01 Dic

TEMA 4. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788-1833)


El recién ascendido al trono Carlos IV (1788-1808) y su ministro Floridablanca

desde el momento en que se inició la revolución en Francia intentaron evitar cualquier

“contagio” revolucionario procedente del país vecino. Un férreo control en las aduanas

y una estricta censura fueron los medios utilizados para aislar a nuestro país del tumulto

francés.

Tras un corto período de gobierno del conde de Aranda, Carlos IV tomó una

decisión clave en su reinado, nombró ministro a Manuel Godoy en 1792. Este valido de

los reyes se convirtió en la figura clave durante el resto del reinado de Carlos IV.

La ejecución del rey francés Luis XVI en enero de 1793 provocó la ruptura de la

tradicional alianza con Francia. España se unió a una coalición internacional y participó

en la denominada Guerra de la Convención (1793-1795). La derrota militar española

fue rápida y concluyente. El fracaso bélico hizo que Godoy se acercara a Francia y

convirtiera a España en su aliada

Se iniciaba así una deriva diplomática en la que el ascenso al poder de Napoleón en

1799 y la debilidad del gobierno de Godoy llevaron a España a una creciente

dependencia de la política exterior francesa y, por consecuencia, al enfrentamiento con

Inglaterra. Las consecuencias pronto se hicieron notar: la victoria sobre Portugal, fiel

aliada de Inglaterra, en 1801 en la “Guerra de las Naranjas» y la consiguiente anexión

española de Olivenza, no sirvió para compensar la catástrofe naval de la armada francoespañola

frente al almirante inglés Nelson en Trafalgar en 1805.

Los ruinosos resultados de la alianza con Francia no impidieron que Godoy firmara

con Napoleón el Tratado de Fontainebleau (1807). Por este acuerdo se autorizaba la

entrada y el establecimiento de tropas francesas en España con el propósito de invadir

Portugal.

A esas alturas la figura de Godoy era crecientemente criticada en los medios

influyentes del país. La derrota naval de Trafalgar que había desbaratado el poder

marítimo español y la crisis económica concretada en el enorme déficit del Estado y en

la drástica disminución del comercio con América avivaron la oposición de la nobleza,

desairada por el favor real a un «advenedizo» como Godoy, y del clero, asustado ante la

tímida propuesta de desamortización de bienes eclesiásticos. 2

Este descontento cristalizó en la formación de un grupo de oposición en torno al

Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, que rápidamente se puso a conspirar para

acabar con el gobierno de Godoy y, porque no, del rey que le había nombrado.

El 19 de marzo de 1808 estalló un motín popular organizado por la facción de la Corte

partidaria del Príncipe de Asturias. El Motín de Aranjuez precipitó la caída de Godoy

y, lo que fue más importante aún, obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando.

El enfrentamiento entre Fernando y Carlos IV tenía un único árbitro posible. Napoleón

llamó a padre e hijo a Bayona en Francia y les forzó a abdicar en su hermano José

Bonaparte. Fueron las Abdicaciones de Bayona (1808) por las que los Borbones

cedieron sus derechos a Napoleón

Tratando de atraerse a la opinión ilustrada, el nuevo monarca José I publicó el Estatuto

de Bayona, Carta Otorgada que concedía algunos derechos más allá del absolutismo.

2. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA (1808-1814)

Podemos dividir la Guerra de la Independencia en tres fases bien diferenciadas:

ocupación y levantamiento, predominio francés y ofensiva hispano-inglesa.

A) Ocupación y levantamiento (1808)

Cumpliéndose lo estipulado en el Tratado de Fontainebleau, las tropas francesas

entraron en España con la intención de invadir Portugal, pero al poco tiempo se vio

claramente que la intención de Napoleón era dominar toda la Península Ibérica.

