12 Jun


“Algunos artículos de la Constitución de 1931”


El texto que se nos propone para comentar se trata de una selección de artículos de la Constitución de 1931, cuyo extenso articulado refleja su carácter progresista y reformista (aunque rígido en cuanto a posibilidades de modificación), un carácter propio del proyecto legislativo de un gobierno de izquierdas de la República. Consiste en un conjunto de 125 artículos repartidos en 9 títulos cuyos temas principales y más “peligrosos” son la relación entre la Iglesia y el Estado y las autonomías./ Al recibir el texto tal como fue escrito, y al ser dirigido de manera directa, se trata de una fuente histórica (ya que hace referencia a un determinado período histórico) primaria y directa. En cuanto a la naturaleza del texto, es necesario indicar que se trata de un texto jurídico, pues consiste en un conjunto de leyes dirigidas al pueblo español.
El autor es un colectivo de juristas y políticos que, constituidos en comisión, redactaron el texto constitucional que fue aprobado por la Asamblea Constituyente. El presidente de la comisión encargada de elaborar esta Constitución fue el socialista Jiménez de Asúa, el cual fue vicepresidente de las Cortes salidas de las elecciones de 1936, ocupó cargos diplomáticos de la República en Hungría durante la Guerra Civil y representó a España ante las Naciones Unidas. Claro está que el destinatario es el pueblo español, pues se trata de la Constitución que debería regir el marco legal y político del país. / Para una mejor comprensión del texto es necesario enmarcarlo dentro de su contexto histórico, el final del reinado de Alfonso XIII (1902-1936), año que coincide con los inicios de la II República (1931-1936). Este contexto refleja una situación crítica que se basa en dos profundas crisis (la crisis de 1909 y 1917) que hicieron tambalear la decrépita Restauración de Cánovas del Castillo, crisis que, económica e ideológicamente, fueron consecuencia de la pérdida de las colonias americanas en 1898 (durante la Regencia de María Cristiana) y la crisis económica basada en la subida de los precios de los productos españoles por la mayor demanda de los países participantes en la Gran Guerra (la enorme ventaja que supuso la neutralidad de España en esta guerra no fue aprovechada por las empresas españolas, que elevaron los precios  de sus productos tanto para el pueblo español como para los extranjeros), el cierre de empresas, el aumento del paro, rebajas salariales generalizadas… A esto hemos de añadir el terrorismo vinculado al os grupos del sindicato anarcosindicalista (CNT) y el ejecutado por los “sindicatos libres”, la desaparición de los líderes del sistema político que se estaba llevando a cabo en ese momento (asesinato de Canalejas y de Dato), y por tanto, la descomposición del sistema político (la sucesión de gobiernos más débiles que no son capaces de resolver los problemas del país ni de dar respuesta a las demandas de los partidos fuera del turnismo, lo que desembocó en huelgas,  actos terroristas, revueltas contra el gobierno, revoluciones anarquistas…)… y no hemos de olvidar el deterioro de las relaciones entre los jefes militares de Marruecos y el gobierno español, agravadas por el desastre de Annual en 1921. Ejemplo de este deterioro lo podemos observar en el  Expediente Picasso, un informe que culpa a los militares de la pérdida del territorio marroquí. / Así pues, en este contexto de inestabilidad creciente, Primo de Rivera, al obtener el apoyo de las guarniciones de Cataluña, Madrid y Zaragoza, declaró el estado de guerra y exigió la dimisión del Gobierno de Madrid, entregando el “Manifiesto al País y al Ejército españoles”. Ante estos hechos, el Gobierno adopta una actitud poco decidida  y enérgica, mientras que el Rey induce al Gobierno a dimitir, llamando a Madrid a Primo de Rivera y entregándole el poder, por lo que queda patente que la monarquía aceptó la instauración de una dictadura en España. Esta dictadura, a la misma vez que proporcionó una mayor estabilidad para el Estado español (victoria en la guerra de Marruecos, limitación de los derechos catalanes, represión de los partido más radicales, construcción de grandes obras públicas…), también dio lugar, debido a su sistema tradicional conservador, a un atraso cultural y social importante (ante el cual surgieron las protestas de estudiantes, de los republicanos, algunos militares que se sublevaron, miembros de la vieja política, los intelectuales,…). Ante tal panorama de oposición, y viendo el escaso apoyo militar con el que contaba tras las medidas que implantó durante la dictadura, Primo de Rivera decidió dimitir en 1929, año en el que se intentó restablecer la normalidad constitucional anterior al golpe de Estado de 1923. Sin embargo, a la sociedad española no le bastaban las buenas intenciones de los gobiernos de Berenguer o Annual, pues reclamaba cambios políticos acordes con la situación real del país. Además, la monarquía se encuentra desprestigiada, puesto que apoyo la dictadura de Primo de Rivera./ En ese contexto cuando el republicanismo experimento un auge espectacular, pues se constituyeron actos unitarios (Pacto de San Sebastián) de republicanos con socialistas, nacionalistas de izquierdas, intelectuales,… Es por este pacto por el que se comprometieron a derribar a la monarquía y a formar un gobierno provisional en la futura segunda república.
