28 May

Discapacidad Intelectual: Definición y Premisas Fundamentales

La Discapacidad Intelectual se caracteriza por la presencia de limitaciones significativas en el funcionamiento actual del estudiante. Se manifiesta por un desempeño intelectual deficiente, por debajo de la media, junto con limitaciones en su conducta adaptativa, que se evidencian en habilidades prácticas, sociales y conceptuales. Esta condición comienza antes de los 18 años de edad (Luckasson y cols.).

Premisas Clave para la Evaluación y Aplicación

Las limitaciones en el funcionamiento presente del estudiante deben ser consideradas bajo las siguientes premisas:

  • El contexto de su ambiente comunitario típico y su grupo de iguales en edad y cultura son fundamentales.
  • Una evaluación válida debe tener presente la diversidad cultural o lingüística del estudiante, observando las diferencias en comunicación y en aspectos sensoriales, motores y de comportamiento (enfoque multidimensional de la Discapacidad Intelectual).
  • En un estudiante, las limitaciones coexisten con capacidades.
  • El propósito de describir tanto las limitaciones como las fortalezas que presenta un estudiante es desarrollar un perfil de los apoyos que necesita para aprender y participar.

La Discapacidad Intelectual implica la presencia de Necesidades Educativas Especiales (NEE). Es crucial entender que, si se ofrecen los apoyos apropiados durante un periodo prolongado, el funcionamiento en la vida del estudiante con discapacidad intelectual generalmente mejorará de manera significativa.

El propósito principal del diagnóstico de discapacidad intelectual es proporcionar o mejorar los apoyos al estudiante, con el fin de que estos le permitan alcanzar un mejor funcionamiento individual y una mayor participación en su entorno.

El Proceso de Evaluación de la Discapacidad Intelectual

El proceso de evaluación debe ofrecer información detallada sobre el funcionamiento del estudiante en cinco dimensiones clave, que abarcan tanto aspectos personales como ambientales:

  1. Habilidades Intelectuales
  2. Conducta Adaptativa
  3. Participación, Interacción y Roles Sociales
  4. Salud
  5. Contexto

1. Habilidades Intelectuales

Esta dimensión se refiere al funcionamiento intelectual general del estudiante, comúnmente representado por el Coeficiente Intelectual (CI). Incluye habilidades cognitivas esenciales como:

  • Razonar
  • Planificar
  • Solucionar problemas
  • Pensar de manera abstracta
  • Comprender ideas complejas
  • Aprender con rapidez
  • Aprender de la experiencia

2. Conducta Adaptativa

La Conducta Adaptativa se define como “el conjunto de habilidades conceptuales, sociales y prácticas aprendidas por las personas para funcionar en su vida diaria”. Estas habilidades se subdividen en:

  • a. Habilidades Conceptuales

    Incluyen el lenguaje (expresivo y receptivo), lectura, escritura, conceptos de dinero y autodirección.

  • b. Habilidades Sociales

    Comprenden habilidades interpersonales, responsabilidad, autoestima, credulidad (probabilidad de ser engañado o manipulado), ingenuidad, seguimiento de reglas, obediencia a las leyes y evitación de la victimización.

  • c. Habilidades Prácticas

    Abarcan las actividades de la vida diaria (como alimentación, transferencia/movilidad, aseo, vestido); actividades instrumentales de la vida diaria (preparación de comidas, mantenimiento del hogar, transporte, toma de medicamentos, manejo del dinero, uso del teléfono); habilidades ocupacionales y el mantenimiento de entornos seguros.

3. Participación, Interacción y Roles Sociales

Esta dimensión se centra en las interacciones del estudiante con los demás y el rol social que desempeña en su comunidad. Se evalúa mediante la observación directa de las interacciones cotidianas que establece con su mundo material y social, basándose en un comportamiento activo e involucrado.

4. Salud

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un “estado de completo bienestar físico, mental y social”. Cualquier condición —física o mental— del estudiante que altere su salud afectará su funcionamiento y tendrá repercusión en las otras dimensiones. Se distinguen cuatro categorías que agrupan factores de riesgo, los cuales interactúan a lo largo del tiempo:

  • Biomédico
  • Social
  • Comportamental
  • Educativo

5. Contexto (Ambientes y Cultura)

Esta dimensión se refiere a las condiciones ambientales y culturales interrelacionadas en las que el estudiante vive diariamente. Se distinguen tres niveles para la descripción y el estudio de la situación del estudiante:

  1. El espacio social inmediato, que incluye a su familia y amigos.
  2. La comunidad y las organizaciones e instituciones que prestan servicios sociales, educativos o de salud.
  3. Los patrones generales de la cultura y la sociedad en su conjunto.

