17 Ene

4.3. La España del Siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.

Los gobiernos ilustrados del Siglo XVIII contemplan el desarrollo económico como una pieza fundamental de su programa de reformas. Se intenta incentivar la economía, pero el mayor problema era que el sistema de gobierno, basado en el absolutismo, no podía permitirse cambios que afectaran a la estructura social del Antiguo Régimen.

La agricultura era la base económica, por lo que las reformas agrarias eran prioritarias. Pensadores como Campomanes o Jovellanos trataron el tema en profundidad, y se crean las Sociedades Económicas de Amigos del País para incentivarlas, abogando por la abolición de obstáculos jurídicos (vinculación a la tierra), sociales (falta de preparación técnica) y naturales (escasez de obras públicas). La producción agrícola aumenta, pero en general tendrá un carácter más extensivo que intensivo.

Los ministros ilustrados pretenden crear una industria nacional potente, para lo cual era muy importante suprimir la división entre oficios “honrados” y “viles”, preparación técnica de mano de obra y renovación de los gremios, así como amparar la industria nacional con incentivos fiscales y comerciales. Se crean además juntas de comercio y consulados para incentivar el comercio.

Para hacer más rentable el comercio con América, el gobierno central quiere incrementar la explotación colonial. Para ello se promueven, con escaso éxito, las Compañías de Comercio, según el modelo inglés y holandés. Durante el reinado de Carlos III se introducen importantes reformas: se excluye de la administración a los criollos y se creó un nuevo virreinato, el del Río de la Plata. Además, en el terreno económico, se permite el libre comercio con la península, rompiendo el monopolio de Sevilla y Cádiz. Esta nueva política engendró protestas en los criollos, apartados de los cargos administrativos, y en los indígenas, que originaron una rebelión duramente reprimida. Con los Decretos de Nueva Planta se produjo la abolición de las instituciones catalanas y se extendieron a los territorios de la Corona de Aragón las castellanas. Todos los territorios de la Corona de Aragón pasaban a tener una nueva estructura territorial y administrativa a imagen de la de Castilla; se instauran impuestos por los que la monarquía conseguía el control económico. A pesar de la difícil situación interna, Cataluña lograría a lo largo del Siglo XVIII una notable recuperación económica, centrada en un crecimiento demográfico importante, un aumento considerable de la producción agrícola y una reactivación comercial (especialmente gracias al comercio con América), transformaciones posibilitarían después la industrialización, especialmente centrada en el algodón y otras ramas textiles.

4.4. Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III

A la muerte de Fernando VI sube al trono Carlos III, que venía de Nápoles, donde había impulsado numerosas reformas ilustradas. Carlos III lleva a España la experiencia del despotismo ilustrado: utiliza el poder absoluto para llevar a cabo algunas reformas propugnadas por la Ilustración. Los ilustrados no eran revolucionarios, pero sí quieren mejorar la situación del pueblo, fortaleciendo al mismo tiempo el poder real. El despotismo ilustrado, por tanto, no se cuestiona los principios básicos del Antiguo Régimen. Sigue la máxima “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.

Carlos III se enfrenta a la resistencia del pueblo frente a algunas reformas; es el caso del Motín de Esquilache, contra una serie de medidas sobre limpieza urbana, prohibiciones sobre el juego y el uso de las armas, los sombreros de ala ancha y las capas largas. Tras sofocar la revuelta, expulsa a los jesuitas, acusándolos de instigadores de la misma. Esto entra dentro del contexto de la tendencia regalista ilustrada: se defiende la autoridad del rey frente a la Iglesia. Carlos III reclamó el control de la Inquisición y el derecho al nombramiento de los cargos eclesiásticos.

En la cuestión social, declaró honestas todas las profesiones e inició una reforma educativa que impulsaba la obligatoriedad de los estudios primarios y la fundación de Academias de Ciencias y Letras. En el terreno económico impulsa las manufacturas reales, las reformas agrarias y la creación de Sociedades Económicas de Amigos del País.

Sin embargo, estos intentos reformistas fueron muy limitados, sobre todo por la negativa de la nobleza a aceptarlos.

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