Un Comité revolucionario se encargaría de preparar el golpe de Estado, que sería apoyado por una huelga general (apoyo de la población civil) tras la incorporación al pacto de la UGT y CNT.

“Algunos artículos de la Constitución de 1931”


El texto que se nos propone para comentar se trata de una selección de artículos de la Constitución de 1931, cuyo extenso articulado refleja su carácter progresista y reformista (aunque rígido en cuanto a posibilidades de modificación), un carácter propio del proyecto legislativo de un gobierno de izquierdas de la República. Consiste en un conjunto de 125 artículos repartidos en 9 títulos cuyos temas principales y más “peligrosos” son la relación entre la Iglesia y el Estado y las autonomías./ Al recibir el texto tal como fue escrito, y al ser dirigido de manera directa, se trata de una fuente histórica (ya que hace referencia a un determinado período histórico) primaria y directa. En cuanto a la naturaleza del texto, es necesario indicar que se trata de un texto jurídico, pues consiste en un conjunto de leyes dirigidas al pueblo español.  El autor es un colectivo de juristas y políticos que, constituidos en comisión, redactaron el texto constitucional que fue aprobado por la Asamblea Constituyente. El presidente de la comisión encargada de elaborar esta Constitución fue el socialista Jiménez de Asúa, el cual fue vicepresidente de las Cortes salidas de las elecciones de 1936, ocupó cargos diplomáticos de la República en Hungría durante la Guerra Civil y representó a España ante las Naciones Unidas. Claro está que el destinatario es el pueblo español, pues se trata de la Constitución que debería regir el marco legal y político del país. / Para una mejor comprensión del texto es necesario enmarcarlo dentro de su contexto histórico, el final del reinado de Alfonso XIII (1902-1936), año que coincide con los inicios de la II República (1931-1936). Este contexto refleja una situación crítica que se basa en dos profundas crisis (la crisis de 1909 y 1917) que hicieron tambalear la decrépita Restauración de Cánovas del Castillo, crisis que, económica e ideológicamente, fueron consecuencia de la pérdida de las colonias americanas en 1898 (durante la Regencia de María Cristiana) y la crisis económica basada en la subida de los precios de los productos españoles por la mayor demanda de los países participantes en la Gran Guerra (la enorme ventaja que supuso la neutralidad de España en esta guerra no fue aprovechada por las empresas españolas, que elevaron los precios  de sus productos tanto para el pueblo español como para los extranjeros), el cierre de empresas, el aumento del paro, rebajas salariales generalizadas… A esto hemos de añadir el terrorismo vinculado al os grupos del sindicato anarcosindicalista (CNT) y el ejecutado por los “sindicatos libres”, la desaparición de los líderes del sistema político que se estaba llevando a cabo en ese momento (asesinato de Canalejas y de Dato), y por tanto, la descomposición del sistema político (la sucesión de gobiernos más débiles que no son capaces de resolver los problemas del país ni de dar respuesta a las demandas de los partidos fuera del turnismo, lo que desembocó en huelgas,  actos terroristas, revueltas contra el gobierno, revoluciones anarquistas…)… y no hemos de olvidar el deterioro de las relaciones entre los jefes militares de Marruecos y el gobierno español, agravadas por el desastre de Annual en 1921. Ejemplo de este deterioro lo podemos observar en el  Expediente Picasso, un informe que culpa a los militares de la pérdida del territorio marroquí. / Así pues, en este contexto de inestabilidad creciente, Primo de Rivera, al obtener el apoyo de las guarniciones de Cataluña, Madrid y Zaragoza, declaró el estado de guerra y exigió la dimisión del Gobierno de Madrid, entregando el “Manifiesto al País y al Ejército españoles”. Ante estos hechos, el Gobierno adopta una actitud poco decidida  y enérgica, mientras que el Rey induce al Gobierno a dimitir, llamando a Madrid a Primo de Rivera y entregándole el poder, por lo que queda patente que la monarquía aceptó la instauración de una dictadura en España. Esta dictadura, a la misma vez que