Ante la evidencia de la invasión francesa, el descontento popular acabó por estallar: el 2

de mayo de 1808 se inicia una insurrección en Madrid, en la que destacaron los

capitanes Daoíz y Velarde, abortada por la represión de las tropas napoleónicas al

mando del general Murat. Los días siguientes los levantamientos antifranceses se

extienden por todo el país. Se inicia la Guerra de la Independencia (1808-1814).

Las abdicaciones de Bayona y la insurrección contra José I significaron una situación de

«vacío de poder» que desencadenó la quiebra de la monarquía del Antiguo Régimen

en España. Para hacer frente al invasor, se constituyen Juntas Provinciales, que

asumen la soberanía en nombre del rey ausente. En septiembre 1808, las Juntas

Provinciales se coordinaron y se constituyó la Junta Central Suprema. Pese a que

gran parte de los miembros de estas juntas eran conservadores y partidarios del Antiguo

Régimen, la situación bélica provocó la asunción de medidas revolucionarias como la

convocatoria de Cortes.

En esta fase destaca el sitio de Zaragoza, donde el general Palafox resistió el intento

francés de conquistar la ciudad y la famosa batalla de Bailén (1808), donde las tropas

españolas al mando del general Castaños vencieron a los franceses al mando de

Dupont. Era la primera derrota en campo abierto del ejército napoleónico. 3

B) Predominio francés (1809-1812)

Para poner fin a la insurrección, el propio Napoleón, al frente de 250.000 hombres (la

Grande Armée), vino en otoño a la península ocupando la mayor parte del país,

excepto las zonas periféricas y montañosas donde se inició la «guerra de guerrillas»

contra el ejército francés. Entre los líderes guerrilleros mas destacados podemos

mencionar a Espoz y Mina, Juan Martín “el Empecinado”, el cura Merino, etc. Sólo

resistían en la Península las ciudades de Cádiz y Lisboa.

Durante seis años, se enfrentaron el ejército francés, con el apoyo de los

«afrancesados», y la guerrilla española, formada por antiguos militares españoles y

campesinos, ayudados por el ejército británico enviado a la península (Peninsular

War).

C) Ofensiva hispano-inglesa (1812-1814)

1812 fue el año decisivo. El ejército del general británico Wellington con el apoyo de

españoles y portugueses infringió sucesivas derrotas a los franceses (Arapiles, San

Marcial). Tras la catástrofe de la Grande Armée en Rusia, un Napoleón completamente

debilitado devolvió la corona a Fernando VII por el Tratado de Valençay (diciembre

de 1813). Las tropas francesas abandonaran el país. La cruenta Guerra de la

Independencia tocaba a su fin.

3. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Las Cortes de Cádiz (1810-1814)

Las Juntas Provinciales y la Junta Central

Las Abdicaciones de Bayona habían creado un vacío de autoridad en la España

ocupada. Pese a que los Borbones habían ordenado a las autoridades que se obedeciera

al nuevo rey José I, muchos españoles se negaron a obedecer a una autoridad que se

veía como ilegítima. Para llenar ese vacío y organizar la espontánea insurrección contra

los franceses se organizaron Juntas Provinciales que asumieron la soberanía.

Las Juntas Provinciales sintieron desde un principio la necesidad de coordinarse. Así, en

septiembre de 1808, se constituyó la Junta Central que, en ausencia del rey legítimo,

asumió la totalidad de los poderes soberanos y se estableció como máximo órgano de

gobierno. Fruto de esta nueva situación, la Junta Central convocó reunión de Cortes

extraordinarias en Cádiz, acto que iniciaba claramente el proceso revolucionario.

Finalmente, en enero de 1810, la Junta cedió el poder a una Regencia, lo que no

paralizó la convocatoria de Cortes.

Las Cortes de Cádiz

Las sesiones de Cortes comenzaron el 24 de septiembre de 1810 en la isla de León

(actual San Fernando) y muy pronto se formaron dos grupos de diputados enfrentados: 4

• Liberales


Partidarios de reformas revolucionarias, inspiradas en los principios

de la Revolución Francesa.

