29 Jun
‘Casa Tomada’: Atmósfera Opresiva y Simbolismo Inquietante
Julio Cortázar, maestro del relato corto, nos sumerge en «Casa Tomada» en una atmósfera de inquietud creciente que se apodera tanto del lector como de los personajes. La narración, en primera persona, nos presenta a dos hermanos, Irene y el narrador, que viven solos en una vieja casa familiar, llena de recuerdos y espacio vacío. La rutina monótona y la descripción detallada de la casa, con sus pasillos, habitaciones y objetos, crean una sensación de encierro y claustrofobia que se intensifica gradualmente.
La prosa de Cortázar es precisa y evocadora, utilizando un lenguaje sencillo pero rico en matices. La repetición de acciones cotidianas, como la limpieza de la casa y el tejer de Irene, contrasta con la creciente sensación de amenaza y misterio. La casa, inicialmente un símbolo de la familia y el pasado, se transforma en un personaje siniestro que invade y amenaza la seguridad de los hermanos. La invasión, representada por sonidos indefinidos y la progresiva toma de posesión de la casa, es una metáfora poderosa que puede interpretarse de múltiples maneras.
Desde la perspectiva de la teoría narrativa, la estructura del relato es magistral. La tensión se construye de forma gradual, mediante la acumulación de detalles que crean suspense y anticipan la catástrofe. El final es abrupto y desconcertante, dejando al lector con una sensación de inquietud y la necesidad de buscar una interpretación simbólica.
La falta de explicación explícita sobre la naturaleza de la «toma» de la casa permite al lector reflexionar sobre el significado de la historia, abriendo la puerta a múltiples interpretaciones relacionadas con el miedo a lo desconocido, el paso del tiempo, la pérdida de la identidad o incluso la alienación en la sociedad moderna.
En cuanto a las figuras retóricas, Cortázar utiliza la metáfora con gran maestría. La casa, como ya se ha mencionado, es una metáfora principal, representando la memoria, la familia, la identidad, pero también la amenaza y el desamparo. La descripción detallada de los objetos y el entorno crea una atmósfera sensorial que intensifica la experiencia del lector. La repetición y el ritmo contribuyen a crear el clima de suspense y anticipación.
En conclusión, «Casa Tomada» es un relato corto excepcional que explora temas universales como el miedo, la pérdida y la soledad, a través de una prosa precisa y evocadora. La atmósfera opresiva, la estructura narrativa y el uso magistral de las figuras retóricas hacen de esta obra una lectura imprescindible para cualquier amante de la narrativa corta y el simbolismo. La falta de explicaciones directas invita a la reflexión y a la búsqueda de interpretaciones personales, lo que la convierte en una historia que permanece en la mente del lector mucho después de haber terminado su lectura. Como estudiante de comunicación, valoro la capacidad de Cortázar para crear una experiencia narrativa tan intensa y memorable con recursos literarios tan efectivos.
Exploración Literaria de ‘Casa Tomada’ de Julio Cortázar
Julio Cortázar, uno de los máximos exponentes de la literatura hispanoamericana del siglo XX, escribió Casa Tomada en 1946. Este cuento breve, aunque de apariencia sencilla, encierra múltiples capas de interpretación. Su tono cotidiano se ve interrumpido por un elemento fantástico que irrumpe en la vida de los protagonistas. Para entender mejor su construcción literaria, exploraremos sus figuras retóricas, su género y subgénero literario, y el modelo de teoría narrativa que lo sostiene.
Figuras Retóricas en ‘Casa Tomada’
Una de las características más destacadas del estilo de Cortázar es el uso sutil y eficaz de figuras retóricas para generar atmósferas inquietantes y efectos psicológicos. En Casa Tomada se observan varias de estas figuras:
- Topografía: Cortázar ofrece una detallada descripción del espacio físico de la casa. Frases como: “El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada…” muestran una minuciosa topografía del lugar, reforzando la sensación de encierro y laberinto mental.
- Retrato y etopeya: A través del narrador, se construye un retrato de Irene y su hermano, combinando rasgos físicos y psicológicos. Por ejemplo: “Irene era una chica nacida para no molestar a nadie… tejía cosas siempre necesarias…”, lo que revela su personalidad resignada, meticulosa y dependiente de la rutina.
- Hipérbaton: Cortázar también emplea estructuras sintácticas alteradas: “Yo cebaba el mate con mucho cuidado, pero ella tardó un rato en reanudar su labor”, ejemplo de cómo altera el orden lógico para enfatizar ciertos aspectos de la acción o pensamiento.
- Personificación (prosopopeya): La casa parece tener vida, voluntad propia. La frase “era ella la que no nos dejó casarnos” convierte a la casa en un agente con poder, dotándola de características humanas, lo cual refuerza la atmósfera fantástica.
- Metáfora y símbolo: La “casa” funciona como símbolo del inconsciente, de la memoria o del pasado familiar que oprime y eventualmente “expulsa” a los hermanos. Su “toma” progresiva es una metáfora de una amenaza inasible, posiblemente social o psicológica.
- Antítesis: Hay oposición entre la tranquilidad cotidiana de los personajes y la irrupción de “lo otro”. Lo cotidiano y lo extraño conviven en tensión, lo que genera una constante sensación de inquietud.
- Enumeración: Cuando el narrador recuerda objetos que han quedado en la parte tomada (“unas carpetas, un par de pantuflas… mi pipa de enebro… una botella de Hesperidina…”), se utiliza la enumeración para transmitir pérdida y nostalgia.
Género y Subgénero Literario
Casa Tomada pertenece al género narrativo, ya que presenta una historia con personajes, espacio y tiempo definidos, narrada por un personaje involucrado en los hechos.
Dentro del género narrativo, el subgénero es el cuento fantástico. Esto se debe a que se introduce un elemento imposible o sobrenatural —la misteriosa toma de la casa por una fuerza invisible— dentro de un marco de verosimilitud realista. Según la clasificación de Todorov, esta obra encaja perfectamente en lo fantástico puro: lo extraño e inexplicable no se resuelve ni se justifica de forma racional, y el lector permanece en la duda sobre la naturaleza de los hechos.
Modelo de Teoría Narrativa Utilizado
Desde el punto de vista de la teoría narrativa, Casa Tomada se enmarca en el modelo estructuralista. Este modelo explora la relación entre el discurso y la historia.
La narración está hecha en primera persona, con un narrador protagonista que actúa como filtro de la realidad, lo que permite al lector experimentar la subjetividad de la vivencia. Además, la economía de recursos narrativos, el estilo sobrio y el desarrollo lineal con interrupciones mínimas, responden a una estructura coherente, cerrada y ordenada.
El cuento también presenta una estructura progresiva: el conflicto (la toma de la casa) avanza lentamente, invadiendo poco a poco el espacio y generando tensión hasta su clímax final, cuando los protagonistas son expulsados de su propio hogar.
Conclusión
Casa Tomada es un ejemplo maestro del uso sutil de recursos literarios para construir un relato inquietante. La obra combina figuras retóricas (como la personificación, la metáfora, el retrato y la topografía) con una estructura narrativa cerrada, y se inscribe claramente dentro del cuento fantástico. Su exploración a través del modelo estructuralista permite comprender cómo Cortázar dosifica el misterio y mantiene la ambigüedad hasta el desenlace. Es una muestra del poder del lenguaje para generar sensaciones que trascienden lo explícitamente dicho, dejando al lector suspendido en la incertidumbre y el asombro.
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