proporcionó una mayor estabilidad para el Estado español (victoria en la guerra de Marruecos, limitación de los derechos catalanes, represión de los partido más radicales, construcción de grandes obras públicas…), también dio lugar, debido a su sistema tradicional conservador, a un atraso cultural y social importante (ante el cual surgieron las protestas de estudiantes, de los republicanos, algunos militares que se sublevaron, miembros de la vieja política, los intelectuales,…). Ante tal panorama de oposición, y viendo el escaso apoyo militar con el que contaba tras las medidas que implantó durante la dictadura, Primo de Rivera decidió dimitir en 1929, año en el que se intentó restablecer la normalidad constitucional anterior al golpe de Estado de 1923. Sin embargo, a la sociedad española no le bastaban las buenas intenciones de los gobiernos de Berenguer o Annual, pues reclamaba cambios políticos acordes con la situación real del país. Además, la monarquía se encuentra desprestigiada, puesto que apoyo la dictadura de Primo de Rivera./ En ese contexto cuando el republicanismo experimento un auge espectacular, pues se constituyeron actos unitarios (Pacto de San Sebastián) de republicanos con socialistas, nacionalistas de izquierdas, intelectuales,… Es por este pacto por el que se comprometieron a derribar a la monarquía y a formar un gobierno provisional en la futura segunda república. Un Comité revolucionario se encargaría de preparar el golpe de Estado, que sería apoyado por una huelga general (apoyo de la población civil) tras la incorporación al pacto de la UGT y CNT.  

“Algunos artículos de la Constitución de 1931”

El texto que se nos propone para comentar se trata de una selección de artículos de la Constitución de 1931, cuyo extenso articulado refleja su carácter progresista y reformista (aunque rígido en cuanto a posibilidades de modificación), un carácter propio del proyecto legislativo de un gobierno de izquierdas de la República. Consiste en un conjunto de 125 artículos repartidos en 9 títulos cuyos temas principales y más “peligrosos” son la relación entre la Iglesia y el Estado y las autonomías./ Al recibir el texto tal como fue escrito, y al ser dirigido de manera directa, se trata de una fuente histórica (ya que hace referencia a un determinado período histórico) primaria y directa. En cuanto a la naturaleza del texto, es necesario indicar que se trata de un texto jurídico, pues consiste en un conjunto de leyes dirigidas al pueblo español.  El autor es un colectivo de juristas y políticos que, constituidos en comisión, redactaron el texto constitucional que fue aprobado por la Asamblea Constituyente. El presidente de la comisión encargada de elaborar esta Constitución fue el socialista Jiménez de Asúa, el cual fue vicepresidente de las Cortes salidas de las elecciones de 1936, ocupó cargos diplomáticos de la República en Hungría durante la Guerra Civil y representó a España ante las Naciones Unidas. Claro está que el destinatario es el pueblo español, pues se trata de la Constitución que debería regir el marco legal y político del país. / Para una mejor comprensión del texto es necesario enmarcarlo dentro de su contexto histórico, el final del reinado de Alfonso XIII (1902-1936), año que coincide con los inicios de la II República (1931-1936). Este contexto refleja una situación crítica que se basa en dos profundas crisis (la crisis de 1909 y 1917) que hicieron tambalear la decrépita Restauración de Cánovas del Castillo, crisis que, económica e ideológicamente, fueron consecuencia de la pérdida de las colonias americanas en 1898 (durante la Regencia de María Cristiana) y la crisis económica basada en la subida de los precios de los productos españoles por la mayor demanda de los países participantes en la Gran Guerra (la enorme ventaja que supuso la neutralidad de España en esta guerra no fue aprovechada por las empresas españolas, que elevaron los precios  de sus productos tanto para el pueblo español como para los extranjeros), el cierre de empresas, el aumento del paro, rebajas salariales generalizadas… A esto hemos de añadir el terrorismo vinculado al os grupos del sindicato anarcosindicalista (CNT) y el ejecutado por los “sindicatos libres”, la desaparición de los líderes del sistema político que se estaba llevando a cabo en ese momento (asesinato de Canalejas y de Dato), y por tanto, la descomposición del sistema político (la sucesión de gobiernos más débiles que no son capaces de resolver los problemas del país ni de dar respuesta a las demandas de los partidos fuera del turnismo, lo que desembocó en huelgas,  actos terroristas, revueltas contra el gobierno, revoluciones anarquistas…)… y no hemos de olvidar el deterioro de las relaciones entre los jefes militares de Marruecos y el gobierno español, agravadas por el desastre de Annual en 1921. Ejemplo de este deterioro lo podemos observar en el  Expediente Picasso, un informe que culpa a los militares de la pérdida del territorio marroquí. / Así pues, en este contexto de inestabilidad creciente, Primo de Rivera, al obtener el apoyo de las guarniciones de Cataluña, Madrid y Zaragoza, declaró el estado de guerra y exigió la dimisión del Gobierno de Madrid, entregando el “Manifiesto al País y al Ejército españoles”. Ante estos hechos, el Gobierno adopta una actitud poco decidida  y enérgica, mientras que el Rey induce al Gobierno a dimitir, llamando a Madrid a Primo de Rivera y entregándole el poder, por lo que queda patente que la monarquía aceptó la instauración de una dictadura en España. Esta dictadura, a la misma vez que proporcionó una mayor estabilidad para el Estado español (victoria en la guerra de Marruecos, limitación de los derechos catalanes, represión de los partido más radicales, construcción de grandes obras públicas…), también dio lugar, debido a su sistema tradicional conservador, a un atraso cultural y social importante (ante el cual surgieron las protestas de estudiantes, de los republicanos, algunos militares que se sublevaron, miembros de la vieja política, los intelectuales,…). Ante tal panorama de oposición, y viendo el escaso apoyo militar con el que contaba tras las medidas que implantó durante la dictadura, Primo de Rivera decidió dimitir en 1929, año en el que se intentó restablecer la normalidad constitucional anterior al golpe de Estado de 1923. Sin embargo, a la sociedad española no le bastaban las buenas intenciones de los gobiernos de Berenguer o Annual, pues reclamaba cambios políticos acordes con la situación real del país. Además, la monarquía se encuentra desprestigiada, puesto que apoyo la dictadura de Primo de Rivera./ En ese contexto cuando el republicanismo experimento un auge espectacular, pues se constituyeron actos unitarios (Pacto de San Sebastián) de republicanos con socialistas, nacionalistas de izquierdas, intelectuales,… Es por este pacto por el que se comprometieron a derribar a la monarquía y a formar un gobierno provisional en la futura segunda república. Un Comité revolucionario se encargaría de preparar el golpe de Estado, que sería apoyado por una huelga general (apoyo de la población civil) tras la incorporación al pacto de la UGT y CNT.

Sin embargo, las sublevaciones militares, llevadas a cabo por Galán y García Hernández, no tuvieran éxito, siendo condenados a muerte. Es en esta situación de elevada tensión cuando se convocan elecciones generales, que fueron concebidas como un plebiscito para aceptar o no la República. Estas elecciones fueron convocadas el 12 de abril de 1931, acudiendo los partidos de izquierda unidos y los de derecha desunidos. En cuanto al resultado de dichas elecciones, en las ciudades (donde no alcanzaba la influencia de los caciques) triunfó la coalición republicano-socialista, mientras que el campo (caciquismo) triunfaron las derechas. Con estos resultados, el Rey, consciente de la situación, al ver que no cuenta con un apoyo militar, decide marcharse al exilio. A la misma vez, se proclama la II República (y la República catalana en Cataluña), estableciendo un gobierno provisional, Con Alcalá Zamora como presidente, cuyos objetivos serán llevar a cabo una serie de medidas (reformas militares, reformas laborales, reforma militar,…), así como convocar elecciones a Cortes Constituyentes, en 28 de junio de 1931, elecciones de las cuales salieron victoriosos los republicanos, teniendo