30 Ago

EL CINQUECENTO

El centro de la vida política y del arte se encuentra ahora en Roma, la ciudad que debe a los Papas el esplendor y la riqueza. Julio II, León X y Sixto V son los grandes mecenas de los artistas. Florencia ha perdido ya su primacía, al paso que Venecia se convierte en un importantísimo núcleo artístico. En el Siglo XVI pueden distinguirse también dos mitades. En la primera predomina el sentimiento de la medida y del equilibrio; en la segunda se inicia ya el dinamismo protobarroco, en forma manierista.

En torno a los Papas se agrupan artistas de las más diversas procedencias, que se identifican con los ideales de grandeza del papado humanista, y estudiando los restos de la antigüedad, aciertan a formular un nuevo arte solemne y monumental.


*La Virgen de las Rocas

La Virgen de las Rocas fue encargada en 1483 por la Cofradía de la Inmaculada Concepción de Milán. Es un óleo de 198 X 123 cm, del que se conservan dos versiones, una en el Museo del Louvre y una segunda en la National Gallery, de Londres.

Rpresenta a la Virgen María arrodillada protegiendo dulcemente a San Juan, quien, está adorando al Niño Jesús; éste bendice a su primo mientras tras él un bellísimo ángel nos mira y señala a San Juan. La Virgen con su mano izquierda parece amparar o manifestar respeto a su Hijo Divino. El conjunto se halla sobre un refugio rocoso, absolutamente irreal y sobrecogedor.


LEONARDO DA VINCI (1452-1519)


Es la primera gran figura relevante de la nueva época. Nacido en la aldea toscana de Vinci, estudió pintura con Verrocchio en Florencia. A los treinta años, incapaz de encontrar en Florencia un mecenas que patrocinara sus ideas, se trasladó a Milán. Ludovico el Moro, le contrató como ingeniero militar en primer lugar, aunque también figura como arquitecto, escultor y pintor de la corte. Porque las ideas y actividades de Leonardo -genio plenamente renacentista- no se limitaron al arte, sino que ocuparon todas las ramas del saber, desde la matemática hasta la anatomía. Durante su estancia en Milán pinta dos grandes obras: La Virgen de las Rocas y La Última Cena. (Gioconda, santa María, la virgen y el niño)

La caída de Ludovico el Moro (1499) le obliga a huir de Milán hacia Mantua, luego a Venecia y finalmente a Florencia, donde está de vuelta a finales de 1500. Aquí pinta La Gioconda. Regresa a Milán, va a Roma, invitado por el Cardenal Julián de Médicis, es invitado por el rey Francisco I de Francia. Pasa sus últimos años dedicado a sus proyectos e inventos científicos, descubriendo gran cantidad de aparatos técnicos en muy distinto grado de perfeccionamiento.

De entre sus obras podemos destacar el Trattato della pintura -compendio de los problemas planteados por el arte del Renacimiento-, donde desarrolla su teoría sobre la primacía de la pintura sobre las demás artes. Quiso demostrar que la pintura no era una actividad artesanal sino intelectual, y de esta forma colocar al pinto en una categoría social más elevada. 


*La Última Cena

Pintada entre 1495 y 1497  en el refectorio del convento de Santa María delle Grazie de Milán. Es un temple sobre pared de 460 X 880 cm.El observador participa en la escena como si fuera un convidado que acaba de levantarse de la mesa y escucha las palabras de Cristo

La perspectiva real de la sala continúa en la perspectiva de la escena pintada sobre la pared del fondo. Todas las figuras convergen en un único punto de fuga central, la cabeza de Jesucristo. Este personaje destaca además por su aislamiento. La composición se halla en el interior de dos cuadros que componen el rectángulo de la pared: sitúa a los doce apóstoles en sus diagonales en cuatro grupos de tres; dos grupos a la derecha y dos grupos a la izquierda de la figura central.


En el primer grupo, a la izquierda, Bartolomé, Santiago el Menor y Andrés. N el segundo, Pedro se inclina hacia Cristo, detrás de la figura de Judas que se retrasa aferrado a la bolsa de las monedas, mientras que Juan se interroga desesperado; en el tercer grupo, a la derecha, Tomás levanta el dedo, al lado de Santiago el Mayor y de Felipe; en el cuarto, Mateo y Simón se dirigen gesticulando con las manos a Tadeo.

La luz proviene de la izquierda, donde se halla la única serie de ventanas que ilumina el refectorio. Esta luz tenue irradia sobre las figuras dotándolas de volumen. Sus contornos pierden precisión y empiezan a fundirse gracias a las sombras que los envuelven. La Cena no fue pintada como un fresco  sino al temple sobre una capa seca, ya que a Leonardo le gustaba volver repetidas veces sobre su trabajo, para poder efectuar retoques.


*Santa Ana, La Virgen y el Niño (Museo del Louvre)

Se trata de un óleo sobre tabla de 168 X 112 cm, hoy en el Museo del Louvre.Representa a la Virgen María, sentada sobre las rodillas de su madre, Santa Ana, y que dobla su cuerpo para sujetar amorosamente al Niño Jesús, que vuelve su mirada hacia su madre, mientras sujeta entre sus manos el cordero del sacrificio. El conjunto se halla en medio de un paisaje rocoso muy idealizado.

La composición del tema es piramidal, siendo la cabeza de Santa Ana la que ocupa el vértice de la pirámide. Hay una especie de movimiento giratorio de las figuras que crea un flujo, una especie de corriente de transmisión del amor de la madre hacia la hija, de la hija hacia el Hijo y del Hijo hacia el cordero del sacrificio. Esta corriente se acentúa por la línea de uníón de las tres miradas.

En cuanto al color, el estudio de la luz y de la profundidad, podemos decir que es muy parecido al ya comentado en La Virgen de las Rocas: contraste entre tonos bajos, que ocupan superficies extensas, frente a los altos, con superficies más reducidas (traje de la Virgen); la luz que ilumina primordialmente los rostros de la Virgen y del Niño; la profundidad conseguida con la disposición del paisaje irreal; el dibujo difuminado, etc.

La concepción del tema es el de una escena puramente familiar, tierna y doméstica, que adquiere una dimensión sobrenatural gracias al paisaje. El amor terrestre y el amor divino van unidos en este cuadro que emana una ternura y una espiritualidad raramente igualadas.

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