07 May

Fascismo Italiano

4.2. ¿Qué ocurría en Italia?

Finalizada la Gran Guerra, Italia se vio sumida en una profunda crisis social y política. Las claves de la crisis eran diversas:

  • Dificultades económicas. El esfuerzo de guerra había agotado la economía italiana, cuya recuperación fue más lenta que en otros países debido al clima revolucionario.

  • Conflictividad social. El movimiento obrero desencadenó una oleada de protestas que incluyeron la ocupación de fábricas en el norte y la agitación campesina en el sur. La situación alarmó a las clases medias y altas, temerosas de una revolución obrera.

  • Inestabilidad política. La fragmentación parlamentaria imposibilitó la creación de gobiernos estables y llevó al sistema democrático a una profunda crisis de ingobernabilidad.

  • «Victoria mutilada«. Los acuerdos de paz tras la Primera Guerra Mundial solo atendieron parcialmente las reivindicaciones territoriales italianas, lo que generó posturas nacionalistas radicales.

4.3. ¿Cómo llegó el fascismo al poder?

En 1919, Benito Mussolini fundó las primeras milicias fascistas y se presentó a las elecciones. Pese a los malos resultados, atrajo la atención de ciertas élites, que lo veían capaz de frenar la amenaza revolucionaria.

En 1921, Mussolini fundó el Partido Nacional Fascista (PNF), cuyos miembros más jóvenes, los fasci di combattimento, se enfrentaron a los activistas de izquierda. La violencia se apoderó de las calles y los grupos de camisas negras, la fuerza de choque fascista, se presentaron como garantes del orden público (aunque muchas veces fueran los provocadores).

Marcha sobre Roma

El 28 de octubre de 1922, Mussolini organizó la Marcha sobre Roma, concentración que intentaba mostrar su poder de convocatoria. Los sectores conservadores de la sociedad aceptaron con simpatía esta demostración. El monarca terminó cediendo ante las presiones fascistas, y encargó a Mussolini formar gobierno. Había comenzado la era fascista.


4.4. ¿Qué características tuvo el régimen?

Una vez en el poder, Mussolini implantó un régimen totalitario dominado por una política basada en los principios del fascismo, un sistema socioeconómico dirigido por el Estado y una política exterior agresiva.

  • Política. En 1925 se decretó el cierre del Parlamento. Italia se convirtió en una dictadura. Se promulgaron las «leyes fascistísimas» para organizar el nuevo Estado y el Partido Nacional Fascista se convirtió en partido único.

    Para perseguir a la oposición se creó la OVRA (Organización de Vigilancia y Represión del Antifascismo). En 1924 fue asesinado el diputado socialista Giacomo Matteotti. La oposición pasó a estar amenazada y sus dirigentes fueron encarcelados, como Antonio Gramsci, líder del Partido Comunista.

    Para legitimar su poder, Mussolini firmó con la Santa Sede los Pactos de Letrán (1929), que ponían fin al litigio que enfrentaba al papado con el Gobierno italiano desde la ocupación de los Estados Pontificios en 1870.

  • Organización social y económica. El Estado totalitario se basó en el corporativismo, un sistema inspirado en los gremios medievales, que incluía a patrones y obreros. En 1927 se promulgó la Carta di Lavoro, que regulaba las relaciones sociales y laborales.

    En el plano económico se implantó una política proteccionista y autárquica, centrada en el sector industrial y en las grandes explotaciones agrícolas. En 1933 se creó el Instituto de Reconstrucción Industrial (IRI), que orientó las inversiones hacia sectores estratégicos y hacia una economía de guerra.

  • Política exterior. Estuvo guiada por dos ejes: dominar el Mediterráneo y ampliar el imperio en África.

    En el Mediterráneo se anexionó la ciudad de Fiume e intensificó su presencia en Albania. Además, participó en la guerra civil española en apoyo de los sublevados.


Origen y Ascenso del Nazismo

5.2. ¿Cómo era la Alemania de posguerra?

El ascenso del nazismo se explica por el contexto de la posguerra, en especial por los efectos del Tratado de Versalles y de la Gran Depresión.

  • Tratado de Versalles. El pago de reparaciones, la ocupación del Ruhr y las pérdidas territoriales sumieron al país en una profunda crisis económica y generaron entre la población un sentimiento de humillación que los nazis aprovecharon para incrementar sus apoyos.

    Desde sus inicios, la República de Weimar (1919-1933) contó con una clara oposición por parte de los sectores ultranacionalistas, que la consideraban una imposición exterior ajena a la tradición alemana, e incluso tildaban a sus gobernantes de «traidores» por haber aceptado las condiciones impuestas en Versalles.

  • Crisis económica. La hiperinflación de 1923 contribuyó a la impopularidad del Gobierno. La mejoría fue posible por la aplicación del Plan Dawes y la revisión de las reparaciones tras los Acuerdos de Locarno. Pero con el comienzo de la Gran Depresión, el capital estadounidense dejó de llegar, los bancos alemanes tuvieron graves dificultades y numerosas empresas quebraron.


5.3. ¿Cómo surgió el nazismo?

En la Alemania de 1919 proliferaban partidos y grupos nacionalistas. Uno de ellos era el Partido Obrero Alemán, en el que el excombatiente Adolf Hitler ingresó en 1920. Ese año, Hitler redactó un programa de veinticinco puntos para el partido, que pasó a llamarse Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP).

En 1921, Hitler ya era el jefe del partido nazi, e inició una estrategia para llegar al poder por vía violenta. Para ello, contó con una fuerza paramilitar, las SA, o Secciones de Asalto, que reprimieron a comunistas y socialistas.