una representación completamente mayoritaria en las Cortes. Antes estos resultados, mientras que los anarquistas se rebelaron con varias huelgas, los de derechas tuvieron una ínfima representación en las Cortes. Con esto, se constituyo el 29 de julio de 1931 la Comisión Parlamentaria encargada de redactar el proyecto de Constitución presidida por Jiménez de Asúa, socialista que rápidamente presento un proyecto a las Cortes./ A la hora de realizar un análisis más profundo del texto, podemos destacar como idea principal la mención de algunas de las ideas principales características de este documento legislativo que regiría el marco legar de un período histórico determinado de España: la Constitución de 1931. Este texto puede dividirse en cuatro partes: en la primera parte (artículo 1) se muestra la forma de gobierno de nuestro país a partir de 1931, una “República democrática de trabajadores de toda clase”, frase en la que podemos observar claramente el carácter progresista que inspiró a este documento. La segunda parte (artículos 3 y 26) se hace referencia a la religión, indicando que no hay una religión oficial así como el reconocimiento de que las órdenes religiosas y la Iglesia no tendrán privilegios de que hay libertad de culto, de que la enseñanza pasa a depender del Estado ( según los republicanos el atraso educativo se debía a la enseñanza conducida y dirigida por la Iglesia)…una serie de hechos con los que podemos ver claramente que a partir de este momento va  a ver muchas reticencias entre la Iglesia y el Estado. En la tercera parte 8 articulo11) se hace referencia a las autonomías, permitiendo la posibilidad de conformarse en regiones autónomas las provincias limítrofes que tuvieran características históricas, culturales o económicas comunes si los solicitaba la mayoría de esos municipios o del cuerpo electoral de la región en cuestión. Por lo tanto, esta Constitución definía a España como un Estado integral, compatible con la autonomía de los municipios y las regiones. En la cuarta parte (artículos 36, 67,68) se afirma la soberanía nacional, así como el sufragio universal (“los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años tendrán los mismos derechos electorales”). Además se hace referencia al presidente de la República mencionando qué papel tiene dentro de la política (“es el Jefe de Estado y personifica a la Nación”), y cómo es elegido  (“por las Cortes”), siendo estas Cortes unicamerales ( Congreso de los Diputados)./ como conclusión, la difícil situación a la que se enfrentó el gobierno durante el reinado de Alfonso XIII, una situación caracterizada por el grave problema de Marruecos, el terrorismo, la agitación obrera, el separatismo catalán, la entidad religiosa, el caos económico, el desorden social, la corrupción de los políticos… llevó a la implantación de una dictadura, la cual no dio solución a varios de los problemas de España, además de limitar a la nación cultural y socialmente. El intento de restaurar el sistema de gobierno de la Restauración en base a una serie de gobiernos débiles así como la decadencia de la monarquía por haber apoyado la dictadura, fueron los motivos de que Alfonso XIII se marchara y, tras esto, se implantara la II República en un intento democrático y liberal de dar solución a los problemas de España. Y con esta República se promulgó la Constitución de 1931 que trataba de resolver los problemas del país, tales como las altas tasas de analfabetismo, la escasa trayectoria democrática, la falta de madurez política, la conflictividad del período… Sin embargo, no pudo ponerse en práctica realmente debido  a que su vigencia se vio interrumpida por el estallido de la Guerra Civil en 1936, producto de dicho analfabetismo (las personas estaban a merced de los partidos políticos), conflictividad (las medidas reformistas supusieron enfrentamientos entre obreros y empresarios, terratenientes y jornaleros, estudiantes fascistas y no fascistas, el gobierno y la Iglesia, el Gobierno y gran parte del Ejército, etc.) y madurez política (ni la izquierda ni la derecha no asumen elecciones, lo que desemboca en revoluciones, huelgas, levantamientos militares), etc.