• Absolutistas


Partidarios del mantenimiento del Antiguo Régimen (monarquía

absoluta, sociedad estamental, economía mercantilista).

La mayoría liberal, aprovechándose de la ausencia del rey, inició la primera revolución

liberal burguesa en España, con dos objetivos: adoptar reformas que acabaran con las

estructuras del Antiguo Régimen y aprobar una Constitución que cambiara el régimen

político del país.

Estas fueron las principales reformas políticas, económicas, sociales y jurídicas

adoptadas por las Cortes de Cádiz:

• Libertad de imprenta (1810)

• Abolición del régimen señorial: supresión de los señoríos jurisdiccionales,

reminiscencia feudal. Sin embargo, la nobleza mantuvo la propiedad de casi

todas sus tierras.

• Supresión de la Inquisición (1813)

• Abolición de los gremios. Libertad económica, comercial, de trabajo y de

fabricación (1813)

• Tímida desamortización de algunos bienes de la Iglesia.

• Invención de la Lotería Nacional.

La Constitución de 1812

Aprobada el 19 de marzo de 1812 en el Oratorio de San Felipe Neri (Cádiz) y

popularmente conocida como “La Pepa”, este texto legal fue la primera constitución

liberal del país. La constitución de 1812 es uno de los grandes textos liberales de la

historia, siendo muy célebre en su tiempo.

Los diputados liberales Agustín Argüelles, Diego Muñoz Torrero, el Conde de

Toreno, Francisco Martínez de la Rosa y Pérez de Castro son las figuras más

destacadas en su elaboración.

Estos son los rasgos principales de la Constitución:

• Soberanía nacional. El poder reside en la nación, idea opuesta a la soberanía

monárquica.

• División de Poderes.

o Poder legislativo: Cortes Unicamerales

o Poder judicial: tribunales

o Poder ejecutivo: Rey, pero con importantes limitaciones:

 Sus órdenes deben ir validadas por la firma del Ministro

correspondiente.

 No puede disolver las Cortes

 Veto suspensivo transitorio durante dos años, tras ello la decisión

de las Cortes se convierte en ley.

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• Nuevo derecho de representación. La nación ejerce su soberanía mediante sus

representantes en Cortes.

• Complicado procedimiento electoral por sufragio universal masculino indirecto.

Derecho de voto: todos los hombres mayores de 25 años, que elegían a unos

compromisarios que a su vez elegían a los diputados.

• Igualdad de los ciudadanos ante la ley. Esto supuso el fin de los privilegios

estamentales.

• Se omite toda referencia a los territorios con fueros, lo que equivalía a su no

reconocimiento. No obstante, los regímenes forales de las provincias vascas y de

Navarra no se derogaron explícitamente.

• Reconocimiento de derechos individuales: a la educación, libertad de imprenta,

inviolabilidad del domicilio, a la libertad y a la propiedad.

• El catolicismo es la única confesión religiosa permitida. La necesidad de contar

con la colaboración del clero en la lucha contra los franceses explica este rasgo

intolerante que choca con el espíritu avanzado de la constitución.

En resumen, la Constitución de 1812 establece los principios fundamentales de la

ideología liberal y supone el inicio del constitucionalismo español. Fue derogada por

Fernando VII a su llegada a España con la publicación del Decreto de 4 de mayo de

1814, que anuló toda la obra de las Cortes de Cádiz y supuso la vuelta, por poco tiempo,

al absolutismo monárquico. Sólo estuvo vigente desde su promulgación en 1812 hasta

1814 (aunque apenas se pudo aplicar porque España estaba en guerra), durante el

Trienio Liberal (1820-1823) y en un breve periodo de tiempo en 1836-1837.

4. EL REINADO DE FERNANDO VII (1814-1833)

El reinado de Fernando VII se divide en tres periodos bien diferenciados: el Sexenio

Absoluto (1814-1820), el Trienio Liberal (1820-1823) y la Década Ominosa (1823-

1833).

