09 Ago

La Naturaleza e Identidad de la Escuela Católica

Características

Una **escuela católica** se caracteriza por el **vínculo institucional** que mantiene con la **jerarquía de la Iglesia**, la cual garantiza que la enseñanza y la educación estén fundadas en los **principios de la fe católica** y sean impartidas por maestros de doctrina recta y vida honesta. En estos centros educativos, abiertos a todos los que compartan y respeten el proyecto educativo, se debe alcanzar un **ambiente escolar impregnado del espíritu evangélico de libertad y de caridad**, que favorezca un **desarrollo armónico de la personalidad** de cada individuo. En este ambiente, se coordina el conjunto de la cultura humana con el mensaje de la salvación, de modo que el conocimiento del mundo, de la vida y del hombre, que los alumnos poco a poco adquieren, sea iluminado por el Evangelio.

De este modo, se asegura el derecho de las familias y de los alumnos a una educación auténticamente católica y, al mismo tiempo, se alcanzan los demás fines culturales, de formación humana y académica de los jóvenes, que son propios de cualquier escuela.

Sintonía entre Escuela y Familia

Aun sabiendo lo problemático que es todo esto, es deseable que, para la formación de la persona, exista una gran **sintonía educativa entre escuela y familia**, con el fin de evitar tensiones o fracturas en el proyecto educativo. Por lo tanto, es necesario que exista una estrecha y activa **colaboración entre padres, docentes y ejecutivos** de las escuelas; además, es oportuno fomentar los instrumentos de participación de los padres en la vida escolar: asociaciones, reuniones, etc.

Libertad de Creación de las Escuelas

La libertad de los padres, de las asociaciones e instituciones intermedias y de la misma jerarquía de la Iglesia de promover escuelas de identidad católica constituye un ejercicio del **principio de subsidiariedad**. Este principio excluye cualquier monopolio de las escuelas, que contradice los derechos naturales de la persona humana, el progreso y la divulgación de la cultura, la convivencia pacífica de los ciudadanos y el pluralismo que hoy predomina en muchas sociedades.

En Resumen

  • La **escuela católica** es un verdadero y real **sujeto eclesial** en razón de su acción escolar, donde se funden, en armonía, la **fe, la cultura y la vida**.
  • Ella está abierta a todos aquellos que quieran compartir el proyecto educativo inspirado en los principios cristianos.
  • La **escuela católica** es expresión de la comunidad eclesial y su catolicidad está garantizada por las autoridades competentes.
  • Asegura la libertad de elección de los padres católicos y es expresión del pluralismo escolar.
  • El **principio de subsidiariedad** regula la colaboración entre la familia y las distintas instituciones delegadas a la educación.

Diferencia con la Catequesis

Una de las **críticas** más difundidas contra la enseñanza religiosa escolar consiste en considerarla como una actividad pastoral que tendría sentido en la parroquia, pero no en la escuela; que sería una actividad específicamente religiosa, pero no una actividad propiamente cultural de formación. Esta crítica se basa en el prejuicio de que la Iglesia se sirve de la enseñanza escolar para captar fieles.

La enseñanza escolar de la religión tiene en común con la catequesis que se encuadra en la **misión evangelizadora de la Iglesia** de dar a conocer el mensaje cristiano de salvación para el hombre. Pero presenta tres **características principales** que la diferencian de la catequesis:

  1. Es una actividad diferente y complementaria a la catequesis que suele darse en la parroquia, y diferente, también, a otras diversas actividades, como la educación cristiana familiar o las iniciativas de formación permanente de los fieles.
  2. También son diferentes el **ámbito y el lugar** donde cada una de estas actividades es impartida: el **ámbito cultural de la escuela** y el **ámbito de actividad religiosa de la parroquia**.
  3. De modo particular, son diferentes las **finalidades** que se proponen ambas actividades: la catequesis se propone promover la **adhesión personal a Cristo** y la maduración de la vida cristiana en sus diferentes aspectos; por el contrario, la enseñanza escolar de la religión **transmite a los alumnos los conocimientos sobre la identidad del cristianismo y de la vida cristiana**, pero no solicita ni promueve la adhesión personal de los alumnos a la fe cristiana.

Concepto de Religión: Definición Etimológica

Las definiciones más relevantes del término “religión”, en atención a su origen y a su estructura verbal, son las siguientes:

Según Lactancio

Según **Lactancio**, el término religión viene de re-ligare = volver al vínculo o trato con Dios, de quien el hombre se había desvinculado: «Estamos ligados y unidos a Dios con este vínculo de piedad, del que la misma religión ha tomado nombre»; desde esta perspectiva, la **religión** significa la relación que une intensamente al hombre con Dios.