Cada uno de estos sistemas puede proporcionar oportunidades y fomentar el bienestar y desarrollo de las personas con discapacidad. Es importante destacar que la evaluación del contexto no suele realizarse con medidas estandarizadas, sino que es un componente esencial del juicio clínico.

Enfoque del Proceso de Evaluación

Desde la perspectiva actual, el proceso de evaluación de la discapacidad intelectual se aleja de una concepción puramente psicométrica. En su lugar, busca comprender al estudiantado con limitaciones intelectuales a través de la interacción que establece con su entorno biopsicosocial.

Conocer el grado o la severidad de las limitaciones en las habilidades intelectuales implica, fundamentalmente, identificar las barreras que dificultan el aprendizaje y la participación del estudiante, en lugar de centrarse únicamente en el déficit. Es imprescindible identificar también sus capacidades y potencialidades individuales, así como las oportunidades que ofrece el contexto (mediante la eliminación de barreras), que facilitan su desarrollo y educación.

La evaluación diagnóstica en el ámbito educativo cobra pleno sentido cuando su objetivo es prescribir una enseñanza más efectiva y proporcionar los apoyos específicos que un estudiante requiere para progresar, aprender y participar activamente.

El estudiante, aun cuando existan limitaciones, debe estar involucrado de manera activa en su propio proceso de evaluación. Desde esta participación, también se modifica y construye conocimiento de sí mismo. Por lo tanto, la evaluación debe referirse también a la propia actividad, al proceso y a los resultados de la evaluación en sí misma.

Tipos de Evaluación en el Ámbito Educativo

La evaluación en el ámbito educativo requiere que el profesional considere e integre los conocimientos y aportes teórico-prácticos que brindan dos enfoques principales:

  • Evaluación Estática

    Se caracteriza por un rol neutro del examinador y mide conocimientos y habilidades ya obtenidos o desarrollados por el estudiante.

  • Evaluación Dinámica

    Asume que el conocimiento y las competencias son sensibles al cambio. El aprendizaje y el cambio ocurren desde la experiencia, con un rol facilitador por parte del examinador.

Funciones de la Evaluación de la Discapacidad Intelectual

La evaluación de la discapacidad intelectual comprende tres funciones esenciales:

  1. Función de Diagnóstico
  2. Función de Clasificación y Descripción
  3. Función de Planificación de Apoyos

A. Función Diagnóstica

El propósito de la función diagnóstica es identificar la discapacidad intelectual y determinar si el estudiante puede acceder a los recursos y subvenciones de educación especial.

Para diagnosticar discapacidad intelectual, deben estar presentes los siguientes criterios:

  1. Criterio 1: Existencia de limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual.
  2. Criterio 2: Existencia de limitaciones significativas en la conducta adaptativa.
  3. Criterio 3: La edad de aparición de estas limitaciones es antes de los 18 años.

Criterio 1: Limitaciones Significativas del Funcionamiento Intelectual

Este criterio se cumple cuando el estudiante obtiene un puntaje igual o menor a 69 puntos de CI en una prueba de inteligencia que cumpla con los requisitos de confiabilidad y validez estadística, y que posea normas estandarizadas para la población general.

Es fundamental destacar que, de acuerdo con la definición asumida, un CI igual o menor a 69 puntos no implica por sí solo la presencia de discapacidad intelectual. La evaluación en la dimensión de habilidades intelectuales debe ser complementada con la evaluación y caracterización del nivel de funcionamiento del estudiante en las otras dimensiones clave:

  • Conducta adaptativa
  • Participación, interacción y roles sociales
  • Salud
  • Contexto

Clasificación del Rendimiento Intelectual (CIE-10)

Para determinar el nivel de funcionamiento intelectual de un estudiante basándose en el CI, se utiliza la clasificación de la CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades, 10ª revisión):

CategoríaRango de Puntaje CI
Limítrofe70 – 79
Discapacidad Intelectual Leve50 – 69
Discapacidad Intelectual Moderada35 – 49
Discapacidad Intelectual Grave o Severa20 – 34
Discapacidad Intelectual ProfundaPor debajo de 20

Evaluación del Funcionamiento Intelectual sin CI Específico

Cuando existe la presunción de un bajo nivel intelectual, pero el CI no puede ser especificado porque las habilidades intelectuales del estudiante no son posibles de evaluar mediante los tests usuales, se recurrirá al juicio clínico del especialista para determinar el grado de limitación del funcionamiento intelectual.