A) El Sexenio Absoluto (1814-1820)

Tras el Tratado de Valençay en 1813, Fernando VII se preparó para regresar a un

país donde gobernaban unos principios políticos completamente contrarios a sus

convicciones absolutistas. El monarca demoró su regreso a Madrid tanteando la

situación ante la cada vez más evidente debilidad de los liberales en el interior del país.

Fernando VII entró en España el 22 de marzo de 1814, recibido por continuas

aclamaciones populares. El 12 de abril un grupo de diputados a Cortes absolutistas le

presentaron el conocido como Manifiesto de los Persas en el que le reclamaban la

vuelta al absolutismo. En el afirmaban: “Señor, era costumbre entre los antiguos persas

pasar cinco días de anarquía después del fallecimiento de su rey, a fin de que la

experiencia de los asesinatos, robos y otras desgracias, les obligase a ser más fieles a su

sucesor…” 6

Finalmente, Fernando VII terminó por decidirse y el 4 de mayo de 1814 emite en

Valencia un decreto por el que disolvía las Cortes, abolía la Constitución de 1812 y

toda la labor legislativa de las Cortes de Cádiz y restablecía el absolutismo.

El decreto de 4 de mayo inició un triste periodo caracterizado por la sistemática

anulación de las reformas de las Cortes gaditanas y la vuelta al antiguo régimen y al

absolutismo.

Con una economía depauperada por la guerra recién terminada y con unas

colonias americanas que se habían sublevado con la intención de independizarse,

Fernando VII, apegado al mantenimiento de los privilegios estamentales, se negó a

emprender cualquier reforma fiscal que incrementara los ingresos de un estado en

quiebra

La labor del gobierno de Fernando VI se centró en la represión de los enemigos de la

restaurada monarquía absoluta. Más de doce mil “afrancesados” tuvieron que exiliarse

del país y se inició una dura persecución contra los liberales.

Muchos militares, entre ellos antiguos héroes de la guerra de la Independencia, optaron

por las posturas liberales y para hacer frente a la represión se integraron en sociedades

secretas de ideología liberal como la masonería. Estos militares protagonizaron diversas

intentonas de golpe militar o pronunciamientos: Espoz y Mina en 1814, Díaz

Porlier en 1815, Lacy en 1817… Todos los intentos de golpe fueron duramente

reprimidos.

B) El Trienio Liberal (1820-1823)

Finalmente, un pronunciamiento liberal terminó por triunfar. Poniéndose al frente de un

ejército que en Cabezas de San Juan (Sevilla)) estaba acantonado para marchar hacia

América a luchar contra los rebeldes independientes, el teniente coronel Riego se puso

al frente de este contingente y proclamó la Constitución de 1812. Tras diferentes

avatares la insurrección se generalizó. El 9 de marzo de 1820 Fernando VII,

atemorizado, juró la Constitución de 1812.

Por primera vez, se aplicaba la Constitución de 1812 en una situación de paz y con el

monarca en el país. Fernando VII, convencido absolutista, trató de obstruir desde un

principio la labor de los gobiernos liberales y el normal funcionamiento constitucional.

Esta actitud del rey va a provocar una fractura política que se extenderá durante

décadas: la escisión de los liberales.

Por un lado, los moderados o“doceañistas” pretenderán modificar la Constitución

buscando una transacción con el Rey. Para ello, defendieron la concesión de más poder

al monarca y la creación de una segunda cámara reservada a las clases más altas. Tras

1833, los «doceañistas» se convertirán en los moderados.

Por otro lado, los exaltados o “veinteañistas” pedían simplemente la aplicación estricta

de la Constitución de 1812 y reformas de mayor calado. Serán denominados

progresistas tras 1833. 7

La división de los liberales introdujo una gran inestabilidad política durante el Trienio.