En 1923 organizó un golpe de Estado, el Putsch de Múnich, que fracasó. Durante su estancia en prisión, Hitler redactó su ideario en Mein Kampf (Mi lucha), y concluyó que el ascenso al poder debía realizarse por la vía electoral. Convirtió el NSDAP en un partido de masas y usó su talento para la oratoria y la estética paramilitar con gran eficacia.


5.4. ¿Qué factores lo alzaron al poder?

La crisis económica sumió a Alemania en una profunda inestabilidad política. La República de Weimar se mostraba incapaz de frenar sus efectos, mientras la derecha ultranacionalista y el partido comunista asediaban al régimen democrático.

El partido nazi utilizó la grave situación económica para realizar una feroz crítica contra el Gobierno y contra el Tratado de Versalles. Su discurso intensificó el anticapitalismo y el antisemitismo, al considerar a los judíos responsables de la derrota en la guerra y de la crisis económica.

Dicha estrategia funcionó y los nazis mejoraron sus resultados electorales.

Simultáneamente, las SA intensificaron la violencia callejera para intimidar a la población y a sus enemigos políticos.

Su discurso anticapitalista se relajó, lo que les atrajo a sectores poderosos, como el Ejército, los grandes industriales o los terratenientes.

En las elecciones de julio de 1932, el NSDAP logró un 37% de los votos. El conservador Franz von Papen, intentando obstaculizar el gobierno del canciller Kurt von Schleicher, ofreció formar un gobierno de coalición a Hitler, pero la negativa del dirigente nazi provocó nuevas elecciones en noviembre de 1932.

En ellas, los nazis perdieron apoyos, pero los políticos conservadores presionaron de nuevo para que Hitler fuera nombrado canciller. Esperaban formar un gobierno de mayoría con el NSDAP y utilizar a Hitler para su propio beneficio. En paralelo, el canciller Von Schleicher solicitó poderes de emergencia para evitar la llegada de los nazis al poder, pero no consiguió apoyos.

El 30 de enero de 1933 Hindenburg cedió finalmente y nombró a Hitler canciller de un gobierno de coalición que pronto tomaría una deriva totalitaria.


Nazismo en el Poder

6.2. ¿Cuáles fueron sus primeras medidas?

Una vez en el poder, Hitler se desentendió de sus socios y persuadió a Hindenburg para que convocara nuevas elecciones en marzo de 1933. La campaña electoral estuvo teñida por un ambiente de violencia extrema, ejercida sobre todo por las SA.

El 27 de febrero se produjo el incendio del Reichstag, acto del que se acusó a un militante comunista; en realidad había sido obra de agentes nazis, que buscaban una excusa para declarar el estado de emergencia y suspender los derechos democráticos.

En las elecciones, los nazis se hicieron con el control absoluto del Parlamento y aprobaron la Ley de Plenos Poderes. Los demás partidos fueron ilegalizados y se intensificó la persecución y encarcelamiento de los opositores.

En abril de 1933 se creó la Gestapo o policía política, que, junto con las Juventudes Hitlerianas y las SS (Schutzstaffel o guardia personal de Hitler) impusieron un sistema de control y represión política y social apoyado por el eficaz aparato propagandístico diseñado por el ministro Joseph Goebbels.

La represión alcanzó las propias filas del partido. En la Noche de los Cuchillos Largos (30 de junio de 1934) se asesinó a los principales dirigentes de las SA, entre ellos su jefe, Ernst Röhm, y a otros políticos, como Von Schleicher, último canciller de la República de Weimar. El poder nazi se hizo entonces incontestable. La esvástica fue elegida símbolo del país.

Tras la muerte del presidente Hindenburg, Hitler asumió los poderes presidenciales e hizo que se le reconociera como Führer, esto es, máximo representante del pueblo alemán y de su destino. Todo el poder recaía sobre su persona como encarnación de los valores e intereses de la nación, que se veían resumidos bajo la fórmula ein Volk, ein Reich, ein Führer (‘un pueblo, una nación, un caudillo’).

Había nacido el Tercer Reich, llamado a durar mil años, según la propaganda.


6.3. ¿Qué caracterizó al régimen nazi?

Los nazis adoptaron un conjunto de medidas que respondía a su programa político.

  • Economía. Para el nazismo, toda nación era enemiga potencial, de manera que la autarquía era la forma de garantizar la independencia nacional. La política de rearme sirvió para reactivar la economía y disminuir el paro, por lo que Hitler se ganó el apoyo de los industriales alemanes y de buena parte de la sociedad.

  • Expansión territorial. Los nazis percibían a Alemania como un pueblo elegido que precisaba un espacio vital para sobrevivir. Así, su objetivo era doble: por una parte, el pangermanismo aspiraba a agrupar todos los territorios de población germánica en el Gran Estado alemán, que dispondría en su beneficio de los recursos de otros pueblos considerados inferiores; por otra, la expansión hacia el Este, para apoderarse de las tierras más fértiles y acabar con el bolchevismo. Para estas tareas se propuso usar todos los medios a su alcance.

  • Racismo. Hitler creía en la existencia de una raza aria superior que debía mantener la pureza racial. De ahí que todo aquel que no encajase en el ideal ario fuera perseguido y, en el extremo, exterminado.

    Cuando alcanzó el poder, sus creencias se transformaron en la ideología oficial y se difundieron a través de todos los medios: la prensa, la propaganda en carteles y radio, la escuela, etc.

    Elemento esencial del nazismo era el antisemitismo. Hitler responsabilizaba a los judíos de los males de Alemania y hasta de su derrota en la Gran Guerra. El antisemitismo tenía una larga tradición en Europa; lo novedoso del nazismo fue su política de segregación y, más tarde, de exterminio sistemático.

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