Para Cicerón

Para **Cicerón**, viene de re-légere = releer o considerar atentamente lo perteneciente a Dios o a los dioses; significa que la **religión** permite descubrir un sentido del hombre y del mundo, del que el hombre carecería si prescindiese de Dios.

Según San Agustín

Según **San Agustín**, viene de re-elígere = volver a elegir a Dios después del pecado por el que el hombre se había apartado de Él. «Vayamos a Dios y religuemos nuestras almas con Él, evitando toda superstición; de aquí se cree que viene el nombre de religión»; en este caso, **religión** significa principalmente que el hombre decide volver a Dios, de quien se había apartado por el pecado, para ser perdonado y reencontrar la paz interior: «Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón anda inquieto hasta que descanse en Ti».

Concepto de Religión: Definición Sustantiva

Indigencia y Deseo del Ser Humano

La primera experiencia podemos expresarla en dos momentos interrelacionados:

  1. La situación de **indigencia y limitación del ser humano**. El hombre se da cuenta de que tanto él como el mundo en el que vive son realidades limitadas, contingentes, e incapaces de encontrar en sí mismas el origen y el sentido cabal de su existencia. Ante esta experiencia, el hombre se pregunta por su identidad personal: «¿Quién soy yo?», y no alcanza a encontrar en sí mismo una respuesta satisfactoria.
  2. Esa limitación e indigencia origina en el hombre una serie de **inquietudes o deseos**: el de conocer el origen y la causa de su existencia: «¿de dónde vengo?, ¿por qué existo?»; el de buscar una explicación a las circunstancias de la vida: el dolor, el amor, la libertad, la enfermedad, la injusticia; por último, el de conocer el sentido último de su vida: «¿qué hago en el mundo?, ¿a dónde voy?, ¿seguiré existiendo después de la muerte?».

La Dependencia de un Ser Absoluto

La experiencia de su limitación y de sus deseos lleva al hombre a otra experiencia: a darse cuenta de que depende de alguien que le ha dado el ser, de alguien de quien ha recibido el don de la vida, de alguien que influye en las circunstancias de su existencia cotidiana. En otras palabras, el hombre percibe que depende de una **realidad misteriosa** que le sustenta, que le ayuda, que le habla en el interior de su conciencia, que aparece como un Bien para el hombre y que la mayor parte de los pensadores han llamado **Ser Absoluto** y **Bien Absoluto**. Con su reflexión racional, el hombre toma conciencia o reconoce que ese **Ser Absoluto** es distinto del hombre y del mundo, y que es infinito en todo lo que el hombre es capaz de conocer y de imaginar; es todopoderoso, infinitamente bueno y sabio, eterno, y en Él está el principio y el fin de la vida humana y de todas las cosas existentes. De esta experiencia brota espontáneamente el impulso de conocerle, tratarle, amarle, adorarle, y pedirle lo que los hombres no somos capaces de conseguir. Es decir, brota en el hombre el deseo de tener una **relación vital con ese Ser Bien Absoluto** al que los hombres llaman la divinidad. Desde otra perspectiva se puede decir que el hombre se siente comprometido con la divinidad en todas sus dimensiones: individual, familiar, profesional, social, cultural; también se puede decir que los diversos aspectos de la existencia humana hacen referencia a la divinidad.

La Relación con la Divinidad

La tercera experiencia es la expresión real, con **actos internos y externos**, de ese deseo de relacionarse con la divinidad. Para que se dé la religión no basta con que el hombre reconozca o tenga conciencia de que existe la divinidad, sino que es necesario que el hombre se exprese de modo real en las diversas facetas de su vida individual y social. Debido a la naturaleza del hombre, este expresa sus más profundas convicciones de relación con la divinidad mediante actos internos y externos, que abarcan lo que suele denominarse contenidos de toda religión: las **creencias**, las **normas morales**, los **ritos** y la **comunión con el grupo**.

En definitiva, podemos decir que la religión no es solo el conocimiento o el deseo de la divinidad como Bien Absoluto; ni solo el deseo de felicidad plena; ni mucho menos una existencia arbitraria por parte del Ser Absoluto. La **religión es el reconocimiento real, con actos interiores y exteriores, de la relación vital del hombre con la divinidad, que brota espontáneamente de la experiencia de la limitación del hombre y de la conciencia de su propia dignidad personal**. Por eso se ha dicho que «la religión es la mayor rebeldía del hombre que no tolera vivir como una bestia, que no se conforma sino trata y conoce al Creador».

A la vista de estas experiencias humanas, puede afirmarse que la **religión** no es un hecho meramente cultural y relativo, que puede desaparecer, sino una **realidad antropológica**, es decir, una dimensión de la persona humana radicada en la racionalidad.

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