Los liberales en el poder durante el Trienio van a aplicar una política claramente

anticlerical: expulsión de los jesuítas, abolición del diezmo, supresión de la Inquisición,

desamortización de los bienes de las órdenes religiosas… Todas estas medidas trataban

de debilitar a una poderosísima institución opuesta al desmantelamiento del Antiguo

Régimen. El enfrentamiento con la Iglesia será un elemento clave de la revolución

liberal española.

Tras la derrota de Napoleón en 1815, las grandes potencias absolutistas (Prusia, Austria,

Rusia y la Francia de Luis XVIII), reunidas en el Congreso de Viena y coaligadas en la

Santa Alianza, se habían comprometido a intervenir ante cualquier amenaza liberal que

surgiera en Europa contra los principios de la Restauración (absolutismo, antiguo

régimen). Así, reunidas en 1822 un Congreso en Verona, las potencias acordaron la

intervención en España. El 7 de abril de 1823 un ejército francés, conocido como los

“Cien Mil Hijos de San Luis”, al mando del Duque de Angulema, entró y, sin

encontrar resistencia popular, conquistó fácilmente el país. El 1 de octubre puso fin al

último foco de resistencia del gobierno liberal en Cádiz y repuso como monarca

absolutista a Fernando VII.

C) La Década Ominosa (1823-1833)

El mismo día en que Fernando VII fue liberado por los Cien Mil Hijos de San Luis

promulgó un decreto por el que anulaba todo lo legislado durante el Trienio. El monarca

trataba de nuevo de volver al absolutismo y al Antiguo Régimen.

Inmediatamente se inició la represión contra los liberales. Riego fue ahorcado en

Madrid en noviembre.

Pese a la represión, las conspiraciones militares liberales continuaron. El peligro de

nuevos pronunciamientos llevó a Fernando VII a tomar una medida extrema, la

disolución del ejército. El monarca pidió a Francia que se mantuvieron los Cien Mil

Hijos de San Luis mientras se reorganizaban las fuerzas armadas. En torno a 22.000

soldados franceses se mantuvieron en nuestro país hasta 1828.

Paralelamente, el régimen absolutista abordó la depuración de la administración, lo que

llevó a la expulsión de miles de funcionarios, especialmente docentes.

El mayor problema al que tuvo que hacer frente Fernando VII al final de su vida fue la

cuestión sucesoria. En 1830 nacía una hija del rey llamada Isabel (la futura Isabel II).

En esos momentos estaba vigente en España la Ley Sálica, que impedía subir al trono a

las mujeres. Pero Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, que anulaba la Ley

Sálica. Este hecho no fue aceptado por Carlos María Isidro, hermano del rey, lo que

supuso el inicio de las llamadas Guerras Carlistas que, realmente, enfrentarán a los

partidarios del absolutismo (apoyan a Carlos) y a los partidarios del Liberalismo

(apoyan a Isabel) 8

5. LA INDEPENDENCIA DE LA AMÉRICA HISPANA (1808-1825)

La independencia de las colonias españolas en América hay que enmarcarla

dentro de un movimiento que algunos historiadores franceses como Furet o Godechot

han denominado Revoluciones Atlánticas (Revolución Francesa, 1789;

Independencia de Estados Unidos, 1776; Independencia de Hispanoamérica). Estas

revoluciones atlánticas serán el punto de partida de la Edad Contemporánea y harán que

la civilización occidental deje atrás el Antiguo Régimen para entrar en un nuevo periodo

histórico en que la ideología dominante será el Liberalismo.

A) Antecedentes de la independencia

Con anterioridad al siglo XIX surgieron en el continente americano algunos

movimientos de protesta contra los abusos de los españoles que algunos historiadores

consideran el germen de los movimientos independentistas de las colonias españolas en

América. Entre estos movimientos destacan:

– Los movimientos comuneros de Nueva Granada (actual Colombia y

Venezuela) y Paraguay en el siglo XVIII.