Sin perjuicio de lo anterior, este juicio clínico podrá, además, sustentarse y acompañarse con información aportada por otros instrumentos y procedimientos para orientar el diagnóstico, tales como:

  • Observación clínica
  • Hora de juego diagnóstica
  • Tableros de comunicación
  • Tests gráficos
  • Escalas o cuestionarios no estandarizados en Chile
  • Adaptaciones a los tests estandarizados (por ejemplo, aplicar la prueba WISC en lengua de señas)

Es fundamental que se registren las razones que fundamentan la utilización de los procedimientos o instrumentos escogidos, así como las ventajas y limitaciones de esta elección. Es importante recordar que, al igual que en otros contextos, el término “retraso mental”, utilizado en la CIE-10, será reemplazado por el de “discapacidad intelectual”.

Consideraciones Culturales y Lingüísticas en el Diagnóstico

Al diagnosticar discapacidad intelectual en estudiantes pertenecientes a comunidades que se comunican en una lengua distinta (como la comunidad sorda o pueblos originarios), el profesional que realice dicho diagnóstico deberá comunicarse con el estudiante (y su familia) en la lengua de que se trate o, en su defecto, usar un intérprete cualificado. Además, el profesional deberá tener un profundo conocimiento de la cultura, idiosincrasia, valores y cosmovisión de la comunidad a la que pertenece el estudiante que evalúa.

En el caso de evaluar a estudiantes que experimentan barreras visuales, auditivas o motoras, los profesionales deberán utilizar los medios alternativos o aumentativos de comunicación que sean necesarios para asegurar una evaluación justa y precisa.

Instrumentos para Evaluar el Funcionamiento Intelectual

El instrumento utilizado para determinar el CI y evaluar el funcionamiento cognitivo del estudiante debe considerar los siguientes factores clave:

  • Que la prueba cumpla con condiciones de confiabilidad y validez estadística.
  • Que posea normas adaptadas y estandarizadas (y actualizadas) para la población que se pretende evaluar.
  • La utilización de una versión del instrumento apropiada para el nivel etario y la condición particular del estudiante.

Escalas de Inteligencia de Wechsler

Se recomienda la utilización de las Escalas de Inteligencia de Wechsler, ya que constituyen un instrumento psicométrico internacionalmente reconocido por su fiabilidad y validez para la evaluación del funcionamiento intelectual. Estas escalas poseen formas específicas para niños y adultos, y han sido objeto de diversas revisiones y actualizaciones.

Las versiones más recientes de estas escalas, estandarizadas o adaptadas para la población chilena, son:

  • Para la población de niños, niñas o jóvenes a partir de los 6 años:

    La “Escala de Inteligencia de Wechsler para Niños” (WISC-III v.ch.), estandarizada para la población de niños y jóvenes chilenos de 6 a 16 años por Ramírez y Rosas (2007).

  • Para la población de jóvenes mayores de 16 años:

    La Escala de Inteligencia de Wechsler para Adultos (WAIS), adaptada para Chile por Berdicewsky (1960).

A partir del año 2009, para evaluar el funcionamiento intelectual de los estudiantes entre 6 y 16 años, se exigirá la utilización de la “Escala de Inteligencia de Wechsler para Niños – WISC-III”, en su estandarización chilena, hasta que exista una versión estandarizada más reciente.

Profesional Competente para la Evaluación Intelectual

Para la evaluación del funcionamiento intelectual de un estudiante, se requiere un profesional psicólogo cualificado en el ámbito de la discapacidad intelectual. Este profesional debe poseer:

  • Conocimiento y experiencia en la aplicación e interpretación de pruebas psicométricas de inteligencia.
  • Dominio del marco teórico que sustenta la evaluación.
  • Conocimiento del enfoque actual de la discapacidad y del modelo multidimensional de la discapacidad intelectual.
  • Conocimiento del contexto educativo y del funcionamiento del sistema escolar chileno.

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