Sin embargo, las sublevaciones militares, llevadas a cabo por Galán y García Hernández, no tuvieran éxito, siendo condenados a muerte. Es en esta situación de elevada tensión cuando se convocan elecciones generales, que fueron concebidas como un plebiscito para aceptar o no la República. Estas elecciones fueron convocadas el 12 de abril de 1931, acudiendo los partidos de izquierda unidos y los de derecha desunidos. En cuanto al resultado de dichas elecciones, en las ciudades (donde no alcanzaba la influencia de los caciques) triunfó la coalición republicano-socialista, mientras que el campo (caciquismo) triunfaron las derechas. Con estos resultados, el Rey, consciente de la situación, al ver que no cuenta con un apoyo militar, decide marcharse al exilio. A la misma vez, se proclama la II República (y la República catalana en Cataluña), estableciendo un gobierno provisional, Con Alcalá Zamora como presidente, cuyos objetivos serán llevar a cabo una serie de medidas (reformas militares, reformas laborales, reforma militar,…), así como convocar elecciones a Cortes Constituyentes, en 28 de junio de 1931, elecciones de las cuales salieron victoriosos los republicanos, teniendo una representación completamente mayoritaria en las Cortes. Antes estos resultados, mientras que los anarquistas se rebelaron con varias huelgas, los de derechas tuvieron una ínfima representación en las Cortes. Con esto, se constituyo el 29 de julio de 1931 la Comisión Parlamentaria encargada de redactar el proyecto de Constitución presidida por Jiménez de Asúa, socialista que rápidamente presento un proyecto a las Cortes./ A la hora de realizar un análisis más profundo del texto, podemos destacar como idea principal la mención de algunas de las ideas principales características de este documento legislativo que regiría el marco legar de un período histórico determinado de España: la Constitución de 1931. Este texto puede dividirse en cuatro partes: en la primera parte (artículo 1) se muestra la forma de gobierno de nuestro país a partir de 1931, una “República democrática de trabajadores de toda clase”, frase en la que podemos observar claramente el carácter progresista que inspiró a este documento. La segunda parte (artículos 3 y 26) se hace referencia a la religión, indicando que no hay una religión oficial así como el reconocimiento de que las órdenes religiosas y la Iglesia no tendrán privilegios de que hay libertad de culto, de que la enseñanza pasa a depender del Estado ( según los republicanos el atraso educativo se debía a la enseñanza conducida y dirigida por la Iglesia)…una serie de hechos con los que podemos ver claramente que a partir de este momento va  a ver muchas reticencias entre la Iglesia y el Estado. En la tercera parte 8 articulo11) se hace referencia a las autonomías, permitiendo la posibilidad de conformarse en regiones autónomas las provincias limítrofes que tuvieran características históricas, culturales o económicas comunes si los solicitaba la mayoría de esos municipios o del cuerpo electoral de la región en cuestión. Por lo tanto, esta Constitución definía a España como un Estado integral, compatible con la autonomía de los municipios y las regiones. En la cuarta parte (artículos 36, 67,68) se afirma la soberanía nacional, así como el sufragio universal (“los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años tendrán los mismos derechos electorales”). Además se hace referencia al presidente de la República mencionando qué papel tiene dentro de la política (“es el Jefe de Estado y personifica a la Nación”), y cómo es elegido  (“por las Cortes”), siendo estas Cortes unicamerales ( Congreso de los Diputados)./ como conclusión, la difícil situación a la que se enfrentó el gobierno durante el reinado de Alfonso XIII, una situación caracterizada por el grave problema de Marruecos, el terrorismo, la agitación obrera, el separatismo catalán, la entidad religiosa, el caos económico, el desorden social, la corrupción de los políticos… llevó a la implantación de una dictadura, la cual no dio solución a varios de los problemas de España, además de limitar a la nación cultural y socialmente. El intento de restaurar el sistema de gobierno de la Restauración en base a una serie de gobiernos débiles así como la decadencia de la monarquía por haber apoyado la dictadura, fueron los motivos de que Alfonso XIII se marchara y, tras esto, se implantara la II República en un intento democrático y liberal de dar solución a los problemas de España. Y con esta República se promulgó la Constitución de 1931 que trataba de resolver los problemas del país, tales como las altas tasas de analfabetismo, la escasa trayectoria democrática, la falta de madurez política, la conflictividad del período… Sin embargo, no pudo ponerse en práctica realmente debido  a que su vigencia se vio interrumpida por el estallido de la Guerra Civil en 1936, producto de dicho analfabetismo (las personas estaban a merced de los partidos políticos), conflictividad (las medidas reformistas supusieron enfrentamientos entre obreros y empresarios, terratenientes y jornaleros, estudiantes fascistas y no fascistas, el gobierno y la Iglesia, el Gobierno y gran parte del Ejército, etc.) y madurez política (ni la izquierda ni la derecha no asumen elecciones, lo que desemboca en revoluciones, huelgas, levantamientos militares), etc.

