14 Ene


LA PIEDAD:

Miguel ÁNGEL:


 mayor representante, mejor escultor de todos los tiempos. Realiza proyectos importantes en arquitectura, escultura y pintura. Nace en Capresse, donde su padre era un cargo público. A los 13 años entra en el taller de Florencia de los hermanos Ghirlandaio, donde está tres años. Después acude a la escuela de San Marcos influida por filosofía neoplatónica. Esta experiencia le deja huella y dibuja las estatuas clásicas de la colección de Lorenzo. A finales del Siglo XV, los Médicis son expulsados, tiene lugar su primera estancia en Roma. En esos años realiza por encargo la Piedad y termina el David.
Al año siguiente el papa Julio II le llama a Roma para que realice su mausoleo. Miguel Ángel paso ocho meses realizando el proyecto aunque el papa abandonara el proyecto y le encargara hacer la decoración de la Capilla Sixtina. Vuelve a Florencia y realiza la Capilla Medicea. Más tarde se instala en Roma. Clemente VII, le confía la decoración de la pared del fondo de la Capilla Sixtina con la representación del Juicio Final. Es el arquitecto jefe en las obras de San Pedro el Vaticano. Muere en Roma y es enterrado en Florencia en la iglesia de la Santa Croce. No se puede separar su obra de sus pensamientos filosóficos, influencia neoplatónica, lucha entre la materia y la forma. El alma lucha para liberarse de la esclavitud de la materia, la obra de arte sale del bloque de mármol, su prisión. En su método de trabajo empezaba por la cara frontal del bloque de mármol dibujando la figura. Poco a poco hundía su dibujo en la piedra mediante un modelado. La obra sale del bloque de mármol como si fuera una figura que surge poco a poco del agua. Miguel Ángel refleja en su obra la belleza del cuerpo humano, conoce su anatomía a la perfección. Sabe plasmar la tensión interior, su famosa terribilitá. En sus obras utiliza el non finito, obras inacabadas,por circunstancias externas como por la propia voluntad. Utilizó el mármol preferentemente mediante la técnica sustractiva.Las superficies tienen un buen acabado al estar pulidas con ovillos de paja, piedra pómez, etc. En sus últimas obras dejará las superficies rugosas A finales del Siglo XV, Miguel Ángel llega a Roma, centro cultural y político de Italia, donde entra en contacto con los círculos que protagonizaban la renovación artística de fin de siglo. Lleva a cabo por encargo del cardenal francés Jean Bilhères la Piedad, llamada del Vaticano, destinada a su capilla funeraria. Es la única obra firmada por el artista, su nombre aparece en la cinta que cruza la túnica de la Virgen: Es una obra de juventud que el artista esculpíó cuando  tenía 23 años. Más tarde volverá a representar el tema de la Piedad, en la de la catedral de Florencia y en la Piedad Rondanini. El tema de la Piedad era corriente en la Edad Media para la decoración de las capillas funerarias. El artista representa el momento en que, tras el descendimiento de la cruz, el Hijo muerto descansa en el regazo de su Madre. Miguel Ángel capta la emoción de ese momento sin expresar un dolor desgarrado, sino una emoción contenida y una aceptación serena. El artista inscribe las dos figuras en una composición piramidal. Los ejes de las dos cabezas siguen direcciones casi perpendiculares y el brazo de Cristo se contrapone al de su Madre. El tratamiento del cuerpo de Cristo es  asombroso y revela el conocimiento que tenía de la anatomía humana. Los ropajes de la Virgen presentan pliegues profundos creando contrastes de luz y sombra que enmarcan el cuerpo de su Hijo en el que se concentra la luz. En la zona del pecho los ropajes se pegan al cuerpo de la Virgen para revelar las formas humanas, como en la técnica de paños mojados. La juventud con la que aparece representada María, que se le reprochó como un defecto, quiere simbolizar su pureza y su eterna virginidad, y responde al ideal neoplatónico. El pulimentado final del mármol logra un acabado perfecto que refleja maravillosamente la luz. La obra esta restaurada porque un loco atacó la escultura con un martillo dañó el rostro de la Virgen.

