisolo (1931)

Escribe sus primeras novelas dentro del realismo social realista: Juegos de manos (1954), La acción de estas novelas se desarrolla en los días de la Guerra Civil. Goytisolo emplea la técnica objetivista Poco a poco se va cansando de la novela social, y a partir de 1966 evoluciona hacia el experimentalismo en Señas de identidad (1966. Ha publicado un gran número de novelas, la última de las cuales es Carajicomedia (2000).

La novela de los años sesenta: entre la preocupación social y el experimentalismo

Durante la década de los sesenta no se pierde la novela comprometida socialmente, aunque como hemos visto, ya desde los últimos años de la década de los cincuenta se detecta un cierto agotamiento de esta tendencia y una clara evolución hacia la experimentación y la renovación. Autores como Luis Goytisolo o Juan Goytisolo constituyen la avanzadilla de las nuevas tendencias Las novedades no afectan sólo al argumento o la estructura, también a la ortografía, ya que algunos autores suprimen los signos de puntuación, o los párrafos, y es frecuente que se mezclen los géneros. Ya no se pretende sólo denunciar la situación social, sino que también se persigue la belleza formal,. Dos novelas son consideradas los modelos de las nuevas tendencias: Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos y Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo.

Luis Martín Santos (1924-1964)

Marca un antes y un después en la novela española con la publicación en 1962 de Tiempo de silencio. Supone el final de la novela social y el inicio de la renovación intelectual de esta década. El lenguaje es bastante culto y elaborado, lo cual dificulta la comprensión de la narración. Aparecen todas las clases sociales del Madrid de los años cuarenta.

Juan Benet (1927-1993)

Es uno de los principales representantes de la renovación de la novela. Volverás a Región (1967) contribuye a acabar con el realismo social. Está formada por monólogos organizados sin orden cronológico puestos en boca de distintos personajes, con lo que es difícil de interpretar.. Otros títulos son Una meditación (1970), La otra casa de Mazón (1973). Todas se caracterizan por la dificultad lingüística y sintáctica.

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