– La revuelta de Tupac Amaru II (1781). Su verdadero nombre era José Gabriel

Condorcanqui y decía descender del último emperador inca, Tupac Amaru

(ejecutado en Cuzco en 1571 por los españoles). Se rebeló contra las autoridades

españolas y fue muy seguido por masas de campesinos sin tierra. Finalmente fue

capturado y ejecutado.

– Algunos van más lejos y ven en la rebelión de Gonzalo Pizarro contra Carlos

V en el siglo XVI un antecedente remoto del movimiento independentista.

Realmente estas revueltas no pretendían la independencia sino que más bien

eran protestas contra los frecuentes abusos de las autoridades españolas (mita,

encomienda, etc)

B) Características del movimiento independentista

Entre las características principales de la independencia hispanoamericana

Destacan:


– Es un movimiento esencialmente criollo (descendientes de españoles nacidos

en América). La idea de independencia surgió en estas élites criollas que ya

tenían mucho poder económico pero carecían de poder político (reservado a los

peninsulares, llamados despectivamente gachupines). Estas élites reivindicarán

el poder político.

– Es una revolución social frustrada. Fue el momento de cambiar las estructuras

sociales en América y no se hizo. Cuando termine el proceso el poder cambiará

de manos pero, por ejemplo, la situación de un campesino andino será la misma

que con los españoles. 9

C) Causas de la independencia

Entre las causas que provocaron el estallido del proceso de independencia

Destacan:


– El descontento socioeconómico en el mundo iberoamericano. Los criollos

deseaban una libertad económica que no tenían por el monopolio que el Estado

español tenía sobre el comercio americano.

– Una nueva ideología que lleva a un cambio de mentalidad. Las ideas de la

Ilustración (Montesquieu, Rousseau, Voltaire), el Liberalismo y, sobre todo, el

Nacionalismo, son llevadas a América por las élites criollas educadas en

universidades europeas.

– Ejemplos a seguir: la independencia de Estados Unidos (1776) y la

Revolución Francesa (1789). De ellas, la primera influye más desde un punto

de vista práctico y la segunda desde un punto de vista ideológico y teórico.

– Una coyuntura favorable: la Guerra de la Independencia española (1808-

1814), que creó un vacío de poder en la Península Ibérica que fue aprovechado

por los independentistas.

D) Los líderes de la independencia

Antes de analizar el proceso de independencia vamos a hacer mención a algunos

de los líderes o próceres de la independencia americana, la mayoría procedentes de

familias criollas y acomodadas. Entre estos líderes podemos destacar a Bernardino

Rivadavia, Sucre, Artigas, Bernardo O´Higgins, Manuel Belgrano, etc.

Pero de todos ellos merecen especial atención Francisco de Miranda (“el

precursor”), Simón Bolívar (“el libertador”) y José de San Martín (“la espada

victoriosa”). El gran sueño de Simón Bolívar era una Sudamérica de carácter

federal a imagen y semejanza de los Estados Unidos. Ya en el famoso Juramento del

Monte Aventino (Roma, 1805) decidió dedicar su vida a la emancipación de las

colonias americanas.

E) Las fases del proceso de independencia (1808-1825)

En el proceso de independencia de América Latina vamos a distinguir tres fases:

A) 1808-1814En esta fase, coincidente con la Guerra de la Independencia

española van a estallar las hostilidades.

B) 1814-1820En esta fase, coincidente con el sexenio absoluto, se van a

independizar las zonas más liberales de América contrarias al

absolutismo de Fernando VII

C) 1820-1825En esta fase, coincidente con el trienio liberal, se

independizarán los dos grandes bastiones del Imperio español: México y

Perú. 10

En las tres fases vamos a diferenciar el caso de México por un lado y el de

Sudamérica por otro.