Sin embargo, las sublevaciones militares, llevadas a cabo por Galán y García Hernández, no tuvieran éxito, siendo condenados a muerte. Es en esta situación de elevada tensión cuando se convocan elecciones generales, que fueron concebidas como un plebiscito para aceptar o no la República. Estas elecciones fueron convocadas el 12 de abril de 1931, acudiendo los partidos de izquierda unidos y los de derecha desunidos. En cuanto al resultado de dichas elecciones, en las ciudades (donde no alcanzaba la influencia de los caciques) triunfó la coalición republicano-socialista, mientras que el campo (caciquismo) triunfaron las derechas. Con estos resultados, el Rey, consciente de la situación, al ver que no cuenta con un apoyo militar, decide marcharse al exilio. A la misma vez, se proclama la II República (y la República catalana en Cataluña), estableciendo un gobierno provisional, Con Alcalá Zamora como presidente, cuyos objetivos serán llevar a cabo una serie de medidas (reformas militares, reformas laborales, reforma militar,…), así como convocar elecciones a Cortes Constituyentes, en 28 de junio de 1931, elecciones de las cuales salieron victoriosos los republicanos, teniendo una representación completamente mayoritaria en las Cortes. Antes estos resultados, mientras que los anarquistas se rebelaron con varias huelgas, los de derechas tuvieron una ínfima representación en las Cortes. Con esto, se constituyo el 29 de julio de 1931 la Comisión Parlamentaria encargada de redactar el proyecto de Constitución presidida por Jiménez de Asúa, socialista que rápidamente presento un proyecto a las Cortes./ A la hora de realizar un análisis más profundo del texto, podemos destacar como idea principal la mención de algunas de las ideas principales características de este documento legislativo que regiría el marco legar de un período histórico determinado de España: la Constitución de 1931. Este texto puede dividirse en cuatro partes: en la primera parte (artículo 1) se muestra la forma de gobierno de nuestro país a partir de 1931, una “República democrática de trabajadores de toda clase”, frase en la que podemos observar claramente el carácter progresista que inspiró a este documento. La segunda parte (artículos 3 y 26) se hace referencia a la religión, indicando que no hay una religión oficial así como el reconocimiento de que las órdenes religiosas y la Iglesia no tendrán privilegios de que hay libertad de culto, de que la enseñanza pasa a depender del Estado ( según los republicanos el atraso educativo se debía a la enseñanza conducida y dirigida por la Iglesia)…una serie de hechos con los que podemos ver claramente que a partir de este momento va  a ver muchas reticencias entre la Iglesia y el Estado. En la tercera parte 8 articulo11) se hace referencia a las autonomías, permitiendo la posibilidad de conformarse en regiones autónomas las provincias limítrofes que tuvieran características históricas, culturales o económicas comunes si los solicitaba la mayoría de esos municipios o del cuerpo electoral de la región en cuestión. Por lo tanto, esta Constitución definía a España como un Estado integral, compatible con la autonomía de los municipios y las regiones. En la cuarta parte (artículos 36, 67,68) se afirma la soberanía nacional, así como el sufragio universal (“los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años tendrán los mismos derechos electorales”). Además se hace referencia al presidente de la República mencionando qué papel tiene dentro de la política (“es el Jefe de Estado y personifica a la Nación”), y cómo es elegido  (“por las Cortes”), siendo estas Cortes unicamerales ( Congreso de los Diputados)./ como conclusión, la difícil situación a la que se enfrentó el gobierno durante el reinado de Alfonso XIII, una situación caracterizada por el grave problema de Marruecos, el terrorismo, la agitación obrera, el separatismo catalán, la entidad religiosa, el caos económico, el desorden social, la corrupción de los políticos… llevó a la implantación de una dictadura, la cual no dio solución a varios de los problemas de España, además de limitar a la nación cultural y socialmente. El intento de restaurar el sistema de gobierno de la Restauración en base a una serie de gobiernos débiles así como la decadencia de la monarquía por haber apoyado la dictadura, fueron los motivos de que Alfonso XIII se marchara y, tras esto, se implantara la II República en un intento democrático y liberal de dar solución a los problemas de España. Y con esta República se promulgó la Constitución de 1931 que trataba de resolver los problemas del país, tales como las altas tasas de analfabetismo, la escasa trayectoria democrática, la falta de madurez política, la conflictividad del período… Sin embargo, no pudo ponerse en práctica realmente debido  a que su vigencia se vio interrumpida por el estallido de la Guerra Civil en 1936, producto de dicho analfabetismo (las personas estaban a merced de los partidos políticos), conflictividad (las medidas reformistas supusieron enfrentamientos entre obreros y empresarios, terratenientes y jornaleros, estudiantes fascistas y no fascistas, el gobierno y la Iglesia, el Gobierno y gran parte del Ejército, etc.) y madurez política (ni la izquierda ni la derecha no asumen elecciones, lo que desemboca en revoluciones, huelgas, levantamientos militares), etc.

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