David:

Miguel ÁNGEL:


mayor representante, mejor escultor de todos los tiempos. Realiza proyectos importantes en arquitectura, escultura y pintura. Nace en Capresse, donde su padre era un cargo público. A los 13 años entra en el taller de Florencia de los hermanos Ghirlandaio, donde está tres años. Después acude a la escuela de San Marcos influida por filosofía neoplatónica. Esta experiencia le deja huella y dibuja las estatuas clásicas de la colección de Lorenzo. A finales del Siglo XV, los Médicis son expulsados, tiene lugar su primera estancia en Roma. En esos años realiza por encargo la Piedad y termina el David. Al año siguiente el papa Julio II le llama a Roma para que realice su mausoleo. Miguel Ángel paso ocho meses realizando el proyecto aunque el papa abandonara el proyecto y le encargara hacer la decoración de la Capilla Sixtina. Vuelve a Florencia y realiza la Capilla Medicea. Más tarde se instala en Roma. Clemente VII, le confía la decoración de la pared del fondo de la Capilla Sixtina con la representación del Juicio Final. Es el arquitecto jefe en las obras de San Pedro el Vaticano. Muere en Roma y es enterrado en Florencia en la iglesia de la Santa Croce. No se puede separar su obra de sus pensamientos filosóficos, influencia neoplatónica, lucha entre la materia y la forma. El alma lucha para liberarse de la esclavitud de la materia, la obra de arte sale del bloque de mármol, su prisión. En su método de trabajo empezaba por la cara frontal del bloque de mármol dibujando la figura. Poco a poco hundía su dibujo en la piedra mediante un modelado. La obra sale del bloque de mármol como si fuera una figura que surge poco a poco del agua. Miguel Ángel refleja en su obra la belleza del cuerpo humano, conoce su anatomía a la perfección. Sabe plasmar la tensión interior, su famosa terribilitá. En sus obras utiliza el non finito, obras inacabadas,por circunstancias externas como por la propia voluntad. Utilizó el mármol preferentemente mediante la técnica sustractiva.Las superficies tienen un buen acabado al estar pulidas con ovillos de paja, piedra pómez, etc. En sus últimas obras dejará las superficies rugosas. 
La obra está realizada en un solo bloque de mármol de Carrara, incluyendo la roca sobre la que descansa.Es una obra de juventud. El bloque en el que se talló se encontraba abandonado en el patio de la catedral. En el Renacimiento era muy popular un mito de la Antigüedad, el de las estatuas colosales ex uno lapide, realizadas en un solo bloque. Solo los más grandes podían atreverse con ellas. Según narraba Plinio, la más legendaria de las obras ex uno lapide era el Laoconte. Miguel Ángel quería alcanzar este logro. El relato bíblico cuenta cómo el gigante Goliat desafió a los israelitas en una pelea cuyo resultado decidiría la victoria en el enfrentamiento entre ambos pueblos. David, un joven pastor, futuro rey de Israel, se ofrecíó para este enfrentamiento y mató a su adversario lanzándole una piedra con su honda, decapitándole después. David no aparece representado como el héroe que ya ha vencido a Goliat, sino justo en el momento previo a la
acción, por lo que la calma y el reposo son solo aparentes. A través de su expresión David muestra una gran energía espiritual, así como resolución y determinación para ejecutar su misión: el entrecejo fruncido, la mirada amenazante y el gesto terrible resumen a la perfección la célebre terribilitá. Los ojos están profundamente tallados y el claroscuro de los cabellos intensifica la mirada. Los músculos en tensión, los tendones vibrantes. Miguel Ángel realiza en esta obra un canto a la belleza masculina y un magnífico estudio anatómico a pesar de algunas críticas sobre la desproporción de las manos o de la cabeza.En la postura del cuerpo el artista utiliza el contrapposto. La pierna derecha soporta en tensión el peso del cuerpo, frente a la izquierda que se curva ligeramente para
transmitir una sensación de equilibrio armónico. La visión frontal queda rota con el giro de la cabeza hacia la izquierda, donde se supone que está Goliat. El artista plasma en esta obra el prototipo del héroe que triunfa por su inteligencia sobre la fuerza bruta.






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