1808-1814

En vísperas del estallido de la Guerra de la Independencia española, el Imperio

español en América estaba organizado administrativamente en cuatro virreinatos (el

virrey era el representante del rey en esos territorios): Nueva España (México), Nueva

Granada (Colombia Y Venezuela), Río de la Plata (Argentina, Uruguay, Chile) y

Perú.

Cuando los franceses invaden España comenzaron a formarse juntas

provinciales. Esto también ocurre en América. En las principales ciudades americanas

(Bogotá, Buenos Aires, Caracas,et,) comienzan a formarse juntas revolucionarias que

pronto comienzan a pedir la independencia de España. Estas juntas se organizan en

los cabildos (ayuntamientos),único centro de poder donde los criollos tenían acceso al

poder.

Al acabar la Guerra de la Independencia española (1814), Fernando VII mandó

un contingente de 10.000 hombres al mando del general Morillo que aplastó la

sublevación. Los líderes independentistas acabaron en el exilio o en cárceles españolas.

Pero el sentimiento nacionalista e independentista en América ya no podía apagarse y

pronto estallaría de nuevo. Esta vez sería imparable.

En México la insurrección es liderada por dos sacerdotes (Miguel Hidalgo y

José María Morelos) que se apoyaron en las masas indígenas, lo que dio a la misma un

carácter social que no se dio en otras partes de América. Ambos fracasaron y fueron

fusilados.

1814-1820

En el Virreinato del Río de la Plata los rebeldes convocaron el Congreso de

Tucumán (1816), que declaró la independencia de las Provincias Unidas del Río de la

Plata (Argentina y Uruguay).

En el Virreinato de Nueva Granada, el Congreso de Angostura (1819)

declaró la independencia de la República de la Gran Colombia (Colombia,

Venezuela y Ecuador), hecho que quedó corroborado con las victorias militares de los

independentistas en las batallas de Boyacá y Carabobo.

Chile se independiza tras las victorias de San Martín, con ayuda de patriotas

chilenos (O´Higgins), en Chacabuco y Maipú.

1820-1825

En esta fase se independizarán Perú y México.

Sobre el virreinato del Perú convergieron los dos grandes líderes

independentistas, Simón Bolívar desde el norte y San Martín desde el sur. Los 11

independentistas vencen en las batallas de Junín (1821) y de Ayacucho (1824). En

esta última el general Sucre vence a las tropas del virrey La Serna, dando por finalizada

la independencia peruana.

En México la independencia fue pacífica. Fue el resultado de la firma del

Tratado de Córdoba (1821) entre el líder independentista Agustín de Itúrbide y el

virrey español Juan O´Donojú. En Córdoba se pactó el famoso plan de Iguala o de las

Tres Garantías: independencia de México como monarquía constitucional (duró poco),

mantenimiento de la religión católica e igualitarismo racial.

Finalmente, en 1823, se independizaron las Provincias Unidas de América

Central. Manuel J. Arce se convirtió en el primer presidente.

Así se consumaba la salida de España de la llamada Tierra Firme. Las colonias

insulares (Cuba y Puerto Rico se independizarán en 1898 en un proceso bien distinto).

Debemos tener en cuenta que los independentistas contaron con el apoyo de Gran

Bretaña y Estados Unidos (Doctrina Monroe: América para los americanos)

F) El resultado de la independencia

El sueño de Simón Bolívar, una América unida y fuerte, era inviable por las

grandes dimensiones y diferencias del continente americano. Los antiguos virreinatos se

desgajaron en los países que hoy conocemos.

– Del virreinato de Nueva España surgió México.

– Las Provincias Unidas de América Central fueron efímeras y pronto existían

varios países en su territorio: Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y

Costa Rica.

– La Gran Colombia de Bolívar se dividió en Venezuela y Colombia (de ésta

última se separará Panamá en 1902 por el asunto del canal)

– Del Río de la Plata surgieron Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile.

Casi todos los países sufrieron tras la independencia procesos políticos bastante

convulsos (guerras civiles, dictaduras, anarquía, etc).

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